viernes, 12 de junio de 2009

¿TE LLAMARÁ DIOS A CUENTAS HOY?

El Señor libra a sus siervos; no serán condenados los que en él confían (Salmo 34:22).
En uno de los días que pasamos las vacaciones en nuestro pueblo en el estado de Veracruz, mi esposo tuvo que hacer una llamada telefónica para algunos asuntos de trabajo que por alguna razón no hizo durante el día. Pero el problema no fue ese, sino que en el pueblo no hay mucha cobertura para teléfonos celulares, entonces tuvimos que ir al cerro donde está el cementerio, porque únicamente allí había mayor señal. Lo peor de todo es que estaba anocheciendo. ¡Mi esposo intentó comunicarse durante dos horas!
Por supuesto que cuando vi que ya oscurecía comencé a bajar del cerro por unas escaleras muy empinadas. Ahí esperé a mi esposo cerca de una hora. De pronto me vi sola en medio de la oscuridad. En ese momento empecé a reflexionar en las tumbas que había visto; vino a mi mente la venida de Jesús y en el momento cuando los muertos justos resucitarán.
Pensé en el momento en el que, si el Señor así lo dispone antes de su venida, yo baje a la tumba. ¿Estaré entre los redimidos? ¿Acaso estaré entre los que resuciten? Fue allí donde me entró temor, y elevé una plegaria al cielo en busca de auxilio. Vino a mi mente el pasaje que dice: «Tú, que salvas con tu diestra a los que buscan escapar de sus adversarios, dame una muestra de tu gran amor» (Sal. 17: 7). Entonces clamé: «¡Oh Señor, quiero refugiarme en tus brazos de amor para no ser condenada!»
A veces estamos tan absortas en nuestras actividades, en el ajetreo de la vida y se nos olvida que somos vulnerables a los ataques del enemigo. Tampoco tenemos la vida comprada, muchas veces no andamos en armonía con Dios; y que en cualquier momento nos puede llamar a cuenta. Entonces todo habrá terminado.
También pensé en lo que hago por las almas que se pierden. ¿Acaso muchos de los que dormirán hasta la venida de Jesús no resucitarán en la primera resurrección porque no hice nada por ellos? ¿Has pensado en esto alguna vez? Te invito a reflexionar en esto y también a creer en la promesa de esta mañana. Dios te bendiga y te guarde.
Vicky Zamorano de Medrana

Tomado de la Matutina Manifestaciones de su amor

NUESTRA ÚNICA AYUDA

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; nuestra ayuda en momentos de angustia. Por eso no tendremos miedo. Salmo 46:1,2
Durante la segunda guerra mundial, se encontró un soldado enemigo muerto en la batalla. Cuando alguien buscó su identificación, se hizo evidente que era muy supersticioso. De su cuello colgaba un Buda de oro. En cada mano llevaba tres anillos de la suerte. De la cinta del casco pendían 22 billetes de la buena suerte. Pegado a la pierna izquierda llevaba un encantamiento contra las mordeduras de serpiente y la malaria. Finalmente, en los bolsillos del uniforme llevaba catorce pedazos de seda con palabras mágicas que tenían que protegerlo de las balas enemigas.
El soldado había pensado que había protegido todas las bases, pero las balas dieron igual en el blanco. Tenía un sentimiento de falsa seguridad.
Después de que el pueblo de Dios anduviera por el desierto, se estableció en Canaán tal y como Dios había prometido. Pero en lugar de confiar en él a la hora de cubrir todas sus necesidades, empezó a seguir el ejemplo de las naciones idólatras que lo rodeaban.
Los cananeos creían en muchos dioses. Ningún dios era suficientemente poderoso para ocuparse de todo. Así que cada dios estaba asignado aún aspecto de la vida, como la fertilidad del campo o el éxito militar. También había dioses de la tierra que estaban encargados de distintos lugares.
Israel empezó siguiendo al Dios del cielo. Pero, gradualmente, empezó a añadir falsos dioses. Los israelitas no pensaban que el verdadero Dios fuese suficiente. Necesitaban un poco más de seguridad.
Por eso su lealtad hacia él desapareció y Dios se convirtió en uno más entre muchos dioses. Finalmente, Israel fue como cualquier otra nación.
La única manera de encontrar la verdadera seguridad es exponerte completamente bajo el cuidado de Dios. Si lo tienes, no necesitas nada más.
Tomado de la Matutina El Viaje increíble.

LAS OFERTAS DE SATANÁS SON FALSAS

Y respondió Abram al rey de Sodoma: «He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra, que desde un hilo hasta una correa de calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, para que no digas: "Yo enriquecí a Abram"». Génesis 14:22,23

El nombre "Dios Altísimo" significaba mucho para Abram. En hebreo se dice El Elyon. Este nombre de Dios se usaba a menudo en relación con Israel mientras 'se encontraba entre las naciones gentiles. Junto con ese nombre se hace la declaración de que es «poseedor de los cielos y de la tierra». No importa dónde esté, siempre está en eí centro de control de este mundo y de toda la creación. En los días más antiguos del pueblo de Dios, circulaba la idea de que Dios estaba localizado en el territorio de Israel. Dominaba únicamente dentro de los límites del territorio de su pueblo. Fuera de su territorio, el dominio lo tenían otros dioses. Ese era un concepto errado y Dios deseaba que entendieran mejor su naturaleza divina. De ahí que, mediante distintos mensajes, viniese a decir: «Poseo el cielo y la tierra; yo los hice, son míos. Las fuentes de las aguas, los animales; todo me pertenece».La propuesta que le hace el rey de Sodoma a Abram, «Dame las personas, y toma para ti los bienes» (Gen. 14: 21), es absurda. Sodoma, con su rey a la cabeza, había sido derrotada; el rey no tenía nada que ofrecer, y tampoco tenía derecho a pedir nada. Esto ilustra muy bien a Satanás, quien es un adversario derrotado. Fue vencido en la cruz del Calvario. Satanás no tiene derecho a negociar. Cada día hace grandes ofertas. Pero la única manera en que puede hacer algo es a través del engaño. Es el autor de la mentira. Es lo único que puede hacer. Fue vencido, totalmente derrotado, en la cruz. Abram le dijo decididamente al rey de Sodoma: «Nada tomaré de todo lo que es tuyo». El rey de Sodoma pensaba que sus dioses eran los dueños de Sodoma. Abram le enseñó que el Dios Altísimo es el poseedor de los cielos y de la tierra.La frase que pronunció Abram —«Nada tomaré de todo lo que es tuyo»— tiene una gran enseñanza para nosotros hoy. Debemos memorizarla y usarla constantemente. Cuando el diablo nos haga sus falsas ofertas, cuando nos ofrezca sus engaños, deberíamos decirle inmediatamente: «No deseo nada de lo que me ofreces. La paz que necesito, la solución al problema que me angustia, el remedio para la enfermedad que me debilita, el consuelo para el dolor que me agobia solo se encuentran en el Dios Altísimo, creador del cielo y de la tierra».


Tomado de la Matutina Gozosos para Siempre.