sábado, 19 de enero de 2013

DE VUELTA A LA ESCUELA

Lugar: Maryland, EE. UU.
Palabra de Dios: Hebreos 4:15,16.

Cuando Roger Martin entró en el aula y se sentó, todos se dieron cuenta. Era el primer día de clases en la Universidad Saint John, y acababa de entrar en un aula llena de alumnos de primer año.
Aunque Roger también era alumno de primer año, se destacaba entre todo el resto del alumnado. No era por la forma en que estaba peinado, ni por la ropa ni por la mochila que llevaba. Lo que llamó la atención de todos hacia él fue el hecho de que Roger tenía, por lo menos, cuarenta años más que el resto de los estudiantes. Sonó el timbre, y el profesor comenzó a pasar lista. Roger estaba matriculado para esa materia, y en realidad era el alumno de primer año de más edad.
Los demás estudiantes sentían curiosidad por saber por qué este "viejo" estaba de vuelta en la escuela. Quizás había dejado de estudiar cuando era joven, y ahora había decidido terminar sus estudios. O, tal vez, estaba pensando en cambiar de profesión. O, a lo mejor, le gustaba estar con gente más joven que él.
Roger no intentó esconder su identidad.
-Soy el rector de una universidad cercana -les explicó.
Y entonces ¿por qué estaba en un aula? Porque quería experimentar de primera mano lo que sus alumnos estaban viviendo. De esa manera podría ser un mejor rector de universidad, y podría entender las necesidades de los alumnos.
Suena parecido a lo que Jesús hizo por nosotros, ¿no es cierto? Hace unos dos mil años, él dejó su hogar en el cielo, para venir a vivir aquí, en la Tierra, como un ser humano, como uno de nosotros. Y ahora Jesús, también conocido como nuestro Sumo Sacerdote, no es "incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino... que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado". Por eso, podemos acercarnos "confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos".

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

NO TE ENGAÑES

Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó, y los bendijo. Génesis 1:27-28

Hace algunos años, algunas damas prominentes de la comunidad donde vivía me invitaron a asistir a un simposio sobre mujeres, que tenía por objetivo analizar el papel de la mujer en una sociedad de cambio. Con un poco de curiosidad y otro poco de interés por la temática, decidí asistir. Muchas mujeres conocidas en el mundo de las letras, la ciencia y la política estaban presentes, siendo algunas de ellas las ponentes.
Las ponencias iban todas en la misma dirección: «Hacer que la mujer asuma un papel protagónico en la sociedad usando como herramientas sus capacidades y exigiendo igualdad con los varones». Si bien es cierto que algunas cosas que se dijeron allí me parecieron buenas, en un asunto definitivamente no pude estar de acuerdo.  Todas las propuestas urgían a la mujer a ser protagonista, y veladamente pude entender que el método para hacerlo era entrar en pugna con los varones. Como cristiana conocedora de los propósitos y la voluntad de Dios para cada hombre y mujer, me pareció que ese no es el camino.
Reconozco que vivimos en un mundo que funciona, en muchas áreas, movido por la mano masculina, y que muchos sectores de la población femenina han sido víctimas de abuso por parte de los varones. Por supuesto que estoy a favor de que eso termine, pero creo que la confrontación de los sexos conducirá a más situaciones de conflicto. No es creando una generación de «mujeres masculinas» como alcanzaremos la emancipación que buscamos. Tampoco usurpando las funciones de los varones lograremos ser respetadas. Creo que es el momento de rescatar todo lo femenino que hemos perdido en busca de una igualdad que nadie puede arrebatarnos, porque es un legado que Dios nos dio en el momento de la creación. Lo único que tenemos que hacer es apropiarnos de esta verdad y vivir de acuerdo a lo que somos: hijas de Dios, con inigualables cualidades, enormes capacidades y entereza para enfrentar los desafíos cotidianos a la par de nuestros compañeros varones. Cuando hagamos esto, conseguiremos el respeto que merecemos y nos desarrollaremos al máximo en el lugar en que nos toque actuar.
Dondequiera que te encuentres en este día, alégrate de ser mujer, asume tus funciones con gozo, respeta y hazte respetar frente a los varones con los que convives diariamente y entonces serás una mujer que Dios, y también los hombres, reconocerán.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

EL HOMBRE QUE NUNCA FUE

Dirígeme por la senda de tus mandamientos, porque en ella encuentro mi solaz (Salmo 119:35).

Si te gusta al fútbol americano quizá te preguntarás qué sucedió con Todd Marinovich, de quien te hablé ayer. Antes de cumplir los veinte años ya era una estrella y había roto los récords de quarterbacks que llegaron a ser leyendas de la NFL de los Estados Unidos. Su propio récord de 9,182 yardas en una sola temporada antes de entrar a la universidad se mantuvo durante más de dos décadas. Sin embargo, el  paso de Todd Marinovich por el fútbol americano profesional fue casi imperceptible, como el de una estrella fugaz en una noche iluminada. Pudo ser el más grande de todos pero se extinguió sin dejar rastro. ¿Qué pasó con él?
Cuando, hace veinte años, leí por primera vez la historia de Todd, yo también me hice esa pregunta. Encontré la respuesta cuando la revista Esquire publicó en mayo de 2009 un largo artículo de Mike Sager titulado «Todd Marinovich: The Man Who Never Was» [Todd Marinovich: el hombre que nunca fue].
El problema de Todd fueron las drogas. Empezó con las bebidas alcohólicas mientras estaba en el preuniversitario para festejar con los amigos las victorias obtenidas en el campo de juego. En la universidad añadió marihuana y, finalmente, cocaína, LSD y heroína, entre otras. Sin embargo, Todd nunca perdió la habilidad para ganar. Mientras jugaba con los Trojans de la Universidad del Sur de California, dirigió una serie ofensiva para ganar un partido contra Washington State tan brillante, que el presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, lo llamó para felicitarlo (algo que se hace con los ganadores de campeonatos en ligas profesionales o juegos olímpicos). Más tarde ganó el campeonato de fútbol americano universitario.
Como jugador profesional estableció el récord de pases de anotación en un solo juego, mientras sufría un severo síndrome de abstinencia de la heroína. Sin embargo, las drogas secuestraron su vida. Había recibido un contrato millonario como profesional, pero terminó en la bancarrota y viviendo en la miseria.
Al terminar de leer el artículo, me quedé pensando mucho tiempo. Cuando lleguemos al cielo, leeremos el registro de muchas vidas que prometían mucho pero cuyo destino fue triste. Estrellas brillantes que se extinguieron en la oscuridad del pecado. Al lado de esos nombres se podrá escribir con tristeza «un hombre/una mujer que nunca fue». Contigo y conmigo no tiene que suceder así. La gracia de Dios está disponible para evitar esa tragedia. Cristo tiene que cambiar tu vida. No vivas en la mediocridad espiritual porque te llevará a la desgracia de vivir el sueño que Dios no quiere para tu existencia.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

EL ESTUDIO PERSONAL ES ESENCIAL

Hazme entender el camino de tus mandamientos, para que medite en tus maravillas. Salmo 119:27.

La Biblia no es exaltada según su lugar entre los libros del mundo, aunque su estudio es de importancia infinita para las almas de hombres y mujeres. Al buscar en sus páginas, la imaginación contempla escenas majestuosas y eternas.  Contemplamos a Jesús, el Hijo de Dios, que viene a nuestro mundo y se ocupa en el misterioso conflicto que desconcertó a los poderes de las tinieblas. ¡Oh, cuan maravilloso, cuan increíble es que el Dios infinito haya consentido a la humillación de su propio Hijo para que nosotros fuésemos elevados a un lugar con él sobre su trono! Que todos los estudiantes de las Escrituras contemplen este magno hecho, y no saldrán del estudio de la Biblia sin haber sido purificados, elevados y ennoblecidos...
Hermosos manantiales de verdad celestial, paz y gozo se encuentran esparcidos por todo el terreno de la revelación. Estos alegres manantiales de verdad se encuentran al alcance de cada indagador. Las palabras de inspiración, ponderadas en el corazón, serán como corrientes de agua viva que fluyen del río del agua de vida... Cada vez que estudiamos la Biblia con un corazón reverente, el Espíritu Santo se acerca para explicarnos el significado de las palabras que leemos...
La apertura de la Palabra de Dios siempre es seguida por una notable apertura y fortalecimiento de las facultades humanas, porque la llegada de las palabras de Dios trae luz...
Si los pilares de nuestra fe no soportan la prueba de la investigación, es hora de que lo sepamos, porque es necio asentarnos en nuestras ideas y pensar que nadie debe interferir en nuestras opiniones. Que todo sea traído a la Biblia, porque es la única regla de fe y doctrina.
Debemos estudiar la verdad por nosotros mismos; no debiéramos depender de ninguna persona viviente para que piense por nosotros, no importa quién sea o en qué posición se encuentre. No debemos acudir a ningún ser humano como un criterio perfecto para nosotros. Hemos de buscar consejo de otros y sujetarnos unos a otros, pero a la misma vez hemos de ejercitar la habilidad que Dios nos ha dado para aprender lo que es verdad.
Cada uno de nosotros debe acudir a Dios en busca de iluminación divina, a fin de desarrollar individualmente un carácter que soporte la prueba del día de Dios. — Signs of the Times, 6 de febrero de 1893.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White