lunes, 17 de febrero de 2020

LA TORMENTA

David se acababa de dormir cuando oyó un gran estruendo y vio cómo su dormitorio se iluminaba. Muy asustado, se levantó de la cama y comenzó a gritar.
Entonces, se dio cuenta de que eran truenos y relámpagos, y recordó que su mamá le había dicho que no hay que tenerles miedo. Así que regresó a la cama y se cubrió la cabeza con la almohada.

¿Y yo?
No tienes por qué tener miedo a los truenos, si es que estás en un lugar seguro. No te va a pasar nada.

Mi oración para hoy
Señor, gracias por ayudarme a no sentir miedo.

En la Biblia leemos:
«No tengas miedo, yo te ayudo» (Isaías 41: 13).

DEVOCIÓN MATUTINA PARA LOS MÁS PEQUEÑOS 2020
«CADA DÍA CON JESÚS»
Por: Maria Augusta Lopes, Lara Figueiredo, Paulo Sérgio Maced
Lecturas Devocionales para preescolares 2020.

LOS DIEZ MANDAMIENTOS

Si obedecen lo que hoy les ordenó, y aman al Señor su Dios, y siguen sus caminos, y cumplen sus mandamientos, leyes y decretos, vivirán. Deuteronomio 30: 16

—Ayer comentamos —-dijo el padre—, cómo mientras Moisés estaba con Dios recibiendo las tablas de los Diez Mandamientos, el pueblo había adorado a un becerro de oro que ellos mismos habían hecho. Prefirieron un objeto, que ni los escuchaba ni podía ayudarlos, en vez del Dios del cielo que les había dado evidencias de su amor cada día. —¡Qué ingratos! —comentó Susana. —Sí, muy ingratos —continuó el padre—. Habían visto milagro tras milagro, y sobre todo la manifestación poderosa que había demostrado Dios en el monte Sinaí. Dios le dijo a Moisés que la tienda que les había servido como lugar de culto fuera sacada del campamento para que ellos comprendieran la gravedad de su pecado. Moisés entró en la tienda y el pueblo, temiendo lo peor, esperó a ver si la presencia divina se posaba sobre ella. Cuando vieron que la nube se posó sobre la tienda del encuentro con Dios, el pueblo lloró y adoró. Dios, a pesar de todo, no los había abandonado. De nuevo, Dios le dijo a Moisés que tenía que subir al monte, pero ahora debía llevar dos tablas de piedra para escribir otra vez los Diez Mandamientos.
—¿Por qué no se los dictó Dios a Moisés? —preguntó Mateo.
—Eran tan importantes que Dios mismo los escribió —respondió el padre—. Dios deseaba que a su pueblo le fuera bien, y para que así fuera debían obedecer sus leyes y mandamientos, porque además de los Diez Mandamientos, les dio otras leyes para el bienestar de ellos.
—¡Qué bueno es Dios! Siempre quiere lo mejor para nosotros —comentó Susana.
—Así es. Y si lo amas, debes obedecerlo —concluyó el papá.
Tu oración: Querido Dios, ayúdame a obedecerte siempre con alegría.
 ¿Sabias que…. lo único que dice la Biblia que Dios mismo escribió con su dedo son los Diez Mandamientos?

DEVOCIÓN MATUTINA PARA MENORES 2020.
“DESCUBRE EL MEJOR LIBRO DEL MUNDO”
Por: Noemí Gil Gálvez
Lecturas Devocionales para Menores 2020.

“¿NO ES HERMOSO PENSAR QUE MAÑANA ES UN NUEVO DÍA, TODAVÍA SIN ERRORES?» ANA DE LAS TEJAS VERDES

«Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana» (Lam. 3: 22, 23, RVR).

