lunes, 17 de junio de 2013

LOS PAPÁS BABUINOS

Lugar: Kenia
Palabra de Dios: Deuteronomio 1:30, 31

“El Señor su Dios marcha al frente y peleará por ustedes, como vieron que lo hizo en Egipto y en el desierto. Por todo el camino que han recorrido, hasta llegar a este lugar, ustedes han visto cómo el Señor su Dios los ha guiado, como lo hace un padre con su hijo”. Cuando los babuinos de la sábana africana tienen cría, las madres tienen el trabajo de cuidarlos. Los papas parecen perderse entre la multitud y, generalmente, no pasan mucho tiempo con la familia. A veces, pareciera como si no les importaran sus crías o cuales crías son las suyas. Pero, los científicos han descubierto que los babuinos papás son papás de corazón.
Por ejemplo, comienza una pelea entre dos babuinos jóvenes. Cuando las cosas comienzan a irse de las manos, un babuino macho mayor corre a detenerlos. El babuino macho no solo detiene la pelea, sino también se pone del lado de su cría. Aparentemente, sabe bien quienes son sus hijos, y está listo para meterse y protegerlos, si necesitan de ayuda.
¿Cómo reconoce el babuino a sus hijos? Los científicos no lo saben con seguridad. Quizá sea porque la madre anda por allí; o quizás el papá babuino conoce a sus hijos por su apariencia o por su olor. Lo importante es que los padres están allí, para ayudar a sus hijos. Saben lo que sus hijos necesitan y quieren proveer a sus necesidades. Hasta en el mundo de los babuinos los padres son muy especiales. Pero, nuestros padres humanos son más especiales todavía.
Dios nos dió padres para que nos cuiden y nos ayuden a crecer. Estoy contenta porque Dios haya creado a los papás, ¿Y tú? Di hoy a tu papa cuanto lo aprecias.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

EL SEÑOR ES MI PASTOR, NADA ME FALTA

 Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Juan 10:27.

El pastor, con abnegación y tierno cuidado, lleva a sus ovejas a pastar, desafiando las inclemencias del tiempo y los peligros del campo abierto. Las ovejas conocen a su pastor y caminan en pos de él por intrincados senderos, sin temor. Según algunos estudios científicos que el Instituto Babraham de Cambridge, Inglaterra, realizó con ovejas, ha quedado demostrado que son capaces de reconocer hasta cincuenta rostros de sus congéneres y diez rostros humanos.
Cuando en el campo de pastoreo se mezclan varios rebaños y un pastor desea juntar a sus propias ovejas, las llama con un silbido que los animalitos distinguen entre todos los demás. Pocas veces se confunden y se van en pos de otro pastor, siguiendo a otro rebaño. Al terminar la jornada, el camino de vuelta al aprisco está marcado por las huellas que el pastor deja en la senda y que sus corderos siguen sin titubear. Una vez allí, con tierna consideración, el pastor atiende las heridas de aquellas que se lastimaron en el camino, y permanece vigilante mientras el rebaño descansa. ¡Hermosa imagen!
David, autor del salmo 23, representó por medio de esta joya literaria el amoroso cuidado que Dios tiene por nosotras. Jesús, el buen pastor, busca tener una relación cercana con nosotras. Desea conocernos y que lo conozcamos. Busca maneras para que escuchemos su llamado amoroso y que respondamos a él voluntaria y dócilmente. Permanecer en Cristo es nuestro desafío cotidiano, y para ello debemos ponernos bajo su cuidado. Que esta sea nuestra oración: «Tómame, ¡oh Señor!, como enteramente tuyo. Pongo todos mis planes a tus pies. Úsame hoy en tu servicio. Mora conmigo, y sea toda mi obra hecha en ti» (El camino a Cristo, cap. 8, p. 104).
Querida amiga, es posible que el eco de algunas filosofías mundanas te lleve a desconocer el llamado de Cristo Jesús, tu pastor. A lo mejor, unida a otros rebaños, sientes temor y no sabes cómo volver al redil. Haz tuya la promesa divina y aférrate a ella hasta que retornes al hogar. Jesús te dice: «Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí» (Juan 10:14)
Te invito para que hoy, en la frescura y el silencio de la mañana, le pidas al Señor con humildad que te permita escuchar su voz, y ser apacentada por los caminos de la vida, hasta llegar sana y salva al hogar eterno en el reino de los cielos.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

SI ESTOS CALLAREN...

Desde Sidón zarpamos y navegamos al abrigo de Chipre, porque los vientos nos eran contrarios (Hechos 27: 4).

Desde los días del apóstol Pablo hasta Michael Belina Czechowski, la vida de los misioneros no fue fácil. La vida de este último misionero fue más difícil porque ni los mismos adventistas lo apoyaron. Czechowski fue, cuando menos, un adventista muy interesante. Después de obtener el apoyo de los adventistas del primer día para su empresa misionera, zarpó rumbo a Italia donde predicó las doctrinas adventistas del séptimo día. Salió el 14 de mayo de 1864, exactamente diez años antes de que partiera el primer misionero oficial de la Iglesia Adventista hacia el extranjero.
Durante catorce meses Czechowski trabajó entre los valdenses de los Alpes italianos. Allí bautizó a varios creyentes y organizó el primer grupo de adventistas observadores del sábado fuera de Norteamérica. Pero una oposición cerrada lo hizo huir a Suiza donde predicó de casa en casa y en edificios públicos; asimismo, comenzó la publicación de una revista titulada L'Evangile eternei [El evangelio eterno]. Cuando salió de Suiza, en 1868, dejó atrás cuarenta nuevos creyentes reuniéndose en varios grupos.
No conociendo con certeza lo que estaba enseñando, pero sabiendo que había sido ignorado por los adventistas del séptimo día, sus patrocinadores adventistas del primer día encomiaron elocuentemente las virtudes de Czechowski y siguieron apoyándolo económicamente. Czechowski predicó el mensaje adventista del séptimo día en Rumania, Hungría y otros países de Europa. Cuando murió en Austria, en 1876, había puesto el fundamento de la futura misión adventista en Europa.
Para fines del año 1869 la Iglesia Adventista del Séptimo Día había descubierto la naturaleza de la misión europea de Czechowski y vio la mano de Dios en la obra que este misionero había llevado a cabo. Durante el congreso de la Asociación General de 1870, los dirigentes de la iglesia reconocieron oficialmente la mano de Dios en su misión: «Como consecuencia de nuestros temores para confiar nuestro dinero al hermano Czechowski, y nuestro incumplimiento de nuestro deber de instruirlo cuidadosamente en el uso adecuado de los fondos sagrados, Dios utilizó a nuestros decididos opositores para llevar adelante la obra [...]. Reconocemos la mano de Dios en todo esto».
Los hombres de Dios, antiguos y actuales, han llevado a cabo la misión que Dios encomendó a su iglesia. Y tú, ¿quieres participar en esta gran misión?

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

LA ÚNICA FUENTE DE VERDAD

Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. Juan 6:35.

En esta época del mundo hay muchas personas que actúan como si tuvieran la libertad de cuestionar las palabras del Infinito, de analizar sus decisiones y estatutos, de aprobarlos, revisarlos, reestructurarlos y anularlos a su antojo. Mientras nos dejemos guiar por opiniones humanas, nunca estaremos seguros; pero tendremos seguridad cuando nos dejemos conducir por un "Así dice Jehová". No podemos confiar la salvación de nuestras almas a ninguna norma inferior a las decisiones de un Juez infalible. Los que aceptan que Dios sea su guía y que su Palabra sea su consejero, contemplan la lámpara de la vida. Los oráculos vivientes de Dios conducen sus pies por sendas rectas. Los que son dirigidos así no se atreven a juzgar la Palabra de Dios, sino que sostienen constantemente que su Palabra los juzga a ellos. Obtienen su fe y su religión de la Palabra del Dios viviente. Ella es la guía y el consejero que marca su camino. Verdaderamente la Palabra es una luz para sus pies y una lámpara en su camino. Caminan bajo la dirección del Padre de las luces, en quien "no hay mudanza, ni sombra de variación" (Sant. 1:17). Aquel cuyas tiernas misericordias reposan sobre todas sus obras transforma el camino de los justos en una luz resplandeciente, que brilla cada vez más hasta que el día es perfecto.
El mundo perece por falta de la verdad pura, no adulterada. Cristo es la verdad. Sus palabras son la verdad, y poseen un valor mayor y un significado más profundo de lo que parecen en la superficie. Todos los dichos de Jesús tienen un valor que trasciende su apariencia sin pretensiones. Las mentes avivadas por el Espíritu Santo discernirán el valor de estas declaraciones. Discernirán las preciosas gemas de la verdad, aunque sean un tesoro escondido...
El corazón es la ciudadela del ser, y entretanto no se encuentre totalmente de parte del Señor, el enemigo ganará victorias constantes sobre nosotros por medio de sus tentaciones sutiles.
Si la vida se entrega a su control, el poder de la verdad es ilimitado. Los pensamientos son llevados cautivos a Jesucristo. Del tesoro del corazón brotan palabras apropiadas y justas. Al escribirle a Timoteo, Pablo dice: "Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús" (2 Tim. 1:13).— Review and Herald, 29 de marzo de 1906; parcialmente- en Exaltad a Jesús, p. 100.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White