miércoles, 8 de mayo de 2013

COMO TE GUSTE

Lugar: Malawi
Palabra de Dios: Josué 1:7, 8

Hace varios años, alguien estableció una iglesia que atrajo a miles de personas. El nombre de la iglesia era Iglesia Zoipa Citani, que significa "Haga lo que le guste, ¿a quién le importa?"
-Venga a la iglesia con nosotros -le dijo uno de los miembros a su vecino-. Adoramos a un dios que ama a los pecadores. Todos son bienvenidos.
Al vecino le gustó lo que oyó y estuvo de acuerdo en visitar la iglesia. Ese fin de semana, hubo una ceremonia bautismal. La gente alababa a Dios porque tantas personas estaban aceptando a Cristo y se bautizaban en la iglesia.
Luego, comenzó la celebración. Todos la pasaron muy bien comiendo, bebiendo cerveza y bailando. Pusieron algo de comida y cerveza en una choza especial, como sacrificio a sus antepasados. Los miembros de la iglesia también participaron en todo tipo de actos pecaminosos.
¿Suena eso parecido a lo que se hace en tu iglesia? ¡Probablemente, no! Los miembros de esta iglesia dicen que siguen a Dios, pero eligen y siguen solamente las partes de la Biblia que les gustan. Además de eso, también tuercen el significado de los textos bíblicos, para justificar los pecados que cometen.
¿Piensas que es importante seguir todo lo que Dios dice? ¿O está bien elegir solo partes de la Biblia? Presta atención a lo que Dios dice: "Solo te pido que tengas mucho valor y firmeza para obedecer toda la ley que mi siervo Moisés te mandó. No te apartes de ella para nada; sólo así tendrás éxito dondequiera que vayas. Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en el está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito".

Medita en la Palabra de Dios, y síguelo en todo lo que hagas.
Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

SEIS COSAS QUE DIOS ABORRECE – QUINTA PARTE

Los pies que corren a hacer lo malo. Proverbios 6:18

Los pies son los miembros de nuestro cuerpo a los que menos cuidado damos; sin embargo, son dos elementos cruciales para desarrollar un determinado estilo de vida y disfrutar de autonomía. Son nuestro medio de transporte más confiable y seguro. Siempre nos llevarán al lugar preciso donde queremos ir. Un poeta, inspirado en esto, escribió: «Los pies son los que siempre llegan [...] sin saber por qué».
Los caminos del mundo, sin lugar a dudas, han sido recorridos por miles de millones de pies que han caminado en busca de una ruta que les asegurara un llegar feliz. Pero también son muchos los pies que se han desviado de la ruta y no han llegado a donde esperaban.
Los vicios, la promiscuidad, los estilos de vida contrarios a lo que Dios ha declarado como mejor para nosotros, son sendas por las que caminan los pies de los que Dios aborrece. «Sus pies descienden hasta la muerte; sus pasos van derecho al sepulcro» (Prov. 5: 5). Por el contrario, Dios califica como hermosos «los pies del que trae buenas nuevas; del que proclama la paz, del que anuncia buenas noticias, del que proclama la salvación» (Isa. 52: 7).
Amiga, son tantas las mujeres que vienen detrás de ti, las que caminan sobre las huellas que van dejando tus pies en el camino de la vida. Madres jóvenes, hijas, mujeres solteras, incluso niñas, necesitan tener la dirección correcta, y tú tienes el deber de señalársela. No confundas el camino de las que te observan, yendo a la derecha y a la izquierda según las circunstancias. La luz y la oscuridad no pueden estar juntas, lo bueno y lo malo se repelen, lo puro y lo impuro no tienen comunión.
Si hasta hoy nuestros pies han ido por sendas de pecado, ha llegado el momento para nosotras, las mujeres de Dios, de hacer nuestras las palabras del salmista: «Es él quien me arma de valor y endereza mi camino; da a mis pies la ligereza del venado, y me mantiene firme en las alturas» (Sal. 18: 32-33).
Ojalá que cuando Cristo revise nuestra ruta de vida podamos decir con propiedad: «He andado en los caminos del Señor; no he cometido mal alguno ni me he apartado de mi Dios» (Sal. 18:21).

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

¿EXISTE EL AMOR ETERNO?

Como llama divina es el fuego ardiente del amor. Ni las muchas aguas pueden apagarlo, ni los ríos pueden extinguirlo. Si alguien ofreciera todas sus riquezas a cambio del amor, solo conseguiría el desprecio (Cantares 8: 6, 7).

El amor conyugal es eterno, en el sentido en que dura mientras ambos cónyuges vivan o «hasta que la muerte los separe». Es lo que dice el voto matrimonial. Pero nuestro texto de hoy dice que el amor «es una llama divina» que ni las muchas aguas, ni los ríos, ni la muerte, pueden apagar.
El amor de los esposos cristianos que se aman profundamente en este mundo, y que desean que ese amor y esa relación se prolonguen en la tierra nueva, es un gran misterio. Pero José Manuel Rey, profesor del Departamento de Análisis Económico de la Universidad Complutense de Madrid, elaboró un modelo basado en la segunda ley de la termodinámica y unas ecuaciones de control del ámbito de la ingeniería para decir que el amor eterno no existe.
Para ilustrar su teoría dice: «En el mundo de la física, un recipiente que está caliente tiende a enfriarse de manera espontánea si nadie lo mantiene con calor; con las relaciones pasa lo mismo, hay que cuidarlas». En realidad, lo que dice es que no existe el amor eterno si no se hacen esfuerzos serios y sostenidos para mantenerlo vivo. Dice textualmente: «Mantener el amor a largo plazo es algo muy costoso y, con excepciones, casi imposible».
Los estudiosos y terapeutas están de acuerdo en la existencia de una especie de segunda ley de la termodinámica de las relaciones sentimentales. «Se necesita de esfuerzo para mantener la relación, pues el amor no es suficiente», asegura Rey en su artículo publicado en la revista de investigación PLUS ONE.
Siempre hemos sabido esto, pero el mérito de José Manuel Rey es que comprobó matemáticamente lo que les ocurre a las parejas. Para conocer cómo tiene que ser el esfuerzo para mantener la relación, centró su estudio más allá de la etapa de enamoramiento, en matrimonios que decidieron compartir su vida hasta que la muerte los separe aplicando la teoría del control óptimo.
Dice que ha de ser «paso a paso». Lo primero que se descubre es el patrón de cada pareja; es decir, cómo llevan su vida cotidiana en pareja: si se acompañan, si se dedican tiempo, si se muestran afecto. Después se analiza hasta qué punto están dispuestos a esforzarse por mantener la relación. «Cuando uno se esfuerza menos, hay una inercia a la dejadez».
Cultiva el amor eterno en tu vida; así, cuando te cases, tu matrimonio no perderá el calor.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

LA OPCIÓN DE ESCOGER

Más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. Génesis 2:17.

El Señor sabía que Adán y Eva no podían ser felices sin trabajar; por lo tanto les dio la placentera ocupación de cultivar el jardín. Y al cuidar las obras de belleza y utilidad que los rodeaban, podían contemplar la bondad y la gloria de Dios en su creación. Adán y Eva tenían temas de contemplación en las obras de Dios en el Edén, que era el cielo en miniatura. Dios no los creó meramente para que contemplaran su gloriosa obra; por lo tanto, les dio las manos para el trabajo, así como mentes y corazones para la contemplación. Si la felicidad de sus criaturas hubiera consistido en no hacer nada, el Creador no les habría asignado un trabajo. En el trabajo, Adán y Eva habrían de encontrar tanto felicidad como meditación. Podrían reflexionar en el hecho de que habían sido creados a la imagen de Dios, para ser como él en justicia y santidad. Sus mentes eran aptas para un cultivo continuo, expansión, refinamiento y noble elevación, pues Dios era su Maestro y los ángeles sus compañeros.
El Señor colocó a Adán y Eva a prueba, para que pudieran formar caracteres de integridad firme para su propia felicidad y para la gloria de su Creador. Él había dotado a la santa pareja con facultades mentales superiores a las de cualquier otra criatura viviente hecha por él. Su poder mental era poco menor que el de los ángeles. Podían familiarizarse con lo sublime y glorioso de la naturaleza, y percibir el carácter de su Padre celestial en sus obras creadas. Todo lo que sus ojos veían en la inmensidad de las obras de su Padre, provisto con una mano generosa, testificaba de su amor y su poder infinito...
La primera gran lección moral dada a Adán fue la de la abnegación. Las riendas del dominio propio fueron colocadas en sus manos. Su criterio, razón y conciencia habrían de guiarlos... A Adán y a Eva se les permitió participar de cada árbol del huerto, con excepción de uno. Había una sola prohibición. El árbol prohibido era tan atrayente y hermoso como cualquiera de los árboles del huerto. Se lo llamó el árbol del conocimiento, porque al participar de ese árbol, del cual Dios había dicho "no comerás", tendrían un conocimiento del pecado y experimentarían la desobediencia.— Review and Herald, 24 de febrero de 1874; parcialmente en A fin de conocerle, p. 15, 16.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White