lunes, 30 de noviembre de 2009

COMPASIÓN POR LOS QUE SUFREN

Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso (S. Mateo 11: 28).
Cristo identifica su interés con el de la doliente humanidad. Condenó a su propia nación por su equivocado comportamiento con sus prójimos. El descuido o el abuso de los más débiles, de los creyentes más descarriados, Jesús los menciona como hechos a sí mismo. Los favores prodigados a ellos, los considera como conferidos a sí mismo. No nos ha dejado en tinieblas respecto a nuestro deber, sino a menudo repite las mismas lecciones mediante diferentes ilustraciones y bajo diversos aspectos. Lleva a los actores adelante hasta el último gran día y declara que el trato dado al más pequeño de sus hermanos es alabado o condenado como si hubiera sido he¬cho a él mismo. Dice: «A mí lo hicisteis» o «ni a mí lo hicisteis».
Él es nuestro sustituto y garantía. Él se pone en lugar de la humanidad, de modo que él mismo es afectado en la medida en que el más débil de sus segui¬dores es afectado. Tal es la compasión de Cristo que nunca se permite a sí mismo ser un espectador indiferente de cualquier sufrimiento ocasionado a sus hijos. Ni la más leve herida puede ser hecha de palabra, intención o hecho que no toque el corazón de aquel que dio su vida por la humanidad caída. Recordemos que Cristo es el gran corazón del cual fluye la sangre de vida hacia cada órgano del cuerpo. Él es la cabeza, desde la cual se extiende cada nervio hacia el más diminuto y más remoto miembro del cuerpo. Cuando sufre un miembro de este cuerpo, con el cual Cristo está tan misericordiosa-mente conectado, la vibración del dolor es sentida por nuestro Salvador.
¿Despertará la iglesia? ¿Sus miembros alcanzarán la simpatía de Cristo, de manera que tengan su misma compasión hacia las ovejas y corderos de su redil? Por ellos la Majestad del cielo se humilló a sí misma; por ellos, él vino a un mundo agostado y estropeado con la maldición; se esforzó día y noche para enseñar, para elevar y dar eterno gozo a los ingratos y los desobedientes. Por ellos él se hizo pobre, para que por medio de su pobreza ellos fueran hechos ricos. Por ellos se negó a sí mismo; por ellos soportó la privación, el escarnio, el desprecio, el sufrimiento y la muerte. Por ellos él tomó la forma de un siervo. Este es nuestro modelo, ¿lo imitaremos? ¿Tendremos cuidado por la heredad de Dios? ¿Fomentaremos una tierna compasión por los que yerran, los tentados y los probados? (El ministerio de la bondad, pp. 26, 27).

Elena G. de White
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.

UN DÍA DE GRATITUD

Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes, y los recordamos en nuestras oraciones. 1 Tesalonicenses 1:2.

Durante este tiempo de acción de gracias, piensa en las personas que ha sido una bendición especial para ti. Escribe los nombres de al menos treinta personas por las que estes agradecido. Cuando escribas tus peticiones especiales, acuérdate de incluir peticiones que tengas para otros.

Di, gracias Señor, por estas personas.

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

LA VERDAD DE LA AMARGURA

Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad. 1 Juan 1: 6.

Una de las maneras de andar en las tinieblas es atesorar amargura en nuestros corazones hacia los demás. La amargura crea confusión en nuestra mente y opresión en nuestro corazón. Tal vez digas: «Yo no pertenezco al club de los amargados, porque estoy en comunión con Dios». Pues permíteme decirte que muchos de nosotros no estamos en comunión con Dios, sino que sencillamente presumimos de estarlo. Es un hecho que no podemos tener plena y verdadera comunión con Dios si ni nuestro ser guardamos cualquier tipo de amargura. La amargura no puede ser parte de la vida de los hijos de Dios. Pero, ¿cómo saber si estamos amargados? Sencillo: si aún nos cuesta perdonar o aún hay alguien a quien creemos que no es posible perdonar, entonces todavía hay amargura en nuestra vida. Cuando decidimos no perdonar, podemos pasar horas leyendo la Palabra de Dios, podemos cantar himnos durante el día, podemos pasar interminables horas en oración, pero la verdad es que no estamos teniendo una comunión genuina con nuestro Salvador. Si aún estamos dubitativos de si perdonamos a nuestro ofensor o no, entonces seguimos andando en la oscuridad. Si no podemos perdonar a esa persona que habló mal de nosotros y nos perjudicó, entonces hemos perdido nuestra comunión con el Padre. En el caso de los ministros, podemos seguir predicando y la gente podrá decirnos: «¡Qué sermón más maravilloso! ¡Usted sin duda debe de caminar con Dios!», pero lo cierto es que, si no perdonamos, tales predicaciones serán en vano. La Biblia cataloga de mentirosos a quienes obren así. Jesús enseñó en el Padrenuestro que debemos perdonar a nuestros ofensores. A veces pensamos que perdonar a cierta persona es imposible, especialmente si se trata de alguien de quien nunca pensamos que nos iba a fallar y nos decepcionó enormemente. Cuando recordemos a las personas que nos devolvieron el mal por el bien que les hicimos y nos preguntamos: «¿Aun hay que perdonar a personas tan ingratas?», demos la respuesta bíblica a ese interrogante: ¡Sí! Al hacer esto hay una gran promesa de Dios: cuanto mayor sea la ofensa que tengas que perdonar, más grande será la medida del Espíritu Santo cuando perdones. Echa mano de la ocasión de perdonar hoy la mayor ofensa, la injusticia más grande, y recuerda que, al hacer esto, el Espíritu Santo te ungirá con una mayor unción.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.

domingo, 29 de noviembre de 2009

MI ABUELITA ADOPTADA

Dichoso el que piensa en el débil; el Señor lo librará en el día de la desgracia (Salmo 41: 1).

Era sábado por la tarde y nos dirigíamos a un asilo al que meses antes habíamos ido para cumplir un requisito de servicio a la comunidad de la escuela. Allí había conocido a una ancianita muy bella y de baja estatura. Me había encariñado mucho con ella, pero cuando terminamos con las visitas requeridas para cumplir el requisito dejé de ir, pues las diversas ocupaciones y actividades no me lo permitieron.
Posteriormente regresamos al asilo. Al llegar empezamos a cantar. Mi vista recorrió la sala en busca de mi «abuelita adoptada», pero ya no estaba. Sentí un nudo en la garganta. ¿Me había tardado mucho en regresar? No quería preguntar por ella por miedo a recibir una respuesta que me dolería mucho. En eso mi profesor me dijo: «Ve a ver si no hay más ancianitos en las habitaciones y tráelos para que nos acompañen». En el pasillo me encontré a una de las encargadas y me dijo: «Creo que son todos, ya no hay más ancianitos».
Mi corazón sintió pesar y mis ojos se llenaron de lágrimas cuando, de repente, a paso lento, vi que venía en el pasillo una pequeña silueta. Casi corrí a su encuentro: ¡Era mi abuelita postiza! Creo que hasta la asusté de tan fuerte que la abracé. Platicamos largo rato y me contó que su familia no iba a verla desde hacía varios años; un velo de tristeza se dibujó en su rostro. Además me platicó que se le había perdido de su cajoncito uno de sus dos suéteres que tenía y ahora estaba preocupada pues ya venía el invierno y no sabía cómo lo iba a pasar. Yo la escuchaba mientras ella tomaba mi mano.
En mi mente no cabía cómo después de vivir para los suyos había terminado olvidada, sin que nadie la visitara, preocupada por la falta de un suéter para protegerse del frió invierno. En este mundo hay muchas personas que sufren, otras que se sienten solas, otras más que pasan frío y hambre. ¿Estás dispuesta a dedicar un poco de tu tiempo y a dar de tus recursos para aliviar las cargas de otros? «Dichoso el que piensa en el débil; el Señor lo librará en el día de la desgracia».

Edith Várela Sosa
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.

MALOS DÍAS

Deja tus preocupaciones al Señor, y él te mantendrá firme. Salmo 55:22.

Todos pasamos por épocas en que nos sentimos solos y tristes. No siempre hablamos de ellas, pero sí las sufrimos. La Madre Teresa de Calcuta, una de los cristianos más respetados del siglo XX, no era inmune a la depresión. Quería conocer más a Dios y deseaba que él la usara por completo. Aun así, a veces se sentía lejos de él.
Una vez escribió: «Me han dicho que Dios vive en mí, pero la realidad de la oscuridad, la frialdad y la soledad es tan grande que nada me llega al alma».
La Madre Teresa se pasó la vida cuidando de la gente más pobre de la India. Vivió una vida dedicada por completo a Dios pero no estaba libre de sentirse triste.
La vida tiene momentos altos y bajos. Todos pasamos por ellos. Lo que importa es cómo manejamos nuestros momentos de oscuridad.
Acampar delante de la televisión, escuchar música destructiva o comer comida basura, fumar cigarrillos o beber alcohol son maneras de distraerse momentáneamente de los problemas, pero solo empeoran las cosas. Es mejor recurrir a soluciones positivas.
Debemos orar, aunque nos sintamos lejos de Dios. También es de ayuda escuchar música tranquila, salir a dar un paseo por la naturaleza, escribir nuestros pensamientos, hacer ejercicio o hablar con un amigo.
Si te sientes abatido, eso no se irá después de unos días. Sería buena idea compartir lo que sientes con tu papá, tu mamá o con un maestro. Quizá puedan ayudarte a solucionar el problema o a encontrar a alguien que pueda hacerlo.
Los momentos tristes van y vienen. Lo que determina el resultado es la manera en que los afrontas.

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

APRENDER A VIVIR JUNTOS

Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. 1Corintios 12:27.

Quita un eslabón y la cadena se romperá. Saca del juego a un jugador y el partido probablemente se perderá. Elimina el microchip de la computadora de a bordo de tu automóvil, y este dejará de funcionar. ¿Cuál es la lección que se debe aprender de todo esto? Que todos esos componentes son imprescindibles. Trasplantando eso a la esfera humana, la lección es que nos necesitamos unos a otros.
El poeta inglés John Donne de finales del siglo XVI y comienzos del XVII escribió que «nadie es una isla». Como creación única que eres, también tú desempeñas un papel importante en la obra de Dios. Nunca te consideres innecesario en la iglesia. Hay una función exclusiva que te ha sido asignada. No obstante, no olvides que esa función no debe ser realizada de manera separada del resto de los miembros del cuerpo de Cristo. No actúes como si estuvieses solo, de forma estanca con respecto a los demás.
Para que tu vida sea útil, sé tú mismo una aportación, un beneficio y no un desperdicio. Hay mucha sabiduría en que reconozcas la conveniencia de apoyarte en otras personas, y más aún en que tengas la disposición de ser un apoyo para los demás. Sé lo suficientemente generoso para dar. Sé también lo suficientemente humilde para recibir. Sé honesto para confesar tus faltas y estate siempre dispuesto a perdonar los yerros de tus semejantes.
El amor y la aceptación, la tolerancia y la comprensión, el entendimiento y la paciencia no son elementos opcionales en la vida del cristiano. Tú mejor que nadie sabes que necesitas todo eso de los demás cuando las cosas no marchan bien en tu vida. Por eso mismo, es la voluntad de Dios que tú y yo manifestemos esas virtudes en nuestro trato con todos.
Deleítate en servir y ayudar a otros. Mira con admiración las cosas buenas que tiene cada cual y gózate hablando bien de los demás. Sé paciente cuando te encuentres en situaciones difíciles. Ora constantemente. Cuando los hijos de Dios tengan necesidades, sé tú la mano de Dios para fortalecerlos y ayudarlos.
Recuerda hoy que nadie ha sido creado para vivir de manera independiente. Nos necesitamos unos a otros. Deja de vivir separado de los demás. Aprende a vivir junto a tus hermanos.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.

sábado, 28 de noviembre de 2009

CURANDO LAS HERIDAS

Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del Señor en esta tierra de los vivientes (Salmo 27:13).

La bondad y la compasión son virtudes que todo hijo de Dios debería practicar. Dios nos da muchas oportunidades para demostrar su amor mediante actos de bondad. Esta historia sucedió hace varios años en la sierra Huichola, al occidente de México. Nunca supimos el nombre de la jovencita de quien les contaré, pro las enfermeras del Hospital Adventista la llamaron Juanita.
Los padres de Juanita eran muy pobres y tenían que cocinar con leña en el suelo. Un día cuando Juanita tenía 18 años, al pasar cerca del fuego, repentinamente cayó provocándose serias quemaduras en todo el cuerpo. Sus padres no tenían los recursos para llevarla a algún dispensario, así que la dejaron en casa, pero al ver que sus quemaduras estaban infectadas y al no saber qué hacer, la dejaron debajo de un árbol para que muriera. Una de sus hermanitas le llevaba diariamente algo de comida para aliviar un poco su agonía. Un día el pastor Pedro Rascón visitaba el lugar y la encontró con su carne llena de gusano sobre un cuero de vaca y tuvo compasión de ella. Inmediatamente habló con el papá de la muchachita y ofreció llevarla a un hospital donde podrían ayudarla. El padre le dijo que la podía llevar a cambio de un rollo de alambre para hacer una cerca. Inmediatamente el pastor Rascón llamó a su amigo. Guillermo Baxter, quien era pastor, piloto y volaba en su avioneta por las montañas de norte de México. Rápidamente consiguieron lo que le padre solicitaba a cambio de la niña y la trasladaron al hospital Adventista de Montemorelos. Las enfermeras y médicos se conmovieron con esa jovencita y sabían que no podían recibir de parte de ella ningún tipo de favor, pero hicieron todo cuanto estaba de su parte para sanar sus heridas. Las enfermeras la cuidaron con amor y esmero; no solamente curaban sus heridas físicas, también sus heridas del alma.
Le enseñaron con acciones que hay un Padre que nunca la abandonaría ni la cambiaría por nada del mundo, que estuvo dispuesto a dar su vida por ella. Las heridas de Juanita sanaron, pero sus riñones no soportaron la enfermedad y finalmente murió. Aunque no podía hablar, aprendió a orar y las enfermeras y médicos que con tanto amor cuidaron de ella tiene la seguridad de que my pronto, cuando Cristo venga, Juanita se levantará con un cuerpo transformado y unos riñones sanos, para recibir a quien dio todo por ella.

Sandra Díaz Rayos
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.

EMPUJAR O TIRAR

Por eso, anímense y frotalézcanse unos a otros, tal como ya lo están haciendo. 1 Tesalonicenses 5:11.

Charles Allen habla de una elección que aprendió de un pescador. El hombre acababa de pescar algunos cangrejos y los había puesto en una caja.
-¿Y las deja en una caja abierta? –preguntó Charles-. ¿No se le escapara?
-No –respondió el hombre.
-Pero mire cómo se esfuerzan por ser libres.
El pescador sacudió la cabeza y sonrió.
-Hace mucho tiempo aprendí que cuando en un cubo hay al menos dos cangrejos, mientras uno intenta trepar al borde, el otro tira de él hacia abajo.
Hay mucha gente que tiene una manera de ver las cosas muy parecida a la del cangrejo. Cuando alguien sale para contar una historia en la iglesia o tocar una música especial, los cangrejos son muy críticos: «Se ha equivocado. Yo podía haberlo hecho mucho mejor».
Cuando otra persona saca buenas notas en clase, los cangrejos, secretamente, esperan que falle ene le siguiente examen. Haz que un cangrejo escuche un comentario amable sobre otra persona y le faltará tiempo para buscar algún reproche.
Los cangrejos siempre se están comparando con los demás. Quienquiera que empiece a subir es visto como una amenaza y los cangrejos solo son felices si pueden tirar de esa persona y arrojarla al fondo.
La única esperanza para los que son como cangrejos es olvidarse de sí mismo y buscar la posibilidad de dar a los demás un empujoncito o un poco de ánimo. Cuando eso suceda, no solo se sentirán mejor los demás, ellos también.

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

NO SE AFANEN

Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida que habéis de comer y que habéis de beber, ni por vuestro cuerpo, que habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mateo 6:25.

El Nuevo Testamento contiene muchas enseñanzas preciosas para nuestra edificación. Lo mejor de todo, naturalmente, es el propio evangelio, la buena nueva de la salvación obrada por Cristo mediante su vida inmaculada y su muerte redentora en la cruz por nuestros pecados. De esa salvación consumada se deriva una serie de consecuencias para los hijos de Dios así beneficiados, por la gracia divina. Una de esas consecuencias, que es una de las cosas más admirable de Jesús y de su reino, es que el Señor no quiere que sus seguidores estén ansiosos. El estilo de su gobierno es totalmente opuesto al de los reyes humanos. La historia nos enseña que, en general, los gobernantes terrenos han encontrado eficaz el mantener a sus súbditos en constante ansiedad. Saben que si las personas se afanan por su vida y por saber de dónde vendrá su próxima comida, serán más obedientes y estarán sujetas al control de su amo para obtener de su almacén el alimento que necesitan.
Jesús no busca asegurar la lealtad ni el servicio de los súbditos de su reino infundiéndoles temor y ansiedad. Procura desarraigar de sus vidas todo afán. Su mensaje es: «Por nada estéis afanosos. Estad quietos, no temáis. En quietud seréis salvos».
El objetivo de su reino es librarnos de todo afán. El no necesita mantenernos ansiosos para establecer su poder y su superioridad. Estos son intocables e invencibles. En vez de eso, Jesús pone de manifiesto su poder y superioridad quitando nuestro afán.
El afán no lleva a ninguna parte. No hace ningún bien. Cualquiera que sea el problema que nos haga sentirnos ansiosos, podemos estar seguros de que nuestra ansiedad no lo reducirá; solo hará que nos sintamos muy mal mientras tratamos de resolverlo. Así que no nos afanemos. Es inútil.
¿Te preocupa pensar en tu vida? ¿En la posibilidad de una enfermedad? ¿En el diagnostico medico? ¿Te preocupa la necesidad que tu familia tiene de alimento, de estudio, de ropa? No te afanes por ello. En lugar de afanarte, haz a Dios el Rey de esos asuntos. O sea, entrega la situación a su poder de Rey y haz su voluntad de forma piadosa, con la plena confianza que de que él trabajará por ti y satisfará todas tus necesidades.
Cree en la realeza de tu Padre celestial. Tú no necesitas afanarte por nada.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.

viernes, 27 de noviembre de 2009

HERMOSA OPORTUNIDAD

Él restaura a los abatidos y cubre con vendas sus heridas (Salmo 147:3).

Ahi estaba frente a mí. Una mujer cuya enfermedad la había convertido en un guiñapo humano. Era mi compañera en la habitación de un hospital. Me dolía ver como se consumía cada día; no podía hablar ni comer, apenas balbuceaba, ya no tenía fuerzas para hacerlo. Su familia sufría en silencio. Un día mientras trataba de encontrar paz y confianza en mi Biblia, no pude evitar dirigir mi mirada hacia donde yacía Olga, así la llamaré por respeto a su memoria.
De pronto escuché una vez que me decía: «Ve, comparte mis promesas con Olga». Dudé por un momento. Pensé que tal vez me rechazaría, pero con la ayuda de mi Señor me acerqué, le hable al oído y le dije: « ¿Quieres escuchar un cantito?» Sé que no tengo este hermoso don, pero el Señor sabia la necesidad de Olga. Entoné el canto no me siento sola. Ella puso mucha atención; después compartí algunos versículos de la Biblia. De ahí en adelante me hacía señas, para que me acercara, entonces balbuceaba: «Sola, sola», pidiéndome que le cantara.
Me olvidé de mi misma, de mis temores por la inminente intervención quirúrgica a la que iba a ser sometida, y concentré mi atención en los enfermos oré con ellos, animándolos y dándoles palabras de aliento. Eso cambió mi vida. ¡Cuántas veces perdemos oportunidades de mostrar amor y simpatía a nuestros semejantes! Hay muchos que no saben que existe un Dios que todo lo puede, que los ama y a veces nos quedamos calladas. No seamos renuentes a la voz del Espíritu Santo y pidamos al Señor que nos utilice para aliviar las cargas de los demás, cualesquiera que sean las circunstancias.
El día que me llevaban en la camilla, camino al quirófano, es ese preciso momento. Olga murió con la bendita esperanza en su corazón. Aprovechemos todas las oportunidades que el Señor nos brinde para compartir su Palabra. Hay muchas que como Olga esperan que les hablemos de Jesús. Los ángeles quisieran hacerlo, pero el Señor confió al ser humano esta obra. Que nuestra oración sea: «Heme aquí, envíame a mi».

María Félix Sánchez Bárcenas
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.

LO MEJOR TODAVÍA NO HA LLEGADO

Vengan ustedes, los que han sido bendecido por mi Padre; reciban el reino que está preparado para ustedes desde que Dios hizo el mundo. Mateo 25:34.

Cuesta imaginar un lugar en el que todo dure para siempre. Desde el momento en que nacemos empezamos a morir. Pero algún día eso cambiará.
En el cielo, todo el mundo, además de vivir para siempre, se sentirá feliz, con salud y lleno de energía. Incluso los abuelos volverán a ser jóvenes.
Hace unos años, la gente cantaba una canción titulada Is That All There Is? (¿Y eso es todo?) Describía como la gente se pasa la vida buscando la felicidad, pero acaba decepcionada. Las personas pasan de una relación a otra, de una emoción a otra, pero al final se quedan sin emociones.
En el cielo nunca no quedaremos sin diversión ni emociones. Siempre habrá desafíos y cosas que aprender.
Una de las razones por las que me gusta ser maestra es que siempre aprendo algo nuevo. Aprender una nueva habilidad o descubrir algo siempre es emocionante. Ahora, en clase de Biología estamos disecando ranas. Cada año, la primera reacción de los alumnos es: « ¡Aaaaaagh, qué asco!» Pero al instante las cabezas están inclinadas sobre los ejemplares y los alumnos están fascinados al ver las intricadas piezas que dios puso en las ranas. Imagínate la excitación que sentirás cuando en el cielo empieces a conocer todo lo que Dios creó: delfines, planetas, flores, música y, sí, también ranas. Y no hará falta que las diseques.
En el cielo no preguntaremos: « ¿Y ya está, no hay más?» Nos pasaremos el tiempo diciendo: « ¡Uau!» En lugar de aburrirnos, seremos felices creciendo. Cada día será mejor que el anterior. ¿A que es fantástico saber que lo mejor todavía está por llegar?

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

PRACTICAR LA PRESENCIA DE DIOS

Porque David dice de él: «Veía al Señor siempre delante de mí. Porque está a mi diestra no seré conmovido». Hechos 2:25.

La verdadera prueba del carácter y de la vida espiritual de una persona no es lo que hace en los momentos extraordinarios de la vida, sino lo que hace en el diario devenir de su vida, cuando nada grande o emocionante sucede.
En el siglo XVI existió un monje a quien llamaban hermano Lawrence. Este monje expreso una gran verdad que debe ser aceptada y practicada por cada uno de los cristianos del siglo XXI. Afirmó: «Para mí el tiempo de actividad no es diferente del tiempo de oración. El bullicio y las presiones de la vida diaria no me hacen perder el sentido de la presencia de Dios ni la paz y tranquilidad que él me da».
Como se puede ver, Lawrence no sentía urgencia por retirarse en soledad para encontrarse con Dios, para adorarlo y tener comunión y compañerismo. Se encontraba con él en toda actividad que realizaba. Esta es la clase de vida que Jesús desea para cada uno de sus seguidores.
La Biblia habla de varios hombres que practicaron la presencia de Dios. El primero que menciona es Enoc, de quien se dice que caminó con Dios. También tenemos el caso de José, del cual se dice que el Señor estaba con él en cuanto hacia. Podríamos mencionar también a Moisés, que se sostuvo como viendo al invisible. De Eliseo se dijo que vivía como en la presencia de Dios. El apóstol Pablo, por su parte, puso os ojos en Jesús, el Autor y Consumidor de la fe.
¿Qué significa en nuestros tiempos practicar la presencia de Dios diariamente? ¿Cómo podemos practicar la presencia de Dios? Para nosotros significa que hablamos con nuestro Padre celestial constantemente acerca de las actividades, las reuniones, los quehaceres, las frustraciones y las alegrías de nuestro diario vivir. Significa orar acerca de las cosas según van surgiendo cada día. Significa que, cuando no detenemos frente a la luz roja de un semáforo, oramos por aquellas personas, necesidades y amigos, que Dios trae a nuestra mente. Significa entonar un cantica de alabanza al Creador, mientras estamos en un atasco al viajar a nuestro trabajo, o al regresar a nuestro hogar.
Este día aprovecha todo momento para estar en contacto con el Señor. Cualquiera sea el lugar donde te encuentres o la actividad que realices, no lo pierdas de vista. Como el profeta Eliseo, vive siempre, actúa y habla como en la presencia de Dios. Siente que el Señor está a tu diestra y que nada ni nadie hará que lo olvides.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.

jueves, 26 de noviembre de 2009

ATENTAS A LA NECESIDAD

Pon la mirada en lo que tienes delante; fija la vista en lo que está frente a ti (Proverbios 4:25).

Sin generosidad no hay vida. Pero hay obstáculos que entorpecen el flujo. Se dice que la verdadera generosidad o espera nada a cambio. Pero si el dar no te reporta algún beneficio personal pareciera como restar o perder. Si dedicamos tiempo y atención a otra persona, quizá se desaproveche la oportunidad de realizar cosas importantes para uno mismo. Pero el autentico beneficio de la generosidad para quien la ofrece no es una ganancia material. El mayor beneficio es el cambio que se produce en el interior.
Resulta paradójico: cuantos más bienes tenemos, más miedo nos da perderlos. El sentido de propiedad nos vuelve quisquillosas y egoístas, nos aferramos a lo material.
Otra barrera que impide que circule la generosidad es que estamos identificadas con nuestras necesidades individuales. Necesitamos una visión más amplia e identificarnos con el sufrimiento de los demás. La actitud generosa ayuda a enfrentar temores y redefinir nuestros límites.
No es lo mismo dar algo muy apreciado que una cosa que carece de valor para nosotras. Se puede ser generosa con intereses materiales y con actitudes. Por ejemplo, prestar atención, dar tiempo y compartir son importantes formas de bondad. A veces lo único que la gente necesita es ser escuchada con interés. Hay gran compasión en mirar a los ojos y mostrarnos interesadas en sus palabras.
Hay que recordar que toda la generosidad es provechosa. En ocasiones, aunque la intención es buena, se da algo inadecuado o fuera de lugar. Por eso la generosidad debe basarse en el conocimiento atento y profundamente respetuoso de los demás. Es importante dar valor a lo que aportamos ya lo que recibimos con humildad, sin buscar interés secundario no otorgarse excesiva importancia.

Blanca Dalila R. de Góngora
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.

VICTIMAS

¿No debías tu también haberte compadecido de tu compañero, así como yo me compadecí de ti? Mateo 18:33.

Una noche, durante la guerra de secesión, Robert Ellicombe, capitán del Ejercito de la Unión, escuchó los lamentos de un hombre que yacía en la tierra de nadie que separaba el ejercito confederado del de la Unión. Como no podía dormir, el capitán decidió ir a rescatar al herido y prestarle atención medica.
Temiendo que los soldados enemigos empezaran a dispara, Ellicombe se arrastró en silencio por el suelo hasta que llegó junto al soldado moribundo. Cuando estuvo a su lado, Ellicombe agarró al hombre por la camisa y empezó a tirar de le hacia las líneas unionistas. Pero antes de llegar a un lugar seguro, el hombre murió.
Sin embargo, el capitán continuó con su misión.
Tan pronto como estuvo fuera del alcance del enemigo, cargó el cuerpo hasta una tienda para identificar al muerto e incluirlo en las listas de bajas. Cuando encendió una linterna, El corazón de Ellicombe casi se detuvo del sobresalto. El hombre a quien había intentado salvar era su propio hijo. El joven había estudiado músico en uno de los Estados del sur y, sin que su padre lo supiera, se había alistado en el ejército confederado.
A veces pensamos que las otras personas son nuestros enemigos. Quizá hayas crecido teniéndote que afrontar a un acosador. O quizá alguien en la escuela te ponga las cosas difíciles.
Es bueno tener presente que aunque parezca que están contra ti, no son tus enemigos. El verdadero enemigo es Satanás. Él quiere arruinar la vida de todos los seres humanos. Y por eso le gusta usar a la gente para hacer el trabajo sucio. Cuando te des cuenta de que las personas con las que no te llevas bien son víctimas de Santanas, te será más fácil sentir compasión por ellas.

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

¡REGOCÍJENSE SIEMPRE!

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez os digo: ¡Regocijaos! Filipenses 4:4

En la carta a los Filipenses, el apóstol Pablo presenta un imperativo al pueblo de Dios: «Regocijaos siempre». Pablo había sido arrestado y enviado a Roma para esperar su juicio. Había pasado días y noches en una prisión oscura y fría, con hambre. Luego había sido encadenado a un soldado romano, circunstancia que garantizaba que Pablo no se escaparía. Sin embargo en esa circunstancia, en la que no aparecía quedar mas esperanza que una pronta decapitación, el apóstol todavía se mostraba capaz de reflejar una sonrisa en su rostro y exclamar « ¡Regocijaos en el Señor siempre!»
Cuando entendemos el regalo del perdón a través del sacrificio de Jesús, cuando entendemos y aceptamos el concepto de la eternidad, cuando entendemos lo que Dios ya hizo por cada uno de nosotros, tenemos razones más que suficientes para experimentar ese sentir absoluto que dominaba la vida del apóstol Pablo, sin importar la circunstancia presente en la cual podamos encontrarnos. Si somos incapaces de regocijarnos en el Señor es porque hemos permitido que nuestros ojos se estanquen en el presente. Nuestra atención ha sido puesta en los deseos, en las metas o en las ambiciones terrenales, y hemos perdido las bendiciones que hemos recibido de una vida en Cristo Jesús. Solo hay dos opciones: estamos muy centrados en las cosas terrenales, o simplemente no creemos en Jesús.
Lo más hermosos de regocijarse siempre en el Señor es que produce reacciones positivas en la vida de todo hijo de Dios. Pablo describe las siguientes reacciones que ocurren cuando nos regocijamos en el Señor: nuestra gentileza será evidente ante todos, no estaremos ansiosos por nada, y en nuestras oraciones estaremos llenos de agradecimiento por la guía de Dios en nuestra vida. Cuando mostramos nuestro regocijo a Dios no por lo que él hace o hará, sino por lo que ya hizo por nosotros en la cruz, el interviene en nuestros problemas de trabajo, de salud, de finanzas, y en nuestro trato con nuestros hijos y con las personas con las que nos relacionamos.
Cuando vivimos una vida llena de regocijo en Jesús, nos centramos no en los problemas que estamos enfrentando, sino en la solución que Dios nos puede dar. Las palabras de Pablo aparecen no reflejar en situación de abandono en prisión, esperando una muerte segura. Esas palabras reflejan y representan una promesa que hoy podemos experimentar y hacer una realidad en nuestra vida. ¡Regocíjense siempre!

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

EN LOS CAMINOS DE JESÚS

Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas (Proverbios 3:6).

Es sorprendente ver cómo nuestro Dios dirige nuestras vidas y, más cuando humanamente creemos haber perdido algo, él lo transforma para que podamos ser instrumentos útiles en el servicio. Sucedió aproximadamente hace diecinueve años. Trabajaba en la Ciudad de México como enfermera, con un buen puesto al lado de mi esposo y nuestra primera hija. Fue la voluntad de Dios que mi esposo continuara sus estudios de Teología en la Universidad de Montemorelos, y después de recibir una beca nos trasladamos a dicho lugar donde estuvimos dos años.
Al terminar nos enviaron al Estado de Morelos. Todo marchaba bien, había podido conservar mi trabajo y las actividades de la iglesia; lo difícil fue cuando tuvimos que ir a Poza Rica, Veracruz. Ahora era difícil conservar el trabajo. No había alternativas. Así que después de considerarlo tuve que renunciar con 17 años de antigüedad; fue difícil, pero era mi trabajo o el ministerio. Decidí por el ministerio. Me consolaba la confianza en que Dios me ayudaría a superarlo y que él satisfaría mis necesidades y no me abandonaría.
Mas adelante comprendí el propósito divino. Mi madre fue intervenida quirúrgicamente imposibilitándole la ambulación, de manera que requirió cuidados especiales durante más de cinco años. Ahora estaba en condiciones de estar con ella en los momentos cuando más lo necesitaba. Hoy ella descansa en el Señor. «La senda puede ser empinada y escabrosa, pero Jesús ha recorrido ese camino; sus pies han pisado las crueles espinas, para hacernos más fácil el camino. El mismo ha soportado todas la cargas que nosotros estamos llamados a soportar» (El Deseado de todas la gentes, p. 446). Amiga, cuantas veces la pregunta es: ¿Por qué, Señor? En mi experiencia puedo decirte que él sabe lo que es mejor para nosotras, y en su debido tiempo nos lo hará saber. Espero que tu como yo puedas gozarte al permitir que Dios te muestre sus caminos.

Blanca Elvia Ocampo García
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.

A CAUSA DE LO QUE HA HECHO

Dejemos a un lado las obras de la oscuridad y pongámonos la armadura de la luz. Romanos 13:12

Cuando escucho preguntas como: «¿Qué hay de malo en que me ponga joyas?» o «¿Por qué no puedo ir al cine?» o «Por qué la iglesia dice que no hay que jugar juegos de azar?», pienso en Glen. L o que mas ansiaba Glen era tener una buena educación. Sus padres querían que su hijo pudiera optar a una vida mejor que la que ellos habían tenido. Pero los tiempos eran difíciles y el dinero escaso.
Glen tenia el dinero suficiente para pagar el primer semestre de la universidad. Pero cuando el curso se acercaba a su fin, Glen se dio cuenta de que solo le quedaban veinte dólares y que eso no bastaba para llegar hasta el final. Por eso escribió a sus padres y les preguntó si podían ayudarlo
El padre de Glen pidió un préstamo al banco. Pero eran tiempos de la Gran Depresion y los bancos solo prestaban dinero a las personas que tenían posesiones suficientes para respaldar el crédito.
Parecia que Glen tendría que interrumpir su educación y abandonar la universidad. Pero su madre hizo una llamada telefónica.
Al dia siguiente, un camión de reparto entró en su jardín. El conductor anduvo hasta la puerta de la casa y llamó. La madre de Glen lo hizo pasar. Cargó su gran piano en el camión y se fue. Pero en su mano, la madre de Glen tenia un cheque por el valor de 35 dolares. Habia entregado su posesión mas preciada. Lo había hecho por amor a su hijo.
Cuando Glen descubrió lo que su madre había hecho para pagar su cuota, se hizo el propósito de honrar su sacrificio siendo el mejor alumno que le permitiesen sus posibilidades. No faltó a ninguna clase ni pasó el tiempo de estudio holgazaneando con los amigos. No entregaba tarde los deberes ni permitió que las notas se resintieran. Demostró su agradecimiento tomandose muy en serio su educación.
Lo mismo sucede con nuestra lealtad hacia Dios. Si apreciamos el precio que pagó por nuestra salvación, ¿intentaremos calcular a cuántas cosas del mundo podemos seguir aferrándonos? ¿O acaso buscaremos la maneras de honrarlo en todo cuanto hagamos o digamos?

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

TE DOY GRACIAS POR MI ENEMIGO

Después de esto se turbó el corazón de David, porque había cortado la orilla del manto de Saúl. 1 Samuel 24:5.

Si sabes de alguna persona que esté empecinada en buscar tu mal y en desacreditar, entonces permíteme que te diga que tienes una bendición my grande. Eso no le sucede a cualquiera. Tu enemigo y tú han sido escogidos por Dios, y detrás de tu enemigo está la mano de Dios. En realidad, la rivalidad y la enemistad que surgieron de Saúl en contra de David fue lo mejor que le pudo pasar a David. Dios más bien le hizo un favor a David: Dios uso a Saúl para mantener a David huyendo en los montes agrestes, donde aprendió a ser sensible a la voz del Espíritu Santo (1 Sam. 24:5), y donde también aprendió acerca del perdón total. Saúl fue el pasaporte de David para un mayor acercamiento a Dios.
Cuando uno decide perdonar completamente a su enemigo, entonces se ah cruzado completamente la barrera de lo natural a lo sobrenatural. Tal vez tú, igual que yo, quisieras tener todos los dones del Espíritu Santo, pero, aparte del don de la sanidad, de la intercesión o de la paciencia, el don que mas debemos buscar es el del perdón.
Todos estos dones son sobrenaturales, lo cual quiere decir que están fuera de lo normal. En realidad, no hay verdadera explicación para lo milagroso; por eso es un milagro. Por ello, cuando extendemos nuestro perdón a alguien obramos un milagro. Cuando perdonamos totalmente, entonces finalmente hemos alcanzado el nivel más alto que hay en términos de espiritualidad.
David tuvo al rey Saúl en sus manos para cortarle la cabeza y, hasta cierto punto, Saúl se lo merecía. Después de todo, Dios ya había escogido y bendecido a David como próximo rey de Israel. David, ciertamente, pudo haber razonado de esa manera y actuado en consecuencia, pensando que más bien contribuía a los propósitos de Dios al matar a Saúl. Humanamente hablando, mata a Saúl es lo que cualquiera de nosotros habría hecho, pero David hizo algo que le acreditaba mas el corazón de Dios que el perdón. El gozo más grande de él es perdonarnos a cada uno de nosotros. Hoy el pide que reflejemos su carácter perdonando a alguien a quien consideramos que sea imposible perdonarlo jamás. ¿Podrás cruzar hoy la barrera de lo sobrenatural?

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.

martes, 24 de noviembre de 2009

ENCONTRE A DIOS

El Señor es mi pastor, nada me faltara (Salmo 23:1).

Cuando era pequeña mis padres me enseñaron a conocer a Dios mediante la fe católica. Incluso fui catequista, enseñaba de lo que es la iglesia a los feligreses. Mi familia pasó por momentos muy difíciles; a pesar de su fe en el conocimiento que teníamos de Dios, no comprendía por qué teníamos que pasar por esas situaciones. Muchas veces pregunté a mi madre la razón de tantos sufrimientos, pero no recibía respuesta.
Hace tres años mis padres decidieron enviarme a estudiar a la Universidad de Montemorelos, Nuevo León. Al principio no me gustaba. La clase de Biblia me parecía muy difícil y no comprendía nada. Así que decidí tomar estudios bíblicos con unas amigas. Entonces comencé a comprender poco a poco la Palabra de Dios. Me gustaba mucho, cada día quería conocer más. Tomaba tiempo para leer la Biblia sola y empecé a hablar con Dios. Mis dudas se aclaraban y mi amor por Dios aumentó. Estaba decidida a seguir la verdad que había encontrado en este lugar.
Llegó la semana de oración y decidí bautizar. Mis amigas y amigos no me dejaban sola, oraban conmigo y me animaban a seguir en el conocimiento de la Palabra de Dios. El 1 de abril de 2006 es una fecha que nunca podré olvidar. Decidí seguir a Cristo.
Quiero mantenerme fiel a él y sus promesas. Ahora sé que Dios dirige la vida de sus hijos. Si mis padres no me hubieran enviado a esta universidad quizá nunca habría oído el mensaje adventista.
Alabo a Dios por permitirme conocerlo. Hoy vivo para compartir su amor con otros y deseo servirle el resto de mi vida. Ya no tengo temor porque sé que el Espíritu de Dios está conmigo y si paso «por valle tenebroso, no temo peligro alguno porque tú estás a mi lado» (Sal. 23:4). Esta mañana te invito a conocer más a nuestro Dios. Confía en su Palabra y deja que hable a tu corazón.

Annel G. Rosales Cavazos
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.

EL ESCUDO INVISIBLE

Cuando me llame, le contestaré; ¡yo mismo estaré con él! Lo libraré de la angustia y lo colmaré de honores. Salmo 91:15.

Cuando llegó al hospital, Norma empezó a sentirse mal. Después de que el médico de urgencias hubo comprobado su estado, Norma fue llevada al quirófano.
Cuando se despertó, el cirujano se acerco a su cama.
-¿Quién es usted? –preguntó el médico.
Norma no sabía de qué estaba hablando.
-Rellené todos los formularios en el mostrador de la recepción –dijo.
El médico sacudió la cabeza.
-No, no quiero decir su nombre. Eso ya lo sé. Pero, ¿quién es usted?
Se detuvo, con el deseo de que lo que iba a contarle tuviese sentido para ella.
-Acabo de sacar nueve balas de su cuerpo. Había recibido un impacto en el cuello otro en el pecho, otro en el brazo y otros más en los hombros. Cualquiera de las balas podría haber lesionado un órgano vital y le habría causado la muerte.
Luego tomó una de las balas.
-Pero mire esto. La punta de esta bala esta chafada. Es como si hubiese chocado contra una plancha de acero. Esas balas atravesaron su piel, pero algo las detuvo antes de que pudieran penetrar más.
Luego volvió a preguntar:
-Señora, ¿Quién es usted? ¿De qué está hecha?
Norma sonrió:
-Soy cristiana.
Al fin Norma comprendió por que estuvo toda la noche despierta orando y cantando. Gracias a la obediencia, Norma se había puesto en manos del Dios que conoce el futuro; el Dios que jamás abandona ni traiciona a su pueblo; el Dios que detiene las balas.

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

LA PASIÓN DE DIOS

Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí. Jonás 1:2.

Mientras esperábamos en el cementerio la llegada del auto de la funeraria con los restos de un prominente joven profesional de la iglesia, que había sido asesinado. Me acerque para expresar mis condolencias a su apesadumbrado padre, quien expresaba en su rostro nítidamente lo que es la tristeza. Su corazón herido hasta lo más profundo experimentaba el dolor más indescriptible. Este angustiado padre, quien había perdido al hijo de sus sueños, me expreso las palabras más difíciles de entender que jamás había escuchado. Hasta el día de hoy repercuten en mis oídos y todavía me pregunto cómo es posible que un ser humano pueda hablar de esa manera, como es posible que un hombre, la vida de cuyo hijo ha sido segada con crueldad y sadismo, pueda albergar tales sentimientos. Esto fue lo que me dijo: «Pastor, Dios permita que estos hombres, que me han causado este terrible daño, tengan la oportunidad de conocer a Jesús y se arrepientan, para que no vengan a juicio de condenación y puedan ser salvos. Me gustaría verlos en el cielo juntamente con mi hijo».
Mas confundido de lo que yo me sentí se quedo Jonás cuando escuchó este mandato divino: «Levántate y ve a Nínive, aquella ciudad y pregona contra ella» (Jon. 1:2). ¿Cómo es posible? ¿Dios buscando un predicador para que vaya a Nínive a predicar de manera urgente y elocuente para evitar que esa ciudad fuera destruida? ES difícil que no hagamos una idea del impacto del mandato divino, a no ser que sepamos quienes eran los asirios, habitantes de Nínive.
Los asirios eran un pueblo feroz y sanguinario. Deseaban conquistar todo el mundo. Hacían guerra de ciudad en ciudad y permanecían todo el tiempo que fuera necesario hasta que la ciudad caía. Cuando finalmente tomaban la ciudad, empalaban a sus gobernantes y cortaban suficientes cabezas como para formar con ellas una pirámide, que ubicaban ante los muro de la siguiente ciudad para anunciarle el fin que le esperaba. Que Dios evitara destruir a gente así dejaba estupefactos a los israelitas, pues también a Israel quería destruir Asiria.
El amor de Dios es tan profundo que ninguno de nosotros puede alcanzar a entenderlo. No es solo para los que buscan a Dios. Es también para los que están lejos de él. Nunca entenderemos cuanto nos ama Dios hasta que entendamos cuanto amaba a los asirios. Nunca entenderemos por qué tenemos que ir en misión a alcanzar a personas indeseables hasta que entendamos el apasionado amor de Dios.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.

lunes, 23 de noviembre de 2009

SOLAMENTE UNA CARTA DE RECOMENDACION

Tú me cubres con el escudo de tu salvación; tu bondad me ha hecho prosperar (2 Samuel 22:36).

No sabía cómo pagaría mis estudio universitarios. «Dios proveerá de alguna manera», pensé. Había decidido no trabajar más e ir a cursar mis estudios de una universidad cristiana la carrera que había soñado. Coloqué todo en las manos de Dios. Había tenido buenas ofertas de trabajo pero ninguna quitaba de mi menta la decisión tomada. El último día para estar en mi escuela era la graduación del jardín de niños donde laboraba. Allí estaba el director de Educación de la Unión, así que aproveché para contarle mis sueños y planes, además de una carta de recomendación que necesitaba para enviar a la universidad. Él me animó y por supuesto que se comprometió a darme la carta con mucho gusto. Seguí orando para que Dios me mostrara su voluntad.

