lunes, 28 de febrero de 2011

¡ACTIVATE!

Descubre el texto del día de hoy colocando la sílaba que le falta a cada palabra, de entre las que aparecen a continuación.

CO ZA Pl TU RÍA GEN DAD VA PA CREA LLE DO Bl TE

«HE ES__Gl__ A BE___LEL [...], Y LO HE ___NADO DEL

ES___Rl___ DE DIOS, DE SA__DU___, IN___ Ll___ CÍA Y
CA__ Cl___ _____TI___», Éxodo 31: 2 y 3.

¡Es tan hermoso que el Señor nos use! Él puede hacer grandes cosas contigo si se lo permites.
¿Te imaginas qué sintió Bezalel cuando supo que Dios lo había elegido para tan importante misión? No era cosa simple diseñar el santuario. Era una labor importantísima. Iba a ser el lugar santo donde Dios se manifestaría, y era necesario seguir sus instrucciones al pie de la letra.

Es cierto que hay personas más creativas que otras. Te asombra lo que pueden hacer; si te comparas con ellas a lo mejor te sientes mal. Pero no te preocupes, porque cada quien actúa según su capacidad. Recuerda desarrollar al máximo los talentos que te ha dado Dios. Te asombrarás al ver que tú también puedes lograr hacer cosas que ni pensabas. Solamente necesitas ponerte en las manos de Dios y usar todas tus fuerzas. Conéctate con Jesús para que aproveches tu creatividad.

Tomado de meditaciones matinales para menores
Conéctate con Jesús
Por Noemí Gil Gálvez

MÁS ALLÁ DE LA DISTANCIA

Con amor eterno te he amado, por eso te prolongue mi misericordia. (Jeremías 31:3).

Cuando Penélope se vio presionada a casarse con otro hombre porque se decía que su esposo, Ulises, había muerto en la guerra de Troya, decidió que nada la separaría de su verdadero amor. Según cuenta la leyenda, prometió que aceptaría casarse de nuevo cuando terminara de tejer un sudario. Para que la elaboración del tejido le llevara la mayor cantidad de tiempo posible, Penélope deshacía por la noche lo que había hecho durante el día, y de esta forma se mantuvo casta los veinte años que Ulises tardó en volver a casa. Así logró la joven enamorada posponer su compromiso y cumplir con los requisitos sociales. Su sagaz astucia y su inalterable fidelidad fueron recompensadas con la recuperación de su amor.

El texto de hoy también es una muestra de amor eterno. Cuando leo este pasaje no siento que Dios está lejos de mí, sino que su presencia me muestra que tengo que acercarme más a él. Cuando el Señor apareció en mi vida no fue. para reprocharme mis errores pasados, sino para atraerme con su amor, para decirme que desde antes de que yo existiera, desde antes de que mis cromosomas fueran generados, ya existía su amor por mí.

A Dios no le interesa mi pasado, sino mi futuro. Él tiene para mí un porvenir grandioso, repleto de bendiciones y esplendor. Mi presente es el punto de partida para escalar ese futuro de victoria.
Tu nombre también es pronunciado por Dios con ternura, bendición y amor. No fueron tus padres los primeros en notar tu presencia en este mundo. Fue tu Dios quien, cuando eras apenas un punto microscópico, ya te amaba, te sentía y te bendecía con el don de la vida. También para ti son las palabras de nuestra meditación. Dios desea que le acerques a él. Desea decirte que te ama. Desea atraerte con bondad. Su amor te quiere alcanzar. Recibe hoy ese amor que es por los siglos, y por los siglos vivirás agradeciéndole, su forma incomprensible pero experimentada de amar. Con lazos de amor Dios te ata a su corazón.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

AMIGOS PARA SIEMPRE

Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. 1 Tesalonicenses 4:14.

David fue uno de los grandes amigos que me regaló Dios. Nos conocimos a los quince años y tuvimos la oportunidad de compartir tres años de nivel medio juntos, dos de los cuales fueron en la misma pieza del internado de un colegio adventista. Tenía un temperamento tranquilo y apacible, sin doble-i es ni hipocresía. Enfrentaba las situaciones con una madurez asombrosa, y Limbién sabía cómo conquistar y hacer reír a los que estaban a su lado. Era sumamente inteligente y tenía una memoria prodigiosa, así que en esos años de estudio, en más de una ocasión le pedí ayuda cuando no entendía la explicación del profesor. Luego de terminar el nivel medio ingresamos a la universidad, pero para hacer carreras diferentes: él Medicina y yo Ingeniería. Como nuestras universidades quedaban a unos seiscientos kilómetros de distancia, nos mantuvimos comunicados a través de las llamadas telefónicas y la correspondencia.

En esos años que estudié Ingeniería comencé a valorar la iglesia y la vida con Dios, y poco a poco volví de donde me había apartado. Como David era mi mejor amigo, le conté a través de una carta el cambio que estaba experimentando, a lo que me respondió: "Querido amigo, te felicito por las decisiones que estás tomando, porque nuestra amistad solo tendrá futuro si estarnos con Jesús. Yo no quiero que nuestra amistad se termine acá en el mundo, espero que la podamos continuar con Cristo en el cielo".

A los 24 años de edad, David, ya recibido de doctor en Medicina, tuvo que ser intervenido quirúrgicamente por un problema del corazón y perdió la vida. No tengo palabras para expresar lo que sentí al perder a un amigo tan querido, pero ¡qué reconfortante es saber que Cristo, el gran Amigo, vino a este mundo para darle una solución a la muerte! ¡Qué consuelo fue para mí saber que algún día volveré a encontrarme con David!

La iglesia de Tesalónica aparentemente no había entendido este tema, y ante la pérdida de algunos hermanos en la fe, se vieron afligidos por esta separación. El gran apóstol, al saber lo que estaban viviendo, les escribió una carta para que no se entristecieran "como los otros que no tienen esperanza" (I Tes. 4:13). Y luego les aseguró: "Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él". Sí, todos los amigos de Jesús volverán a la vida para morar eternamente a su lado, y si tú y yo nos preparamos, también formaremos parte de esa gran multitud que leubirá al Señor en el aire. Permítele a Jesús ser tu mejor amigo, y la eternidad no alcanzará para disfrutar de esa amistad.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

EL CAMINO

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6.

Les acababa de hablar de mansiones celestiales, sin dolor y sin tristeza; un mundo perfecto de eterna felicidad. Les acababa de decir que estaría preparando esas mansiones y que vendría a llevarlos.

La promesa era demasiado bonita para ser verdad. Especialmente, cuando se vive en un mundo en que todos los días enfrentas las acritudes de la vida y de la muerte. Entonces Tomás, el discípulo al que le gustaba tener pruebas de todo lo que se le decía, preguntó: "Señor, no sabemos cómo llegar allá. Por favor, muéstranos el camino". Fue en estas circunstancias que el Maestro les respondió: "Yo soy el camino, la verdad y la vida".

Es triste querer llegar a algún lugar sin conocer el camino; pierdes tiempo y esfuerzo. Te frustras, te desengañas, y hasta llegas a pensar que te han mentido. Entonces, abandonas tus sueños y esperanzas, y caes en el terreno del cinismo. El cínico finge que vive, aunque no vive; hace de cuenta que ama, pero odia; parece que sonríe y, sin embargo, llora. Y no se incomoda con lo que los otros o él mismo piensen; pierde la sensibilidad.

-¿Para qué seguir luchando? -me preguntaba el otro día una persona-. Me he esforzado por ser feliz, y nada he logrado. ¿Vale la pena intentar de nuevo, en un mundo lleno de injusticias?

¡Claro que sí! El secreto es encontrar el sendero, en medio de tantos caminos engañosos, seductores y atractivos. Caminos que te prometen luces y fuegos artificiales, fama, poder y placer, pero te llevan al pozo de la angustia, a las cuevas tenebrosas de la culpabilidad y del cinismo.
En medio de todo eso, suena la mansa voz de Jesús, que declara: "Yo soy el camino". ¿Es este mismo "Yo Soy" que se le presentó a Moisés, en las arenas del desierto? Sí, es este el mismo Dios eterno que le da sentido a una vida escondida en la montaña de los errores humanos. Es el mismo Dios que quita a Moisés de entre las ovejas, y lo lleva a conducir un pueblo rumbo a la tierra de sus sueños.

¡Jesús es el Camino! ¡Búscalo hoy, en humildad! ¡Sométete a él! Sigúelo por dondequiera que vaya, y tu existencia cobrará el brillo de las vidas victoriosas. Amanecerá un nuevo día, y no tendrás miedo de vivirlo. Marcharás en la fuerza del que te llamó para escribir una página en la historia de los vencedores. Por eso, hoy, no te atrevas a enfrentar las luchas que el día te trae sin recordar las palabras de Jesús: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

domingo, 27 de febrero de 2011

LA CREATIVIDAD ES DIVINA

«En el principio creó Dios los cielos y la tierra», Génesis 1: 7.

Dios creó de la nada este mundo, perfecto y hermoso. Todo lo que hacemos tiene un origen. Para crear algo nuevo, partimos de algo que ya hemos visto; la idea se desarrolla y nace algo diferente. A eso le llamamos creatividad, una capacidad que Dios mismo nos concede.

Cada año se inventan muchísimas cosas nuevas. Claro, una buena cantidad de esos inventos jamás los conoceremos; algunos resultarán ser poco útiles, y otros serán tan populares que todo mundo los querrá tener. También puede ser que algunas ¡deas sean deshe-chadas por sus creadores, tal vez por falta de apoyo o desánimo, y aunque abandonan esos proyectos, alguien más aparece, los aprovecha y perfecciona.

Por otro lado tenemos el caso de las personas que tienen una idea; cuando la comentan, reciben por respuesta burlas y desprecio. Pero persisten y logran su objetivo. Puedo mencionarte un par de ejemplos:

A Godfrey Hounsfield le pareció que sería útil observar el interior del cuerpo humano sin tener que recurrir a una cirugía. A mucha gente la idea le pareció extraña, pero Hounsfield terminó desarrollando el escáner de tomografías axiales computarizadas y recibió un premio Nobel.

A Masaru Ibuka, presidente honorario de Sony, le parecían muy estorbosos los reproductores de cinta portátiles que su compañía fabricaba; pidió a los ingenieros que fabricaran uno más pequeño. Así nació el Walkman original, que revolucionó la industria de la música.

Si te conectas con Jesús podrías llegar a hacer grandes cosas a favor de la humanidad y para honrarlo a él.

Tomado de meditaciones matinales para menores
Conéctate con Jesús
Por Noemí Gil Gálvez

DETRÁS DEL ARCO IRIS

Jehová te bendiga y te guarde. Jehová haga resplandecer su sobre ti y tenga de ti misericordia; Jehová alce sadré tí su rostro y ponga en ti paz. (Números 6:24-26).

Dios desea ser nuestro eterno refugio, nuestro sol resplandeciente. Desea concedernos su bondad. Anhela mirarnos con amor y otorgarnos su paz. Pero, ¿puede lograr siempre su propósito en nosoíros? Desgraciadamente nuestra libertad puede constituir un impedimento al propósito divino. La libertad que él nos dio para ser felices se interpone a veces como una nube ante los cálidos rayos del sol divino.

Analiza por un momento tu vida. Ahí donde estás. Sentada, acostada, en el trabajo o en cualquier lugar. Contéstate a estas preguntas: ¿Estoy recibiendo las bendiciones de Dios? ¿Me siento protegida en sus manos, cobijada por su bondad, objeto de su amor y colmada de su paz? Quizás pienses que estoy escribiendo palabras irreales, muy bonitas para ser plasmadas en un papel, pero muy distantes de la realidad. ¿Cómo puede, un ser humano vivir en un mundo tan alejado de la felicidad y al mismo tiempo disfrutar de las bendiciones descritas en este versículo? Para ello no hay otra explicación que la que dio el mismo Jesús: «Les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo» (Juan 16: 33). ¿Podemos, entonces, ver cumplidas en nuestras vidas estas palabras de bendición? ¿Existe alguna condición para recibir la misericordia y la paz divinas?

Aunque el amor divino es incondicional, las bendiciones de este amor están sujetas a condiciones, pero no por parte de Dios, sino por la nuestra. ¿Por qué? Porque el amor está, la bendición está, pero hemos de. estar nosotros para recibirlos. Nuestras decisiones juegan un papel importante.

¿Estás dispuesta a dejarte abrazar por el amor divino? No importa por qué circunstancias estés pasando, la bendición de Dios se hace más patente después de una tormenta. Para ver los colores del arco iris, es necesaria la lluvia. Ante la tempestad o la calma, asegúrale de estar lista para recibir las bendiciones de tu Dios. Tras el arco iris brilla el sol de las bendiciones de Dios.


Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

LA AMISTAD DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS

Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón. Hechos 2:46.

El clima que reinó en la iglesia cristiana naciente fue el de una genuina amistad. En esos años ser seguidor de Cristo era sinónimo de perder la familia, el trabajo, la libertad y hasta la vida, así que quienes aceptaban a Jesús como Salvador debían sostenerse y ayudarse mutuamente como verdaderos amigos.

Lucas, al describir este cálido ambiente cristiano, nos dice que "partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón". En otras palabras, no había rivalidad, no había censuras, ni críticas, ni peleas. Todos se consideraban iguales y amigos.

En uno de los cursos que me tocó enseñar viví una experiencia similar a esta. Ahorramos dinero durante algún tiempo, luego planificamos una salida a un parque y decidimos comprar pizzas y gaseosas para almorzar. Cada alumno indicó por anticipado cuánto comería, y después de calcular decidimos comprar 16 pizzas. El día sería para jugar, conocernos en un ambiente distinto y terminar el "gran recreo" comiendo todos juntos.

Luego de definidos los planes, esperamos el evento con mucha ansiedad, hasta que finalmente llegó. Comenzamos a jugar al fútbol mixto (varones y señoritas juntos) mientras otros grupos conversaban o jugaban al voleibol. Pasado el mediodía llegaron los repartidores con todas las pizzas y nos dispusimos a disfrutar el festín. ¡Qué buen día pasamos! Luego de la oración, todo el almuerzo estuvo salpicado de charlas y risas. Los chistes y las bromas de buen gusto hacían aún más deliciosas las pizzas que consumimos.

Los buenos amigos comparten todo con "alegría y sencillez de corazón", porque dentro de una buena amistad no hay lugar para el egoísmo o el orgullo. Así ocurrió con los primeros cristianos y así debe ocurrir ahora, porque siempre que se acepta a Jesús como amigo, él se convierte en el nexo de otras amistades que duran para siempre.

La vida de esa iglesia naciente no fue fácil. Era peligroso admitirse seguidor de Jesús, pero el buen espíritu y la confianza poderosa de los primeros creyentes en su Salvador, hizo que en pocos años todo el Imperio Romano estuviera colmado de cristianos. De igual manera tenemos que hacer hoy, porque solo la fe y la amistad sincera con Jesús podrán convencer al mundo de que él es la única opción.

Procura a lo largo de este día compartir con alguien la amistad que sientes por Jesús.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

¡SALVARÁ!

Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, por que el salvará a su pueblo de sus pecados. Mateo 1:21.

Jacinta no lo pensó dos veces para aceptar la propuesta de atravesar la frontera y partir en busca del sueño americano. Sabía de los peligros que la aguardaban, pero su indómita naturaleza de mujer sufrida le decía que no hay recompensa sin dolor. Y partió. Fueron días terribles de hambre, sed, cansancio, miedo, terror... y abuso. Los primeros días, acompañó el ritmo de los hombres, en las largas caminatas nocturnas a través del desierto. Después, fue perdiendo las fuerzas, y en una oportunidad quedó retrasada. Un "coyote" aprovechó la oportunidad y abusó de ella.

Con la autoestima por los suelos y la dignidad como papel estrujado, Jacinta llegó a pensar que no había valido la pena aventurarse. Fue violada cuatro veces, y después abandonada en el desierto. Los "coyotes" pensaban que la joven no sobreviviría al calor infernal del desierto. Pero se engañaron. Un día, cuando ella misma pensaba que la muerte se aproximaba inexorablemente, un extraño la encontró y la salvó. Las autoridades los encontraron, y ambos fueron presos y deportados. Aquel hombre que la salvó podría haber seguido su camino solo, y habría alcanzado su objetivo, pero decidió ayudar a Jacinta. El precio de su nobleza fue la prisión. Jacinta vivió para contar la historia. El versículo de hoy afirma que la misión de Jesús era salvar. Nos encontró un día, muriendo en el desierto de esta vida, sin ideales y sin sueños; a veces, sin dignidad ni respeto propio. Podría haber seguido su camino, pasado de largo; pero se detuvo. Lo dejó todo allá, en el cielo, y aceptó pagar el precio de nuestra redención. Éramos esclavos; todos estábamos condenados a morir, puesto que la paga que da el pecado es la muerte. Pero, el Señor Jesús te amó tanto que aceptó morir en tu lugar.

Jamás podremos entender un amor como ese. Que alguien muera por un justo, dice Pablo, es razonable; pero, Jesús mostró su amor por nosotros en el hecho de que, siendo pecadores, él aceptó morir en nuestro lugar.

Jacinta y el desconocido que la salvó hoy son esposos, y tienen tres hijos. Un año después del triste incidente, volvieron juntos a los Estados Unidos, y hoy se alegran en la belleza del evangelio.
Jesús también desposó a su iglesia después de haberla encontrado abandonada y haberla salvado. Por eso, hoy, vale recordar que "dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

sábado, 26 de febrero de 2011

NINGÚN SOLDADO FUE CORTÉS

«El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre», Proverbios 27: 17.

El tren había emprendido su marcha. En una de las estaciones subió al tren una mujer mayor. Por supuesto deseaba sentarse, pero el vagón parecía estar lleno; caminó por el pasillo para ver si algún asiento estaba desocupado.

La dama avanzó. Sucedía que en ese tren viajaba también un grupo de soldados, acompañados por su coronel. Al pasar la anciana cerca de aquellos hombres, estos solamente la miraron y la ignoraron. Parecía que tendría que hacer el viaje de pie, pues no había asientos vacíos y nadie cedió el suyo.
De pronto se escuchó la voz del coronel:
-Señora, venga por favor, siéntese aquí.
La mujer sonrió, le agradeció y se sentó en el asiento que le ofrecían.
Varios soldados se pusieron de pie para ofrecerle su lugar al oficial que ahora estaba de pie. Iba a ser un privilegio para cualquiera de ellos que él aceptara sentarse en alguno de esos asientos. Pero simplemente anunció:
-Muchas gracias. He decidido permanecer de pie. Si no hubo lugar para esta mujer, tampoco hay para su coronel.
Hay que ser corteses con toda la gente, pero muchas veces nos olvidamos de los mayores. Qué hermoso es tratar con cariño, respeto y cortesía a estas personas, y en sus años de cansancio necesitan ayuda.
Es de personas educadas conceder el asiento a una persona mayor que tú, también a un discapacitado o a una madre que lleva a su hijo en brazos. Si se lo pides, Cristo te ayudará a actuar así.

Tomado de meditaciones matinales para menores
Conéctate con Jesús
Por Noemí Gil Gálvez

EL PERDON

Quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás y no perdonaras a aquel lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él? (Génesis 18:24).

«Yo me casé engañada. Él antes no era así». Frases como esta son comuñes en nuestros días. ¿Es que acaso esperábamos casarnos con alguien perfecto? ¿Existe esa posibilidad o debemos admitir que todos tenemos defectos?

Bien sabía Abraham que no hay nadie perfecto y que en el corazón de los hombres que viven separados de Dios no existe más que maldad. Pero a pesar de conocer la depravación de los habitantes de Sodoma y Gomorra, Abraham dialogó con Dios en busca de misericordia y perdón. ¿Por qué? Porque además de saber cómo es la naturaleza humana, Abraham también sabía cómo es la naturaleza divina. La pregunta que le hizo al Dios de amor que se preparaba para destruir, llega a nuestros hogares instándonos a meditar en el perdón.

Escucha la voz divina diciéndote: «Si tienes problemas en tu matrimonio, ¿le pondrás fin sin perdonar?». Puede ser que tú no tengas la culpa de lo que está sucediendo en tu hogar, pero piensa antes de actuar que el amor puede superar todo obstáculo. Tal vez consideras que tu pareja se merece que le pidas el divorcio, pero ¿sabes que los habitantes de Sodoma y Gomorra también merecían el castigo divino? Aun así, Dios los perdonó.

Cuando todo parece un continuo fracaso en tu vida matrimonial, en tus relaciones afectivas y sociales, ¿estás dispuesta a dialogar con tu Dios para que te enseñe a perdonar y a amar como él ha hecho contigo?

La Biblia asegura que no podernos amar a Dios si no somos capaces de amar a nuestros semejantes. Antes de criticar y condenar a tu pareja, antes de ciarte por vencida y alejar de ti el perdón divino, recuerda que muchos hogares se han salvado y muchas relaciones se han restaurado gracias al antídoto del perdón divino. No dejes pasar la oportunidad de beber esa dosis celestial que te mostrará la felicidad; porque el perdón le reconcilia con tu pareja, con tus hijos, con tus amigos c incluso con tus enemigos, pero sobre todo con tu Dios. Señor, concédeme tu perdón.


Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

AMIGOS O ENEMIGOS

¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. Santiago 4:4.

Uno de los grandes engaños que el enemigo de Dios procura introducir en el pensamiento humano es que es posible mantenerse neutral en medio del conflicto entre el bien y el mal.

En la Biblia se presenta otra situación: o somos amigos de Dios y enemigos del diablo, o somos amigos del diablo y enemigos de Dios. Para algunos, hablar en estos términos es ser inflexible o fanático, como si no fuera real este concepto o fuera algo negociable; pero más allá de tales opiniones lo que realmente importa es lo que sostienen las Escrituras, y ellas dicen que solo hay dos caminos: o somos amigos o enemigos de Dios.

Presta atención. Jesús en el sermón del Monte señaló que están los que tienen sabor y los insípidos, los que alumbran y los que no alumbran, los que guardan la ley y los que no la guardan, los que aman a sus enemigos y los que los odian, los que oran para ser vistos y los que oran para encontrarse con Dios, los que hacen tesoros en la tierra y los que hacen tesoros en el cielo, la puerta ancha o la puerta estrecha, el camino ancho o el camino angosto, los cimientos en la arena o los cimientos en la roca (Mat. 5-7).

¿Te das cuenta? Si no somos amigos de Dios, somos amigos de su enemigo. Esto trae a mi memoria a una alumna que no quería que su amiga tuviera otras amigas. Como era hija única y estaba acostumbrada a recibir toda la atención en su hogar, pretendía que su amiga fuera amiga de ella sola y de nadie más.

En términos humanos podemos tener numerosos amigos sin que eso nos convierta en enemigos de otros, pero en términos espirituales no es así. Por eso es importante analizar qué cosa o cosas nos atan a este mundo y pueden hacer tambalear nuestra amistad con Dios.

De parte del Señor está el ofrecimiento permanente de su amistad, porque todo lo que hay en este mundo pasará y dejará de ser, pero su amor incondicional es eterno. Jesús desea que su amistad contigo comience aquí en la tierra y continúe en el cielo, después que él venga a buscarnos. Acepta la invitación que él te hace: elige ser amigo de Dios siempre.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

TODO VIENE DE ÉL

Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Filipenses 2:13.

La noche avanza, y avanzan también sus pesadillas. Braulio no duerme. Fantasmas imaginarios invaden su noche solitaria, y la transforman en preámbulo de muerte. Siempre es así, desde los quince años, cuando empezó a usar cocaína. Ya pasaron siete largos años; tiempo de dolor, de promesas incumplidas, de lágrimas y de abandono.

Braulio sufre más al percibir el sufrimiento de sus padres; los ama, aunque ellos no lo crean. Daría la vida por verlos felices y orgullosos del hijo primogénito, pero no tiene voluntad. El vicio se ha apoderado completamente de él.

Pero, esta noche es diferente. El hombre que diserta en la televisión habla de esperanza, de restauración, de una nueva vida. Cuenta historias de vidas destruidas por los vicios, y de la manera maravillosa en que Dios restauró esas vidas. Y Braulio quiere creer, pero no puede. Ya creyó en tanta cosa, y nada dio resultado. Tiene miedo de seguir frustrándose, y engañando a sus padres; por eso decide cambiar de canal. Entonces sucede algo imprevisto: las cámaras cierran en el plano del rostro de la persona que habla en la televisión y, sin querer, el joven drogadicto se encuentra cara a cara conmigo, y oye mi voz:

-No eres tú; es Dios quien lo hará. Tus promesas son promesas de arena; tú no tienes fuerza de voluntad. Lo que estás sintiendo en este momento ya es el trabajo del Espíritu Santo, en tu corazón. Deja que Dios termine lo que está comenzando a hacer.

Y Braulio cree. Acepta el milagro divino, y continúa viendo el programa. Cuando termino de hacer el llamado, el muchacho se arrodilla delante de la televisión, y llora. "Señor", dice, "yo no tengo fuerzas; no soy nadie, no puedo ni quiero. Pero, si el querer y el hacer son tuyos, entonces opera el milagro en mi vida y libérame de este vicio".

Conocí a Braulio años después. Un día, mientras esperaba mi vuelo en el aeropuerto de Dallas, un joven elegante, maletín de ejecutivo en la mano, se aproximó a mí y me preguntó:

-¿Es usted el pastor Bullón?
Al oír mi respuesta, me abrazó con emoción, y me dijo:
-No sabe cómo agradezco a Dios porque aquella noche triste, de mi triste vida, él lo usó a usted como instrumento para traer esperanza a mi corazón.
Por eso, sin importar cuál sea la lucha que tú enfrentas, comienza este día seguro de que "Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer,
por su buena voluntad".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

viernes, 25 de febrero de 2011

¡ACTIVATE!

«Salúdense los unos a los otros con un beso de amor fraternal», 1 Pedro 5: 14.

Escribe el nombre de los personajes bíblicos a que se refiere cada descripción, para que puedas formar el acróstico.

  1. No mostró cortesía al enojarse con su hermano y se convirtió en el primer asesino.
  2. Quiso acompañar a su suegra en primera instancia, pero prefirió regresar a su pueblo.
  3. Jovencita cortés que hasta agua le dio a los camellos.
  4. El abuelo de Isaac, que salió de Ur de los Caldeos.
  5. Profeta que mostró respeto al rey Josafat.
  6. Mujer a quien su cuñada rechazó porque era morena.
  7. De niño ayudó a su padre a preparar su propio sacrificio.
  8. Joven que se mostraba amable con el pueblo para quedarse con el reino de su padre.

  1. _ _ _ _
  2. _ _ _ _
  3. _ _ _ _ _ _
  4. _ _ _ _
  5. _ _ _ _ _ _
  6. _ _ _ _ _ _
  7. _ _ _ _ _
  8. _ _ _ _ _ _ _

La cortesía no siempre la demostramos en casa. A veces se nos olvida que nuestra familia es lo más importante que tenemos y debemos tratarla muy bien.

Tomado de meditaciones matinales para menores
Conéctate con Jesús
Por Noemí Gil Gálvez

A PESAR DE. - PARTE 2

Me devuelven mal por bien y odio por amor (Salmos 109:5).

Muchas veces nos lamentamos por los golpes que recibimos. Lloramos y nos quejamos, cuestionamos a Dios y le preguntamos por qué. Aunque vivimos en un mundo donde predomina la injusticia, somos alérgicos a que se nos trate injustamente. Sin embargo, a veces somos injustos con los demás, incluso sin darnos cuenta. Por eso nos rebelamos, luchamos y pataleamos, quejándonos a Dios como si fuera el responsable.

Si pudiéramos ver cómo Dios toma nota de cada acto hiriente, tendríamos más cuidado al escoger el bando en el que posicionarnos. Si somos criticadas y juzgadas injustamente, no debemos sentirnos por ello las más dignas de lástima, ni tan siquiera víctimas, sino luchadoras que pelean la buena batalla y que vencen gracias a la sangre del Cordero. Dignas de lástima seríamos si nos convirtiésemos en juezas, calumniadoras, mentirosas o chismosas.
El autor de nuestro texto de hoy estaba experimentando la injusticia humana, recibiendo lo que no había dado. Debía comprender que cuando el amor es el que nos motiva a dar, no hemos de esperar recibir nada a cambio. Así que. cuando mires al cielo para quejarte por la ingratitud que recibes, considera primero todas estas cosas.

No seas nunca portadora del látigo, más bien alégrate porque eres de las que recibes doble porción: el látigo ajeno y el bálsamo divino. En el plan de salvación estaba previsto que alguien traicionaría al Mesías, pero qué lástima para Judas que fuera él. Del mismo modo, en la iglesia siempre habrá personas dispuestas a herir, pero qué triste ser una de ellas.
Cuando alguien te lastime con el dardo venenoso de la ingratitud, recuerda que Cristo fue herido por ti. Si sientes que es muy profunda la herida, acude a él y seguramente hallarás fuerzas para seguir y salir victoriosa. No te rindas. Comparte hoy tus experiencias de victoria así como yo he compartido las mías contigo, y verás que el peso que te agobia se aligerará, porque ya no lo cargarás sola, sino que Cristo lo llevará por ti. Sigue amando «a pesar de».

El amor sigue besando, aun cuándo está herido.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

CUANDO ELLOS NO ESTÁN, JESÚS SIEMPRE ESTÁ

He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén. Mateo 28:20.

La sociabilidad es una de las cualidades que poseemos los seres humanos y que fue dada por Dios. Nuestro Creador nos diseñó como seres que poseen la capacidad de relacionarse con otros seres similares en el plano espiritual, emocional, mental y físico.

Por diversas razones, no todos tienen la virtud de relacionarse bien con otras personas, y este era el caso de uno de mis alumnos en el colegio. Inteligente, despierto e inquieto, no paraba de molestar y perseguir a compañeros y compañeras del aula. En varias situaciones me vi obligado a llamarle la atención para que se tranquilizara y dejara en paz al resto de los alumnos, quienes a veces se sentían incómodos por sus chistes y bromas.

A medida que avanzó el año, su rendimiento escolar fue decayendo, así que en una entrevista en mi oficina conversamos largo y tendido por ese motivo. Mi sorpresa fue que al conocerlo y tratarlo personalmente, advertí que el problema real era que se sentía solo y no tenía amigos. Sus padres trabajaban todo el día, así que no tenía con quién conversar en su hogar; sus chistes y bromas solo eran para llamar la atención y sentirse querido por alguien, pero en el aula sentía que nadie era su amigo o amiga. Oramos para que sus calificaciones mejoraran, pero también oramos para que el Señor le quitara ese vacío interior que llamamos soledad.

No todos hemos experimentado el sentimiento de soledad, pero es bastante común. Muchas personas desearían tener amigos para poder compartir su vida, para sentirse queridos, comprendidos y acompañados. Desafortunadamente, les toca enfrentar solos todos sus desafíos.

A todos ellos, el Amigo de los amigos les dice: "He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo". Cada día y todos los días podemos disponer de la compañía y amistad de Jesús. Cada día tenemos la posibilidad de buscarlo para que nos escuche y atienda nuestros pedidos. Cada día podemos sentir su amor y su cariño como si fuéramos los únicos seres del mundo. La gran promesa de Jesús de estar contigo "hasta el fin del mundo" permanece inalterable hasta el presente, para que la recuerdes en todo momento, especialmente cuando sientas que no tienes amigos. Quizá te digas: "No siento que Jesús esté conmigo", pero déjame decirte que no necesitas sentirlo, debes creerlo, porque ese Jesús que lo prometió se hará presente en tu vida a través de la fe.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

DIOS SABE

No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. Mateo 6:8.

Si Dios conoce tus necesidades antes de que le pidas cualquier cosa, ¿por qué necesitas orar? Muchos piensan que la oración tiene, como propósito, informar a Dios acerca de la situación difícil por la que están atravesando; pero, no es así. El propósito principal de la oración es la comunicación con Dios.

¿Imaginaste cómo sería la vida si las personas se aproximasen unas a las otras solo para pedirse cosas? Sería un acercamiento egoísta y sin significado. Las personas conversan por el simple placer de conversar; para cultivar el compañerismo, la amistad, y para conocerse mejor.

La oración no es otra cosa que conversar con Dios. ¿Sobre qué? ¡Sobre todo! Orar es abrir el corazón a Dios como a un amigo. ¿De qué conversan los amigos? De todo: deportes, noviazgo, cocina, trabajo, automóvil, finanzas; y, a veces, de cosas insignificantes e irrelevantes, solo para pasar tiempo con el amigo.

¿Es Jesús, para ti, el mejor amigo? Entonces, ábrele tu corazón. Pasa tiempo con él, a solas. Sepárate de las multitudes y, en tu habitación, exprésale a tu mejor Amigo todo lo que estás sintiendo: tus tristezas, dolores, alegrías, sueños y frustraciones.

Al hacer eso, no le estás informando de nada; Jesús ya sabe lo que te está sucediendo. Pero, cuando tú se lo cuentas, algo extraordinario sucede dentro de ti. Al levantarte de tus rodillas, percibes las dificultades desde una perspectiva diferente. El temor, las dudas y la desconfianza desaparecen, y te sientes con valor para enfrentar los embates de la vida.

En vez de rumiar tus tristezas y preocupaciones, en soledad, dando lugar a la ansiedad, cuéntale a Jesús lo que te está perturbando. El versículo de hoy aconseja: "No hagáis como ellos" ¿Quiénes son ellos? Quienes no conocen a Jesús. Los que tratan de resolver sus problemas solos, creyendo que la fuerza de voluntad o la disciplina mental son suficientes para salir de las dificultades.

Hoy es un nuevo día; ayer ya se fue. Pudo haber sido un ayer lleno de momentos tristes, pero ya es pasado. Abre las ventanas de tu corazón a los nuevos desafíos que la vida te presente. Nada está perdido cuando estás con Jesús. Pero, no salgas sin recordar el consejo del maestro: "No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

jueves, 24 de febrero de 2011

ELÍ CAMBIA SU MANERA DE PENSAR

«No, mi señor, no he bebido ni vino ni cerveza. Soy solo una mujer angustiada que ha venido a desahogarse delante del Señor», 1 Samuel 1: 15.

Ana estaba asombrada ante la actitud del sacerdote en el templo. ¿Cómo era posible que, siendo ella una mujer respetable, la hubiera confundido con una ebria? El texto de hoy contiene la respuesta que dio ella, y demostraba quién era realmente.
Supongo que el sacerdote Eli se sintió confundído, y tal vez un poco avergonzado, por haber malinterpretado a aquella mujer. La había visto desde lejos y no entendió que ella, llena de tristeza, oraba en voz baja. Cuando se acercó a regañarla, recibió una respuesta muy suave, así que compuso sus palabras y le dijo a Ana: «Vete en paz. Que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido».
Quizás otra persona, en el lugar de Ana, se hubiese puesto a la defensiva. Es bastante más fácil responder con agresividad. ¿Qué hubieras hecho tú? ¿Cómo respondes cuando alguien se equivoca y te juzga por algo que no has hecho?
Tu tono de voz al responder indica realmente qué clase de persona eres. La cortesía y la prudencia deben ir juntas. Cuando hables con las demás personas, usa palabras corteses y amables. Al conectarte con Jesús aprenderás a responder correctamente. Recuerda incluir esto en tus oraciones de hoy.

Tomado de meditaciones matinales para menores
Conéctate con Jesús
Por Noemí Gil Gálvez

A PESAR DE. - PARTE 1

Me devuelven mal por bien y odio por amor (Salmos 109:51).

Uno de los peores defectos del ser humano es la ingratitud. Por eso admiro, respeto, alabo y agradezco a Dios porque pudo soportarla, aun sabiendo de antemano lo dolorosa que sería. «A lo suyo vino, pero los suyos no lo recibieron» (Juan 1: 11), nos asegura la Biblia. Este es uno de los textos que más han impactado mi corazón. El amor de Dios es tan extraordinario e inagotable que nunca ha estado sujeto a la reacción humana. Solo se ha preocupado por dar, porque el amor no puede producir otra cosa que amor.

Como miembros de iglesia sabemos teóricamente que la ingratitud forma parle de nuestra convivencia, aunque no queramos sufrirla. Siempre recuerdo la letra de un hermoso himno que dice: «Gracias a Dios por mis tristezas, y también mis alegrías. Gracias a Dios por mis tormentos. Me ayudaron a fortalecerme, hoy solo en él confío, y por siempre en él he de confiar. A través del dolor, aprendí a confiar en Cristo, ya sé confiar en Dios. A través del dolor, llegué hasta el fondo del amor».

Es un acto de misericordia de parte de Dios mantener a personas dentro de la iglesia que son profesionales del látigo. Que con destreza, habilidad y mucha fuerza hacen gala de su maestría al descargar contra los fieles todos sus golpes. A veces creemos que las pruebas más duras vendrán de afuera, de personas que no comparten nuestra fe y que se declaran abiertamente enemigas nuestras. Sin embargo, duelen mucho más los golpes del que se sienta a tu mesa que los del desconocido. Ciertamente los latigazos más violentos, los que transformarán nuestros débiles pies en robustas columnas y baluartes de la te, vendrán de los que eslán a nuestro lado, de los que dicen ser nuestros amigos, de aquellos que, como Judas, nos besan en la mejilla.

¿Has experimentado estos látigos en tu vida? ¿Los estás sintiendo ahora? No desmayes, sigue el consejo divino: ora. Tienes un Dios que ve, que oye y que sabe todo cuanto pasas. Mantente firme y verás grandes cosas. El amor te hace elevar oraciones a través de las cuales llega el perdón.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

CUATRO AMIGOS

Y él dijo: He aquí y o veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses. Daniel 3:25.

Ayer hablamos de que los amigos están para ayudar al que está desanimado y para dar consuelo. Hoy mencionaremos la importancia de la amistad para superar las pruebas de la vida. Este fue el caso de Sadrac, Mesac y Abed-nego.

El edicto imperial había salido desde Babilonia y recorrido todos los pueblos subyugados. De cada uno de ellos habían salido "los sátrapas, magistrados, capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces y todos los gobernadores de las provincias" (Dan. 3:2) con el propósito de honrar al dios que Nabucodonosor había levantado en la llanura de Dura. Una imagen colosal toda de oro, de 27 metros de altura y casi 3 metros de ancho se elevaba imponente y majestuosa.

La ley era clara: al oír la música todos debían inclinarse ante la estatua y adorarla, en caso contrario serían quemados en el horno de fuego.
Los tres amigos sabían lo que tenían que hacer, ya que como adoradores del verdadero Dios conocían el mandamiento que dice: "no te harás imagen... no te inclinarás a ellas, ni las honrarás" (Exo. 20:4, 5) y entre los tres se estimularon y se animaron para que su fe no decayera en el momento de prueba.

La música comenzó a escucharse y todo el mundo se inclinó ante el ídolo babilónico... ¿todo el mundo? No, los tres amigos permanecieron de pie ante la tremenda presión de todas las miradas. Algunos caldeos maliciosos fueron con el chisme al rey y este tuvo que interrogar a los tres hebreos audaces que se habían animado a desafiarlo. Con algo de paciencia, el rey procuró darles otra oportunidad, siempre y cuando ellos obedecieran. Si no, el castigo de ser completamente quemados sería efectivo. Los tres jóvenes no se pusieron a discutir con el rey, sino que con fe robusta confesaron que su Dios podía librarlos de las llamas, y si no lo hacía, tampoco adorarían a la imagen de oro. El enojo del rey no conoció límites, y con una cólera total ordenó que se calentara el horno de fuego y que los tres amigos fueran lanzados en él.

Jesús, el gran Amigo, no se olvidó de los suyos, y en ese momento de prueba se hizo presente para acompañar a estos tres héroes. Esta es la historia bíbli-i ,1 de los cuatro amigos que se pasearon en un horno de fuego sin quemarse, porque uno de ellos tenía el poder sobre las llamas y la vida.

Hoy nosotros también podemos estar expuestos al fuego de los problemas y las pruebas. En esos momentos, puedes contar con el mismo Amigo que acompañó y salvó a los tres jóvenes hebreos.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

DIOS TE LIBRARÁ

Porque él librará al menesteroso que clamare, y al afligido que no tuviere quien le socorra. Salmo 72:12.

Estoy en la esquina de las calles Siete de septiembre y Ouvidor, en el centro de Río de Janeiro, República del Brasil. Hay mucha gente. Gente de todos colores, formas y tamaños. Estudiantes con cuadernos y libros en la mano; gente apresurada que corre al trabajo; gente que anda, vendedores ambulantes; compradores y personas que simplemente pasean. Unos tristes, otros alegres. Serios, sonrientes, amargados... en fin. Gente de todos los tipos y todas las razas.

En la misma esquina, sentado en el suelo, hay un mendigo, que levanta la mano pidiendo auxilio. Nadie lo mira; las personas están demasiado preocupadas con sus propios problemas para tomarse el trabajo de siquiera mirar a alguien que extiende la mano.

Es la escena de todos los días y todos los lugares. Gente necesitada de un lado; personas indiferentes del otro. ¿Qué hacer? "La vida es así", parecen pensar las personas. "Es el pan cotidiano de los mortales". "Nadie puede hacer nada por nadie". Y cada uno prosigue el ritmo de su vida huyendo de la pobreza; ajeno a la indigencia de los demás.

Hay momentos, en la vida, en los cuales literalmente no tienes adonde ir. Necesitas de ayuda; sientes que tu embarcación se está hundiendo. Las tinieblas de la desesperación rodean tu vida, y el miedo te paraliza. Menesteroso y afligido, no sabes a quién pedir socorro.

En el mundo, hay personas que no ayudan porque no quieren; otras no ayudan porque no pueden. Pero, el versículo de hoy habla de un Dios que puede y quiere ayudarte; un Dios que se preocupa por tus necesidades físicas y emocionales. La palabra menesteroso, ebyoun en hebreo, se refiere a alguien que necesita de ayuda material, pero la palabra afligido, anyi, está relacionada con las carencias del espíritu y de las emociones.

Pobre no es solo el que no tiene qué comer, sino también el que tiene demasiado para comer, pero que llora el vacío del alma. Lo maravilloso es que Dios se preocupa por ambos. ¡Clama a él! ¡Suplica su ayuda! Él está siempre listo para extender la mano a aquellos que buscan su auxilio. Él conoce tus necesidades mejor que nadie; sabe de tus dolores y tristezas; la soledad de tu alma; las angustias de tu corazón.

Ni un gorrión muere, ni un cabello cae, sin que Dios lo sepa. ¿Por qué no correría en tu auxilio? Por eso hoy, a pesar de las circunstancias difíciles que puedas enfrentar, recuerda la promesa divina: "Porque él librará al menesteroso que clamare, y al afligido que no tuviere quién le socorra".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

miércoles, 23 de febrero de 2011

UN CHAT CON SARA

«Así que Abram le dijo a Lot: "No debe haber pleitos entre nosotros, ni entre nuestros pastores, porque somos parientes. Allí tienes toda la tierra a tu disposición"», Génesis 13:8 y 9.

Tú: ¿Qué tal, señora Sara? Veo que acaba de iniciar sesión.
Sara: ¡Hola! ¿Cómo estás?

Tú: ¡Muy bien, gracias! En el culto familiar estuvimos hablando de la cortesía, y recordamos la historia de su esposo Abraham, y su sobrino Lot.
Sara: ¿Ah, sí? ¿Qué parte de la historia?
Tú: Cuando el señor Abraham decidió separarse de Lot, porque ambos tenían demasiado ganado.
Sara: Recuerdo ese incidente...
Tú: Estuvimos discutiendo que al señor realmente le tocaba escoger primero, por ser el mayor, pero de todos modos le dio la preferencia a Lot.

Sara: Sí, la cortesía era una de las características que más me gustaba de mi esposo. Además, Lot era como un hijo para nosotros.
Tú: Pues sí fue muy amable de su parte dejar que él eligiera primero.
Sara: En nuestra familia se había cultivado siempre la cortesía. Mi esposo amaba a Lot como si fuera su propio hijo y deseaba lo mejor para él.
Tú: Creo que entiendo, pero no creo que sea fácil.
Sara: Sobre todo porque la gente es egoísta y siempre quiere estar en primer lugar. Pero con los años aprendes cuál es la mejor manera de actuar. ¡Hasta pronto! Recuerda que siempre tienes que ser cortés.

Tú: Está bien, trataré de que no se me olvide.

Tomado de meditaciones matinales para menores
Conéctate con Jesús
Por Noemí Gil Gálvez

OJOS LIMPIOS

Enviaron en busca de hombres que vinieran de lejos, a los cuales había sido enviado un mensajero, y vinieron. Por amor de ellos te lavaste, te pintaste los ojos y te ataviaste con adornos. (Ezequiel 23:40).

El texto para meditar en este día es un reproche de parte, de Dios a su esposa, su pueblo elegido. A pesar de que el Señor había hecho tantas cosas por ellos, su amor no era correspondido.

Me asombra tanto amor de parte de Dios, y tan diferente al tipo de amor que nosotros solemos manifestar. Nuestra expresión del amor parece estar sujeta a condiciones. A veces, como mujeres, nos sentimos insatisfechas y nos quejamos a o largo de todas las etapas de la vida. Queremos vivir un noviazgo eterno con nuestra pareja, donde las miradas sean siempre de gran intensidad y los piropos no se acaben nunca. Pero la vida tiene etapas diferentes, y no podemos quedamos estancadas. Podemos evolucionar, y a cada paso disfrutar de los distintos privilegios y responsabilidades que cada etapa trae consigo.

¡Cuántas veces oímos decir: «Cuando éramos novios era una cosa y ahora que estamos casados es otra»! Y no faltan las que, decepcionadas porque la realidad no se corresponde con su fantasía, se lanzan en busca de otro hombre, para el cual se acicalan, se pintan y se atavían con adornos. Dios nos invita a que meditemos en nuestra etapa actual. ¿Estás soltera? Entonces, prepárate para recibir el amor. ¿Estás casada? Pues unge tus ojos, busca tu belleza interior y exterior, perfuma tu vida con el amor divino y busca a Dios en oración. Verás que podrás disfrutar de las múltiples etapas por las cuales Dios, en su gran misericordia, te hará pasar.

Me encantaba observar a mis abuelos maternos sentados, tomados de la mano, sin pronunciar palabra, simplemente disfrutando de la compañía mutua. A muchos les parecerá algo aburrido, pero llegar a los 50 años de casados es un privilegio que no todos pueden tener. ¿Estás dispuesta a cuidar tu matrimonio para que crezca cada día más? Entonces, asegúrate de ser siempre la princesa que se atavía interna y externamente para su príncipe y no para otros.

El amor es siempre bello, no hacen falta lentes para ver su belleza.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

AMIGOS QUE DAN CONSUELO

Pero yo os alentaría con mis palabras, y la consolación de mis labios apaciguaría vuestro dolor. Job 16:5.

Las Escrituras presentan todo tipo de ejemplos: algunos positivos para que los imites y otros negativos, para que no cometas los errores de sus protagonistas. Dentro de este último grupo, están los "tres amigos de Job": Elifaz, Bildad y Zofar.

Llegaron para visitarlo en el peor momento de su vida, cuando había perdido a sus diez hijos, toda su riqueza, la integridad de su esposa y su salud; y el propósito de su visita era "condolerse de él y para consolarle" (Job 2:11). El dolor de Job era tremendo, después de haber sido considerado como un príncipe dentro de su pueblo, con una fortuna considerable y una familia numerosa, estaba derribado, en la pobreza total, rascándose sus llagas con un ladrillo y preguntándose mil veces qué había hecho para merecer todo ese sufrimiento.

De los 42 capítulos que tiene el libro de Job, 30 son utilizados para describir el diálogo que mantuvo con sus tres amigos, y en todos ellos se describe cómo se olvidaron de su propósito inicial al visitarlo, porque en vez de consolarlo intentaron que Job se declarara "pecador". Por supuesto, ellos ignoraban que la justicia divina consideraba a Job "perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal" y que no había "otro como él en la tierra" (Job 1:1, 8).

Elifaz, Bildad y Zofar no podían reconocer que en este mundo el sol sale "sobre malos y buenos" y la lluvia cae "sobre justos e injustos" (Mat. 5:45). Ellos suponían que la única explicación para la terrible desgracia de Job era su comisión de pecados que solo Dios conocía. Con palabras hirientes y mordaces angustiaron más la vida de Job, produciéndole dolor en vez de consuelo. En un momento de su conversación, Job llegó a suplicar: "¿Hasta cuándo angustiaréis mi alma, y me moleréis con palabras?" y más adelante exclamó: "¡Oh, vosotros mis amigos, tened compasión de mí, tened compasión de mí! Porque la mano de Dios me ha tocado" (Job 19:2, 21).

En todos estos diálogos, el Juez de toda la tierra estuvo presente, y reprendió a los tres amigos por cómo le hablaron al amigo derribado. Finalmente tuvieron que volver para pedirle perdón a Job y rogarle que orara por ellos a Dios para que no los tratara "afrentosamente" (Job 42:8).

Los buenos amigos jamás deben aprovechar que uno esté caído para añadir tristeza y abatimiento, porque lo que necesita el caído es consuelo, alegría, compañía y comprensión. La desgracia ya lo hizo caer, el buen amigo está para ayudarlo a levantarse. Nunca te prestes para hacer "leña del árbol caído", sino que con tus manos ayúdalo a ponerse de pie.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

EL FIN DEL DOLOR

Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. 1 Corintios 15:54.

La esperanza del cristiano no se limita a la resurrección, sino también se proyecta hacia la eternidad; una vida eterna sin los problemas de este mundo. San Pablo dice que, cuando resucitemos, "esto mortal será vestido de inmortalidad y esto corruptible será vestido de incorruptibilidad".

¿Sabes lo que eso significa? Resucitaremos con una naturaleza transformada. Las tendencias pecaminosas habrán llegado a su término. No existirá más la lucha interior que te lleva a la desesperación de querer servir a Dios y no poder. Creo que, de todas las bendiciones de la vida eterna, esta es la más significativa. Volveremos a tener la naturaleza de Adán antes de la caída. Nahum declara que el pecado no se levantará por segunda vez.

Claro que también habrá una transformación física. El cojo saltará, el ciego verá y el mudo hablará. El que murió consumido por el cáncer resucitará completamente curado y con un organismo sin ningún tipo de molestias. Pero, para que todo esto sea una realidad, es necesario que Jesús vuelva. Nuestra esperanza está centrada en Jesús y en su retorno triunfante a este mundo; ese será el punto final dado a la historia del pecado. La salvación y todo lo que Jesús hizo en la cruz del Calvario no tendría mucho sentido sin la Segunda Venida. ¿Cuál sería el mérito de la salvación? ¿Viviríamos salvos, por la eternidad, en este mundo de dolor, de pecado y de muerte? ¿Continuaríamos enterrando a nuestros seres queridos, arrancados por la muerte? ¿Continuaría la explotación, la miseria y la traición del ser humano? ¡No! Jesús viene para decir: ¡Basta!

¡Llegó la hora de volver a casa! Y ese día está llegando. La concreción final de nuestra esperanza; el sueño hecho realidad. Hoy aceptamos todo eso por la fe, pero pronto, más pronto de lo que piensas, la trompeta sonará y nadie más te hará llorar, nadie más te hará sentir inferior; no más desempleo, ni frustraciones, no más dolor ni lágrimas.

Yo quiero prepararme para ese día. ¿Lo quieres tú, también? Despierta a un nuevo día, pero recuerda que pronto, muy pronto, cuando "esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

martes, 22 de febrero de 2011

DEMUESTRA TU CORTESÍA

«No obstante, Samuel tomó a Saúl y a su criado, los llevó al salón y les dio un lugar especial entre los invitados, que eran unos treinta», 1 Samuel 9:22.

Existen reglas de cortesía que lamentablemente muchas veces no respetamos; es más, a veces ni las conocemos. A continuación te menciono algunas reglas de cortesía que bien puedes practicar cada día:

  1. Saludar a las personas. Saluda siempre con una sonrisa.
  2. Pedir permiso para pasar.
  3. Ayudar a quien lo necesite. Puedes llevarle la bolsa de mandado a tu mamá, y abrirle la puerta del auto o de la casa.
  4. Dar el asiento a una persona mayor, discapacitada, f a una madre con su bebé.
  5. Abrir la puerta para que entre primero una persona mayor que tú.
  6. Esperar el turno en una fila. No trates de meterte a un lugar que no te pertenece.
  7. Decir «gracias» a tus padres y a quien hace algo por ti. Recuerda sonreír.
  8. Puntualidad. El tiempo de todas las personas es valioso. Haz lo posible por llegar temprano a la escuela, la iglesia y a cualquier otro lugar.
  9. Responder con tono amable y sereno. Hay que controlarse y nunca responder con gritos o insultos.
  10. Servirse porciones adecuadas. Si te toca servirte tu propio plato, no abuses; recuerda que no nada más tú tienes hambre.

Tomado de meditaciones matinales para menores
Conéctate con Jesús
Por Noemí Gil Gálvez

LA MAYOR COSECHA

Ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor (1 Corintios 13:13).

En la Biblia se presentan estas tres virtudes: fe, esperanza y amor, como las más esenciales en la vida del cristiano. Todo el capítulo 13 de 1 Corintios, dedicado al amor genuino, descorre una vez más el propósito de Dios para tu vida: que tengas fe. Una fe sólida, capaz de confiar aun en lo imposible. Una fe gigante, que toma la estatura del Calvario.

Dios también desea que tu esperanza sea firme, sin fluctuaciones, temor ni dudas. Una esperanza que te aferré a sus promesas y que te haga vislumbrar los destellos del reino de gloria. Y sobre todo. Dios desea para ti el amor que no tiene fronteras, el amor puro capaz de obrar sin egoísmo. He aqui en tres palabras el propósito, el deseo y la ambición de Dios para tu vida, para tu felicidad. Pero, lamentablemente, existe la contraparte: los propósitos, deseos y ambiciones del enemigo, que lucha constantemente para que no se cumplan los nobles propósitos de Dios en ti. Ahora entra en escena un elemento clave: tu voluntad, tu libre albedrío, tu capacidad para elegir a quién servir.
La declaración final del versículo de hoy asegura que la mayor de estas virtudes es el amor. ¿Por qué el amor? Porque por amor vas a elegir hoy a quién servir. Por amor vas a decidir en quién depositar tu fe. Por amor, tu esperanza se centrará en la certeza de la salvación. Por amor podrás mirar a tu alrededor y luchar porque otros también gocen de ese amor. Por amor vas a moldear tu conducta en obediencia a tu Salvador. Por amor vas a caminar con paso firme a la Canaán celestial y a contemplar las manos heridas por ese Amor que lo dejó todo para pensar en ti y convertirse en tu amor. ¿Lo amarás?

No comiences este día sin decidir amar a quien te amó primero entregando su vida para amarte por la eternidad.

El amor sigue siendo la única fuerza capaz de sembrar y cosechar buenos frutos.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

AMIGOS QUE PERDONAN

El amor es sufrido, es benigno... no guarda rencor. 1 Corintios 13:4, 5.

A medida que se ingresa en el mundo adulto se hace más difícil la reconciliación. Mis alumnos de los primeros grados escolares pueden pelearse, tirarse el pelo, gritarse y llorar en el transcurso de un recreo, pero en el siguiente recreo ya están nuevamente jugando juntos. Para los adultos no resulta tan natural perdonar y volver a empezar.

Por ese motivo, Pablo le enseñó a la iglesia de Corinto que el amor y el perdón van "tomados de la mano". Cuatro amigas que asistían como alumnas al colegio adventista, desde pequeñas compartían una hermosa amistad. Salían juntas, se quedaban a dormir unas en las casas de otras, se ayudaban en el estudio y se contaban intimidades y secretos. Ellas me habían permitido, hasta cierto punto, compartir esa amistad, así que a menudo estaban en mi oficina conversando y contándome sus planes y proyectos.

Al llegar a los últimos años de la enseñanza media, dos de ellas cometieron un error y el grupo se dividió. Me llamó la atención que vinieran solo dos a verme y cuando las otras dos quisieron entrar a la oficina, al ver a sus compañeras, dieron marcha atrás y se retiraron. Me dolió que una amistad de años se rompiera de esa manera y las animé a perdonarse y comenzar otra vez. Una de ellas prometió nunca más volver a tener a las otras como amigas, pero la fuerza del cariño y el perdón pudo más y después de algunos días, otra vez las cuatro fueron las amigas inseparables de siempre.

Tus amigos te pueden fallar y tú también les puedes fallar a ellos. Esto es común, ya que somos seres humanos con errores y defectos, pero Dios desea que, de habernos ofendido, hablemos y nos reconciliemos con aquellos que queremos. No tiene sentido alejarnos eternamente de una persona si pretendemos vivir con Cristo en el cielo. Es verdad, allí no habrá errores, tampoco habrá pleitos ni iras, pero el espíritu de perdón y reconciliación tiene que reinar en los corazones de los que aspiran a ser ciudadanos de la nueva Jerusalén. ¿Te imaginas a dos personas redimidas que en el cielo se ignoren por problemas que tuvieron acá en la tierra? Es imposible. Entonces comienza a practicar el perdón y la reconciliación con los que erraron, y continuarás preparándote como ciudadano celestial.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

DIOS NO FALLA

En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron. Salmo 9:10.

La voz de Douglas sonaba a tragedia cuando me llamó. El reloj indicaba exactamente 9:50, hora del este. Para él, sin embargo, ya era de noche. El "final de los tiempos" ya había llegado. Los ahorros de toda su vida estaban aplicados en la bolsa de valores, y de repente todo se desmoronaba delante de sus ojos, sin que pudiese hacer nada para salvar su patrimonio.

Por eso llamó. Se acordó de Dios, y quería que yo lo ayudase a orar, para ver si podía salvar algo en medio de todo aquel terremoto financiero.
En Nueva York, las bolsas parecían enloquecidas, como un automóvil sin dirección, precipicio abajo; en Europa, el caos no era menor. Rusia y Brasil tuvieron que cerrar la puja de la bolsa, después de una caída brutal del quince por ciento, para intentar calmar los ánimos.
En Portland, donde yo estaba, el tránsito, en medio del día sombrío, se me antojaba el desfile fúnebre de muchas carrozas, al ritmo insistente de una llovizna gris y sin vida.
Estados Unidos vivía uno de los peores momentos de su historia. Se perdía la confianza en el sistema financiero; el país del sueño americano parecía un gigante herido, tambaleante, que trataba de descubrir qué era lo que sucedía. El fantasma de la recesión avanzaba, implacable. Familias de clase media devolvían sus casas, porque no estaban en condiciones de pagarlas. Todos, de una forma u otra, se veían amenazados por un futuro sombrío e incierto, a corto plazo.
En medio de toda la turbulencia, qué bueno es escuchar la voz de Dios, que promete: "En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron".
Confiar en el Señor es el secreto para salir victorioso en todos los embates de la vida. Tal vez, el consejo te parezca muy simple. ¿De qué sirve confiar en Dios, cuando todos los ahorros de tu vida se están haciendo humo? La caída de la bolsa ¿va a detenerse solo porque confías en Dios? No. Tal vez no; seguramente no.
Pero, los que confían en el Señor no desesperan; no enloquecen ni piensan que la única salida es la muerte. Quienes conocen a Dios saben que el Señor puede levantar a sus hijos de las cenizas, como lo hizo con Job.
Deposita toda tu confianza en Dios. Conócelo. Cree en él. Dios jamás desampara a aquellos que lo buscan. Y recuerda: "En ti confiarán los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón

lunes, 21 de febrero de 2011

¡ACTIVATE!

«El que habla, hágalo como quien expresa las palabras mismas de Dios», 1 Pedro 4: 11.


Ordena y escribe correctamente las palabras para que descubras las relacionadas con la cortesía.



CADUCIONE _________________________________
BAURDADNI _________________________________
ZACILIVICIÓN _________________________________
VERECIAREN _________________________________
DADAMALIBI _________________________________
TIZAGENLE _________________________________
CALAUTE _________________________________
TELANGARÍA _________________________________

Describe cómo puedes demostrar cortesía en:
  1. La iglesia: ________________________________________________
  2. La escuela:________________________________________________
  3. Tu barrio: __________________________________________________

Tomado de meditaciones matinales para menores
Conéctate con Jesús
Por Noemí Gil Gálvez

¿ESCLAVOS O LIBRES?

Ustedes han sido llamados a ser libres (Galatas 5:13).

La libertad es el don más valioso que Dios dio al ser humano cuando lo creó. Nadie puede ser feliz si carece de esta condición. Sin embargo, el concepto de libertad parece ser algo relativo hoy en día. Para algunos, ser libre es poder fumar, beber alcohol o consumir drogas, mientras que para otros consiste en no tener que dar explicaciones a nadie. Existe también una mayoría para la cual el cristianismo es una esclavitud, pues implica estar sujetos a un Dios cuya palabra preferida es «no». ¿Y tú, te consideras libre o esclava?

Recuerdo que desde muy pequeña soñaba con llegar a ser concertista. Cuando cumplí nueve años, mi madre, quien ya me había iniciado en los estudios, me llevó a una escuela de música para matricularme. El examen «me resultó muy fácil, ya que iba muy bien preparada, pero cuando parecía que mis sueños se iban a hacer realidad, un requisito cayó sobre mi como una losa, destruyendo mi castillo de arena: debía testificar en forma escrita si tenía alguna creencia religiosa, si pertenecía a alguna denominación y si creía en Dios. Mi madre y yo nos miramos, pues sabíamos perfectamente lo que significaba aquello. Entregamos la solicitud y, a pesar de que mis notas eran elevadas, recibimos una respuesta negativa. Lloré mucho. Nos tildaron de fanáticos. Y por si eso fuera poco, algunas amistades acusaron a mis padres de intolerantes y me vaticinaron una vida de fracasos.

Obviamente nunca llegué a ser concertista, pero sí he compuesto música para alabar a Dios. Mi voz se ha unido al coro celestial para agradecerle por su bondad infinita. Mi vida si ha sido un éxito, como atestiguan mis propias compañeras. La supuesta libertad que ellas gozaban no les sirvió para lograr la felicidad que yo tengo en Cristo.

No te atormentes si los demás consideran que en Cristo no eres libre. No te has perdido nada extraordinariamente bueno en la esclavitud del pecado. Si te decides por el amor divino, habrás encontrado la verdadera libertad. El amor rompe las cadenas de la esclavitud.


Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

¿ERES AMIGO DE JESÚS?

Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Juan 15:14.

¡Te consideras amigo de Jesús? Responde antes de seguir leyendo. Jesús acepta a todos los que quieren ser sus amigos, pero para mantenernos en esa relación debemos vivir según su voluntad. Como nuestro Salvador, él sabe qué es lo mejor para nuestra vida y desea que hagamos su voluntad. Hacer la voluntad de Jesús es evidencia de que somos sus amigos.

Sé que no es fácil, no lo fue en la antigüedad y tampoco lo es ahora. Pedro se decía amigo de Jesús, lo acompañó a todas partes, presenció sus grandes milagros, atesoró sus extraordinarias enseñanzas y lo vio rodeado con la majestad divina en el monte de la transfiguración. Él estaba seguro que era amigo de Jesús porque hacía lo que él le mandaba, pero su confianza estaba en sí mismo y no en su Señor.

Delante de los otros discípulos, Pedro aseguró: "Señor, dispuesto estoy a ir contigo no solo a la cárcel, sino también a la muerte" (Lúe. 22:33). Su afirmación fue totalmente sincera, pues Pedro jamás imaginó que negaría a su amado Maestro. Pero lo hizo. No se conocía a sí mismo totalmente y negó tres veces al Amigo que se estaba entregando por él.

Hoy es posible volver a cometer el error de Pedro, porque el enemigo de las almas no quiere que seamos amigos de Jesús. A él le importa que seamos amigos solo de palabra, pero no de hechos. Jesús nos dijo: "Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando", y el enemigo dice: "Ustedes dicen que son sus amigos, pero hacen los que les venga en gana". Sin quererlo, eso fue lo que vivió Pedro. Dijo ser amigo de Jesús, pero en el momento de la prueba falló.

Tú también corres el riesgo de caer como Pedro si no pones tu confianza en Jesús. Puedes hacer firmes promesas de leer la Biblia todos los días, pero el enemigo pondrá mil excusas en tu mente para que falles; puedes proponerte orar tres veces al día, pero Satanás te mostrará que no es tan importante orar tantas veces; puedes asegurarle a Dios que dejarás de decir malas palabras, pero al estar con tus amigos volverás a decirlas como antes; puedes razonar que no volverás a mirar pornografía, pero cuando menos te lo esperes estarás otra vez con páginas obscenas delante de tus ojos.

Entonces, ¿qué podemos hacer? ¿Cómo se puede ser amigo de Jesús si es tan difícil hacer lo que él pide? Para lograrlo debes hacer lo mismo que Pedro, que dejó de tener confianza en sí mismo para confiar en Jesús. Al final de sus días, cumplió la promesa de morir por su Amigo, ya que como mártir cristiano lo crucificaron cabeza abajo. La clave está en unir el esfuerzo humano con el poder divino.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuela

TRANSFORMACIÓN

Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. 2 Corintios 3:18.

Mirar a Jesús todos los días, como en un espejo. Ese es el secreto de la transformación. El apóstol Juan es el mejor ejemplo de esa metamorfosis espiritual. Llegó un día a Jesús, cargando una personalidad deformada por el pecado. El pecado deforma las cosas bellas que Dios creó. Al salir de las manos del Creador, Adán y Eva eran semejantes a Dios en su carácter. Pero, el pecado deterioró en ellos esa imagen. Así, cuando Juan se aproximó a Jesús, traía la deformación del pecado; un temperamento explosivo, egoísta y orgulloso. Su apodo era "El hijo del trueno". ¿Te imaginas cómo era el carácter de este hombre, para que llevase ese apodo?
Gracias a Dios que lo que realmente importa, en la vida, no es lo que eres, sino lo que llegarás a ser, transformado por el poder divino. Juan buscó a Jesús de todo corazón; lo buscó en todos los momentos: lo observaba, lo contemplaba, lo miraba y lo admiraba. Se quedaba a su lado tanto en momentos de paz como de conflicto; en las horas buenas y en las horas malas. El resultado fue que, cuando Juan llegó a la ancianidad y estaba solo en la isla de Patmos, su apodo ya no era más "El hijo del trueno" sino "El discípulo del amor."
¿En qué momento cambió la vida de Juan? Nadie podría decirlo. La transformación que el Espíritu Santo opera en el ser humano es lenta, progresiva, e inadvertida por la propia persona. Los demás lo ven; quienes están en tu entorno lo perciben. Tú no; tú te sientes cada vez más indigno e insuficiente.
Mirar a Jesús no es algo romántico; no necesitas quedarte absorto, contemplando el retrato de Jesús. Mirar a Jesús significa buscarlo todos los días, mediante el estudio de la Biblia, de la oración y de la meditación.
Si haces eso, el carácter de Jesucristo irá reproduciéndose lentamente en tu vida, y serás cada día más semejante a él. Por eso hoy, antes de salir a enfrentar las luchas de un nuevo día, lleva a Jesús tus cargas. Llévale la montaña de promesas que no cumpliste; tus decisiones de arena; tus determinaciones humanas, y dile: "Señor, yo solo no puedo; necesito desesperadamente de ti. Ven y habita en mí". Porque "mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón