domingo, 19 de agosto de 2012

COLMILLOS AFILADOS



«Una nación poderosa e innumerable ha invadido mi país: tiene dientes de león, colmillos de leona» (Joel 1:6,NVI).


De nuevo caminaremos por el desierto. Vamos a buscar algo que no es fácil de ven pero que es parte de la naturaleza. Te habrás dado cuenta de que el versículo habla de un león y una leona. Habla de sus dientes y sus colmillos. La leona es la que caza el alimento para su familia durante la noche. Ella se esconde en los arbustos hasta que la cena pase caminando. Cuando un venado u otro animal se acerca, ella salta desde su escondite y entonces (y esta es la parte difícil de ver) le clava los colmillos en el cuello. Es un espectáculo doloroso, pero eso es lo que el pecado ha causado en la naturaleza.
El versículo de hoy habla de una nación que invadió la tierra que Dios le había prometido a su pueblo, causándole un daño terrible. Ella se abalanzó sobre Israel como una leona sobre su presa. Esto debe de haber sido muy doloroso para el pueblo de Dios. Ellos pudieron haberlo evitado si tan solo hubieran obedecido a Dios.
Sigue el plan de Dios hoy y no te dejes morder por esos afilados colmillos.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

UN MANDATO DE DIOS


No os unáis en yugo desigual con los incrédulos, porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? (2 Corintios 6:14).

Una boda puede ser un recuerdo inolvidable, tomando en cuenta que el matrimonio es un acontecimiento muy hermoso y además una decisión para toda la vida. Estoy segura de que la clave del éxito es que Dios sea el principal invitado en el hogar.
Es triste saber que cada día muchas jóvenes se aventuran a unirse en matrimonio con personas no creyentes, pasando por alto las recomendaciones de las Sagradas Escrituras. Una joven me dijo hace poco: «Hermana, mi esposo me prometió que al casarnos me dejaría asistir a la iglesia y que él se bautizaría. Ya llevamos cinco años casados y tengo que seguir escapándome para asistir a la iglesia. Además, me maltrata y es vicioso. Por favor, ore por mí, pues soy muy infeliz».
«Hay hombres y mujeres que seguirán sus propias inclinaciones, aun frente a las más claras órdenes de Dios, y luego se atreverán a orar sobre el asunto pidiéndole a Dios que les permita continuar en dirección contraria a su voluntad» (La oración, cap. 26, p. 313).
«Antes de dar su mano en matrimonio, toda mujer debe averiguar si aquel con quien está por unir su destino es digno. ¿Cuál ha sido su pasado? ¿Es pura su vida? ¿Es de un carácter noble y elevado el amor que expresa, o es un simple cariño emotivo? ¿Tiene los rasgos de carácter que la harán a ella feliz? ¿Puede encontrar verdadera paz y gozo en su afecto? ¿Le permitirá conservar su individualidad, o deberá entregar su juicio y su conciencia al dominio de su esposo? Como discípula de Cristo, no se pertenece; ha sido comprada con precio. ¿Puede ella honrar los requerimientos del Salvador como supremos? ¿Conservará su alma y su cuerpo, sus pensamientos y propósitos, puros y santos? Estas preguntas tienen una relación vital con el bienestar de cada mujer que contrae matrimonio» (Mensajes para los jóvenes, cap. 14, p. 31 I) Querida hermana, lo más importante al tomar esta decisión es pensar que el cristiano debe establecer un hogar donde Jesús reine. Créelo, en ese hogar los ángeles desearán morar.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Karina Ventura 

NO DEJÓ PASAR SU OPORTUNIDAD


¡Todo es posible para el que cree! Marcos 9:23

Esta es la historia de un personaje por el que nadie en el pueblo habría apostado un dólar en el concurso «En busca de un triunfador».
Era ciego y pobre. Pero nadie sabía lo que Bartimeo era capaz de hacer bajo «ciertas» circunstancias. Y esas circunstancias se presentaron un día que Jesús pasó por el pueblo.
El Señor se dirigía a Jerusalén para celebrar la Pascua e hizo escala en Jericó. Era costumbre que la gente se parara a los lados del camino para saludar a los viajeros. Entre la gente se encontraba Bartimeo. Al oír que Jesús era parte de la multitud, Bartimeo armó un verdadero escándalo. 
—¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!
Al instante, la gente le pidió que se callara. Sus gritos molestaban e impedían que la gente escuchara las enseñanzas de Jesús. Pero Bartimeo no se callaba. Al contrario, «gritaba más todavía» (Mar. 10:48).
Finalmente Jesús se detuvo y lo mandó a llamar. Cuando le avisaron a Bartimeo que Jesús lo estaba llamando, arrojó su capa y se paró de un salto. Y cuando el Señor le preguntó qué podía hacer por él, Bartimeo ya tenía lista su respuesta: «Quiero recobrar la vista». Y ocurrió el milagro: «Por tu fe —le dijo Jesús— has sido sanado» (vers. 52).
Si algo está claro en este relato es que Bartimeo no se dejaba vencer por sus limitaciones. No podía ver, pero podía oír y gritar. La gente le mandó que se callara, pero él gritó más fuerte. Cuando Jesús lo mandó llamar, de un salto se puso de pie. Había llegado su momento, ¡y él no lo dejaría pasar!
Y tú, ¿estás ahora mismo enfrentando algún problema serio? ¿Algún desafío grande? Pues no permitas que tus limitaciones se atraviesen en tu camino. Es cierto que hay cosas que no puedes hacer bien, ¡pero hay otras que haces muy bien! No hay un solo ser humano que sea hábil en todos los ámbitos de la vida. Usa lo que tienes. Haz siempre lo mejor que puedas: para destacarte en los estudios; para cultivar buenas amistades; para triunfar en el trabajo, en el amor y en todo lo que te propongas. ¡Todo es posible para el que cree!
Señor, ayúdame a creer que, a pesar de mis limitaciones, con tu ayuda puedo superar cualquier obstáculo que se atraviese en mi camino.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

«SEGÚN SEA SU OBRA»


«¡Vengo pronto!, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra» (Apocalipsis 22:12).

A causa de la crisis que nos azota, no es extraño ver una casa o un edificio de oficinas que están prácticamente acabados pero abandonados por falta de dinero. Estoy seguro de que, detrás de cada edificio vacío podríamos encontrar una historia de esperanzas y sueños truncados. Todo proyecto abandonado representa una derrota.
Hay muchas sinfonías inconclusas o inacabadas, pero la más común es la n°8 en sí menor, (1822, D759), de Schubert: «la Sinfonía Inconclusa». Nadie sabe por qué motivo la 8ª sinfonía de Schubert quedó por terminar (completó dos movimientos y dejó esbozos para el scherzo). Se han imaginado razones románticas para explicarlo, pero lo más probable es que Schubert o bien la olvidara o bien la abandonara.
Que la historia de la higuera estéril esté inconclusa tiene un motivo. El propietario esperó tres años a que la higuera estéril le diera frutos, pero no consiguió ni uno, ni un solo higo... Muchos disfrutan de los privilegios del evangelio y no hacen nada en absoluto para honrar a Dios o agradecerle que se los otorgara.
Los tres años de ministerio público de Cristo tocaban a su fin y la paciencia de Dios con los muchos que disfrutaban del evangelio pero no daban su fruto se había extendido hasta la agonía.  ¡Cuántas veces ha venido Dios a nosotros en busca de fruto y no ha encontrado nada, casi nada o menos que nada!  Además de no dar fruto, aquella higuera desaprovechaba un suelo precioso, le robaba el espacio a un árbol fértil y era una molestia para todos los que se encontraban a su alrededor. A menudo, los que no hacen el bien causan daño con su influencia o su mal ejemplo. Además, cuanto mayor es y más se extiende el árbol, mayor es el daño que puede causar.
El veredicto del propietario fue: «Córtenla». Cuando de un árbol estéril se trata, no se puede esperar ningún otro veredicto que no sea cortarlo y echarlo al fuego como leña. Con toda razón, ¿por qué ocupaba un pedazo de suelo? ¿Por qué debería ocupar un lugar en la viña? Aquí tiene la pregunta sin responder. Usted tiene la respuesta. Basado en Lucas 13: 6-9

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill