jueves, 24 de enero de 2013

AVES DE PAPEL

Lugar: Tailandia
Palabra de Dios: Mateo 5:9.

-¿Oiste hablar de la campaña de los pájaros? -preguntó Chintana, mientras sacaba papeles de colores de su mochila.
-Sí, mi mamá me habló de ella. Ven, te voy a ayudar.
Las dos niñas se sentaron y comenzaron a plegar el papel, para crear aves. Supuestamente, las aves eran palomas, símbolo de paz.
Pero ellas sabían hacer grullas, no palomas. Tomaron cuadrados de papel y los plegaron una y otra vez.
Estas dos niñas no eran las únicas que estaban haciendo aves de papel: miles, quizá, millones de tailandeses habían decidido ayudar. Al final, plegaron un total de 120 millones de aves y las entregaron para la campaña especial.
¿Qué harían con 120 millones de aves de papel? Los soldados cargaron las aves en 50 aviones de la Fuerza Aérea tailandesa. Luego, los aviones partieron hacia lugares en guerra y conflicto, con la intención de "bombardearlos" con estos símbolos de la paz.
La gente que vivía en esas regiones miró hacia arriba, y vio aviones militares sobrevolando el lugar. Quizá se preguntaron qué estaba pasando. De pronto comenzaron a llover aves sobre ellos; millones y millones de pájaros de papel. Estaban siendo bombardeados con paz y buena voluntad.
¿No sería grandioso que no hubiese más guerras, ni disparos ni crímenes, y que nuestro mundo estuviera en paz? Aunque eso no ocurrirá hasta que Jesús vuelva, podemos hacer nuestra parte para esparcir paz y buena voluntad hacia quienes nos rodean. Jesús aseguró: "Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios".
Piensa en ello. ¿Qué puedes hacer para traer paz a tu hogar, a tu vecindario, a tu aula, a tu iglesia?

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

INTERCAMBIO DE BENDICIONES

La bendición del Señor trae riquezas, y nada se gana con preocuparse. Lo que el malvado teme, eso le ocurre; lo que el justo desea, eso recibe. Pasa la tormenta y desaparece el malvado, pero el justo permanece firme para siempre. Proverbios 10:22,24,25.

Una vez, mientras daba clase a un grupo de preescolares, recordé que las madres me habían recomendado que cuidara de que sus hijos no compartieran alimentos ni bebidas con sus compañeros, para evitar una epidemia de gripe, que era cosa común, especialmente en los meses invernales cuando se propagan los virus de la influenza y los niños son muy propensos a contraerlos. Realmente me inquietó aquella situación, porque no se me ocurría la estrategia ideal para proteger a mis niños.
Te confieso que lograrlo era casi imposible. A los niños les encantaba intercambiar bocadillos y bebidas con sus demás compañeros, con el único propósito de poner por las nubes la rica merienda que sus madres les hablan preparado. Para serte sincera, a mí también me gustaban aquellos momentos, y muchas veces fui persuadida por alguno de mis pequeños para participar del agasajo, lo cual me llenaba de mucha alegría. Y era tanto el gozo de aquellos niños, que no se contagiaban de nada más que de amor, el mismo que Dios nos enseñó para contagiar a los demás.
¡Eran felices! La gripe estaba lejos de ser una preocupación para ellos, ni se acordaban del frío que hacía. Lo importante era dar a conocer a todos cuánto los amaban sus mamas, y por eso les ponían en la maletita de la merienda tantas cosas ricas y deliciosas.
Querida amiga, Dios, nuestro Padre, también pone cada mañana en nuestra maletita de amor ricas y abundantes bendiciones con una dotación extra para que podamos compartir con todos los que nos rodean. La mayor bendición que Dios puede darnos es hacer de cada una de nosotras una bendición para los demás. Eso quiere decir que cuando nos reunimos con otras mujeres y con los demás miembros de nuestra familia, debemos abrir nuestra maletita de amor y compartir sin reservas las bendiciones que nuestro Padre nos ha dado, para que todos sepan cuánto nos ama y cuánto lo amamos nosotras a él. Si logramos «contagiar a todos» y hacer del amor de Dios una «epidemia», estaremos vacunadas contra el odio. ¡Deliciosas bendiciones de Dios!

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

UN EJEMPLO FIEL

Para esto fueron llamados, porque Cristo sufrió por ustedes, dándoles ejemplo para que sigan sus pasos (1 Pedro 2:21).

John Aylmer fue un personaje muy notorio y ocupó muchos cargos políticos de alta responsabilidad durante el reinado de Isabel I de Inglaterra. Fue obispo de Londres, se convirtió en un colaborador muy leal y amaba con profundo amor, casi paternal, a la reina.
Durante el tiempo en que estaba al servicio de la reina, sucedió un curioso incidente que demuestra el carácter de aquel hombre. La soberana sufría mucho por un dolor de muela y era necesario extraérsela. El dentista estaba listo con sus instrumentos, y varias damas y caballeros de la corte estaban presentes, expresándole su comprensión y dándole palabras de aliento.
Pero la reina temía mucho la operación y no lograba reunir todo el valor que necesitaba para someterse a ella. Por supuesto, eran aquellos tiempos heroicos cuando todavía no se había descubierto la anestesia y las operaciones se hacían a lo vivo y con dolor de muerte. John Aylmer, después de tratar en vano, durante mucho tiempo, de infundir valor a la soberana, se sentó en la silla preparada para la paciente, y dijo al dentista:
—Yo ya soy viejo, solo me quedan pocos dientes, y no temo perder uno más. Venga por favor y sáqueme este para que Su Majestad vea cuan fácil es esta operación.
Uno podría suponer que la reina debía impedir aquel sacrificio, pero no lo impidió. Al ver con cuánta tranquilidad había soportado Aylmer la operación, se decidió e inmediatamente le extrajeron la muela que le causaba tantos sufrimientos.
El apóstol Pedro dijo que Jesucristo sufrió por nosotros, y nos dio ejemplo para que sigamos sus pisadas. Su ejemplo sirve para todas las circunstancias de la vida. ¿Tienes que tomar una decisión muy importante que implica dolor y sufrimiento? Él tomó decisiones muy dolorosas con valor y determinación. Dice la Biblia que cuando llegó el tiempo y debió dirigirse a Jerusalén para cumplir la misión de su vida, endureció su «rostro como el pedernal» (Isa. 50:7) y se dirigió, sin un momento de vacilación, al lugar de su sacrificio.
¿Tienes que tomar algunas decisiones dolorosas? ¿Tienes que dejar a tu novio, o novia, porque tus principios, tus padres y tus consejeros te dicen que no te conviene? Cierra tus ojos, aprieta los dientes, ora en silencio, y actúa, por más doloroso que sea para ti. Jesús te dio un ejemplo para que vayas tras sus pisadas. Si lo sigues, llegarás adonde él llegó.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

TIEMPO DE PERSISTIR EN LA ORACIÓN

Tiempo es de actuar, oh Jehová, porque han invalidado tu ley. Salmo 119:126.

El Señor viene pronto. La maldad y la rebelión, la violencia y el crimen están llenando el mundo. Los clamores de los que sufren y los oprimidos ascienden a Dios por justicia. En vez de ser suavizados por la paciencia y la tolerancia de Dios, los impíos se están fortaleciendo en una rebelión obstinada. El tiempo en que vivimos es de una marcada depravación. La restricción religiosa es descartada y la gente rechaza la ley de Dios como indigna de su atención. Sobre la ley de Dios se coloca un desprecio poco común.
Dios nos ha dado por su gracia un momento de respiro. Cada facultad prestada del cielo ha de usarse en hacer la obra asignada por el Señor a favor de aquellos que perecen en la ignorancia. El mensaje de advertencia ha de resonar por todas partes del mundo. No debe haber demora. La verdad debe ser proclamada en los lugares oscuros de la tierra. Hay que hacer frente a los obstáculos y superarlos. Debe hacerse una gran obra, y esta obra ha sido confiada a los que conocen la verdad.
Ahora es el momento de echar mano del brazo de nuestra fuerza. La oración de los pastores y los miembros laicos debe ser la oración de David: "Tiempo es de actuar, oh Jehová, porque han invalidado tu ley". Lloren los siervos de Jehová entre el pórtico y el altar, clamando: "Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad" (Joel 2:17). Dios siempre ha obrado en favor de su verdad. Los designios de los impíos, de los enemigos de la iglesia, están sujetos a su poder y su providencia es capaz de predominar sobre ellos. Él puede obrar sobre los corazones de los estadistas; la ira de los turbulentos y desafectos aborrecedores de Dios, de su verdad y de su pueblo puede ser desviada, como se desvían los ríos cuando él lo ordena.
La oración mueve el brazo de la Omnipotencia. El que manda a las estrellas en su orden en el firmamento, cuya palabra domina todo el mar, el mismo Creador infinito obrará en favor de sus hijos si ellos lo invocan con fe. El refrenará las fuerzas de las tinieblas, hasta que se dé al mundo la amonestación y todos los que quieran escucharla estén preparados para el conflicto.— Review and Herald, 14 de diciembre de 1905; parcialmente enjoyas de los testimonios, t. 2, pp. 152, 153, 154.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White