viernes, 5 de junio de 2009

UNA ALEGORÍA DE LA VIDA REAL

EI Señor me escucha cuando lo llamo (Salmo 4: 3).
Esa mañana desperté más temprano de lo acostumbrado. Tenía muchas preguntas en mi mente y un dolor en mi corazón. ¿Qué había pasado, en realidad? Tenía siete meses de embarazo y había ido a consultar al obstetra. Después de examinarme me indicó seriamente que las cosas no estaban bien. Me explicó de complicaciones, de mi tipo de sangre de Rh negativo, que era incompatible con el tipo de sangre de mi bebé. Fue para mi un trance terrible. Tendría que ir al hospital pero regresaría con los brazos vacíos, pues no era posible que mi bebé naciera con vida.
Al hacer todos los arreglos necesarios, fui admitida y me indujeron el parto. La bebé era preciosa, perfecta en todos los detalles, pero los pulmones no funcionaban y el corazoncito no latía. Al estar de vuelta en casa, estaba sola. Mi esposo andaba de viaje por su trabajo, y no tenía con quién hablar ni con quién llorar. Me arrodillé ante el Señor con lágrimas amargas y con un corazón deshecho. «¿Señor, estás allí? ¿Qué puedo hacer con todo este dolor?» Mi corazón 'palpitaba rápidamente, mis lágrimas mojaban mi ropa. Y el silencio me estaba matando. Después de varias horas sentí paz en mi corazón y medité en las palabras de Apocalipsis 21:4: «Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir». Gracias, Señor, por tus promesas.
Abrí mi Biblia en Zacarías 8: 5 y leí: «Los niños y las niñas volverán a jugar en las calles de la ciudad». Me arrodillé de nuevo para pedirle al Señor que me diera fuerzas para seguir adelante. Puse todos mis deseos a sus pies y me entregué a él, porque es el único que sabe lo que es mejor para mi vida. Cuando Cristo venga los muertos en Cristo serán resucitados, y entonces «santos ángeles llevan niñitos a los brazos de sus madres [... ] se reúnen para no separarse más, y con cantos de alegría suben juntos a la ciudad de Dios» (El conflicto de los siglos, p. 703).
Hermana mía, si tú has sufrido un gran dolor en tu vida, ten fe, Dios te dará el consuelo que necesitas y si te mantienes fiel, pronto, cuando Cristo venga, todo se disipará en un gozo indescriptible. Que Dios te dé fuerzas y una vida nueva.


Martha Ayala de Castillo
Tomado de la Matutina de Manifestaciones de su amor

UN SUEÑO IMPOSIBLE

Que el adorno de ustedes no consista en cosas externas, [...] sino en lo íntimo del corazón, en la belleza incorruptible de un espíritu suave y tranquilo. Esta belleza vale mucho delante de Dios. 1 Pedro 3:3,4.

Todo el mundo quiere ser atractivo. Pero basta con echar un vistazo a los modelos de las revistas y te darás cuanta de que no das la talla. La buena noticia es que los modelos tampoco dan la talla. En un documental sobre la imagen corporal, un especialista en procesamiento de gráficos por computadora demostró que se puede rehacer totalmente una persona valiéndose de las maravillas de la digitalización de imágenes. Empezó con una fotografía de una mujer de aspecto corriente. Usando la computadora, le cambió el color pelo, le ensanchó los hombros, la adelgazó cinco kilos y la hizo crecer diez centímetro Luego se dedicó a reducir su nariz, borrar las arrugas de su frente y levantarle los pómulos. Cuando hubo terminado, había creado una persona que no existe.
Las empresas publicitarias usan las fotografías modificadas para vender los productos. Quieren que nos sintamos tan inferiores que compremos los productos que venden.
Prueba con este experimento. Ve al centro comercial o a cualquier lugar en el que la gente se reúna. Mira a todos los que te rodean. ¿Hay alguien que se parezca a los modelos de los anuncios? Seguro que descubrirás que la mayoría de la gente tiene un aspecto corriente. Quizá veas una o dos personas que son muy atractivas, pero son una excepción, no la norma.
La gente que está muy preocupada por su aspecto se vuelve ególatra. Esas personas tienen que compararse constantemente con los demás.
La vida es mucho más divertida si dejas de preocuparte por tu apariencia exterior. Dedica tus energías a tener un interior bello. Porque, al fin y al cabo, lo que cuenta.es el interior.
Tomado de la Matutina para Jóvenes, el Viaje Increíble.

NO PRESTÉIS VUESTROS MIEMBROS PARA SERVIR AL PECADO

Ni tampoco ofrezcáis más vuestros miembros como armas al servicio del pecado, sino ofreceos a Dios como quienes han vuelto de la muerte a la vida; y ofreced vuestros miembros a Dios por instrumentos de justicia. Romanos 6:13

Se cuenta que una vez, un cristiano chino viajaba en un tren junto a tres incrédulos. Estos, para entretenerse, decidieron jugar a las cartas, pero, dado que necesitaban un cuarto jugador, pidieron al cristiano que se les uniera. Este contestó:—Siento no poder hacerlo, pero no puedo unirme a ustedes en su juego porque no traje mis manos conmigo.—¿Qué quiere decir? —le preguntaron atónitos.—Este par de manos no me pertenece —les explicó, refiriéndose al traspaso de propiedad que había ocurrido en su vida cuando aceptó a Jesús como Salvador.Esto explica muchas cosas. Primero, que la santidad abarca el ser entero. Pablo dijo: «Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado sin culpa para la venida de nuestro Señor Jesucristo» (1 Tes. 5:23).¿Qué es un cuerpo santo? ¿Cómo puede dejar de ser santo un cuerpo? He ahí la razón de la temperancia, la templanza, la moderación, la frugalidad, la limpieza, la castidad, la pureza. He ahí la razón para ser temperantes en el comer, el beber, el trabajo, el descanso, el juego, el pensamiento y todas las actividades en las que entra la parte física de nuestro ser.Algunos se quedan perplejos con la afirmación del apóstol Pablo cuando señaló que «el ejercicio corporal para poco es provechoso» (1 Tim. 4: 8). En realidad, «Pablo no está menospreciando los beneficios del ejercicio físico. El cuerpo humano es "el templo del Espíritu Santo" (1 Cor. 6:19,20) y todo cristiano debe mantenerse en el mejor estado posible de salud. Esto requiere una razonable cantidad de ejercicio físico. Lo que preocupa a Pablo es que la austeridad o el ejercicio físico de cualquier naturaleza se convierta en un fin en sí mismo, para detrimento de la piedad del carácter» (Comentario bíblico adventista, t. 7, p. 314).Los miembros de nuestro cuerpo son sagrados. Fueron comprados por precio. Nuestro cuerpo pertenece a Dios. El cristiano fiel nunca descuida su condición física, porque es descuidar una parte muy importante de su ser. Dios pide cuenta de todo lo que hacemos con nuestro cuerpo.Analicemos de nuevo nuestra dedicación y consagración. ¿Cómo tratamos nuestro cuerpo? ¿Es santo y puro lo que hacemos con cada uno de los miembros de nuestro cuerpo?


Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.