sábado, 11 de agosto de 2012

CELOS DE OSO


«El segundo se parecía a un oso, alzado más de un lado que de otro, el cual tenía tres costillas entre los dientes; y oí que le decían: ¡Anda, come toda la carne que puedas!» (Daniel 7:5).

Está bastante lejos, pero si te fijas bien, verás una osa que anda acompañada de sus crías. Demos ahora media vuelta y marchémonos de aquí, no vaya a ser que la mamá osa nos huela y nos descubra. Eso sería peligrosísimo. Pero, ¿por qué es tan peligroso?
Es verdad que a las mamas humanas les gusta que la gente mire a sus bebés, pero no ocurre lo mismo con las osas. Las osas son muy protectoras y si alguien se acerca a sus pequeños oseznos, atacan.
El oso del que Daniel nos habla en este versículo representa a un rey que vivió hace mucho tiempo. Este rey atacó varias naciones y obtuvo muchas victorias. Lamentablemente, mucha gente murió en las batallas que ocasionó este «oso».
Es muy triste que aún hoy mucha gente muera a causa de las guerras en todo el mundo. La Biblia dice que cuando veamos todas estas guerras es porque Jesús está a punto de regresan Oremos para que Jesús regrese pronto y entonces cesen las guerras. ¡Esa sí que será la mayor de todas las victorias!

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

LAS CICATRICES DEL ALMA


Dicho esto, les mostró las manos y el costado.  Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor (Juan 20:20).

Cuando tenía cinco años asistía con mi hermano a una escuela primaria que quedaba en las inmediaciones de mi casa. A los dos nos agradaba caminar a diario desde nuestro hogar hasta la escuela y lo hacíamos en medio de risas y juegos.
Mi mamá nos preparaba unas botellas de plástico con agua para que bebiéramos y para que limpiáramos nuestras pizarras. Sin embargo, algunos de nuestros compañeros llevaban a la escuela vistosas botellas de vidrio. Pensábamos que las botellas de vidrio eran más atractivas y le pedimos a mamá que nos cambiara las botellas plásticas. Ella se negó, diciendo que las botellas plásticas eran menos peligrosas. Sin embargo, nuestra fascinación por las botellas de cristal iba en aumento. Decidimos conseguir dos y esconderlas por el camino. Saldríamos de casa con las botellas plásticas y las cambiaríamos por las de vidrio en el trayecto de ida y de regreso.
Un día, al regreso de la escuela, mi hermano tropezó y su botella se quebró, y al tratar de recoger los pedazos se cortó la mano. Mientras tanto yo me acerqué para ayudarlo pero sin darme cuenta pisé un pedazo de vidrio y me hice una gran herida en el pie. Alguien llamó a una ambulancia y nos llevaron al hospital. Tuve que ser operada debido a la profundidad de mi herida y a que se me habían incrustado pedazos de vidrio en el pie derecho. Cuando mi madre llegó al hospital nos sentimos muy avergonzados por haberla desobedecido.
Jesús vino a este mundo con el fin de salvarnos, también a causa de nuestra desobediencia. Una y otra vez lo hemos rechazado y herido. Las cicatrices que Jesús llevar, por toda la eternidad se debieron a los clavos que horadaron sus manos y sus pies. Él sufrió no a causa de su desobediencia, sino a causa de la nuestra. Sin embargo, lo hizo voluntariamente, para que vivamos con él por toda la eternidad.
Hermana, ¡cuánto anhelo contemplar a mi Salvador e irme a vivir con él! Me imagino que tú también sientes lo mismo. Moraremos con él por los siglos de los siglos si creemos en sus promesas y obedecemos sus mandatos 

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Shirnet Wellington

¿APTITUD O ACTITUD?


Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que debían [...] ser renovados en la actitud de su mente. Efesios 4:22.23, NVI.

Tony Meléndez nació sin brazos, como consecuencia de una medicina que su madre tomó durante el embarazo, pero esa limitación no le impidió aprender a tocar la guitarra con los dedos de los pies.
A diferencia de Tony, Paul nació con manos, pero no las puede usar. Sin embargo, esta limitación no ha impedido que Paul Longmore se convierta en un escritor con reconocimiento internacional. Escribió su primer libro con un lápiz que sostenía en sus labios y que le permitía tocar las teclas de la computadora. Además de escritor, Paul es profesor de Historia de la Universidad Estatal de San Francisco (Lewis Smedes, A Pretty Good Person [Una persona bastante buena], pp. 35, 36). ¿Cómo pudieron estos dos hombres elevarse por encima de sus limitaciones físicas? Creo que, en gran medida, fue gracias a su actitud. Nota que dije actitud, no aptitud.
Las aptitudes son nuestras capacidades y talentos. Como es de suponer, hay gente con más habilidades que otras, como lo enseña la parábola que contó el Señor Jesús: unos han recibido cinco talentos, otros dos, otros solo uno. Las actitudes, por otra parte, se refieren a la manera particular como interpretamos nuestras experiencias (con la gente que nos rodea y las cosas que nos pasan), y la forma como decidimos responder a esas experiencias.
Que una persona nazca sin brazos es, a simple vista, algo malo. Pero ese hecho no tiene por qué convertir a esa persona en una amargada. La clave está en cómo decida responder esa persona a semejante circunstancia adversa. ¿Qué actitud asumieron Tony y Paul ante la adversidad? Asumieron una actitud positiva. No permitieron que las circunstancias adversas mataran sus sueños.
¿Tienes alguna limitación física? ¿No eres tan inteligente como otros? ¿No eres muy bueno en los deportes? ¿Tu físico no es tan atractivo como quisieras? Estas circunstancias no tienen por qué arruinarte la vida, a menos que tú lo permitas.
Recuerda que tú decides cómo responder a lo que te pasa. Y también recuerda que Dios estará siempre a tu lado, para ayudarte en medio de las circunstancias más difíciles de tu vida.

Padre celestial, ayúdame a apreciar los dones que tengo, y a no lamentarme por los que no tengo.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

GANANCIA QUE ES PÉRDIDA


«Sean vuestras costumbres  sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora, pues él dijo: "No te desampararé ni te dejaré"» (Hebreos 13:5).

¿Qué estaría dispuesto usted a hacer a cambio de diez mil dólares? Dos tercios de un grupo de encuestados estarían de acuerdo con al menos una, si no varias, de las posibilidades siguientes:

  • abandonaría a toda su familia (25%),
  • abandonaría su iglesia (25%),
  • se prostituirían durante una semana o más tiempo (23%),
  • renunciarían a la nacionalidad (16%),
  • se separarían de su cónyuge (16%),
  • dejarían en libertad a un asesino por no testificar en un juicio (10%),
  • matarían a un desconocido (7%) o darían a sus hijos en adopción (3%).

Aquí tiene el resultado de la Codicia. La Codicia es el deseo excesivo de adquirir o poseer más de lo que se necesita o se merece, en particular referido a las riquezas materiales. Otra palabra para hablar de avaricia es «egoísmo».
Por cierto, no piense que solo los ricos son codiciosos. La codicia es una actitud. Uno de los problemas a los que se enfrentan los que deben acudir a los refugios para gente sin hogar es que tienen que vigilar constantemente lo poco que poseen para que ningún otro se lo robe.
Cierto día, uno de los que escuchaba a Jesús le planteó una pregunta que era a la vez egoísta y trivial. Después de una concienzuda discusión sobre las graves dificultades que les deparaba el futuro, «le dijo uno de la multitud: "Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia"» (Luc. 12: 13).
Ese personaje acababa de oír a Jesús predicando a la multitud y su rotunda reprensión a los escribas y los fariseos y se dio cuenta de que hablaba con tal autoridad que nadie se atrevía a discutir con él. Pensó que, con toda seguridad, Jesús avergonzaría a su hermano para que fuera más generoso con él.
Jesús debió decepcionarse mucho al ver que las solemnes verdades espirituales que les había enseñado no habían calado en la mente ni en el corazón de ese hombre. Su único pensamiento era obtener la herencia. Eso es codicia.
Estimado lector, ¿qué ocupa su mente y su corazón? Basado en Lucas 12:13-15

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill