martes, 8 de diciembre de 2009

DIOS HABLA POR MEDIO DE LOS HIJOS

Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor (Josué 24: 15).

Recuerdo que cuando mi padre recibió el evangelio yo era muy joven. Pero lo asombroso fue la forma como llegó a conocerlo. Una noche, mientras él dormía, tuvo un sueño donde aparecía una persona llevándole una invitación con una dirección específica. Al día siguiente, cuando se levantó, buscó la dirección que se le había mostrado en el sueño y encontró que se trataba de un templo adventista en donde por esos días se llevaba a cabo un ciclo de conferencias bíblicas. Sintió que el sueño era un llamado de Dios, se entregó a él, dedicó su vida y sus recursos a su servicio.
Pasaron los años y yo contraje matrimonio con un general del ejército mexicano, por algún tiempo me alejé de la iglesia. Debido al trabajo de mi esposo entré en contacto con las más altas esferas del ejército y del gobier¬no, un ambiente muy diferente a donde yo había crecido. Sin embargo, no podía olvidar las enseñanzas del hogar y el ejemplo que mi padre nos habla dado. Cuando nacieron mis dos hijos traté de enseñarles en casa lo que mi padre me había inculcado.
Mis hijos crecieron y pronto llegaron a la adolescencia. Entonces se presentó la oportunidad de que una persona viniera a casa y les diera estudios bíblicos, por supuesto, sin que su padre lo supiera porque él se oponía a todo tipo de religión. Gracias a Dios a mis hijos les gustó seguir el camino del Señor y así fue como decidieron ir a la iglesia y bautizarse. Pero no solamente Dios llamaba a mis hijos, sino que también a mí, y después de un corto tiempo también yo acepté ser bautizada.
Debido a su formación militar, mi esposo deseaba que sus hijos estudiaran en colegios seculares y llegaran a ocupar importantes responsabilidades en la sociedad mexicana. Pero se sorprendió mucho cuando supo que el hijo mayor quería irse a la Universidad de Montemorelos para estudiar en el seminario teológico adventista. Sí, mi hijo sería un pastor; su padre, un general del ejército mexicano. Mi esposo no daba crédito a lo que pasaba.
Querida amiga, en este día te animo a ser fiel en todo momento. Si tienes el privilegio de tener hijos, condúcelos por el buen camino. A veces son ellos el medio para que Dios nos hable y nos invite a seguirle. Goza siempre la paz y bendición que solamente Dios puede brindarte.

Victoria Gómez Valencia
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.

¿LA BIBLIA DICE LA VERDAD?

Conságralos a ti mismo por medio de la verdad; tu palabra es la verdad. Juan 17:17

Alguna vez te preguntaste si la Biblia es, realmente, la Palabra de Dios? Hay otros libros sagrados como El libro de Mormón y el Corán. ¿Cuál de ellos tiene el sello de la aprobación de Dios?
Aquí tienes algunos datos relacionados con la Biblia:

  1. Los arqueólogos han encontrado restos que nos ayudan a demostrar la precisión del Antiguo y el Nuevo Testamento.
  2. Mucha gente ha intentado destruir la Biblia, incluso algunos que afirman ser religiosos, pero Dios la ha conservado y todavía es el libro más vendido de todos los tiempos.
  3. Jesús fue una persona real. Historiadores antiguos, judíos y gentiles, verifican que Jesús existió. Josefo, uno de los más famosos autores del siglo I después de Cristo, escribió una historia de los judíos en veinte tomos, desde Abraham hasta justo antes de la destrucción de Jerusalén en el año 70 después de Cristo. Sobre Jesús dijo esto: «Hacia esa época había un tal Jesús, un hombre sabio, si correcto es llamarlo hombre, porque obraba cosas milagrosas, un maestro del cual los hombres reciben con placer la verdad».
  4. Ningún otro libro sagrado tiene tantos años ni está tan lleno de profecías. Hay casi trescientas profecías que describen a Jesús y su obra en la tierra, escritas cientos de años antes de que naciera en Belén. También están las profecías de Daniel. En el año 600 a.C, se le mostró a Daniel una sucesión de poderes en el mundo que iban desde Babilonia hasta Roma y una línea de acontecimientos que sucederían antes de la segunda venida. Los libros de historia demuestran que todo lo que ha sucedido como se había profetizado.
  5. Pero la mayor prueba de que la Biblia es la Palabra de Dios es el modo en que cambia las vidas. Puedes confiar en Dios y confiar en su Palabra. La Biblia no es un libro sagrado más. Es el libro sagrado, el mensaje de Dios para todas las personas de todos los tiempos.

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

VIVIR POR FE

He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá. Habacuc 2: 4.

“Vivir por fe" es una expresión muy común en el vocabulario cristiano. En cambio, en el mundo secular el lema es, más bien, "Hasta no ver, no creer", Entre los miembros del reino de Jesucristo se promueve el mensaje de vivir por fe. Sin embargo, la idea de vivir por fe puede sonar emocionante y evocar toda suerte de aventuras emocionantes al principio. No obstante, con frecuencia, las personas encuentran mayor atractivo en la seguridad de saber qué es lo que va a ocurrir, en estar al mando de su propio futuro.
Obviamente, es más cómodo creer en lo tangible, en lo que se puede ver. Hay más seguridad cuando se tiene un buen empleo, una casa bonita, y algo de dinero en el banco, que en esperar que algo nos llegue mediante una mano invisible. Los que están desempleados y sin techo, los que han perdido a un ser querido o viven con una enfermedad incurable, frecuentemente se preguntan si tiene algún sentido confiar en Dios.
¿Cómo están las perspectivas de tu fe? Muchos tenemos nuestra propia agenda, en la que ocupa un lugar destacado nuestro punto de vista personal de cómo creemos que debe ser la intervención de Dios, de cómo debe gobernar el mundo, o de cómo debe impartir justicia. Molestos a veces por lo que ha hecho otra persona, decimos que Dios debería haberle dado un castigo doble del que recibió. Nos sentimos disconformes cuando él no actúa de acuerdo al tiempo que nosotros establecemos o en la forma que deseamos que haga las cosas. En consecuencia, nos angustiamos y confundimos. El profeta Habacuc vivió una situación similar. Su libro, una especie de diario personal, pone de manifiesto su disconformidad, sus dudas y su enojo con la actuación de Dios.
Una cosa es cierta: es imposible llamar a otros a la fe en Dios cuando nuestro propio corazón está lleno de tales sentimientos e interrogantes acerca de Dios. Quien considera a Dios completamente invisible no puede regocijarse en su fuerza. En una condición tal, la perspectiva de fe necesita cambiar, porque antes de que puedas persuadir a otras personas para que pongan su fe en Dios, debe cambiar la comprensión que tienes del Soberano del universo.
Con la fe de un niño, acepta hoy la conducción divina. Di al Señor que estás satisfecho con su dirección soberana, y abre tu corazón a la dinámica de la fe.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.