Pasaron cinco días. Esa mañana hice planes para parar a las oficinas de la Misión y recoger mi carta de recomendación. Al entrar al edificio saludé a la secretaria, quien entusiasmada me dijo: « ¿Qué crees? Te enviaron la carta y también estas en la lista de los becados con un 80% de ayuda educacional». Mis primeras palabras fueron: « ¡Dios mío! Solo pedí una carta de recomendación y me enviaste más que eso». Durante varios años tuve la oportunidad de contar con esta ayuda. He trabajado fuertemente y pasé por momentos difíciles, pero es claro que Dios tiene un plan para mí, ya que ha hecho provisión, al satisfacer cada una de mis necesidades.
Estoy convencida de que la mano de Dios se ha mostrado de diferentes maneras, aun en amigos y parientes que me animan diciendo: « ¡Lo vas a lograr! ¡Adelante!» Elena G. de White dice: «Dios no conduce nunca a sus hijos de otra manera que la que ellos elegirían si pudiesen ver el fin desde el principio, y discernir la gloria del propósito que están cumpliendo como colaboradores suyos» (Deseado de todas la gentes, p. 197).

Raquel Córdova Pérez
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.

AYUDA EN TIEMPO DE NECESIDAD

Y si desvías a la derecha o a la izquierda, oirás una voz detrás de ti, que te dirá: «Por aquí es el camino, vayan por aquí». Isaías 30:21.

Cuando Norma salió del autobús, se sintió desbordada por el poder de Dios que los había protegido, a ella y a su hijo, de una muerte segura. También estaba agradecida porque su iglesia no hubiese tomado partido por ninguno de los dos bandos en conflicto: el gobierno y la guerrilla rebelde. Los miembros de la iglesia adventista gozaban de una alta consideración por parte de ambos partidos políticos porque permanecían neutrales y ayudaban a quien lo necesitase.
Tan pronto como hubieron salido, Norma y su hijito se escondieron detrás del autobús perforado por las balas. Los rebeldes habían desaparecido tan rápidamente como habían llegado. Norma oró para que otro vehículo pasara por allí y los llevara a un lugar seguro.
El rugido de un motor más allá en la carretera la advirtió de que otro autobús estaba a punto de pasar. Cuando lo tuvieron a tiro, los guerrilleros rebeldes salieron de sus escondrijos y mataron a los once pasajeros.
-Vete de aquí –dijo una voz.
Norma miró hacia la carretera y vio a un hombre negro que andaba solo. Corrió para unírsele. Sin decir una palabra, tomó al hijo de Norma y su maleta. Un segundo hombre, un nativo de la zona se les unió.
Se encontraron con un hombre que conducía una camioneta. Este se avino a llevar a los cuatro en su vehículo.
Al llegar al límite del pueblo, el conductor de la camioneta detuvo el vehículo y esperó a que los improvisados pasajeros se apeasen. El hombre negro dejó la maleta de Norma en el suelo y ayudó a su hijo a bajar de la camioneta. Cuando Norma se volvió para darle las gracias, había desaparecido. «Él ordenara que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos».
Norma anduvo hasta la primera casa que vio. Llamó a la puerta. La mujer que respondió, escuchó la terrible historia y llamó una ambulancia.
(Continuará.)

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

NO HUYAS DE QUIEN DESEA AYUDARTE

Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde, que anda por camino equivocado, en pos de sus pensamientos. Isaías 65:2

Hay una historia muy divertida que ilustra la intensidad con la que Jesús “persigue” al ser humano. Hace algún tiempo, una estación de radio informo acerca del robo de un automóvil del modelo “escarabajo”, de la marca Volkswagen, en California. La policía montó una intensa búsqueda del vehículo y del hombre que lo robó. Hasta pusieron avisos en las estaciones de radio locales en busca de colaboración ciudadana que permitiera localizar su paradero.
La razón de tan inusual revuelo era que en el asiento delantero del vehículo robado había una caja de galletas saladas rociadas con veneno, cosa que el ladrón ignoraba. El dueño del automóvil había tenido la intención de usar las galletas como cebos para ratas. Resulta que la policía y el dueño del automóvil estaban más interesados en apresar al ladrón para salvarle la vida que para recuperar el vehículo. Desconociendo el peligro que se cernía sobre él, el ladro huyó de quien procuraba salvarlo.
Nuestra vida sería totalmente diferente si entendiéramos todo lo que dios hace por nosotros. Nos busca, nos persigue, desea tenernos con él para hacernos bien y regalarnos todos los dones del cielo que pidamos y podamos resistir.
Nos amó antes de que lo amáramos, nos salvó siendo sus enemigos, y ahora nos corteja por el ministerio del Espíritu Santo. Coloca trampas de gracia mediante circunstancias y situaciones, a veces molestas, para llamar nuestra atención, para que levantemos nuestra vista al cielo y así lo veamos en toda su hermosura.
Conversaba con un amigo que se aparto de la iglesia, se separó de su esposa e inicio el camino del pecado. Gracias a Dios, regresó nuevamente. Llamó mi atención al decirme: «En mi desobediencia fu cuando Dios más me bendijo». Aun en nuestras transgresiones nos otorga bendiciones que ni esperábamos ni merecíamos. Lo hace no para que sigamos en desobediencia, sino para que nos apartemos del pecado.
«Aun cuando estuviéramos fascinados en nuestra iniquidad y rehusáramos oírlo, él nos busca implacablemente. Nos busca en la puerta del peligro y espera a nuestra salida. Nos busca por las ásperas colinas de nuestras aventuras juveniles. Nunca se rinde, es paciente y persistente hasta que alcanza la victoria» (Ventanas de su gracia, p. 24).
De una cosa debes estar seguro: nunca te dejará en paz; te perseguirá de mil maneras, porque te ama. Ríndete al Señor en este instante. Es la única alternativa valiosa para ti.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.

domingo, 22 de noviembre de 2009

LOS PEQUEÑOS DE DIOS

Les aseguro que todo lo que no hicieron por el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron por mi (Mateo 25:45).

La bondad en términos prácticos es nuestra inclinación para hacer bien a otros. Dios fue movido a bondad para con nosotros y por eso no escatimó ningún esfuerzo para nuestro bien. Ahora, el tiempo es nuestro enemigo. El amor de muchos se enfría, dice la Escritura, y desaparece el deseo de ayudar y aliviar a las personas necesitadas. El amor proviene de Dios, y si nuestra relación con él anda mal no será mejor con los que nos rodean.
En la vida de Jesús vemos su servicio a favor de aquellos que lo necesitaban. Aunque no todos reconocieron su necesidad. El estuvo allí para aquellos que reconocían sus carencias. Vivió para servir a pecadores, pobres, tristes, hambrientos, ciegos, sordos, mudos, endemoniados, enlutados, enfermos, orgullosos, desesperanzados, ignorantes de los celestial. ¡Maravilloso ejemplo! Ejemplo que deberíamos seguir todas, pues, Jesús se gozaba al mitigar el dolor y la necesidad de sus semejantes.
La bondad de Dios nos debería motivar a ser más compasivas entre nosotras. Estemos pendiente de lo que hacemos y no sigamos enfrascadas en nuestros propios deleites y ocupaciones. Miremos mas allá para no ser sorprendidas cuando el Maestro diga: «Porque tuve hambre, y ustedes no me dieron nada de comer; tuve sed, y no me dieron nada de beber» (Mat. 25:42). Cada día hay alguien que necesita de ti. Hay un hijo de Dios frente a tus ojos. Puedes seguir de largo, posponer esa visita y esa palabra de ánimo, dejar para más tarde tu presencia, no creer importante esa ayuda.
Únicamente tú tienes la respuesta de cual será hoy tu actitud hacia los demás. Hoy puedes decidir inclinarte a hacer el bien por amor a Aquel que expresó su bondad en el sacrificio de su Hijo. De tal manera que el Maestro pueda decirte: «Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mi» (Mat. 25:40).

Lorena P. de Fernández
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.

EL DÍA DE LA DESTRUCCIÓN

No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día. Salmo 91:5.

El subir al autobús, Norma llevó a su hijo hacia la parte de atrás y tomaron asiento. Estaban junto a otra mujer. Cuando hubieron avanzado unos pocos kilómetros se escucharon disparos. El conductor recibió un balazo en la cabeza. Cayó muerto al instante y el autobús se detuvo bruscamente.
Las balas entraron volando por la ventanilla y fueron a dar a la mujer que estaba junto a Norma. Norma sintió una fuerte punzadas pero se acordó de las palabras del Salmo 91: «Podrán caer mil a tu izquierda, y diez mil a tu derecha, pero a ti no te afectará. […] Porque él ordenará que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos.
Un soldado armado con un machete subió por los escalones del autobús. Norma oró en silencio: «No me dejes, Señor, no permitas que te niegue».
Norma y su hijo eran los únicos pasajeros del autobús que seguían con vida. Los otros 47 habían muerto. El guerrillero iba derecho hacia ellos.
-¡Deténgase! Soy misionera adventista del séptimo día.
Norma sabía muy poco inglés, pero Dios hizo que hablara en esa lengua en lugar de la suya. Eso salvó su vida. Los soldados enemigos hablando en su propia lengua, el acento especial que tenían los miembros de la tribu la habrían descubierto y la habrían matado al instante. Al hablar en inglés, sus palabras no tenían ningún acento.
El soldado estaba sorprendido por la valentía de Norma pero consideró sus palabras y dijo:
-Entonces, lo mejor que puedes hacer es largarte de aquí.
Se dio la vuelta y salió del autobús.
(Continuará.)

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

SERVIR A JESÚS NO ES DESPERDICIO

¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios y dado a los pobre? Juan 12:5

Judas era un hombre que conocía el precio de cada cosa, y también de aquello que no tenía ningún valor. Con la eficiencia propia de un administrador, calculo de inmediato el monto del derroche de María. Al precio de hoy, el perfume derramado sobre Jesús habría representado un despilfarro de miles de dólares. Si no conociéramos el resto de la historia, consideraríamos legítima la queja de Judas. ¿Era aceptable su actitud? ¿Se podía llamar eso buena mayordomía?
Juan nos cuenta los motivos detrás de la queja de Judas. «Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón y, teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella» (Juan 12:6). No estaba preocupado por los pobres, sino por él mismo. El lima de su vida era “Menos para Jesús y mas para mí”.
La actitud de Judas no es muy diferente de la de muchas personas hoy. Como los fariseos, dan solamente lo que Dios requiere. Muchos se preguntan: « ¿Cuál es la cantidad mínima que puedo dar o hacer y seguir, pese a ello, considerándome cristiano?» Se va a la iglesia sin un sentido del deber, sin un profundo deseo de adorar; se lee la Biblia apresuradamente, y ni siguiera se tiene interés de información, y menos de transformación; se ora si queda tiempo, y se terminan sin comunión con Dios; se ponen algunas monedas en el plato de ofrendas si nos quedó cambio, pero no se ha puesto el corazón.
Frecuentemente, los que menos se interesan en servir y ayudar en la causa de Dios son los que se quejan y critican duramente, y sin contemplaciones, a los heraldos del evangelio en su lucha diaria por el reino de Dios. En cambio, los que menos critican o se quejan son los que trabajan con denuedo y son colaboradores generosos. Están dispuestos a tomar su trinchera en el conflicto cósmico que Cristo libra contra Belial.
Este era el caso de Judas. A él no le interesaban los pobres; los veía como una molesta carga social. Consideraba que se deleitaban en el ocio y que carecían de creatividad. Los motivos de judas eran egoístas. Se veía a sí mismo como merecedor de todos los reconocimientos y todo el respeto por sus actuaciones brillantes como gerente de la bosa del Maestro. Para él, todo acto altruista era un desperdicio, se quejaba e importunaba a Jesús con su pretendida astucia en el uso de los recursos. Unas horas después, el Salvador lo llamaría «hijo de perdición» o, literalmente, “hijo de desperdicio”.
Jesús es amor. Todo lo que le entregues será ganancia multiplicada por mil .No es ningún desperdicio rendirse a sus pies y prometer lealtad a sus nombre. Judas, se equivocó. Acierta tú.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.

sábado, 21 de noviembre de 2009

FÁCIL DE REALIZAR

En cambio, el fruto del Espíritu es […] bondad […]. No hay ley que condene esas cosas (Gálatas 5:22,23).

Imaginemos que nosotras somos plantas o arboles. Considero que si somos cristianas y no damos buenos frutos entonces, tenemos serios problemas. Incluso podríamos convertirnos en cizaña o llegar a ser como la higuera que no daba fruto. Una de las cualidades que se mencionan en los frutos del Espíritu es la bondad. No necesitamos ir muy lejos para reproducir este fruto en nuestra vida: en nuestro hogar, con nuestros vecinos, en nuestra iglesia podemos realizar actos de bondad. En un colegio adventista vino a mí una dama que vio muchas necesidades en el plantel. Se propuso ayudar y utilizó distintas estrategias. Ella es dueña de una tienda y me dijo: «De cada artículo que venda voy a apartar un peso para el colegio». Cada fin de mes me enviaba grandes cantidades de dinero. Al año siguiente me dijo: «Ahora voy a dar un porcentaje de mis ventas». Luego me comentó como habían aumentado sus ventas. No había ocasión que fuera al negocio y que no viera gente comprar. Creo que ella descubrió que si era bondadosa el Señor multiplicaría sus bendiciones. ¡Cuán agradecida estoy con ella porque su corazón es grande y donde ve necesidad su bondad sale a relucir! Dios le bendiga y ayude en su problema de salud. Probablemente pienses que no tienes algún negocio o dinero para ser bondadosa, pero para serlo no es necesario. Veamos algunos ejemplos bastante sencillos y fáciles de realizar de manara que ese fruto del Espíritu sea tuyo diariamente:

  • Orar por los más débiles.
  • Sonreír a los demás.
  • Visitar a los más enfermos físicos o espirituales.
  • Ayudar a algún anciano.
  • Colaborar con los líderes de nuestra iglesia.
  • Acercarte a las instituciones cristianas y apoyar en sus necesidades.
Algunos de los sinónimos de bondad son compasión, misericordia, piedad, de manera que se extiende hasta comprender el dolor de nuestro hermano, gozarnos y llorar con él, ser misericordiosas con quienes lo requieran y ponernos en su lugar. El Señor nos ayude para que nuestra vida dé frutos que beneficien a quienes nos rodean.

Elizabeth Suárez de Aragón
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.

CANTOS EN LA NOCHE

Yo le digo al Señor: «Tu eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío». Salmo 91:2.

Cuando Dios le dijo por tercera vez que orara, Norma estaba confundida.
-Señor –dijo-, no se de nada mas por lo que tenga que orar.
Miró alrededor y vio la Biblia y el himnario.
«Creo que los salmos son oraciones», pensó. Tomó la biblia y dejó que se abriera por si misma. Miró y vio que se había abierto por el Salmo 91, un salmo de confianza.
«¿Qué canto?», se preguntó. Abrio el himnario y el primer himno que vio era Señor Jesus, el dia ya se fue. Cantó todas las estrofas. Lo abrió por otra pagina. Era No me pases y cantó todas las estrofas. Una vez mas dejó que el himnario se abriera al azar. Esta vez era En Jesus por fe confio.
Pensando que Dios le permitirai volver a dormir, se metió otra vez en la cama.
-No duermas. ¡Ora!
Norma se dio cuenta de que también podía olvidarse de dormir. Durante cuatro horas leyó el Salmo 91 y cantó los tres himnos. Dios la devolvió a las mismas paginas una otra vez. A la mañana siguiente, cuando su hijo se despertó, la mente de Norma estaba completamente saturada con las palabras del Salmo 91 y los tres himnos.
Despues del culto matutino, comieron juntos el desayuno, empaquetaron sus cosas y se dirigieron a la parada del autobús.
Norma estaba un poco asustada con el viaje a casa. Debian cruzar un territorio que estaba en manos de las tropas rebeldes.
No sabia qué esperaba en los siguientes minutos.
(Continuará.)

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

NUNCA SOLOS

En mi primer defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. 2 Timoteo 4:16

Ninguno estuvo a mi lado. Estas son palabras llenas de tristeza con las que todos podemos identificarnos en mayor o menor medida. Igual que el apóstol Pablo, muchos, por no decir todos, hemos experimentado momentos en la vida cuando sentimos que hemos quedado solos en nuestro dolor, nuestro fracaso, nuestro problema o nuestra perdida. Es fácil entender el peso que este hombre de Dios experimentaba cuando escribió: «Todos me desampararon. Estuve solo frente a mis acusadores». En algún momento de la vida, todos no hemos sentido abandonados.
Tal vez te has sentido solo cuando has defendido postura a favor de la verdad y no has aceptado hacer cosas indebidas. Se puso en mi conocimiento hace algún tiempo una historia verídica acerca de uno de los profesionales de la iglesia, un ingeniero de éxito que trabajaba en un organismo oficial del gobierno de su país. Esta persona, perfectamente competente en su campo, no accedió a participar en algo deshonesto que se esperaba de él: no aceptó alterar cifras en los presupuestos de algunos proyectos que serian financiados con fondos públicos. Su determinación de mantenerse del lado de la honradez provocó que todos sus compañeros le hicieran el vacio y que, finalmente, sus superiores, interesados en que el plan prosperase, lo despidieran de su trabajo. Sin duda, tal experiencia no es excepcional. ¿Sientes tu que los que una vez te apoyaron te consideran ahora legalista y raro?
Como hijos de Dios, nunca estamos solos, pues su Espíritu nos guía para indicarnos el camino que debemos seguir. Tomar posiciones a favor de lo correcto requiere de mucha valentía. Vistas las cosas desde una óptica humana, parece que los momentos difíciles, o cuando tenemos que ser firmes en defensa de la verdad, estamos solos, que nadie está con nosotros. Sin embargo, no es así en realidad, pues tenemos la mejor compañía posible: Jesús siempre está a nuestro lado.
Nunca estamos solos. Las pruebas de la vida son preciosas oportunidades par que Dios manifieste su poder y sabiduría para el bien de sus hijos.
Hoy quizá te sienta solo, como el apóstol. Quizá tu familia te dejo solo, o lo hizo tu pastor, o lo hicieron tus hermanos. Cobra ánimos, no temas. Te invito a entonar hoy las estrofas del himno “¡Solo no estoy! Jesús esta a mi lado. Amigo fiel que no me dejará”.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.

viernes, 20 de noviembre de 2009

A UNA CUADRA DEMOSTRAR BONDAD

Que su amabilidad sea evidente a todos. El Señor está cerca (Filipenses 4:5).

Mi abuelita fue una persona vigorosa y con mucha fuerza, sin embargo, su salud fue afectada y ahora yace en una cama. Hace unos días fui a visitarla. Ya casi no hablaba ni se movía. Me acerqué a su cama y le dije al oído: « ¡Abue, soy Edith, te quiero mucho!» Sin esperar su respuesta la tomé de las manos y le sonreí. Ella volteó a verme y dijo: «Pensé que nadie me quería». Tuve que voltear mi rostro para respirar profundo y recobrar la entereza.
Mi mente se fue al pasado y recordé como nos cuidó a mi hermana y a mí en la niñez. Luego, cuando éramos adolescentes, llegaba de visita justo cuando veíamos la televisión, se sentaba y nos hablaba de Dios y de lo malo que era perder el tiempo. Como no podíamos oír la televisión y a ella al mismo tiempo, terminábamos por apagarla un tanto molestas. Ya cuando estudiábamos en la universidad recorría con mucho esfuerzo la cuadra de distancia entre su casa y la nuestra para ver que estuviéramos bien. Poco a poco sus fuerzas fueron menguando y, a veces, no lograba llegar hasta mi casa, de modo que alguien piadoso la tenía que ayudar a regresar a la suya.
Ahora estaba en su cama, mirándome. Regresé a la realidad y le dije: «Todos te queremos: tienes hijos, nietos, bisnietos». Le acaricié sus manos durante un largo rato, las cuales habían hecho mucho por mí. Se las solté, pues ya me iba, y con mucho esfuerzo ella buscó desesperada de nuevo mis manos. Medité en el poco esfuerzo que yo hacía para recorrer la cuadra que nos separaba. Tenía semanas que no la veía. Mi vida se enfrascaba en tantas cosas: escuela, trabajo, amigos.
En ese momento decidí visitarla con mayor frecuencia. Regresarla un poco de lo mucho que ella dio por mí. Agradecí a Dios la oportunidad que me dio de recapacitar, pues todavía la tenía con vida. Muchas veces en nuestra vida agitada y llena de compromisos perdemos de vista el ministerio de bondad de Dios quiere que realicemos. Te ánimos a visitar a personas que tiene necesidades afectivas. Regálales una sonrisa y muestras de cariño.

Edith Varela Sosa
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.

NO DUERMAS. ¡ORA!

Manténganse constantes en la oración, siempre alerta y dando gracias a Dios. Colosense 4:2.

(Papás: la historia que se desarrollará durante los próximos días puede no ser adecuada para los niños de corta edad a causa de la violencia.)

Una de las historia más emocionantes quejamos me han contado sobre el cuidado de Dios es la que escuché de una misionera retirada, Juanita Kretschmar. Durante uno de sus viajes misioneros, Juanita conoció a cierta dama llamada Norma que le contó un milagro que Dos había obrado en su vida.
Norma era la esposa de un pastor Adventista que trabajaba en un país asediado por la guerra. Estaba muy involucrada con la división infantil de la iglesia. Cuando llegó el momento de empezar un nuevo programa decidió ir a la sede de la Asociación para obtener los materiales necesarios para el siguiente trimestre.
Deposito unas cuantas pertenencias en la maleta y puso la Biblia y el himnario en su estuche. Luego, ella y su hijo de cinco años tomaron el autobús para ir a la oficina de la asociación. En lugar de regresar esa misma noche, se quedaron a dormir en una casa de huéspedes.
Antes de acostarse, Norma y su hijo adoraron a Dios y apagaron la luz.
Poco después de media noche Norma escuchó una voz.
-No duermas. ¡Ora!
Convencida de que Dios le hablaba, Norma se arrodilló junto a la cama. Oró por ella, su esposo y su hijo y toda la familia de su iglesia. Luego volvió a meterse en la cama.
-No duermas. ¡Ora!
Se puso de rodillas otra vez y pidió a Dios que les mostrase si había algún pecado que era preciso confesar. Después de esto oró por sus familiares y por las personas que recibían estudios bíblicos. Una vez más regresó a la cama. Pero la voz habló de nuevo.
-No duermas. ¡Ora!
(Continuará)

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

ADICTOS A LA ASOMBROSA GLORIA DE DIOS

Hermanos, yo mismo o pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago; olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Filipenses 3:13,14.

El apóstol Pablo fue un “adicto” a la gloria de Dios. Por eso precisamente dijo: «Por lo tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor» (2 Cor. 3:18). En pocas palabras, venía a decir: «Ser como Jesús es mi ansiedad, mi búsqueda, mi desesperación. Me parece que nunca tengo suficiente de él».
Un adicto a una sustancia nunca está satisfecho; siempre necesita más. Cuanto más aumenta su nivel de tolerancia, mayor es la fuerza que lo impulsa a alimentar su hábito con una creciente cantidad de la sustancia en cuestión. No asombra que Pablo expresar el anhelo de su corazón de la siguiente manera: «Olvido lo que queda atrás. Prosigo, no cejo en mi empeño hasta alcanzar mas cada vez». Probarlo una vez no fue suficiente. Un milagro no lo llenó. Acudir a la sinagoga no satisfizo sus ansias. Ni siguiera el encuentro camino a Damasco fue el final. El apóstol nunca estuvo satisfecho. Pablo fue adicto. Estaba para siempre poseído por el poder de Dios y por su gloria, como por un anzuelo del cual no podía desprenderse.
Dios anhela que su iglesia sea un ejército de adictos, de creyentes desesperados por ser transformados a la imagen de su Hijo.
Si tu relación con Dios y la devoción que le manifiestas han llegado a ser previsibles y aburridas, te desafío para que busques a una persona que no conozca a Jesús y compartas el amor que Dios ha derramado en tu corazón. Ese amor, que has recibido gratuitamente, debes compartirlo de la misma manera. Permite que el Espíritu Santo te tome. Él puede cambia en segundos tu rutina y convertirte en un apasionado discípulo de Jesús.
Deja que el poder del Altísimo derribe las barreras de tu indiferencia religiosa. Comienza a gritar lo que Jesús ha susurrado a tus oídos. Di al mundo entero lo que el Señor ha hecho por ti. Sé un adicto a la gloria de Dios.
Grita hoy con voz de triunfo, y con la melodía de un dulce canto: «Jesús es el Salvador del mundo». Que se escuche en toda tu ciudad ¿Sabes que sucederá? Un rio de avivamiento fluirá en tu corazón. No esperes más. Experimenta hoy un avivamiento.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.

jueves, 19 de noviembre de 2009

MANIFESTACIONES DE SU AMOR

El Señor Todopoderoso está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob (Salmo 46:7).

Uno de los desafíos que enfrenté al ser esposa de pastor es que la mayor parte del tiempo se está muy lejos de nuestra familia paterna. Y cuando los hijos están pequeños y se enferman, se experimentan sentimientos de desesperación e impotencia. Así me pasó un par de veces con dos de mis tres hijos. Estábamos en el distrito de Ciudad Valles, en San Luis Potosí, México, cuando mi niña de nueve meses se puso muy grave de sarampión, así que tuvimos que hospitalizarla de emergencia, pues en esos momentos no sabíamos que tenia y sus síntomas eran extraños. Fueron días muy difíciles los que enfrentamos mi esposo y yo, pero comprendimos que en medio de las circunstancias adversas Dios nos abre ventanas de bendición.
Mi niña se puso grave durante la noche de un jueves y las hospitalizamos a la media noche. Para el amanecer el primer anciano de la iglesia y su esposa estaban en la clínica dándonos su apoyo y cariño. Lo que vino después fue sencillamente maravilloso. La iglesia de la ciudad se volcó en manifestaciones de amor durante el fin de semana en la clínica. Tanto así que el sábado por la tarde más del 75% de los 125 miembros de la congregación estaban en los pasillos de la pequeña clínica.
El doctor preguntó a mi esposo: «Oiga, ¿quién es usted? ¿Quién es esta niña? ¿Cómo es que es tan querida?» Allí comprendimos que Dios estaba con nosotros en media del cariño y amor de los hermanos. Unos siete años después, cuando mi hijito menor tenía ocho meses de nacido, se me enfermó de neumonía. Entonces vivíamos en Monterrey, Nuevo León. Estábamos a cargo de una iglesia grande. Nunca pensé que los hermanos manifestarían el mismo cariño y amor de nuestros antiguos feligreses de Valles. Pero el amor de Cristo en nuestras vidas o hace distinción de personas ni de ciudades o posiciones sociales.
Una dama se organizó para que hubiera parejas que se turnaban en el cuidado y la vigilancia para mi pequeño durante los días que estuvo internado en el hospital. Mientras tanto, ellas me llevaba y traía de mi casa al hospital las veces que fueran necesarias para que yo pudieses descansar y darle pecho relajadamente a mi bebé. Dios pone los medios y las personas para que no nos sintamos solas y podamos recordar que él siempre estará a nuestro lado.

Diana Blé Fuentes
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.