martes, 31 de enero de 2012

¿ES O NO ES?

«En él [el pectoral] se engastaron cuatro filas de piedras preciosas [...] en la segunda hilera, una turquesa, un zafiro y un jade» (Éxodo 39:10, II,NVI).

Los últimos cuatro días hemos aprendido mucho explorando el tabernáculo en el desierto. Hoy aprenderemos un poco más sobre el pectoral del sacerdote. ¿Lo recuerdas? Era una pieza adornada con piedras preciosas que el sacerdote llevaba en el pectoral. La primera piedra de la segunda fila del pectoral era una turquesa.
Los amerindios de los Estados Unidos usan turquesas en sus ornamentos. Si vemos alguno, tal vez encontraremos una piedra azul brillante en un anillo o brazalete que podría ser una turquesa, o tal vez no. Porque la turquesa tiene una impostora que se llama variscita. La única manera de saber cuál es cuál, es calentándolas. La turquesa y la variscita se derriten a temperaturas distintas. ¡Esa es la única diferencia!
¿Cómo puedes saber si tú eres un buen cristiano? Los cristianos también pueden hacerse la prueba del calor Cuando las cosas se calientan y se ponen difíciles, los verdaderos cristianos se aferran a Jesús. Ciertamente todos cometemos errores, pero si permanecemos cerca de Jesús, aprenderemos a aferrarnos a él a pesar de lo «calientes» que puedan ser las tentaciones de Satanás. Aférrate a Jesús y deja que él te convierta en una verdadera gema de su corona.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

DE PIE ANTE EL SEÑOR

No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él [Juan 2: 15).

El mar muerto posee características únicas y muy distintivas. Son esas peculiaridades las que lo convierten en un destino turístico muy atractivo. Uno tiene que pasar por la arena ardiente si desea llegar a sus aguas. Sin embargo, no es el típico mar en el que uno se pueda refrescar. Durante el verano, por ejemplo, el agua de la superficie puede alcanzar una temperatura de 37 °C (98 °F). Además, el agua podría provocarnos una fuerte irritación en los ojos por su alta salinidad, que es casi diez veces más elevada que la del resto de los mares.
Los que no saben nadar tienen una gran ventaja, pues podrán flotar en el Mar Muerto sin mucho esfuerzo. Es más, uno flotará prácticamente sin quererlo y no será tan fácil volver a poner los pies en la tierra de nuevo. Es incluso divertido ver a más de un turista tratando de ponerse en pie. Los movimientos que realizan en el intento se parecen a los de un insecto que lucha por voltearse, mientras se encuentra patas arriba.
Algo semejante es lo que sucede con nuestras vidas cristianas. La elevada concentración de factores como la música popular, el cine, los programas de televisión, la moda, la publicidad y la ya indispensable Internet nos afectan negativamente, en especial a los jóvenes. Todos esos elementos están cargados de inmoralidad, deslealtad, rivalidades, hedonismo y sexo, entre otras cosas.
Quizás sea más fácil y cómodo continuar flotando sobre las aguas saturadas de maldad que luchar por mantenernos de pie, como en el caso de los bañistas que se sumergen en el Mar Muerto.
Cómo cristianos debemos mantenernos firmes sobre la Roca, cimentados en los principios que Dios manifestó en su palabra. ¡Que el Señor nos ayude a permanecer firmes en el!

Toma de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Lupita Susunaga Navarro es profesora de Lengua y literatura en la Universidad de Montemorelos.

TENIA MAL CARÁCTER

Más vale ser paciente que valiente. Proverbios 16:32.

A nadie le gusta hacer el ridículo, y menos delante de amigos. ¿Te ha pasado? Le pasó a Benjamín en una clase de inglés, cuando estaba en séptimo grado. El asunto no habría pasado a mayores de no haber sido porque uno de sus compañeros comenzó a burlarse de él.
—Eso que dijiste es una de las cosas más tontas que he escuchado —dijo su compañero.
—Tú también has dicho tonterías —respondió Benjamín, malhumorado.
El intercambio de palabras continuó hasta que llegaron al cuarto de los armarios, donde guardaban sus pertenencias. Cuando Benjamín se disponía a abrir el candado, recibió un empujón. Sin pensarlo dos veces, agarró el candado y golpeó con él al muchacho en plena cara. En cuestión de segundos, la sangre comenzó a brotar profusamente.
En otra ocasión, cuando cursaba el noveno grado, estaba escuchando música con un amigo cuando, sin previo aviso, el muchacho le cambió la estación de radio. Comenzaron a discutir por ello, y entonces Benjamín empuñó un cuchillo y lanzó una puñalada hacia el estómago de su amigo. El arma golpeó la hebilla de la torrea con tanta fuerza que la hoja del cuchillo se partió en dos.
Cuando llegó a su casa, Benjamín se encerró en el baño. Por su mente cruzaba atropelladamente los pensamientos: «He intentado matar a un amigo. ¿Qué pensará mi madre de todo esto?». Permaneció allí hasta que recordó las lecciones de su madre sobre la oración. Mientras lloraba, oró: «Señor, si tú no me ayudas a librarme de este mal carácter, yo nunca podré hacerlo». Entonces buscó una Biblia y la abrió en el libro de Proverbios. Después de leer durante un rato, sus ojos se posaron en Proverbios 16: 32: «Más vale ser paciente que valiente». Ese día, la paz de Dios inundó su corazón y nunca más tuvo problemas con de temperamento (Manos consagradas. La historia de Ben Carson, pp. 58-64).
Benjamín es hoy el Dr. Ben Carson, director del Departamento de Neurocirugía Pediátrica del famoso Hospital Johns Hopkins de Baltimore, Maryland, EE.UU. La Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos y la cadena CNN lo han considerado uno de los veinte médicos más destacados del mundo.
Y tú, ¿tienes problemas serios de carácter? Si este es el caso, ¿qué tal si, al igual que Benjamín, conversas al respecto con tu Padre celestial?
Padre celestial, por amor a Jesús, mi Salvador, ayúdame a vencer mis defectos de carácter.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

ENTRÉGUELE SU CORAZÓN

«Amarás a Jehová, tu Dios, de todo tu corazón, de toda tu alma y con todas tus fuerzas» (Deuteronomio 6: 5).

Resulta fascinante descubrir cómo Dios diseñó el cuerpo humano. ¿Sabía usted que, en promedio, el corazón bombea un total de ciento sesenta millones de litros de sangre a lo largo de la vida de una persona? Con esa cantidad llenan más de tres superpetroleros. El corazón humano genera suficiente presión para arrojar un chorro de sangre a diez metros de distancia. No es de extrañar que podamos sentir tan fácilmente cómo late nuestro corazón. Para bombear la sangre por todo el cuerpo con rapidez y eficiencia se necesita mucha presión. Si ponemos los dedos en los pulsos de la muñeca y el cuello podemos sentir la pulsación. El pulso que sentimos es la sangre que se detiene y reanuda su flujo a través de las arterias y las venas.
En un minuto, la sangre circula tres veces por el cuerpo. Al cabo del día, la sangre ha recorrido un total de 19,000 km. Ahora entiendo por qué David escribió: «Te alabaré, porque formidables y maravillosas son tus obras; estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien» (Sal. 139: 14).
En las Escrituras el «corazón» es la persona en su totalidad. Esa palabra se usa para describir el centro, la esencia de toda la personalidad. Es lo que somos, el centro de nuestro ser y, aunque incluye el pensamiento, es mucho más que eso. Incluye las emociones, pero es mucho más que las emociones.
Incluye los afectos, pero es más que los afectos. También es la voluntad, lo que queremos y sabemos hacer. El corazón abarca todas estas cosas. ¡Yo soy mi corazón!
Por tanto, cuando Dios nos pide que lo amemos con todo nuestro corazón, no habla del corazón físico, el que se encuentra en el centro de nuestro tórax. Se refiere a lo que hace que yo sea quien soy.
Las enfermedades del corazón son la mayor causa de mortalidad. Quienes pierdan la salvación también serán víctimas de una «enfermedad del corazón». Así como uno la insuficiencia cardíaca tiene sus síntomas, la insuficiencia cardíaca espiritual tiene los suyos. Muchos presentan síntomas de enfermedad del corazón espiritual, pero no parece importarles.
La mayoría de la gente se preocupa más por mantener sano el corazón físico que el espiritual. La ciencia ha descubierto numerosas maneras de conservar sano el corazón y salvarlo cuando tiene problemas. Dios tiene maneras de mantener sano nuestro corazón espiritual. La buena noticia es que él jamás ha perdido un paciente. (Basado en Mateo 5: 8)

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

lunes, 30 de enero de 2012

¡QUÉ BIEN HUELE!

«El Señor le dijo a Moisés: "Toma una misma cantidad de las siguientes especias: resina, uña aromática, incienso puro y galbana aromático, y prepara con ellas un incienso puro y santo, mezclándolo todo bien, como un perfumero al hacer sus perfumes"» (Éxodo 30: 34, 35).

Espera, ¿hueles eso? Estoy un poco sudado después de caminar tanto durante un mes, así que lo que huele así de bien no soy yo. Creo que ya sé qué es. Es incienso. El incienso está hecho de la savia seca molida de varias plantas y árboles. Cuando lo encendemos, huele realmente bien. Bueno, casi siempre.
Dios le pidió al Sumo Sacerdote que usara incienso para un día muy especial llamado el «día de la expiación». Una vez al año el Sumo Sacerdote entraba al lugar santísimo del tabernáculo, donde estaba el arca del pacto. Parece que a Dios le gusta el olor del incienso, porque el sacerdote debía llevar este incienso aromático al lugar santísimo. Eso quiere decir que olía bien.
La Biblia compara nuestras oraciones con e incienso en Apocalipsis 8: 3. Así como a Dios le gusta el olor del incienso aromático, también le gusta escuchar nuestras oraciones. En tus oraciones, puedes hablar con él como con un amigo, pero recuerda, él es también nuestro Dios todopoderoso. ¡Qué maravilloso es tener al Rey del universo como nuestro mejor amigo!

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

EL BUEN CAMINO

Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios, pero el que hace lo malo no ha visto a Dios (3 Juan: 11).

Los años de la infancia siempre se contemplan con nostalgia. Uno de los recuerdos que conservo es que cuando hacía algo malo, me escondía creyendo que Dios no podría verme y por tanto no me castigaría.
Yo fui educada en un hogar católico, donde temer a Dios equivalía a tenerle miedo. Mis mayores me decían: «Si no te portas bien, Dios te castigará». «Si no estudias, Dios te castigará». Y así una serie de reprimendas que por mi corta edad no comprendía del todo.
En mi corazón albergaba dudas: por un lado me decían que Dios me amaba, y por otro me inculcaban el miedo con castigos. Así que empecé a buscar con todo mi corazón a aquel Dios que no podía comprender. No sabía cómo hacerlo, por lo que rezaba mucho, ya que para aquel entonces aún no sabía orar. Todos los días me dirigía a Dios utilizando la mejor forma que conocía, y sentía que en mi interior surgía una paz que antes no disfrutaba.
Así pasaron muchos años, pero mi búsqueda y mis ansias por conocer a Dios no se extinguían. Un día me llegó la oportunidad de estudiar la Biblia. Al principio no entendía nada, todo era nuevo para mí; pero me llamó la atención un pasaje que decía: «Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne» (Eze. 36: 26). Me conmoví al leer aquellas palabras. Aunque no las entendía muy bien, sabía que aquella promesa implicaba algo bueno.
Continué estudiando la Palabra de Dios y mi vida fue cambiando. Ya no tenía miedo, tan solo sentía la necesidad de estar con Jesús. Si él me prometía un corazón nuevo era porque el mío no servía: «Dame, hijo mío, tu corazón y miren tus ojos mis caminos» (Prov. 23: 26). Acepté a Jesús, le entregué mi corazón y mis temores se han convertido en amor; en un amor que todo lo puede, todo lo soporta, que no tiene envidia, que es sufrido, como leemos en 1 Corintios 13.
Ese es el amor que deseo para todos los que anhelan seguir a Jesús: el ejemplo de amor más grande en la historia de la Creación.

Toma de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Rosita Val es española

CERRAR LA PUERTA Y BOTAR LA LLAVE

Si tu ojo derecho te hace caer en pecado, sácatelo y échalo lejos de ti. Mateo 5:29.

En cierta ocasión, un entrevistador de televisión le preguntó al conocido evangelista Billy Graham si la tentación sexual asalta a pastores y a ministros con la misma fuerza con que ataca a las demás personas. Graham respondió relatando la experiencia que vivió uno de sus colaboradores durante una campaña de evangelización en París.
Una noche, este joven regresaba al hotel tras finalizar el programa de evangelización. Doquiera que mirara, veía escenas que lo invitaban a disfrutar de los placeres de la gran ciudad. Cuando llegó al hotel, sintió un vivo deseo de salir y entregarse a una noche de deleite. Durante un rato estuvo en su cuarto, batallando contra la tentación, hasta que finalmente tomó una decisión: cerró la puerta con llave desde adentro, arrojó la llave por la ventana y se acostó a dormir. Básicamente, se «encarceló» a sí mismo en su cuarto. Cuando se levantó por la mañana y contempló la luz del sol, este joven experimentó una gratísima sensación de bienestar. No solo la tentación había perdido toda su fuerza, sino que él había conservado su pureza al decidir ser fiel a Dios (Ravi Zacharias, I, Isaac, Take Thee, Rebekah [Yo, Isaac, te tomo a ti, Rebeca], p. 81).
Lo que hizo este joven para no caer en pecado puede parecer exagerado, pero ilustra lo que dijo el Señor Jesús con eso de «sacarnos el ojo que nos hace pecar». Supongamos que este joven hubiera decidido «dar un paseíto» por las calles para tomar aire puro. Muy probablemente habría cedido al mal. Pero en lugar de engañarse a sí mismo, decidió cortar el problema de raíz. Hizo lo que Elena G. de White nos aconseja: «No vayan espontáneamente a lugares donde las fuerzas del enemigo se hallan poderosamente atrincheradas» (Mensajes para los jóvenes, p. 57).
Dios no te pide que te saques los ojos. Lo que sí te pide es que seas firme en tu decisión de no negociar con el mal, de no «coquetear con la tentación». Te pide que te niegues a ver, oír, tocar, gustar y aun oler cualquier cosa que te aparte de Dios. Dicho figurativamente, te pide que «cierres la puerta que conduce al pecado y botes la llave por la ventana».
Dame, Señor, fuerza de voluntad para apartarme del mal de manera firme y resuelta.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

ACUÉRDATE DE TOMAR LA MEDICINA

«Jehová, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti y esperaré» (Salmo 5: 3).

Me estaba preparando para el ministerio y empezaba un nuevo curso en la universidad. En un examen médico de rutina, el doctor observó que mi corazón latía de forma irregular. Pero no dijo nada más y yo no me preocupé.
Al cabo de algunos años fui a visitar al que fuera mi compañero de habitación en la universidad. Se había especializado en medicina interna y me invitó a su consultorio para hacerme una prueba de esfuerzo. Cuando la prueba terminó, me dijo que padecía fibrilación atrial —o auricular—, lo que provoca un ritmo irregular en el latido. El resultado es que las aurículas, las cámaras superiores del corazón, no pueden vaciar todo su contenido en los ventrículos, las cámaras inferiores; lo que, en última instancia, significa que corro el riesgo de sufrir una embolia cerebral. El riesgo es pequeño, pero no deja de ser un riesgo.
Me sugirió que tomara un medicamento que me diluyera la sangre. Esto reduce enormemente la posibilidad de desarrollar un coágulo que podría paralizarme o costarme la vida. El anticoagulante se llama warfarina. Es un compuesto desarrollado originalmente para matar ratas. A veces, bromeando, digo a la gente que cada día tomo mataratas. Imagínese su reacción. Pero no se preocupe por mí. Cada día tomo la medicina y, una vez al mes, me analizan la sangre para asegurarse de que tiene la fluidez correcta.
Realmente, somos unas criaturas extraordinarias. Ocho semanas después de la concepción, cuando el embrión mide solo dos centímetros y medio, el corazón ya está completamente desarrollado. Incluso antes, hacia la cuarta semana de gestación, ya empieza a latir un corazón rudimentario. A partir de entonces el corazón late 100,000 veces al día, 35 millones de veces al año y un promedio de 2,500 millones de veces a lo largo de toda la vida.
Doy gracias a Dios porque puedo decir que mi problema de fibrilación auricular está controlado. Cada día tomo fielmente mi medicina. Pero me enfrento a otro desafío: mi corazón espiritual. Para mantenerlo sano también tengo que tomar cada día mi «medicina». Eso es, tengo que orar y estudiar la Biblia. Ese medicamento no es solo para mí, sino para toda mi familia. El culto familiar es un tiempo dedicado a cantar, a orar y a estudiar juntos la Palabra de Dios. Si hasta ahora en su casa no existe la costumbre del culto familiar, esta es una buena ocasión para empezar. (Basado en Mateo 5: 8)

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

domingo, 29 de enero de 2012

HAY QUE VIVIRLO

«Después tomo la grasa que el carnero tiene en la cola y sobre los intestinos y en el hígado, y toma también sus dos riñones y la grasa que los cubre, y su muslo derecho, porque es un carnero para la consagración de sacerdotes» (Éxodo 29: 22).

Hoy exploraremos parte del ritual del sacrificio israelita. Todas las partes del carnero que se mencionan en el versículo de hoy debían ser quemadas en el altar como una ofrenda a Dios. Pero, ¿Por qué debían usarse todas esas partes de un animal, como la cola, los riñones y el hígado? ¿Sabes para que sirve el hígado?
El hígado es un órgano especial dentro de tu cuerpo que ayuda a limpiar los venenos. Si nuestro hígado dejara de funcionar, los venenos que entran en tu sangre no se filtrarían y podrían matarte. Uno de los venenos que la gente ingiere es el alcohol. Beber alcohol durante años puede terminar dañando definitivamente el hígado. La mejor solución para es jamás introducir alcohol en tu cuerpo.
Así como no introducirías veneno en tu cuerpo a través de tu boca, Dios tampoco quiere que envenenes tu mente. Nuestra mente es aún más sensible que nuestro hígado. Deja que entren solo las cosas buenas de Dios en tu mente y sabrás lo que es vivir de verdad.


Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

MÁS ALLÁ DEL DOLOR

Confortará mi alma. Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre (Salmo 23: 3).

Marta se acercó a la cama y se dejó caer sobre ella. Las lágrimas brotaban de sus ojos. Parecía que todo lo que le había enseñado a su hijo había caído en saco roto. Aquel joven se había iniciado en el mundo de las drogas a la edad de doce años. Ella se preguntaba: «¿Por qué lo hizo? ¿Cómo no nos dimos cuenta?». Como madre sentía un gran dolor, desilusión y frustración.
Cuando nuestros hijos son pequeños, pensamos que nada podrá dañarlos. Creemos que educarlos en una institución cristiana los librará de cualquier peligro y confiamos en que eso será suficiente. Nos parece que no necesitan nuestra compañía, porque recibirán instrucción y ejemplo de sus maestros cristianos: «Lo que yo no les dé, ellos se los proporcionarán», pensamos.
Nos afecta la dejadez y así pasan los días sin que nos demos cuenta de que el enemigo está al acecho de sus vidas. Elena G. de White dice: «Satanás hace esfuerzos especiales para inducirlos a encontrar su felicidad en los placeres mundanos. Presenta la senda de la santidad como si fuera difícil» (Mensajes para los jóvenes, p. 261).
Mientras vivamos en este mundo, el dolor será una realidad Dios no nos puede librar de las dificultades ni del dolor que nos producen los problemas de nuestros hijos, como en el caso de Marta. Pero sí puede ayudarnos a lidiar con el sufrimiento. Dios promete escuchar nuestra voz cuando nos sintamos presionadas por las crisis de aquellos que amamos, y promete fortalecernos. Jesús estará a tu lado, querida madre. No permitas que el maligno destruya tu fe ni tu corazón. Recuerda que el sol sale para buenos y malos, como dice la Palabra de Dios. Él está con nosotros cuando al atravesamos el valle de las sombras.
El Señor nos guía, nos conforta, nos da la paz y la seguridad que necesitamos. Únicamente debemos acercarnos a él cada día. Sin Jesús, el camino se hará más largo. Lo que necesitas es pedirle al Señor que te conceda fortaleza, y Dios «confortará tu alma y te guiará por sendas de justicia por amor a su nombre».

Toma de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Mirna Jares, es peruana. Máster en Relaciones familiares

TRABAJO POR ADELANTADO

Júrame por el Señor [...], que no dejarás que mi hijo Isaac se case con una mujer de esta tierra de Canaán, donde yo vivo. Génesis 24:3.

Dicen que quien sabe hacia dónde va, ya ha recorrido la mitad del camino. Ya se trate de decisiones importantes, como la elección de la carrera universitaria o de asuntos triviales como llevar una lista de compras al supermercado, siempre conviene saber de antemano lo que se quiere. Es decir, hacer un «trabajo por adelantado».
Hoy te propongo realizar un trabajo por adelantado con respecto a una de las decisiones más importantes que tomarás durante tu existencia: la persona que que será tu compañero o compañera para toda la vida.
¿Cómo hacerlo? Una manera sencilla es elaborando una lista de las cualidades que convertirían a esa persona en un candidato o candidata en potencia; y, por supuesto, de los defectos que de plano la descalificarían. Algo como esto: «Lo que la califica». «Lo que la descalifica».
Cuando tenía tu edad, aún no era miembro de la Iglesia Adventista, pero ya tenía trabajo adelantado en ese sentido. Por ejemplo, tenía bien claro que no me casaría con una mujer que tuviera vicios. «La mujer con la que me case —pensaba yo — tiene que ser un buen ejemplo para mis hijos. Además, no quiero pasarme la vida besando a una mujer con la boca hedionda por el cigarrillo o el alcohol».
También tenía claro que no me casaría con una muchacha «manoseada». O con una joven que pasara más tiempo en la calle que en su casa. Había otras cosas en mi «lista». Pero lo importante aquí es: ¿Ya tienes tu propia lista?. ¿Qué características automáticamente descalificarían a una persona que te pretenda? ¿Te casaría por ejemplo, con alguien que no comparta tus mismas creencias religiosas? ¿Con una persona que tenga vicios? ¿Que sea dominante? ¿Que no te respete? Por el contrario, ¿qué cualidades debería tener esa persona? ¿Qué virtudes esperas encontrar en él o ella?
Trabajo por adelantado. De esto se trata. De esta manera, no perderás tu tiempo con quienes no encajan en tu lista, reducirás al mínimo las posibilidades de equivocarte y, a la hora de escoger, lo harás más con la cabeza que con el corazón.
Por supuesto, orar a Dios pidiendo su dirección también es parte de ese trabajo por adelantado.

Padre celestial, al pensar en las cualidades de mi futuro cónyuge, de que esa persona te ame por sobre todas las cosas.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

¿CAMBIO DE DIETA O DE CORAZÓN?

«Bienaventurados los de limpio corazón, porque verán a Dios» (Mateo 5:8)

En cierta ocasión, junto a mí estaba una madre joven, llorando. «He orado», dijo entre sollozos, «para que el Señor me ayudara a vencer el abuso del azúcar, pero le estoy fallando estrepitosamente».
Me interesa mucho todo lo que tenga que ver con un estilo de vida saludable. Jamás he tomado una taza de café, ni siquiera descafeinado. Por regla general, como entre horas. Mi esposa y yo procuramos andar un buen trecho cada mañana. Comemos dos veces al día, tomamos bebida de soja y no comemos carne.
Cada vez hay más cristianos que están convencidos de que la mejor manera de mantenerse sano es no comer ningún producto animal. Además de no comer carne, no beben leche, no comen huevos ni usan grasas saturadas. Este estilo de estilo de vida se llama «Vegano».
No hay nada malo en tratar de vivir de la manera más saludable posible. Es una actitud cristiana. Sin embargo, el cristiano no debe mirar al que tiene al lado y criticarlo por no seguir su mismo estilo vida. En tiempos de Jesús, los fariseos eran muy escrupulosos en el cumplimiento de la ley. Eran tan escrupulosos que se inventaron leyes para guardar la ley. Jesús no veía con malos ojos que cumplieran la ley. Decía que era su deber, pero no debía descuidar lo otro. ¿A qué «otro» se refería Jesús?
Se trata de «lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe» (Mat. 23:23). Los fariseos eran duros con las personas que no creían lo mismo que ellos. No les preocupaba cómo era su corazón. Lo único que les importaba era cómo podrían utilizar estilo de vida para impresionar a los demás.
El asunto estriba en que si ser cristiano es cuestión de vestir de cierta manera o eliminar ciertas cosas de la dieta, resulta claro que podemos hacerlo nosotros mismos y no necesitamos a Jesús. Cualquiera puede cambiar su apariencia externa, pero solo Dios puede cambiar el corazón. Jesús dice: «Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne» (Eze. 36:26). (Basado en Mateo 5:8).

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

sábado, 28 de enero de 2012

EL NOMBRE LO DICE TODO

«Cúbrelo de piedras preciosas distribuidas en cuatro hileras. La primera hilera debe tener un rubí, un crisólito y una esmeralda» (Éxodo 28: 17).

¡Qué hermoso! Hoy exploraremos el patio exterior del tabernáculo en el desierto. ¡Mira! El Sumo Sacerdote está aquí. Fíjate cómo va vestido. Sobre su túnica tiene un imponente pectoral multicolor Este tiene doce de las piedras más preciosas que he visto en mi vida. Una de ellas, la tercera de la primera fila, es un berilo.
El berilo es una piedra muy hermosa, que tiene diversos nombres. Si es verdosa se llama esmeralda, si es azul clara se llama aguamarina, si es amarilla se llama heliodoro, y si no tiene color se llama goshenita. ¡Y tiene más nombres!
Aunque es asombroso que el berilo tenga tantos nombres, Dios tiene muchos más. La Biblia llama a Dios: «El Señor provee», «el Señor es mi estandarte», «el Señor es la paz», «el Señor santifica», y muchos otros. Dios tiene muchos nombres porque él hace muchas cosas buenas por nosotros. ¿No te alegra tener un Dios tan lleno de talentos?

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

EN CUALQUIER NECESIDAD

Pedid y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá, porque todo aquel que pide, recibe (Mateo 7: 7-8).

Se suponía que aquel fin de semana yo debía asistir a un congreso que se celebraría en la ciudad de Barcelona, España. Ya era viernes de mañana y debía viajar a la ciudad de México para tomar el vuelo que me llevaría a Barcelona a mediodía. Sin embargo, debido a una serie de contratiempos, tuve que pasar la noche en la ciudad de México, para tomar un vuelo al siguiente día por la noche. Ese sábado decidí asistir a una iglesia que me era conocida: la de la colonia Narvarte, que quedaba cerca del hotel donde acostumbro hospedarme.
Mientras aún estaba en el hotel, pensé que quizá el día se me haría muy largo y solitario. Fue entonces cuando le pedí a Dios que me ayudara a no sentirme sola y que alguien me invitara a comer para no tener que ir a un restaurante. Aquel viernes había sido muy estresante, con tantos cambios en el itinerario de viaje, y realmente me sentía cansada y sola.
Al llegar me senté en el lugar donde acostumbraba hacerlo cuando visitaba aquella iglesia. Saludé a los conocidos y me mantuve atenta al programa de la Escuela Sabática. De repente, se me acercó una hermana y me preguntó si estaban vacíos los asientos que quedaban a mi lado. Le contesté afirmativamente, por lo que se sentó a mi lado junto con una amiga.
Después de la Escuela Sabática, me saludó amablemente. Quedé sorprendida cuando además me preguntó si deseaba ir con ella y con su amiga a comer a su casa. En aquel momento tuve que darle gracias a Dios por la forma sorprendente en que responde a nuestras más sencillas solicitudes.
Cuando elevamos una plegaria a Dios, antes incluso de que la expresemos, él comienza a planificar cómo dar respuesta a nuestras necesidades, por más insignificantes que parezcan. Doy gracias infinitas y abundantes a Dios porque a lo largo de mi vida él ha dado respuesta a mis peticiones en el momento oportuno. Reconozco asimismo que todo lo que soy y hago se lo debo a su eterna misericordia.
¡Sigamos confiando en su fidelidad y en su eterno amor!

Toma de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por María Elena Acosta es profesora en la Universidad de Montemorelos

¿LÍMITES AL PODER DE DIOS?

Sean buenos y compasivos unos con otros. Efesios 4:32.

Cuando yo era adolescente, no se usaba la palabra «discapacitado». Ni siquiera sé si existía. Pero es que tampoco la habríamos usado. Para la pandilla del barrio, era más fácil llamar a la gente aludiendo a sus defectos físicos: «el Tuerto», «el Mono», o «Cabeza de melón».
Hace poco leí un relato que me hizo acordar de esos días, y también lo crueles que podemos ser hacia personas que sufren de limitaciones físicas. Es un relato que cuenta Tony Campolo en su libro You Can Make a Difference (Tú puedes marcar una diferencia, pp. 35, 36). Ocurrió en un campamento de jóvenes, y tuvo como «protagonista» a un jovencito llamado Beto. Este muchacho había nacido con parálisis cerebral. Cuando Beto caminaba, su cuerpo se movía de un lado a otro de una manera que él no podía controlar. Y cuando Beto hablaba, tartamudeaba para pronunciar incluso la palabra más sencilla.
Estos defectos, lejos de despertar la compasión de sus compañeros, convirtieron a Beto en el hazmerreír del campamento. Cierto día, sus compañeros de habitación lo seleccionaron para que dirigiera la meditación matutina. Sabían muy bien que Beto no podía hacerlo. Solo querían burlarse de él. De hecho, apenas Beto se adelantó para hablar, comenzaron las risitas y las burlas. A pesar de todo, el joven salió adelante.
Beto se paró frente a sus compañeros, y dijo: «Je-Je-Je-Je-su-su-sús mee aaaaa-ma. Yyyy yooo aaaa-moo aaaa Je-Je-Je-sús».
Le llevó varios minutos decir esa frase. Pero entonces ocurrió lo que nadie podría haber imaginado. Cuando terminó de hablar, muchos jóvenes estaban llorando. Cuenta Campolo que esa mañana se produjo un verdadero reavivamiento. Cesaron las burlas y, lo más sorprendente, decenas de jóvenes decidieron consagrar su vida al Señor Jesús. ¡Y todo gracias al testimonio del hazmerreír del campamento!
Esa mañana, ciento cincuenta jóvenes aprendieron al menos dos lecciones. Una, que no tenemos que burlarnos de ningún ser humano, ¡porque esa persona también es hija de Dios! La otra, que no hay límites para el poder de Dios. Si nuestro Padre celestial pudo usar a Beto a pesar de todas sus limitaciones, ¿te imaginas lo que puede lograr por medio de ti y de mí si nos colocamos en sus manos?

Padre celestial, pongo mi vida en tus manos para que la uses de acuerdo con tu voluntad, y Ayúdame a ver n cada ser humano a una preciosa alma por la cual tu Hijo murió en la cruz.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

MISERICORDIA INMERECIDA

«Hombre, él te ha declarado lo que es bueno, lo que pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, amar misericordia y humillarte ante tu Dios» (Miqueas 6:8).

Hace unos años, Hildegard Goss-Mayr, del Movimiento Internacional de la Reconciliación, relató esta historia real: Durante los trágicos combates que tuvieron lugar en Líbano a lo largo de la década de los setenta del siglo pasado, un alumno de un seminario cristiano iba andando de un pueblo a otro cuando cayó en una emboscada tendida por un guerrillero druso. El guerrillero le ordenó que bajara por un sendero con el fin de fusilarlo.
Pero sucedió algo asombroso. El seminarista, que había recibido entrenamiento militar, sorprendió a su captor y lo desarmó. Las tornas se cambiaron y el druso recibió la orden de descender por el camino. Sin embargo, mientras avanzaban, el estudiante de Teología comenzó a reflexionar sobre lo que estaba sucediendo.
Recordando las palabras de Jesús: «Amad a vuestros enemigos; haced bien a los que os aborrecen; poned la otra mejilla», se dio cuenta de que no podía seguir adelante. Arrojó el arma entre los arbustos, le dijo al guerrillero druso que estaba libre y echó a andar colina arriba.
Unos minutos más tarde, mientras caminaba, oyó que alguien corría tras de él. «Aquí se acaba todo», se dijo. Tal vez el druso había recuperado el arma y quería acabar con él. No obstante, siguió adelante, sin mirar atrás, hasta que el enemigo lo alcanzó, lo agarró, lo abrazó y, hecho un mar de lágrimas, le agradeció que le hubiera perdonado la vida. La misericordia se expresa con el perdón.
En cierta ocasión, una madre se acercó a Napoleón pidiéndole que perdonara a su hijo. El emperador respondió que el joven había cometido dos veces el mismo delito y que la justicia exigía su muerte.
—No pido justicia —replicó la madre—, sino misericordia.
—Tu hijo no merece que tengan misericordia de él —contestó Napoleón. —Solo pido misericordia. —exclamó la mujer—. Si la mereciera, ya no sería misericordia».
—Pues bien —dijo el emperador—, tendré misericordia de él. Y perdonó al hijo de la mujer.
Dios no nos dio lo que merecíamos, sino que tuvo misericordia de nosotros. Al sentir la extraordinaria misericordia que Dios ha derramado sobre nosotros, no podremos hacer otra cosa que derramar misericordia sobre los demás. «Hombre, él te ha declarado lo que es bueno, lo que pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, amar misericordia y humillarte ante tu Dios» (Miq. 6: 8). (Basado en Mateo 5:7).

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

viernes, 27 de enero de 2012

TIENES MADERA DE GANADOR

«Haz un arca de madera de acacia, que mida un metro y diez centímetros de largo, sesenta y cinco centímetros de ancho, y sesenta y cinco centímetros de alto» (Génesis 25:10).

A medida que continuamos nuestra polvorienta excursión por el desierto con los israelitas, descubrimos que Dios tenía una tarea especia! para Moisés. Él quería que Moisés escogiera a los mejores trabajadores para que construyeran un cajón especial que se llamaría el «arca del pacto». Esta arca sería el lugar donde habitaría la presencia de Dios en medio de ellos.
Como podemos ver en el versículo de hoy, Dios quería que los carpinteros elaboraran esta caja de madera de acacia, la cual proviene de un árbol muy especial. Este es el único árbol del desierto lo suficientemente grande como para este trabajo. Dios no dio a estos hombres una variedad de opciones, sino que les pidió que hicieran lo mejor posible con los materiales que tenían a la mano.
A veces la gente pone excusas para no esforzarse en hacer las cosas de la mejor manera. Algunos se quejan de que no tienen lo necesario para hacer trabajo que Dios les ha pedido. Dios quiere que hagamos lo mejor con el tiempo y los talentos que él nos ha dado. Así que no hay excusa que valga, ¡mira a tu alrededor y usa lo que tengas para hacer lo mejor para Dios!

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

LIBERACIÓN EN JESÚS.

¿Pondrá el hombre juego en su seno sin que ardan sus vestidos? (Proverbios 6: 27).

Hace tres años recibimos un regalo muy especial. Se llamaba Kikapú, una gata que resultó muy prolífera, ya que al poco tiempo de estar con nosotros teníamos siete hermosos gatitos más. Aunque al principio, aquello fue divertido, al poco tiempo los gatitos se convirtieron en un dolor de cabeza, pues trepaban por todas partes y hacían destrozos en casa. Limpiar sus necesidades tampoco era una tarea agradable para mis hijas. Por lo tanto decidimos que debíamos buscarles un nuevo hogar.
Trabajo en una escuela rural y pensé que podrían ser muy útiles para las familias de mis alumnos, pues los gatos mantienen alejados a los ratones e incluso a las víboras. ¡El problema era cómo atraparlos!
Recurrí a una bola de estambre. Empecé a moverla por el piso y enseguida eso llamó la atención de todos los gatitos. Sin embargo, después de un rato solamente uno de ellos permanecía interesado, siguiendo el movimiento de la bola sin perderla de vista. Poco a poco se acercaba y después, cuando se veía cerca de mí, retrocedía. No tardé mucho en atraparlos y los encerré en una caja. Sin embargo, varios de los gatitos lograron escapar. Pero no pudieron resistir el encanto de la bola de estambre, así que volví a atraparlos, y esta vez me aseguré de que no pudiera huir.
¡Qué lección para nuestras vidas! Nosotros somos como un gatito y Satanás es el que maneja la bola de estambre, que a su vez representa el pecado. La mueve ante nosotros como un cepo, para que acudamos y, gracias a nuestra debilidad, poder atraparnos en su red. Despertemos de ese sueño en el que pensamos que el pecado no nos atrapará aunque juguemos con él. Recordemos que la verdadera grandeza del hombre está en las pasiones que domina y no en las que lo dominan a él. Al final, mis hijas se compadecieron y secretamente liberaron a los gatitos, de la misma forma que el Señor Jesús nos ha liberado a nosotras.
Agradezcamos al Señor su invitación y aceptémosla, «acercándonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno» (Heb. 4:16).


Toma de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Zurisaday Zazueta Norsagaray Mecánica dental.

EL GUSANITO DE LA ENVIDIA

Es cierto que al necio lo mata la ira y al codicioso lo consume la envidia. Job 5:2, RV95

Dicen que el envidioso se mata con sus propias flechas. La conocida historia de Dionisio y Damocles parece confirmarlo.
Dionisio era rey de Siracusa, una de las ciudades más ricas de Sicilia. Por ser el rey, vivía en un lujoso palacio rodeado de placeres. Pero también era objeto de la envidia de muchos, entre ellos de su amigo Damocles. Cada vez que se presentaba la oportunidad, Damocles decía que Dionisio debía ser el hombre más feliz del inundo. Un día Dionisio se cansó de escucharlo.
—Damocles, noto que me repites vez tras vez que soy el hombre más feliz del mundo. ¿Te gustaría cambiar de lugar conmigo?
—Si eso fuera posible —respondió Damocles—, nada me gustaría más.
Al día siguiente Damocles amaneció en el palacio y ocupó la silla real. Mientras comía y daba órdenes a los siervos, pensaba en lo dichoso que era: «Esto sí que es vida. Por nada del mundo lo cambiaría». Entonces se dispuso a beber de su copa. Al levantarla, por primera vez miró hacia el techo. Lo que vio lo paralizó en el acto: una filosa espada estaba justo sobre su cabeza, pendiendo de un finísimo hilo. Damocles quedó petrificado.
—¿Qué le pasa, amigo? —le preguntó Dionisio.
—¡Esa espada... que está... sobre... mi cabeza! ¿No la ves?
—Claro que la veo —respondió Dionisio—. Siempre está sobre la cabeza del rey. Porque verás, amigo mío, la vida del rey no es solo una vida de privilegios. También conlleva riesgos: alguien puede sublevarse, o intentar matarte; o, si gobiernas mal, puedes ser derrocado. Quien quiera disfrutar del poder, también tendrá que aceptar los riesgos del poder.
De más está decir que Damocles se sintió muy feliz cuando volvió a su vida normal. Había aprendido que en la vida, los beneficios conllevan responsabilidades. E imagino que también aprendió que «la mente tranquila es vida para el cuerpo, pero la envidia corroe hasta los huesos» (Prov. 14:30).
Si alguna vez sientes que el gusanito de la envidia intenta quitarte la paz, recuerda las palabras del poeta Joseph Addison. Dice él que para ser feliz, basta que tengamos tres cosas: algo útil que hacer, alguien a quien amar y algo que esperar.
Pensándolo bien, ¡tienes las tres!
Gracias, Padre, porque tengo cosa útiles que hacer, gente que amo y me ama, y algo bueno que esperar; la venida del Señor Jesús.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

GRACIAS A DIOS POR LA IGLESIA

«¡Venid, todos los sedientos, venid a las aguas! Aunque no tengáis dinero, ¡venid, comprad y comed! ¡Venid, comprad sin dinero y sin pagar, vino y leche!» (Isaías 55:1).

Una característica de los que tienen hambre y sed de justicia es que ponen todo su empeño en asistir fielmente a la iglesia. El creyente que tiene hambre y sed de justicia nunca desaprovecha la oportunidad de reunirse en la casa de Dios con otros que también tienen hambre y sed de justicia. En la iglesia nos alentamos mutuamente y, juntos, estudiamos la Palabra de Dios y oramos.
Asimismo, de ella salimos juntos para ganar almas para Cristo.
La Biblia no puede ser más clara: «No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca» (Heb. 10:25).
Por desgracia, también hay quienes afirman tener hambre y sed de justicia y en cambio han decidido quedarse en casa porque algunos miembros de la iglesia o los sermones del pastor no son de su agrado. Con frecuencia dicen que obtienen más bendiciones quedándose en casa que acudiendo a la iglesia. Quienes se obstinan en pensar que reciben más bendiciones en casa que en la iglesia, indefectiblemente, empiezan a perder el gusto por la justicia. Empiezan a consumir comida basura espiritual y al cabo de poco tiempo regresan al mundo.
Descuidar la asistencia a la iglesia tiene otro inconveniente. Quien así hace pronto empieza a inventarse sus propias doctrinas o se relaciona con quienes piensan de manera similar.
La iglesia integrada por miembros que tienen hambre y sed de justicia querrá compartir su fe con otros. Asimismo, organizará reuniones públicas, a la vez que sus miembros dan estudios bíblicos y distribuyen publicaciones. De todos es conocido el refrán: «Pájaros de un mismo plumaje vuelan juntos». De manera similar, la iglesia está formada por hombres y mujeres cuyo principal objetivo es vivir en justicia y santidad. Esto se manifiesta, primero, en el hogar y en la iglesia, así como en su trato con los vecinos y los compañeros de trabajo.
Usted pertenece al cuerpo de Cristo. Haga todo lo posible por asistir cada semana a la iglesia. Tenemos que estar muy agradecidos por la libertad que disfrutamos para asistir a la iglesia y alimentarnos con la Palabra de Dios. Ore por su iglesia, el pastor y por todos sus miembros. (Basado en Mateo 5:6).

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

jueves, 26 de enero de 2012

¡LIMPIA TUS ACTOS!

«Bastó un soplo de tu nariz para que se amontonaran las aguas. Las olas se irguieron como murallas; ¡se inmovilizaron las aguas en el fondo del mar!» (Éxodo 15:8, NVI).

¡Qué manera de describir el poder de Dios! Él sopló «desde su nariz», las aguas se levantaron como murallas, y los israelitas atravesaron en seco el Mar Rojo. ¿Crees que Dios sopló aire desde su nariz? Bueno, no podemos estar completamente seguros. Tal vez esa fue la mejor manera en que Moisés pudo describir lo que vio. ¿Sabes lo que son las fosas nasales? Son los dos hoyitos que tienes en la nariz. Las fosas nasales cumplen una función muy importante en nuestro cuerpo. Ellas atrapan el polvo y la suciedad que vuela por el aire que respiramos, evitando que llegue a nuestros pulmones.
¿Sabías que tu cerebro también es un filtro? Si permaneces concentrado en las cosas de Dios, tu mente te dirá rápidamente si algo que ves o escuchas no es bueno para ti. Sí, es el Espíritu de Dios hablando a tu mente, y si él te dice eso, ¡escúchalo! Él está evitando que el polvo del mundo penetre en tu alma.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

DE LAS TINIEBLAS A LA LUZ

Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino. (Salmo 119:105).

Nací en Perú en el año 1931, en una hacienda llamada Pucará. Allí transcurrió mi infancia. Con el paso del tiempo la niña que fui se convirtió en una joven soñadora, hasta que de mi infancia solo fueron quedando vagos recuerdos. Como toda joven, pensaba casarme con un príncipe azul, pero parece que aún no estaba preparada para tal acontecimiento. Mis padres seguían involucrados en sus quehaceres diarios sin percatarse de que su hija había madurado.
Un día llegó de la capital el hijo de un vecino de nuestra hacienda. Sus padres celebraron su regreso con una gran fiesta. Recuerdo que asistí con mis padres. Lo primero que hizo el joven aquella noche fue sacarme a bailar. Después me dijo que se había enamorado de mí a primera vista. De sus labios salían palabras, palabras y más palabras, y me deslumbraron. Pensé que había encontrado al hombre de mis sueños, por lo que caí rendida en sus brazos. Me enamoré de él perdidamente. Empezamos a vernos con frecuencia hasta que un día él no acudió a la cita. Se había marchado sin decirme nada. Reconocí tristemente que aquel joven estaba acostumbrado a engañar y a burlarse de chicas ingenuas. Mis ilusiones quedaron destrozadas; me sentí morir.
De pronto escuché una voz llena de amor que me decía: «Ve a Jesús ahora y dile: "Señor, no tengo fuerzas para vencer, pero tengo la libertad para decir 'aquí estoy'. Te entrego mi vida. Toma mi débil voluntad"». No sabía de dónde provenía aquella voz, pero quedé profundamente impresionada al escucharla.
Unos quince días después me encontré con una amiga adventista y le conté lo que me había sucedido. Me dijo que Dios me amaba y me entregó un volante donde se mencionaba la forma en que podemos conocer a Dios. Aquella amiga vendía libros. Le compré una Biblia y la estudié. A partir de aquel momento sentí que el Señor comenzó a transformar mi vida.
Atrévete a conocer a nuestro maravilloso Dios y a confiar en él. Las que somos madres, instruyamos a nuestras hijas para evitarles el sufrimiento que implica ser engañadas.

Toma de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Emma Huaccho Porras

¿COSMO QUE?

Tengan cuidado: no se dejen llevar por quienes los quieren engañar con teorías y argumentos falsos. Colosenses 2:8

Es una palabra que está de moda: «cosmovisión». Se refiere a la manera particular en que cada persona entiende el mundo que la rodea. Es algo así como unos lentes que, sin darnos cuenta, nos colocamos para darle sentido a la realidad. ¿Por qué es importante la cosmovisión? Porque cada minuto estamos siendo bombardeados por mensajes que sutilmente nos intentan vender un sistema de valores que, con frecuencia, contradice nuestras creencias básicas. Y lo peor es que no estamos en guardia. Un ejemplo nos ayudará a entender este punto.
Un profesor universitario, de nombre Chris Leland, viajaba en avión cuando una señora que estaba sentada en el asiento de al lado le dio conversación.
—¿A qué se dedica usted? —le pregunta la señora.
—Enseño cosmovisión cristiana —responde el profesor.
___La señora no entiende qué significa eso, pero el profesor nota que ella tiene un libro en sus manos.
—Noto que está leyendo un libro. ¿Le gusta?
—Muchísimo —responde la señora—. Dice que debemos amarnos unos a otros. Entonces viene la pregunta:
—¿Cuál es la perspectiva del autor sobre ese tema?
La dama no entiende la pregunta.
—Me refiero —explica el profesor— a qué cree el autor sobre ese tema.
Otro silencio. Luego la señora dice lo que el profesor ha escuchado tantas veces en conversaciones similares:
—¡Qué más da! ¡Es solo un libro!
¿Solo un libro? El caso es que ningún libro es «solo un libro». Ninguna película es «solo una película». Ninguna canción es «solo una canción». Por medio de esa película, de ese libro, de esa canción, alguien te está tratando de decir algo. Alguien te está diciendo lo que piensa de Dios, del sexo, de lo bueno y lo malo. Que un libro hable del amor no es suficiente. ¿Amar a quién o a qué? ¿Amar a Dios y al prójimo? ¿O amar al prójimo tanto como a los árboles y a las focas?
¿Seguiremos «consumiendo» las ideas que los medios de comunicación nos presentan sin siquiera preguntarnos qué concepto de la vida nos están vendiendo? ¿O usaremos nuestro discernimiento para exponemos solo a lo que es verdadero, lo que es digno de respeto, lo que es recto? (Fil. 4:8).
En último término, terminaremos asemejándonos a lo que contemplamos.
Capacítame, Dios mío, para discernir hoy entre lo santo y lo profano.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

FAMILIAS QUE ORAN JUNTAS

«En la tarde, al amanecer y al mediodía oraré y clamaré, y él oirá mi voz» (Salmo 55:17).

Si deseamos disfrutar de salud espiritual, cada día tendremos que apartar un tiempo para estar a solas con Dios. Para muchos, el mejor momento para la meditación personal es a primera hora de la mañana. Algunos se sienten incómodos ante la idea de estudiar la Biblia por la sencilla razón de que no les gusta estudiar. Si usted es uno de ellos, ¿qué le parecería la idea de leer la Biblia? A la mayoría de la gente, la idea de leer la Biblia no le resulta incómoda. Hay quienes se proponen leer la Biblia de tapa a tapa, como si de una novela se tratara. Pero no es extraño que se queden encallados en Levítico. Si tal es su caso, puede que le resulte útil leer la Biblia «a la carta»; es decir: un poco de aquí y otro poco de allí...
Además de tener su propio tiempo para estar a solas con Dios, los miembros de la familia que tienen hambre y sed de justicia también deberían dedicar un tiempo al culto familiar diario. He descubierto que hay más de una manera de ponerlo en práctica. Algunas familias tienen niños muy pequeños. En otras hay adolescentes, mientras que los hijos de otras tienen edades intermedias. Si yo tuviera a mis hijos en casa preguntaría a otros padres cómo organizan el culto familiar. Seguro que obtendría algunas buenas ideas sobre cómo desarrollarlo en mi casa.
Otra posibilidad de oración en familia es la oración con el cónyuge. Una parte importante del ministerio pastoral es orar por los demás. Un día me pasó por la cabeza la idea de que oraba con todo el mundo menos con mi esposa; es decir, que no oraba a solas con ella, ella y yo y nadie más. Así que decidí que desde ese día también oraría con ella. No se trata de sustituir las oraciones para pedir la bendición de los alimentos o las del culto familiar; es otra cosa, totalmente distinta y especial. Los esposos que oran juntos, permanecen juntos. Cada noche, mi esposa y yo oramos juntos inmediatamente antes de dormir.
Si usted está casado y todavía no tiene el hábito de orar junto con su pareja, le invito a hacerlo. ¿Por qué no esta misma noche? (Basado en Mateo 5:6).


Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

miércoles, 25 de enero de 2012

MIS PIES CORREN MÁS RÁPIDO QUE TU CABALLO

«Toda la caballería y los carros del faraón entraron detrás de ellos, y los persiguieron hasta la mitad del mar» (Éxodo 14:23).

Avancen, avancen, avancen. Estamos caminando con Moisés por el desierto y el ejército egipcio nos viene pisando los talones. ¿Cómo podremos escapar? Espera, una nube negra se ha interpuesto entre los egipcios y nosotros. Moisés estira ahora su brazo en dirección al Mar Rojo. Increíble, ¡el mar se está abriendo! ¡Estamos cruzándolo en seco! ¡Lo vamos a lograr!
¡Oh no! ¡Mira! La nube se está retirando y los carros tirados por caballos del ejército egipcio también están entrando por el camino seco en medio del mar ¡Sabía que esto no iba a funcionar! ¡Apúrate! ¡Corre! Ya llegamos a la otra orilla. Espera, Moisés está estirando de nuevo su brazo. ¡Mira! ¡El ejército del faraón está siendo tragado por las aguas! Me siento feliz, pero triste al mismo tiempo. Estoy feliz porque hemos podido cruzar hasta el otro lado de numera segura, pero triste portadas las personas que han muerto. Es asombroso. Nuestros pies fueron más rápidos que sus caballos.
La experiencia de los israelitas cruzando el Mar Rojo nos muestra que Dios puede hacer cualquier cosa, incluso cuando nos parece que no hay otra salida. Nunca olvides confiar en él. Dios siempre tendrá una salida para ti.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

SUS PROMESAS SE CUMPLEN

¿Se olvidara la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de tu vientre? ¡Aunque ella lo olvide, yo nunca me olvidaré de ti! (Isaías 49:15).

Hace unos años leí en un periódico de Houston que en Nairobi, Kenia, una perra salvó la vida de una recién nacida que había sido abandonada en unos matorrales. Contaba el artículo que la perra había escuchado el llanto de la niña y con sus dientes había tomado la bolsa donde estaba la pequeña para llevar a un callejón donde tenía sus cachorros, al otro lado de una transitada avenida.
La recién nacida fue encontrada más tarde por unos niños que jugaban cerca del callejón y que escucharon su llanto. Los niños alertaron a algunos adultos, quienes notificaron a las autoridades. Todos quedaron sorprendidos al ver como aquella bebita había sido rescatada de entre los matorrales por la perra, que fue considerada la heroína del relato. Esta historia recorrió el mundo entero y como resultado se recibieron numerosas peticiones de personas que deseaba adoptar a la bebe.
Lo primero que me vino a la mente fue el versículo de Isaías citado al principio. Pude asimismo ver el poder y el amor de Dios al proteger a aquella bebita mediante la acción de una perra. Igualmente pude observar el cumplimiento de una de las promesas de Dios en pleno Siglo XX.
El señor cuidó de aquella bebita y veló por ella para que fuera encontrada. Él hace lo mismo para beneficio de nosotros. Nuestro Dios y Salvador es quien nos protege atiende todas nuestras necesidades. Dios promete que nunca va a abandonarnos aunque nuestra propia madre lo haga; aunque nuestros seres queridos y nuestros amigos no olviden. Dios no se olvidará jamás de ninguno de sus hijos.
Si enfrentamos dificultades el Señor utilizarán cualquier instrumento para bendecir y protegernos. Promete que nunca nos deja solas, pues enviará a sus santos ángeles para que permanezcan a nuestro lado. ¡Confiemos en él hoy de todo corazón y él hará su voluntad en nuestras vidas!

Toma de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Flor Valoy licenciada en Psicología.

¿QUIERES SER GRANDE?

Sean prudentes como serpientes y sencillos como palomas. Mateo 10:16, u.p., RV90

¿Qué se necesita para ser grande? A continuación encontrarás varios personajes bíblicos en momentos importantes de su vida. ¿En qué momento ese personaje fue realmente grande? Me refiero a la grandeza de carácter, no a la de estatura.
Abraham
• Cuando derrotó a los cuatro reyes de la llanura para libertar a Lot.
• Cuando, para evitar más contiendas entre sus pastores y los de Lot, permitió a este escogiera la tierra donde prefería vivir.

David
• Cuando derrotó a Goliat.
• Cuando perdonó la vida a Saúl, quien lo había estado persiguiendo para matarlo.
Ester
• Cuando arriesgó su vida ante el rey Asuero, para interceder por su pueblo.
• Cuando obedecía a su tío Mardoqueo.

Ya te habrás dado cuenta de que para cada personaje menciono un pasaje de su vida en el cual dio muestras de valor y firmeza de carácter, y otro pasaje en el que se mostró compasivo u obediente. Y ahora repito la pregunta inicial: ¿En cuál de esas ocasiones cada personaje mostró «grandeza de carácter»? La respuesta es: ¡En ambas! Porque, como bien lo expresa Fulton Sheen, la grandeza del carácter no se mide por la presencia de una virtud en grado extremo, sino por la presencia de virtudes que se complementan (The Etemal Golilean [El Galileo eterno], p. 139). ¿Qué significa esto?
Lo que quiere decir es que no es grande quien derrocha valor en una guerra, pero es incapaz de brindar ayuda a alguien en necesidad. ¿De qué sirve el valor sin la compasión? Pero tampoco es grande la persona compasiva que carece de valor, porque en la vida se requiere valentía para defender lo que es justo, y para enfrentar los desafíos de todos los días.
¿Quieres ser grande delante de Dios y de los hombres? Entonces necesitas de valor para hacer lo correcto «aunque se desplomen los cielos». Pero también necesitas poseer la suficiente sensibilidad humana para compadecerte del dolor ajeno. Debes tener sabiduría para hacer el bien, y humildad para no publicarlo. En otras palabras, tienes que imitar al Señor Jesucristo, a quien su dignidad de Rey no le impidió ser compasivo; a quien su sabiduría infinita no le impidió ser humilde.
¿Será por ello que el Señor nos aconsejó que seamos «prudentes como serpientes, y sencillos como palomas»?
Padre celestial, ayúdame a ser como Jesús: fuerte y compasivo, sabio y humilde.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

DESAYUNO ESPIRITUAL

«Gustad y ved que es bueno Jehová. ¡Bienaventurado el hombre que confía en él!» (Salmo 34: 8).

Imagine que está hambriento y no tiene nada que comer. En 1969, en el mundo murieron de hambre diez millones de personas. En 1997 la Cruz Roja alemana informaba que solo en Corea del Norte murieron de hambre dos millones de personas. El sitio web CNNhealth.com informa que en 2009 uno de cada seis habitantes del mundo pasaba hambre.
Sin comida ni agua para beber, la gente muere. Se considera que quienes no comen lo suficiente están malnutridos, lo que los convierte en víctimas fáciles de las enfermedades. El hambre es una tragedia de proporciones inmensas.
Muchos cristianos pasan hambre innecesariamente. Quien se está muriendo de hambre o está malnutrido lo sabe. Lamentablemente, es posible que las personas malnutridas espiritualmente no se den cuenta de ellos o piensen que se las arreglarán para sobrevivir en cualquier situación. Podríamos decir que padecía de «anorexia espiritual». La anorexia es un trastorno que tiene una base emocional e impide, a quien la padece, comer alimentos en cantidades normales. Un anoréxico aprende a vivir sin comer y tarde o temprano, acaba por perder el apetito.
Estoy seguro de que usted, apreciado lector, ya sabe qué diré a continuación. Hay personas que, en lugar de hambre y sed de justicia, han aprendido a sobrevivir sin alimento espiritual. En Consecuencia, su vida espiritual se consume. Sin embargo, los que tienen hambre y sed de justicia quedarán saciados con su ración diaria de la Palabra de Dios y la oración. Tienen una vida de adoración fiel y activa porque dedican un tiempo de calidad a Jesús.
Algunos cristianos dicen que no tienen tiempo para estar con el Señor. Suena extraño, porque, en apariencia, tienen mucho tiempo para lo que consideran que es importante para ellos. Otros dicen que en el pasado no fueron fieles pero que ya recuperarán el tiempo perdido. Esto es imposible, porque el día solo tiene veinticuatro horas. Es imposible recuperar el tiempo perdido; por lo que no queda más remedio que tomarlo del destinado a cualquier otra actividad. Esto significa que de la vida habrá que quitar algo de menor importancia.
Jesús nos invita a desayunar espiritualmente con él cada día. Cuando aceptemos su invitación podremos «gustar y ver que es bueno Jehová» (Sal. 34: 8). (Basado en Mateo 5: 6)

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

martes, 24 de enero de 2012

¿ME APOYAS EN ESTO?

«Moisés tomó también consigo los huesos de José, el cual había hecho jurar a los hijos de Israel, diciéndoles: "Dios ciertamente os visitará, y entonces os llevaréis mis huesos de aquí con vosotros"» (Éxodo 13: 19, RV95).

¿Alguna vez has pensado por qué eres capaz de mantenerte en pie? Es gracias a los huesos, obviamente. Sin ellos, serías como una gelatina. Tratarías de mover tus músculos pero sería imposible, pues no habría nada que los sostuviera. Estas excursiones diarias que estamos haciendo serían imposibles de realizar si no tuvieras huesos.
El versículo de hoy nos dice que José había pedido a los israelitas que se llevaran sus huesos con ellos a la Tierra Prometida. Así como los huesos sirven de apoyo al resto del cuerpo, José pidió a sus amigos y compatriotas que lo apoyaran y que llevaran sus huesos a la tierra en la que fluye leche y miel.
Nosotros también podemos apoyar a nuestros amigos y a nuestra familia. Así como tus huesos sirven de apoyo para tu cuerpo, puedes ser fiel apoyando a tus seres queridos en oración cada vez que lo necesiten. Créeme, ellos agradecerán esa clase de apoyo.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

GENEROSIDAD

Sin falta le darás y no serás de mezquino corazón cuando le des, porque por ello te bendecirá Jehová, tu Dios, en todas tus obras y en todo lo que emprendas (Deuteronomio 15:10).

Los esposos Mansell, en su libro “Tan cierto como el amanecer”, cuenta que había dos estudiantes en la Universidad de Stanford que se costeaban sus propios estudios, aunque en ocasiones se les dificultaba cubrir los gastos. Un día a uno de ellos se le ocurrió la brillante idea de invitar a Paderewski, el famoso pianista polaco, a dar un concierto, con la esperanza de obtener algunas ganancias y de esa forma ponerse al día en sus obligaciones económicas. Cuando se entrevistaron con el representante del artista acordaron pagar dos mil dólares al insigne pianista por un recital. Los dos jóvenes confiaban en que aquel concierto iba a ser tan exitoso de ganarían una buena cantidad de dinero. Sin embargo, únicamente obtuvieron mil seiscientos dólares, suma que entregaron el agente con una nota de compromiso por los cuatrocientos dólares restantes. Al enterarse de la situación, Paderewski rompió la nota y dijo:
Descuenten de los mil seiscientos dólares los gastos incurridos en el concierto. Además tomen ustedes el diez por ciento de esa suma y me entregan lo que sobre. Los dos jóvenes no podían creer lo que estaban escuchando.
Pasaron los años y al finalizar la Primera Guerra Mundial Paderewski llegó el primer ministro de Polonia. Aquel país se encontraba en una situación muy difícil, y su población estaba pasando hambre. Paderewski se dirigió a Hebert C Hoover, quien era en aquel tiempo ministro de Hacienda de los Estados Unidos, con el fin de solicitar una ayuda para polonia. Pronto comenzaron a llegar embarques de comida y de esa forma se logró aliviar la situación del pueblo polaco. Al poco tiempo Paderewski viajó a París para darle las gracias a Hoover.
-Señor Padarewski- le dijo Hoover mientras estrechaba la mano -, Tal vez no se acuerde de mí, pero usted me ayudó mucho cuando yo apenas era un pobre estudiante de la Universidad de Stanford.
La generosidad debe ser parte de nuestra vida cristiana. Recuerda que «más bienaventurado es dar que recibir» (Hech. 20:35). Ojalá que este nuevo año esté lleno de esperanzas, deseos y resoluciones que representen la semilla de un cambio para ser más generosas.

Toma de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Edilma E Balboa

¿UNA TORTILLA CRUDA?

Efraín es como una torta cocida solamente por un lado. Oseas 7:8.

Imagina que estás en un restaurante con tu familia. El hambre que sienten es tan grande que casi puede escucharse el concierto de tripas. Piden al mesonero que les traiga tortillas y crema de leche como aperitivo. Mucho antes de lo que imaginan llegan las tortillas. Entonces una lluvia de manos se abalanza sobre el plato. Sin ninguna compasión todos comienzan a devorar las tortillas, pero sucede algo extraño. Repentinamente todos dejan de comerlas. Las examinan y se dan cuenta del problema. ¡Las tortillas están cocidas por un lado pero crudas por el otro! ¿De qué sirve una tortilla en esas condiciones? No sirve para nada, porque cuando de tortillas (o de arepas, o panqueques, o cachapas) se trata, es necesario que estén bien cocidas por ambos lados.
Este hecho nos ayuda a entender por qué Dios comparó a Efraín (Israel) con una «torta cocida solo por un lado». Israel quería combinar la adoración a Jehová con la adoración a los ídolos. Como dicen por allí, «un tiro para el gobierno y otro para la revolución». Al final su religión terminó siendo tan inútil como una tortilla cruda.
La experiencia de Israel nos enseña dos lecciones. La primera, relacionada con nuestra vida espiritual, nos recuerda que no podemos vivir «con un pie en la iglesia y otro en el mundo». O somos plenamente de Cristo, o no somos de él en absoluto. Cuando uno quiere servir a dos señores al final no sirve a ninguno.
La segunda, relacionada con nuestro carácter, nos recuerda que Dios espera de nosotros un desarrollo integral. Al igual que ocurrió con Jesús, tenemos que desarrollarnos de manera equilibrada: física, social, mental y espiritualmente. ¿Has conocido, por ejemplo, a esos muchachos o muchachas con físicos esculturales, pero con cerebros de aserrín? Son tortillas cocidas solamente por un lado. ¿O a esas personas con extraordinaria capacidad intelectual (para el arte, la música o los estudios), pero que no tienen vida social? Son tortillas cocidas solamente por un lado.
Dios quiere que le des lo mejor de ti y de tus talentos. Y también quiere que te desarrolles de manera equilibrada, como su Hijo Jesús, de quien la Escritura dice que «crecía y se hacía más fuerte, y más sabio, y gozaba del favor de Dios» (Luc. 2:40). ¡Ese sí que fue un verdadero desarrollo! Cualquier otra cosa no es más que... una tortilla cruda.
Padre celestial, ayúdame a desarrollar un carácter íntegro, como el del Señor Jesús.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

COMIDA «BASURA»

«Jesús les respondió: "Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás"» (Juan 6: 35).

La biblia recoge la historia de un profeta infiel. Es la del asno que habló. Bueno, en realidad, quien habló no fue el asno, sino un ángel, el cual habló por medio del animal. Además de ser un falso profeta, Balaam era corrupto. El rey de Moab vio que los israelitas tenían previsto invadir su reino y le pidió a Balaam que los maldijera para asegurarse de que tal cosa no sucediera. A cambio le ofreció dinero. A Balaam le encantaba el dinero. Puede leer el relato completo en los capítulos 22 al 24 de Números. Verá que el Señor impidió que maldijera al pueblo; de hecho, Balaam acabó bendiciéndolo.
En cierto momento, Balaam dijo que quería morir como los justos y tener su misma recompensa (Núm. 23: 10). Pero, aunque quería morir como los justos, no quería vivir como ellos. A diferencia de Balaam, quien tiene hambre y sed de justicia se abstiene de todo lo que se opone a ella. Quien de verdad quiere la recompensa de los justos, además de las cosas que sabe que son malas y perjudiciales, evitará todo aquello que debilite o reduzca su apetencia espiritual.
Cuando estoy de viaje, veo que en los restaurantes y las cafeterías de los aeropuertos la gente suele comer «comida basura»; sobre todo los niños. El término «comida basura» se refiere a esas comidas rápidas que son muy sabrosas pero nada saludables.
Esa clase de comida es sabrosa porque contiene gran cantidad de grasas, azúcares y sal. Como resultado, la comida basura es la causa principal de muchas enfermedades del corazón. Los efectos generales de la comida basura son: falta de energía, pérdida de capacidad de concentración, enfermedades del corazón y una elevada tasa de colesterol en sangre.
Mi madre solía decirme: «Dickey, acábate lo que tienes en el plato». Recuerdo que muchas veces le respondía: «Es que no tengo hambre...». Solía responder eso porque había comido algo entre horas. Suele pasar que a un niño (o, para el caso, cualquier persona) que ha comido caramelos o pasteles antes de la cena no le apetezcan los alimentos sanos y nutritivos. ¿Es posible que alguna «comida basura» de la vida le esté quitando el hambre espiritual? (Basado en Mateo 5:6)

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

lunes, 23 de enero de 2012

PAN APLASTADO

«La fiesta de los panes sin levadura es un día que ustedes deberán celebrar, porque en ese mismo día los saqué de Egipto a todos ustedes. Lo celebrarán como una ley permanente que pasará de padres a hijos» (Éxodo 12:17).

Hoy da un poco de miedo andar caminando. El ángel de la muerte va a pasar de casa en casa, y si no encuentra sangre en el marco de tu puerta, el más pequeño de tu familia morirá. Si tú hubieras sido un israelita esa noche de Pascua, seguramente habrías querido que hubiera sangre en el marco de la puerta.
Si tienes algún amigo judío sabrás que durante la Pascua los judíos aún comen pan sin levadura. La levadura es la que hace que el pan crezca y se quede esponjoso.
No hay ningún problema con que el pan sea esponjoso, pero Dios no quiere que nosotros nos «esponjemos» con el orgullo. El orgullo hace que pensemos solo en nosotros mismos, y Dios quiere que pensemos primeramente en los demás.
Esa noche Dios quiso que los israelitas desecharan toda la levadura y que recordaran desechar también toda su pecaminosidad. Ya no es necesario que dejemos de echar levadura al pan, pero sí es necesario que dejemos fuera el orgullo y el pecado. Eso siempre será dañino para nosotros.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

BAJO LA GRACIA DE DIOS.

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios (Efesios 2:8).

¿Has experimentado la obra restauradora de Dios en tu vida? El proceso puede ser doloroso, pero a través de él se pueden recibir importantes enseñanzas.
«La llave que lo abre todo» era el título de uno de los lemas que yo debía presentar ante numerosas personas durante varias noches. Como introducción, les mostré un candado y un juego de llaves. Luego comenté que únicamente una llave podía abrir aquel candado y procedí a hacerlo.
Tras la reflexión, les pedí que escribieran en una hoja la frase: «Te perdono», unida a las circunstancias que había motivado el enojo o rencilla que les costaba superar. Al recibir de vuelta los papeles los rompimos y los echamos en un recipiente con agua, explicando que Dios borra nuestros pecados así como el agua borró la escritura en aquellos pedazos de papel.
La noche que hablé acerca del perdón y lo comparé con una llave, no imaginaba que Dios me estaba preparando para el futuro. Algo que más tarde ocurrió en mi vida habría de poner a prueba lo que había afirmado. Pero qué difícil era perdonarme a mí misma y perdonar a quienes me habían humillado y lastimado. Entonces comprendí que un siempre podemos hablar con autoridad de lo que no hemos experimentado. Le pedí a Dios que me ayudara a perdonarme, para después perdonar a los demás. No fue fácil tomar la llave para abrir la puerta de mi corazón y dejar que Jesús entrara para sanar mis heridas ayudándome a perdonar.
Es difícil decirle a alguien que te sientes ofendida y que le perdonas cuando la intención de la otra persona no ha sido ofenderte. Aún más difícil es perdonar al que de veras te ha ofendido intencionalmente.
He empleado esa llave que lo abre todo en muchas ocasiones. Algunas veces me he demorado en utilizarla, en otras la uso de inmediato. Por momentos me cuesta trabajo incluso pensar en ella, pero finalmente lo hago porque Dios me impulsa. Decide hoy que vas a utilizar la llave del perdón y, si se te extravía, no olvides que Jesús puede ayudarte a encontrarla.

Toma de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Perla Edith Sánchez