lunes, 19 de marzo de 2012

VIVIENDO AFUERA

«Fue entonces cuando el Señor le dijo a Josué: "Haz unos cuchillos de piedra"» (Josué 5:2).

Cuando era niño me encantaba leer historias sobre David Crockett, Daniel Boone y los indios norteamericanos. Me fascinaba la manera en que se aventuraban en el bosque con sus caballos y tenían que cuidar de sí mismos. Hacían ropa con pieles de animales, casas con árboles y herramientas de piedra. Como lo oyes, ¡herramientas de piedra! Cómo me habría gustado acompañarlos en sus aventuras.
Algunos de estos primeros pobladores de los Estados Unidos, al igual que los israelitas, usaban un tipo de piedra especial llamada pedernal para hacer cuchillos. Los antiguos pobladores del mundo descubrieron que al romper un pedernal grande, forma astillas que sirven perfectamente para hacer cuchillos. También descubrieron que cuando las golpeaban contra ciertas clases de metal, producían una chispa que era muy buena para prender fogatas.
¿Sabías que Dios también puede usarte para producir chispas? Él puede usarte para iniciar el fuego del amor de Dios en la vida de otra persona. Sin él, también podemos ser punzantes y herir a los demás, así como el pedernal se usaba para cortar Entrega tu vida a Jesús y en vez de ser alguien hiriente, podrás ser una chispa iniciadora de su amor

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

NO BEBAS DEL AGUA EQUIVOCADA

Llegó una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: «Dame de beber» (Juan 4:7).

Ir por agua cada día era parte de su frustrada existencia; tomaba el cántaro y prácticamente con los ojos cerrados podía hacer el recorrido hasta el pozo; ¡hacía tantos años que repetía la misma rutina!
«¡Si tan solo pudiera encontrar una fuente de agua que acabara para siempre con mi sed! Nunca más tendría que ir por agua ni tendría que pasar más vergüenza». Pero ese pensamiento era demasiado bueno para ser real.
El Señor conocía el desconsuelo y la desesperanza de mujer solitaria. En un intencional acto de amor interpuso en su camino. Mientras permanecía sentado junto al pozo la miró con ternura, y sin reproche alguno recibió de su mano un poco de agua. Luego correspondió gesto ofreciendo saciar la sed de ella de una vez por todas. Así el anhelo más caro de aquella mujer se hizo realidad.
Después de aquel encuentro la transformación fue notoria: toda la vergüenza, la culpa, la soledad y el menosprecio de la gente se trocó en confianza y respeto. Nada en su entorno había cambiado, ni siquiera la gente; el cambio se había efectuado en su interior, y eso hizo que todo cambiara.
Tomar el agua equivocada podría hacer que nuestra sed de paz y esperanza nos lleve a la deshidratación moral. Las aguas de pozos extraños solo ofrecen mitigar temporalmente sed del alma. Los placeres que el mundo ofrece, la satisfacción de los apetitos, la complacencia de los deseos son paliativos a las necesidades internas, pero nunca serán la solución para la sed del alma.
El amor tierno de Jesús es un ofrecimiento para cada mujer, no importa el desprecio que alguien pudiera estar sintiendo por ti. No dudes buscar su consuelo, porque él siempre estará disponible para que lo interrogues acerca de los planes maravillosos que tiene para tu vida. La vergüenza, la soledad, el vacío no pueden extinguirse con espejismo mundanales. La garantía suprema es Jesús, y su sacrificio de amor por ti.
¡No bebas de la fuente equivocada! El agua de vida continua fluyendo el tierno y compasivo Jesús, quien te proveerá exactamente lo que te hace falta.

Toma de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Erna Alvarado de Gómez

UN MONO EN LA ESPALDA

Echa sobre Jehová tu carga y él te sostendrá. Salmo 55: 22, NRV95.

¿Te imaginas cómo sería tener un mono sobre la espalda todo el día? Creo que la palabra que mejor describiría esa experiencia es pesadilla.
Escuché la expresión «tener el mono en la espalda» en una entrevista por televisión, de labios de una celebridad del deporte. Era un hombre dueño de, por lo menos, dos de las tres «moneditas de oro» que el mundo codicia: dinero y fama (la otra es el amor). Pero ¡qué curioso! Su rostro no reflejaba felicidad. «He sido un estúpido, un idiota, un ingenuo», decía.
¿Quién era? ¿Y por qué se expresaba así de su persona?
Se trataba de Alex Rodríguez, para muchos, el mejor jugador de béisbol del mundo. Por cierto, el mejor pagado, y probablemente el más envidiado. En ese momento, ante las cámaras de ESPN, Alex Rodríguez estaba confesando que había usado esteroides durante tres temporadas de béisbol (2001-2003), mientras jugaba ruta los Rancheros de Texas.
¿Qué necesidad tenía Alex de usar drogas si ya era el mejor?
«Cuando llegué a Texas en 2001 —explicó—, sentí una presión enorme. Me parecía que tenía sobre mí todo el peso del mundo y que yo debía rendir al máximo cada día».
Es cierto que había firmado un contrato millonario: 25 millones de dólares por temporada y que ese monto de dinero se traduce en presión pero, ¿no había otra razón?
«Quería probar que yo era uno de los mejores jugadores de todos los tiempos. Me dejé llevar por eso de que "Todo el mundo lo está haciendo"».
«Todo el mundo lo está haciendo». ¿Justifica este hecho el uso de sustancias indebidas? Tenía razón Alex de llamarse a sí mismo «estúpido». Por momentos, sentí compasión de él, al verlo en ese pequeño infierno que él mismo se había creado. Pero al fin de la entrevista, me contentó saber que había tenido el valor de admitir su falta, y de pedir que se le perdonara.
«Lamento mucho lo que hice —expresó—. Hoy quiero quitarme este mono de mis espaldas». ¡Qué manera tan gráfica de expresar lo se siente hacer lo malo!
¿Hay en tu vida algún pecado que no hayas confesado al Señor? Pues no hay necesidad de que «cargues con ese mono sobre tu espalda»
¡La sangre de Cristo todavía perdona pecados!
Gracias, Jesús, por la preciosa sangre que derramaste en la cruz por mí.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

«NO OS ANGUSTIÉIS»

«No os angustiéis, pues, diciendo: "¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?"» (Mateo 6:31).

No puedo dejar de insistir en que, al decir que no debemos angustiarnos (preocuparnos) por las cosas temporales, Jesús no sugirió que tengamos que preocuparnos por las cosas espirituales. Más bien dijo que las cosas espirituales deben ocupar el primer lugar de nuestros pensamientos. En otras palabras, es necesario que nos ocupemos más de las cosas espirituales que de las temporales.
Una vez más, es preciso destacar que Jesús no sugiere que tengamos dos vidas: una espiritual y otra secular. Se refiere a lo espiritual y a lo temporal. Ahora bien, lo secular también es temporal, porque pasará. Por tanto, Jesús dice que no tenemos que invertir lo mejor de nuestro tiempo, de nuestros pensamientos y de nuestros recursos económicos en cosas que son temporales y que pasarán; sino que es preciso poner el énfasis en las cosas espirituales porque son eternas. Cuando lo hagamos descubriremos que la vida se transforma por completo.
Jesús llegó a decir que no tenemos que preocuparnos demasiado por lo que nos sucede hoy (Mat. 6:25) o cómo será el mañana (Mat. 6:34). Preocuparse por el futuro es inútil. La preocupación hace que las nubes de mañana enturbien el sol de hoy. Una densa niebla de treinta metros de altura que cubre una superficie equivalente a siete manzanas de casas contiene menos de un vaso de agua fragmentado en sesenta mil millones de diminutas gotitas. No es mucha agua, pero puede paralizar una ciudad entera.
Por lo general, la ansiedad de las personas está relacionada:
  • un cuarenta por ciento con cosas que nunca pasarán,
  • un treinta por ciento con cosas del pasado que no se pueden cambiar, un doce por ciento con cosas, la mayoría de las veces falsas, relativas al qué dirán,
  • un diez por ciento con la salud, que empeora con la tensión y el estrés y un ocho por ciento con problemas reales que es preciso afrontar.
Así pues, no cuesta entender el proverbio sueco que dice que, «a menudo, las preocupaciones hacen que cosas pequeñas tengan una sombra enorme».
He aquí una promesa para hoy: «Cuando te acuestes, no tendrás temor, sino te acostara y tu sueño será grato» (Prov. 3:24).
Amado padre que estas en los cielos, ayúdame a no ser una densa niebla para mi familia. Quiero ser como el Sol. Cuando se sientan desanimados, dame palabras de aliento. Cuando los vea con el ceño fruncido, haz que mi repuesta sea una sonrisa. Basado en Mateo 6: 34

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill