domingo, 5 de mayo de 2013

ESPERANTO

Lugar: Polonia 
Palabra de Dios: Génesis 11:1

"Sur la tuta tero estis unu lingvo kaj unu parolmaniero". Eso es Génesis 11:1 en esperanto. ¿Nunca oíste hablar de él? No es para asombrarse, porque esta lengua no se habló originalmente ni en las Américas, ni en Asia ni en África, ni en ningún otro lugar del mundo. De hecho, nadie conocía este idioma antes de que el doctor Ludovic Zamenhof, oftalmólogo polaco, lo creara en 1887. ¿Inventó un idioma? Correcto.
Traducido al castellano, el versículo de más arriba dice: "En ese entonces se hablaba un solo idioma en toda la tierra". Eso es lo que el doctor Zamenhof estaba intentando recrear. De esa manera, todo el mundo podría comunicarse en un solo idioma nuevamente.
Como yo no sé esperanto y supongo que tú tampoco, los planes del doctor Zamenhof para su idioma no funcionaron. Pero, de acuerdo con un cálculo improvisado, actualmente, cerca de dos millones de personas alrededor del mundo hablan esperanto. Dicen que el idioma es bastante fácil de aprender. Estas son algunas frases: Bonan matenon [buenos días], Bonan tagon [que tenga un buen día]. Bonan nofeton [Buenos noches]. Mi amas vin [Te amo].
Se hablan miles de idiomas alrededor del mundo. Y, puesto que el esperanto no llegó a ser el idioma mundial, todavía tenemos que enfrentar la barrera del lenguaje. Pero, algún día podremos comunicarnos en un solo idioma, el idioma del cielo. No sabemos si será un idioma que ya existe aquí, en la Tierra, o uno completamente nuevo, pero podremos entendernos unos a otros nuevamente.
Yo espero con ansias aprender el idioma del cielo, ¿y tú?

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

SEIS COSAS QUE DIOS ABORRECE – SEGUNDA PARTE

La lengua que miente. Proverbios 6:17.

La mentira es devastadora y destructiva, aunque algunos aseguren que las «mentiras blancas» o «mentiras piadosas» son necesarias y, a veces, incluso indispensables. Los mentirosos generalmente son personas que carecen de una autoestima adecuada y tienen miedo al rechazo, por eso adornan sus historias con exageraciones para impresionar y así recibir la atención de los demás. Sin embargo, con esa actitud, el mentiroso pone en tela de juicio su propia integridad y da una imagen de sí mismo como una persona poco fiable, débil e insegura.
Satanás es considerado el padre de la mentira, y todos los que padecen este mal de mentir son sus súbditos. Por eso, cuan cuidadosas debiéramos ser al referirnos a algo o a alguien. La Biblia dice: «La lengua es un fuego, un mundo de maldad» (Sant. 3:6). 
El habla es un don maravilloso, un regalo de Dios a los que ama. Los sonidos que otras personas emiten son interpretados por el cerebro, que elabora una respuesta en consonancia con ellos. Asimismo, cuando nosotros queremos emitir sonidos, nuestro cerebro da la orden y salen por nuestra boca transformados en palabras. Por esta razón podemos asegurar que las palabras reflejan mucho de lo que una persona es en su interior.
Las mentiras llegan a veces camufladas tras medias verdades, chismes, calumnias, rumores... todos ellos abominables para Dios. Toda lengua que miente pertenece a una persona que no se ha convertido al Señor, que necesita con urgencia la restauración, pues si continúa en la misma línea estará en peligro de convertir este mal hábito en una adicción que la encadenará, llevándola a la autodestrucción. «La fortuna amasada por la lengua embustera se esfuma como la niebla y es mortal como una trampa» (Prov. 21:6).
Los adictos a la mentira usan el engaño como un atajo para llegar a sentirse importantes e indispensables para los demás. Lamentablemente para ellos se produce el efecto contrario. Reciben el desprecio de los demás y esto los lleva a una carrera infructuosa por satisfacer la necesidad de sentirse aceptados.
El escritor y poeta británico Alexander Pope mencionó: «El que dice una mentira no se da cuenta del trabajo que se echa encima; pues queda obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de la primera». Amiga, seamos hoy una fuente de bendición para otros por medio de las palabras que digamos. Asegúrate de que sean todas veraces.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

NUEVAS DIMENSIONES DE LA INCREDULIDAD

Porque así dice el Señor, el que creó los cielos; el formó la tierra, que la hizo y la estableció; que no la creó para dejarla vacía, sino que la formó para ser habitada: «Yo soy el Señor, y no hay ningún otro» (Isaías 45:18).

El 5 de agosto de 2011 la nave Juno partió hacia Júpiter. Su misión es estudiar ese planeta para tratar de descubrir los orígenes de nuestro sistema planetario. Es la segunda misión que se eligió bajo el plan Nuevas Fronteras, programa que estableció la NASA al concluir la era de los transbordadores. Juno, la diosa de la maternidad y protectora de las mujeres en la mitología romana, partió al encuentro de su esposo Júpiter, a bordo de un cohete Atlas V.
Adriana Ocampo, de la división de Ciencias Planetarias de la NASA y responsable de la misión, indicó que entre las incógnitas que se quieren despejar está el papel que jugó Júpiter en la evolución y el origen del Sistema Solar y de la Tierra.
«En vez de haber sido totalmente árida, como habría sido si no hubiera tenido moléculas de agua y atmósfera, le dio la oportunidad de capturar estas moléculas livianas», indicó Ocampo. La pregunta que quiere resolver Juno es por qué en la Tierra se dio la vida y no en otros planetas. Y es que, según afirman quienes defienden el evolucionismo, este planeta de grandes dimensiones en el que vivimos tiene un potente campo gravitatorio que actuó como barrera para impedir que las moléculas dispersas por el espacio, en el principio de su historia, quedaran fuera del Sistema Solar y permitieran que se diera la vida. Su campo gravitatorio, dicen, logró atrapar las moléculas de hidrógeno y oxígeno con las que se forma el agua, ingredientes fundamentales con los que empezaron a desarrollarse los océanos y la atmósfera de la Tierra.
Dios le ordenó a Faraón, rey de Egipto: «Deja ir a mi pueblo para que celebre en el desierto una fiesta en mi honor» (Éxo. 5:1). La respuesta del Faraón fue: «¿Y quién es el Señor [...] para que yo le obedezca y deje ir a Israel? ¡Ni conozco al Señor, ni voy a dejar que Israel se vaya!» (vers. 2).
Quien no quiere obedecer al Señor, niega su existencia. Esa es la misma razón para ir a Júpiter en busca de los orígenes del Sistema Solar que ya están revelados. Por eso Dios tiene un mensaje para este tiempo: «Adoren al que hizo el cielo, la tierra, el mar y los manantiales» (Apoc. 14: 7). Nuestra fe en el Creador se manifiesta en la obediencia a sus mandamientos. Tu vida ¿confirma la existencia de Dios o la niega?

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

LOS CRISTIANOS VERDADEROS SON FELICES

Bendito el Señor; cada día nos colma de beneficios el Dios de nuestra salvación. Salmo 68:19.

Los cristianos deberían ser los seres vivientes más alegres y felices. Pueden tener la conciencia de que Dios es su padre y su amigo eterno. Pero muchos cristianos profesos no representan correctamente la religión cristiana. Parecen melancólicos como si viviesen bajo una nube. Hablan frecuentemente de los grandes sacrificios que han hecho para llegar a ser cristianos. Exhortan a los que no han aceptado a Cristo, indicando, por su ejemplo y conversación, que deben renunciar a todo lo que hace agradable y gozosa la vida. Arrojan una sombra de tristeza sobre la bendita esperanza cristiana. Dan la impresión de que los requerimientos de Dios son una carga hasta para el alma dispuesta, y que debe sacrificarse todo lo que daría placer o deleitaría el gusto.
No vacilamos en decir que esta clase de cristianos profesos no conoce la religión genuina. Dios es amor. El que mora en Dios, mora en el amor. Los que ciertamente se han familiarizado por un conocimiento experimental con el amor y la tierna compasión de nuestro Padre celestial, impartirán gozo y luz dondequiera se encuentren. Su presencia y su influencia serán para sus relaciones como fragancia de flores delicadas, porque están en comunión con Dios y el cielo, y la pureza y la exaltada amabilidad del cielo se transmiten a través de ellos a todos los que están al alcance de su influencia. Esto los constituye en luz del mundo, en sal de la tierra.
¿De dónde obtiene el artista su modelo? De la naturaleza. Pero el gran Artista maestro ha pintado sobre la tela cambiante del cielo las glorias del sol poniente. Ha pintado los cielos de oro, plata y carmín como si estuviesen abiertos los portales de los altos cielos, para que veamos sus fulgores y nuestra imaginación conciba la gloria que hay en su interior...
Al ser atraídos por lo bello en la naturaleza y asociar las cosas que Dios creó para la felicidad de hombres y mujeres con su carácter, consideraremos a Dios como un Padre tierno y amante, en vez de un juez severo... Al contemplar a Dios en la naturaleza, el corazón se aviva y late con un amor nuevo y más profundo mezclado con asombro y reverencia.— Review and Herald, 25 de julio de 1871; parcialmente en Mensajes para los jóvenes, pp. 361, 364.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White