Admitiré que cometí un error. Pero todavía culpo a Eddie por lo que sucedió.
Eddie y yo estábamos en clase de natación en la Asociación Cristiana de Jóvenes local. Aparentemente, nuestros padres estaban frustrados de que fuéramos torpes mamíferos terrestres y querían que nos comportáramos más como los peces del mar. Recuerdo que no podíamos aprobar la clase hasta que pudiéramos flotar por 25 minutos sin tocar los costados ni el fondo de la piscina. ¿Qué se suponía que hiciéramos? ¿Llenar de espuma de polietileno nuestros trajes de baño?
Un día, después de la clase, estaba en el vestuario esperando que Eddie terminara de cambiarse, cuando vi un locker abierto. Parecía vacío y era tan alto como yo. ¿Será que entro allí?, pensé. Fue entonces que cometí mi error. Me estrujé y logré meterme dentro de la taquilla. Y entonces, Eddie cometió su error. Entró en el vestuario y, al verme allí, cerró de un golpe la puerta de metal.
-¡Ey! -llamé desde la oscuridad del interior de la taquilla-. Déjame salir.
-No puedo-dijo Eddie, que sonaba un poco preocupado-. Hay un candado en la puerta.
Él no había visto el candado hasta que la puerta se había cerrado.
-¡Déjame salir! –vociferé, perdiendo por completo mi tranquilidad, y desarrollando al instante un temor a los espacios pequeños que me acompañaría por el resto de mi vida.
Eddie les pidió ayuda a los adultos que estaban allí cerca. Recuerdo sus voces, diciendo: «¿Cómo se quedó encerrado allí?» Luego de oír la historia varias veces, un adulto ingenioso fue al gimnasio y volvió con una barra para levantar pesas. Comenzó a golpear el candado. La taquilla sonaba y se sacudía con cada golpe explosivo.  Y entonces, se abrió la puerta y yo volví a la luz.
Todos cometemos errores. Me alegra que Dios esté dispuesto a perdonar nuestras equivocaciones. La Biblia dice que «cada mañana se renuevan sus bondades». Para mí eso suena como que podemos empezar de cero cada día. Y cuando cometes tantos errores, como lo hace este torpe mamífero terrestre, esa suena muy bien.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADOLESCENTES
“UNA IDEA GENIAL”
Por: Kim Peckham
Lecturas Devocionales para Adolescentes en 2020.

COMO UN NIÑO

«Les aseguro que el que no acepta el reino de Dios como un niño, no entrará en él» (Mar. 10: 15). 

Una pareja había salido a cenar con su bebé. Sentados en una mesa junto a la ventana, de pronto se acercó un mendigo, que comenzó a dar golpes contra el cristal para llamar la atención del pequeño. Con ropas raídas y aspecto de no haberse bañado en años, aquel desconocido hacía caritas al bebé, que no tardó en corresponderle.
—Hola, bebito —le decía el hombre desde el otro lado del cristal.
Los padres se miraban con inquietud, sin saber cómo reaccionar. Decidieron que lo mejor era ignorar al desconocido, pero su niño parecía no entender decisiones de adultos, porque seguía prestándole su atención plena, repitiendo sus mismos gestos y sonidos. Cuando terminaron de cenar, el papá tomó al pequeño en brazos y salió rápido en dirección al automóvil, con la decisión de no detenerse. «Señor, ayúdame a salir de aquí antes de que este loco le hable a mi hijo», pensó. Pero era tarde.  —Hola —le dijo el hombre al pequeño.
El bebé se volvió hacia él, alargándole los brazos como para decirle «cárgame». Después se abalanzó a los brazos del mendigo, que lo agarró con confianza y se echó a llorar. El padre aguantó la respiración hasta que su hijo estuvo de nuevo en sus brazos.
—Dios lo bendiga —dijo el hombre—, hoy me ha dado un hermoso regalo. Aquel padre, casi llorando, oró: «Dios mío, perdóname. Acabo de presenciar el amor de Cristo a través de la inocencia de mi hijo. Donde yo solo veía prejuicios, él solo veía alguien a quien amar».
¿Cómo anda tu nivel de prejuicios? Si está muy elevado, quizás conviene que reconsideres tu actitud hacia los marginados de tu entorno y de la sociedad en general. Tal vez te ayude recordar que Jesús, nuestro Señor y Salvador, también sufrió el rechazo del prejuicio. «¿Acaso el Cristo ha de venir de Galia lea?», decían algunos en referencia á su origen (Juan 7: 41, LBLA). «¿No es este el carpintero, el hijo de María y hermano de Jacobo, José, Judas y Simón?», lo menospreciaban otros (Mar. 6:3). Muchos de ellos decían: «¿Por qué le hacen caso, si tiene un demonio y está loco?» (Juan 10: 20). Mentalidades pre juiciosas que impidieron a muchas personas reconocer y aceptar al Mesías. ¿Estás dispuesta a correr el riesgo de que los prejuicios te impidan ver lo que tienes delante?

DEVOCIÓN MATUTINA PARA DAMAS 2020
UN DÍA A LA VEZ
Patricia Muñoz Bertozzi
Lecturas Devocionales para Mujeres 2020.

UNA TARDE CON ONE DIRECTION

“Es de necios confiar en el propio en el propio corazón; el que camina sabiamente saldrá bien librado” Proverbios 28:26

El 31 de octubre de 2012 me encontraba en el exterior del Hotel Eurostar Madrid Tower de la capital española. Había chicas por todas partes. De pronto, un equipo de seguridad empezó a gritar a todos: todo el mundo o no salen los chicos!». Entonces, la marea humana se postró al instante. Minutos después, aparecieron los integrantes del popular grupo One Direction para saludar a sus admiradoras. Pasaron a unos dos metros de donde yo estaba, y se detuvieron un poco, como si se dijeran entre sí: «Ya vieron chicos, hasta este tipo ha venido a vernos lleno de emoción». Se escuchaban gritos de adolescentes por todas partes. Al poco tiempo, regresaron al hotel.
¿Por qué tienen tanto éxito estos grupos? Se debe a que apelan justo al despertar de la adolescencia en las niñas. A esta edad, sus cuerpos están cambiando y también se presentan variaciones de carácter psicológico y social, como cambios de humor, crisis de identidad, rebeldía, ociosidad, periodos depresivos, ideas suicidas, aislamiento, entre otros. En esta etapa de la vida se le da una enorme importancia al atractivo físico. Además, existe una necesidad de ser aceptado por el grupo, así como una búsqueda de identidad, autonomía e independencia, y claro, una fuerte atracción por el sexo opuesto. Esta serie de cambios convierte a las adolescentes en una entidad sumamente inestable, haciéndolas sentir incomprendidas, solitarias, tristes y deseosas de afecto.
¿Dónde pueden encontrar las chicas un espacio para satisfacer sus necesidades personales? Lo ideal es que tuvieran un sólido hogar con unos padres que entendieran por lo que están pasando. Pero tú sabes que eso no siempre es posible. Por eso, cuando aparecen este tipo de grupos, golpean justo en el blanco de las necesidades de millones de adolescentes.
Los grupos musicales no son el mejor camino para aprender sobre al amor genuino, ¿no crees? Si eres adolescente, estás pasando por una etapa muy cambiante en tu vida. Por eso, las letras de las canciones que escuchas apelan a tus inquietudes juveniles. Tal vez, tus padres no saben decirte las cosas de una manera más amable, pero no rompas el vínculo con ellos. Es mejor no tomar decisiones drásticas por ahora. Es importante que leas libros interesantes sobre la adolescencia y la juventud que te explicarán mejor las cosas. Además, Dios entiende lo que te sucede. Él ha hecho provisión para satisfacer tus necesidades. Búscalo hoy.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA JÓVENES 2020
UNA NUEVA VERSIÓN DE TI
Alejandro Medina Villarreal
Lecturas devocionales para Jóvenes 2020.

LAS MANOS DE JESÚS

En esto se le acercó un leproso y se postró ante él, diciendo: «Señor, si quieres puedes limpiarme». Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero, se limpio». Y al instante su lepra desapareció. Mateo 8: 2-3.

Meses después del fallecimiento de mi madre, en una visita a la casa de mi hermana, noté que mi sobrino adolescente me miraba las manos. Le pregunté la razón y me contestó:
—Tus manos me recuerdan a las de la abuela.
Nunca había pensado que mis manos guardaran parecido con las manos de mi madre. Reflexionando, entendí que sí, que el sobrino tenía razón. Su apreciación me hizo pensar en cómo las manos, casi tanto como el rostro, muestran nuestra identidad. Me hizo también recapacitar que aquellas fueron las manos que me dieron de comer, me levantaron cuando me caía en mis primeros pasos, me abrazaron, me consolaron y oraron por mí. Me pregunté si mis manos estaban dedicadas a hacer el bien y a servir a otros como lo están las manos maternas.
Las Escrituras mencionan las manos de Jesús. El Señor extendió su mano y tocó a un leproso o a un ciego. Las puso sobre los niños, las usó para sostener a Pedro cuando se hundía en el mar de Galilea y también para lavar los pies de sus discípulos. No sabemos cuál fuera la fisonomía de aquellas manos, pero debieron ser fuertes y de piel endurecida por su trabajo de carpintero y constructor. Y al mismo tiempo, llenas de amor, de sensibilidad, de empatía y del poder sanador que por ellas pasaba hacia la completa curación de tantos dolientes desahuciados.
Las manos también son vías de transmisión de amor, cariño y emociones hacia los seres queridos. Los padres manifiestan amor y ternura hacia sus hijos mediante el contacto físico y los niños les corresponden. Son necesarias para dar y obtener apoyo emocional. Hace unos años, cuando brotó la epidemia del virus del Ebola, las autoridades sanitarias impusieron un duro protocolo al personal sanitario en contacto con los posibles infectados. Entre las numerosas restricciones estaba la prohibición de toques de ánimo, abrazos y apretones de mano. Como resultado, muchos hablaban de la frustración y el desgarro emocional que les causaba la ausencia del contacto físico ante las muchas escenas trágicas que había de presenciar.
Pero Jesús jamás tuvo miedo de tocar a cualquier enfermo, incluso a los leprosos. No importa la gravedad de tu situación física, psíquica o moral, el Señor está dispuesto a poner sobre ti su mano restauradora, a consolarte y a guiarte. Permítele hoy que te alcance con sus amorosas manos.

DEVOCIÓN MATUTINA PARA ADULTOS 2020.
UN CORAZÓN ALEGRE
Julián Melgosa y Laura Fidanza
Lecturas devocionales para Adultos 2020.