martes, 17 de mayo de 2011

METAMORFOSIS

A la parte seca llamo Dios “Tierra”, y al conjunto de las aguas la llama “Mares”. (Génesis 1:10).

Durante estos días hemos estado descubriendo algunas de las enseñanzas que nos ha dejado Dios en sus trazos majestuosos de artista y creador. Después de poner luz y orden, Dios se dedicó a producir. Produjo la tierra, y en ella todo lo que el ser humano necesitaría para su alimentación y esparcimiento. Me gusta pensar que Dios quiere enseñarme con estas acciones su forma de obrar en mí.
Cuando yo era solo un punto insignificante de este inmenso universo, él tuvo a bien tomarme en sus manos y comenzar su obra en mí. Lo primero que hizo fue poner su luz en mi corazón. Ahora puedo verlo, sentirlo, escucharlo. Después, llama a mi puerta para pedirme permiso para separar las cosas que estaban mal ordenadas en mi interior. Finalmente, se deleitó en producir buenos frutos en mí. ¡Que maravilloso proceso de creación!
Safira había conocido el amor, pero mezclado con mucho egoísmo. Había nacido en el seno de una familia muy numerosa y con problemas financieros. Desde muy pequeña su padre la había obligado a vender su cuerpo para cooperar con la economía doméstica. Los hombres con quienes se relacionaba solo la buscaban por placer, sin importarles sus sentimientos lo mas mínimo. Su vida estaba literalmente desordenada y vacía. Uno de esos días oscuros y vacíos, escucho unas palabras: «Cuanto te ama Jesús. Su vida dio, ¿qué más podría dar?. Como un resorte, sus pies se detuvieron. ¿Sería verdad que alguien la amaba tanto como para dar su vida? Allí comenzó la obra creadora del Dios que no la había abandonado. Su vida tomo forma. Dios coloco a un lado el rencor, el odio y el desprecio y en su lugar puso perdón, paz y amor. Su vida estaba preparada para producir los frutos del Espíritu.
De igual forma Dios quiere obrar en tu vida y llevar luz a tu corazón. Desea quitar las tinieblas que te atan a este mundo y colocarte en un trono de victoria. Anhela entrar en tu corazón y poner todo en orden. ¿Aceptaras el llamamiento?
Cuando aceptas a Dios, experimentas una metamorfosis increíble.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

LOS ÁNGELES NO ENTRAN

El ángel de jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. Salmo 34:7.

Ese lunes al mediodía estaba almorzando solo porque Silvana, mi esposa, estaba dando clases de inglés y no podía acompañarme. Luego de calentar mi comida en el microondas, me senté a la mesa y comencé a comer. Para aprovechar el tiempo mientras comía, encendí el televisor y mire el noticiero del mediodía. Entre todas las noticias tristes que escuche hubo una que me llamo la atención. Un joven de diecinueve años había salido el sábado de noche a bailar acompañado por familiares y su novia. En el salón de bailes, otro muchacho le dijo una grosería a su novia, lo que provoco insultos y amenazas, pero no paso a problemas mayores. A las seis de la mañana, cuando el grupo ya estaba en la calle y se disponía a regresar a su hogar, el agresor les disparo con una pistola al muchacho y a su novia, matándolos a ambos.
Es necesario aclarar que mientras estemos en este mundo de pecado no estamos libres de sufrir un hecho trágico, y eso no significa que los ángeles de Dios hayan dejado de cumplir su misión, pero me pregunto si "el ángel de Jehová" puede "acampar" alrededor de un cristiano que voluntariamente se introduce en un lugar donde reinan los demonios.
Hay una escena que la sierva del Señor describe con mucha tristeza: "Los ángeles de Dios lloran, cuando escriben en el rollo las palabras y actos de profesos cristianos. Los ángeles rondan alrededor de las moradas. Allí están reunidos los jóvenes; se escucha el sonido de música instrumental y vocal. Allí están reunidos los cristianos pero, ¿qué es lo que se escucha? Un canto, una cantinela frívola, apropiada para el salón de baile. He aquí a los ángeles puros recogiendo la luz que les rodea, y la obscuridad circunda a los que están en esa morada. Los ángeles se apartan de la escena. La tristeza se refleja en sus rostros" (La voz: su educación y uso correcto, p. 468).
¡Qué distinto es estar en un lugar donde Dios y sus santos ángeles si nos pueden acompañar! ¡Qué diferente es la perspectiva cristiana sobre los lugares posibles de concurrir con la bendición divina! Dios promete proteger a sus hijos por medio de los ángeles, pero debemos apreciar la bendición que esto significa. Sus palabras, su modo de vivir y actuar, los lugares que frecuentan, todo debiera ser una invitación para que "el ángel de Jehová" acampe alrededor de los que temen a Dios y los defienda.
Al salir a las actividades de este día, agradécele al Señor por su amor y su cuidado a través de su ángel.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

MI GOZO

Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo este en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. Juan 15:10,11.

La promesa de Dios para hoy es: "Que mi gozo este en vosotros". ¿Cuándo estará el gozo de Jesús en nosotros? Cuando lo obedezcamos. Así de simple, sin complicaciones. Pero, mira como son las cosas, muchos piensan que los mandamientos del Señor están allí para crearnos problemas; para quitarnos la libertad; para ser un fardo horrible de cargar. Pero Jesús viene, y dice que están allí para traernos gozo. Explica que la obediencia a esos mandamientos hace que nuestro gozo sea cumplido. ¿No es extraordinario? Pero, veamos por qué la obediencia produce gozo. Es que el ser humano fue creado, originalmente, para obedecer. Su naturaleza original, en la Creación, era obediente. Es verdad que, después de la entrada del pecado, la humanidad adquirió la naturaleza pecaminosa desobediente. Pero, la desobediencia es una experiencia intrusa; es fruto de la entrada del pecado. En el fondo, el ser humano se deleita en hacer la voluntad de Dios, es decir, obedecer le produce gozo.
Aunque la naturaleza pecaminosa te lleva por los caminos de la desobediencia y, de alguna manera, te proporciona placer, te trae, al mismo tiempo, el peso de la culpa; el fardo atormentador de saberte rebelde; el instinto de muerte que el pecado lleva consigo. Si el hombre supiese eso, hasta por un motive egoísta de ser feliz trataría de obedecer.
Claro que quien ha nacido del Espíritu no obedece con el objeto de obtener gozo; obedece porque ama a Dios y reconoce su soberanía. Pero, el resultado, el fruto de eso, es una vida feliz.
Haz de este día un día de obediencia. Aunque algunos principios de la Palabra de Dios te parezcan anticuados, pasados de moda; aunque las personas a tu alrededor no te comprendan o se rían de tu respeto por las advertencias divinas, continua adelante, sabiendo que el Señor desea, para ti, una vida feliz y victoriosa, ¡y para eso te dejo sus mandamientos!
Empieza tus deberes, hoy. Pero medita una vez más en las palabras de Jesús: "Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo este en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón