miércoles, 19 de octubre de 2011

UN SOLO DIOS

Se levantarán falsos cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios para engañar, si fuera posible, aun a los escogidos. (Marcos 13:22).

En 1521 el español Hernán Cortés pisó territorio azteca. Este pueblo y su soberano, Moctezuma II, creyeron que aquel hombre con barba y tez blanca era el dios Quetzalcóatl que había llegado a la tierra tal y como indicaban sus profecías. Pero la expedición de Cortés no tenía los fines que esperaban los aztecas. Tras arrasar Tenochtitlan, la capital de aquel imperio, Cortés construyó la ciudad de México sobre ella. En la actualidad tan solo quedan las ruinas del templo mayor de lo que fuera una gran civilización.
Los reinos de este mundo sufren dos tipos de ataques: los de sus enemigos humanos, que desean conquistarlos, y los de su enemigo por antonomasia, el enemigo de Dios, que desea arrebatarle a Cristo el pueblo por él redimido. Por esta razón Jesús nos alertó sobre las estrategias que usarla Satanás para ganar adeptos para su reino, ya sentenciado al exterminio eterno.
En la actualidad hay miles de personas que venden sus propiedades para seguir a hombres que dicen ser la encarnación de Jesucristo. Estos hombres hacen señales y prodigios sobrenaturales, de modo que la humanidad entera se ve sacudida por sus engaños. Muchos seres humanos se preguntan: «¿Adónde puedo ir si mi hijo se está muriendo? ¿A quién acudiré si no tengo dinero para mantener a mi familia? ¿Qué hago si me estoy muriendo de una enfermad terrible?».
Los aztecas pensaron que la venida del gran dios de sus profecías pondría fin a todas sus guerras y los liberaría del trato despótico de su líder. Pero Hernán Cortés no podía ser su dios, porque él mismo había sido conquistado por el pecado. El exterminio atroz de aquel imperio fue una muestra del fin que correrán todos los que ponen su vista en falsos dioses.
El verdadero Dios está a punto de crear un nuevo cielo y una nueva tierra. Su reino estará formado por aquellos que no se dejaron engañar por falsas doctrinas. Hay un lugar en él para ti si estudias diligentemente las profecías y caminas al lado de Jesús.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

MÁS VALOR DEL QUE SE CREE

Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios. Mateo 22:29.

Había llegado el fin de año, y ya tenía los ahorros suficientes para cambiar la computadora. Averigüé en diversos comercios y en Internet los precios de cada componente. Fue así como decidí comprar el monitor en una casa de computación, en otra la cámara digital, en otra la grabadora de DVD, y de la misma manera compré el micrófono, la cámara web, el disco rígido, la memoria RAM y el CPU.
Todas las compras las había tenido que abonar en dólares norteamericanos, pues los componentes eran importados de Japón o de los Estados Unidos. Si bien fue bastante agotador comprar en diferentes comercios, había ahorrado un treinta por ciento del monto previsto. Así que cuando me disponía a volver a mi hogar, ya en horas de la noche, sentía satisfacción en mi interior por haber gastado menos de lo pensado. Cuando frené con mi automóvil en un semáforo, dos niños de unos cinco o seis años de edad simularon limpiar los faros delanteros y se acercaron a mi ventana para pedirme una moneda. Como no tenía ni un solo centavo de la moneda de mi país, saqué un dólar y se los entregué para que lo compartieran.
Uno de ellos, al desconocer el billete, me dijo: "Esto no sirve, señor", a lo que yo repliqué: "Sí que sirve, ¡es un dólar! Y vale cuatro veces más que nuestro peso argentino". De más está decir que al escuchar mi respuesta, tomaron el billete con una enorme sonrisa y fueron a mostrárselo a otros niños que estaban pidiendo en otros autos.
Actualmente hay muchas personas que dicen lo mismo de la Biblia. Poseen el sagrado Libro, lo tienen en sus manos, pero sin leerlo y sin comprenderlo se convencen de que "no sirve". Ignorando su tremendo valor actual y eterno, prefieren aferrarse a fábulas humanas y tradiciones sin sentido, en vez de tomar el camino de vida que muestra la Palabra de Dios.
Las Escrituras "sí sirven", y brindan una utilidad eterna. Nos ayudan a ser un buen estudiante, un buen hijo, cuidar la salud, ser una persona honrada y veraz, llevarnos bien con el prójimo y aprender a caminar por la senda de la salvación. Y para eso, solo basta abrirlas cada día con oración, rogándole a su Autor que nos enseñe las preciosas verdades que contienen.
Déjate guiar por las Sagradas Escrituras, y las bendiciones celestiales te rodearán desde ahora y por la eternidad.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

LO CORTARÁS

Y sí diere fruto, bien; y si no, la cortarás después. Lucas 13:9.

Joelma es una joven que nació y creció en la iglesia. Últimamente, ella solo habla del amor de Dios; canta y se emociona, mientras sus labios entonan himnos de alabanza. Cualquiera que la viese cantando, emocionada, pensaría que es una cristiana maravillosa. Solo tiene un problema: vive con una persona casada, y cree que el amor de Dios "cubrirá la multitud de sus errores".
Pero, el versículo de hoy habla de "cortar". ¿A qué se refiere Jesús? La vida cristiana es una experiencia diaria de amor con Cristo; pero, el amor no disculpa la negligencia espiritual. Dios se agrada cuando un hijo suyo lleva mucho fruto porque, aunque el propósito final del fruto es glorificar a Dios, es imposible ignorar el sentimiento de realización, de paz y de felicidad que inunda el corazón de una persona que vive en comunión con Dios y que, como resultado, produce frutos buenos.
Por otro lado, es triste ver cristianos que durante años conocen el evangelio, la teoría, la doctrina, pero no pasan de allí: son grandes intelectuales de la fe, pero los frutos están ausentes en su experiencia.
¿Cuál será el resultado final?: "Lo cortarás después", es la respuesta. La expresión "después" es instructiva: que nadie se atreva a cortar lo que parece cizaña ahora; deja que el trigo y la cizaña crezcan juntos; "lo cortarás después". ¿Cuándo? Cuando el Señor Jesús vuelva a la tierra, y él, que todo lo sabe y que tiene la capacidad de ver lo que hay dentro del corazón, echará la paja al fuego.
Hoy es el día de buena nueva. Jesús quiere entrar en tu corazón en este momento; desea vivir una experiencia de comunión contigo. No existe cristianismo sin Cristo. No permitas que el bullicio de este mundo te cautive, al punto de que no te quede tiempo para Dios. No te dejes absorber por la competitividad, por el consumismo y por la banalidad de este mundo. No limites tu experiencia cristiana a ir una o dos veces por semana a la iglesia. Deja que el Espíritu Santo controle tu vida, que la llene de frutos, y te dé paz para mirar hacia el futuro sin temor. Pero, recuerda: "Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón