viernes, 5 de febrero de 2016

DIOS CUIDA DE MÍ – PARTE 3

Materiales: Lapices de colores.

«Pues él mandará que sus ángeles te cuiden por dondequiera que vayas». Salmo 91:11

¿Cómo me protege Dios si no puedo verlo? Dios tiene muchos ayudantes a tu alrededor para cuidar de ti, como tus padres, pero también hay otras personas que hacen una labor especial para que puedas vivir más seguro. A algunos los puedes ver, pero a otros no.
Por ejemplo, los ángeles. Ellos cuidan de ti aunque no los veas. Pero hay otros a quienes puedes ver como los salvavidas, los bomberos o los policías. Todos ellos trabajan duramente para cuidar no solo de ti, sino también de todas las personas del mundo.
Ahora mira las ilustraciones y selecciona a aquellas personas que trabajan cuidando de otros. Luego puedes colorearlas.

Oremos: Jesús, gracias por los ángeles que cuidan de mí, y por todas las personas que trabajan para hacer mi vida más segura. Ayúdame para yo también ayudar y cuidar de otros.

Pasito a pasito, Crezco y aprendo
¡Vive y crece sanamente!
Por: Kathy Hernández de Polanco
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TIERRA PARA PLANTAR

Tu Oración: Querido Dios, te doy gracias porque puedo ayudarte a cuidar la tierra.

Versículo para hoy: “Dios el Señor expulsó al ser humano del jardín del Edén, para que trabajara la tierra de la cual había sido hecho”. Génesis 3:23.

Dios hizo la tierra para que puedan crecer árboles, arbustos, plantas y otra vegetación. Pero, la tierra ya no es como Dios la hizo. Ahora hay que hacer que la tierra sea “nutritiva” para que las plantas crezcan grandes y bonitas.

Un poquito de ciencia
Con la ayuda de papá o de mamá, haz un hoyo en el jardín; si no tienes jardín, puedes usar un cajón grande de madera. El objetivo es que tengas un lugar con tierra.
Coloca una capa de aserrín para que no haya malos olores y se conserve la humedad de la tierra. Luego, agrega productos orgánicos como trozos de fruta, cáscara de huevo o restos de verduras. Si quedó un poco de comida en los platos del desayuno o la comida, di a tu mamá que te los dé para que también los pongas sobre el aserrín. Cubre todo con algo de tierra, y listo.
Tienes que remover la tierra cada ocho días para que reciba aire. Si ves que aparecen hormigas, no las mates: ellas ayudan a que los restos de alimento se descompongan más rápido. Luego de unas seis semanas, esa tierra será muy nutritiva, y podrás sembrar rábanos, espinaca, cilantro, zanahorias y otras verduras. Verás cuán bien crecen.

Devoción matutina para niños pequeños 2016
Pequeños científicos de Dios
Por: Cesia Alvarado Zemleduch
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UNA ALMOHADA DURA

He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres. Génesis 28:15.

Cuando Esaú descubrió el engaño de Jacob para obtener la bendición de su padre, verdaderamente lloró. Y una vez que gastó sus lágrimas, su llanto fue reemplazado por ira.
“Me vengaré de Jacob”, murmuró. “Esperaré hasta que nuestro padre muera y, luego, ¡cuidado! ¡Ciertamente lo mataré!”
Pero Esaú no sabía cuán larga sería una espera como esa. Ni nadie más. Rebeca sintió que Isaac podía morir pronto y, entonces, su hijo menor estaría en gran peligro. Jacob mismo no tenía intención de quedarse por allí para el funeral de su padre. Era incómodo solo pensar en quedarse hasta la muerte de Isaac cuando su propia muerte estaba tan próxima. Parecía no haber tiempo que perder. Nadie podía saber que el querido Isaac, ciego y anciano, iba a vivir 43 años más. No había ninguna diferencia en ese momento. Rebeca urgió a su hijo favorito a abandonar el hogar inmediatamente.
Tomando su vara en su mano, Jacob salió a toda prisa hacia el norte, sin saber que nunca más volvería a ver a su madre. El hecho de que Esaú fuera tan buen cazador mantuvo sus pies moviéndose rápidamente. Tendría que viajar “durante varios días por una región habitada por tribus indómitas y errantes” (Patriarcas y profetas, p. 182).
Después de dos días, Jacob estaba a una distancia considerable de las tiendas de su padre. Anochecía, y las profundas sombras de las rocas y las colinas se igualaban con su humor. “Se sentía desechado, y sabía que toda esta tribulación había venido sobre él por su propio proceder erróneo” (ibíd.). Estaba completamente solo y triste. Si alguna vez había necesitado la protección de Dios, era ahora. Y así y todo, no parecía que se atreviera a orar. Sus pecados de codicia y mentira lo presionaban como una carga pesada. El temor de que Dios lo hubiese abandonado era, por lejos, más grande que el temor a cualquier ladrón o animal salvaje acechando en las sombras.
Jacob apoyó su agotada cabeza sobre una roca cercana, lo que derivó en un sueño afligido. Entonces, Dios respondió a este deshonesto fugitivo. En un sueño, Jacob vio una escalera brillante y resplandeciente que se extendía desde el lugar donde estaba durmiendo hasta el cielo, en donde desaparecía. Los ángeles estaban subiendo y bajando por los escalones, y en la cima estaba el Señor mismo.
Además de repetir la promesa dada a Abraham e Isaac, Dios consoló a Jacob con las palabras del versículo de hoy. Esta promesa puede ser reclamada por cualquier hijo de Dios.

Tomado de devoción matutina para menores 2016
¡GENIAL! Dios tiene un plan para ti
Por: Jan S. Doward
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TREINTA Y SEIS KILOS DE TERQUEDAD

Mas él herido fue por nuestras rebeliones… el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados (Isaías 53:5).

Mateo sujetaba cuidadosamente la correa de su perro golden retriever
-Quiero asegurarme de que Cindy no se aleje de mi hoy -le explicaba a su padre mientras salían de la casa.
En el sendero, Cindy era la misma de siempre, tironeando de la correa para llegar a un aroma interesante más adelante, o deteniéndose y plantando sus patas mientras olía algo igualmente interesante que todos habían obviado.
Cuando llegaron al parque, Cindy echó a correr.
-¡Espérame! -la llamó Mateo, dando pasos gigantes para alcanzarla.
Pero Cindy no lo escuchaba. Mateo trató de detenerla, pero Cindy tensó la correa y su peso lo tiró hacia adelante. La perra, enorme, corrió hacia la maleza a lo largo de un camino, se metió en unos arbustos y, finalmente, llegó al estacionamiento de grava. ¡Aaay! Mateo perdió el equilibrio y cayó.
-¡Cindy! -le gritó.
Pero la perra no detuvo la marcha en lo más mínimo. En lugar de eso, Mateo patinó al otro lado del estacionamiento detrás de ella.
Cuando los dos se detuvieron finalmente, la sangre corría por los codos y las rodillas de Mateo. Sus manos se rasparon, y su rostro estaba manchado de polvo y sudor.
-¿Por qué no soltaste la correa? -le preguntó su padre, alcanzando finalmente a los dos fugitivos.
-Tenía miedo de lo que pasaría con Cindy si escapaba. Podría resultar herida -respondió Mateo, examinando sus heridas-. La amo demasiado como para dejarla hacer lo que quiera.

¿Y AHORA?
¿Quién ha tenido que sufrir a causa de tus errores? ¿Por quién estarías dispuesto a sufrir, con tal de mantenerlo a salvo?

SPLASH:
Existen en el mundo entre 450 y 850 razas diferentes de perros. Los golden retriever son entrenados para búsquedas y rescates, detección de incendios y localización de drogas. También sirven como perros terapéuticos, y perros de asistencia para discapacitados.

Tomado de: Matinal para Adolescentes 2016
“Intensamente, Ejercita tu Cerebro”
Compilado por Penny Estes Wheeler
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LA PRUEBA MÁS FIABLE

Hay suficiente luz para los que no desean sino ver. Pascal

El arqueólogo William Ramsay intentó demostrar que las aseveraciones históricas de la Biblia son falsas. Recurrió a dos libros, Lucas y Hechos, ya que mencionan lugares, nombres y fechas que pueden ser corroborados o desmentidos por fuentes históricas seculares. Recorrió las tierras bíblicas durante 25 años y comprobó, por medio de sus excavaciones, que los treinta y dos países, cincuenta y cuatro ciudades y nueve islas mencionados por Lucas en su segundo libro eran lugares reales. Encontró pruebas fehacientes que confirmaron la veracidad histórica de la Biblia, y llegó a decir que existen muchas razones “para colocar al autor de Hechos de los Apóstoles entre los historiadores de primera categoría”. El mundo quedó asombrado cuando Ramsay se convirtió en defensor de la verdad Bíblica.*
Para la mente racional, pocas cosas tienen más impacto que las demostraciones históricas o científicas. Así era yo en mi juventud, y comencé a tener fe cuando me mostraron el cumplimiento histórico de las profecías de Daniel. Tal vez tú también esperas hallar una explicación racional que te convenza para decidirte a creer, o has puesto a Dios a prueba y solo te entregarás a él si te concede lo que le has pedido.
Esto mismo le sucedió a un noble judío que tenía reparos para creer en Jesús, y fue a verlo. “Su fe vaciló cuando vio tan solo a un hombre vestido sencillamente, cubierto de polvo y cansado del viaje. Dudó de que esa persona pudiese hacer lo que había ido a pedirle. […] A menos que se le concediese lo que iba a pedirle, no le recibiría como el Mesías” (El Deseado de todas las gentes, cap. 20, p. 174). “Y le rogó que fuera a su casa y sanara a su hijo, que estaba a punto de morir. Jesús le contestó: ‘Ustedes no creen, si no ven señales y milagros’ ” (Juan 4:47,48).
¿Esperamos algún milagro para tener fe? ¿O a “sentir” algo que nos haga ver a Dios más real en nuestra vida? ¿Tal vez deseamos alguna explicación científica o dato histórico que disipe las dudas de nuestra mente racional, influenciada por nuestro entorno, nuestras lecturas o nuestras propias vivencias? No hagamos que nuestra confianza en Dios dependa de nada, ni esperemos sentir algo antes de entregamos a él; simplemente confiemos en sus promesas. No hay prueba más fiable que la propia conversión.
* En esto creemos (Doral, Florida: APIA / México: GEMA, 2011), p. 20.

“Ustedes no creen, s¡ no ven señales y milagros” (Juan 4:48).

Tomado de Lecturas Devocionales para Damas 2016
ANTE TODO, CRISTIANA
Por: Mónica Díaz
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EL CENTINELA DE POMPEYA

“Pues a ti, hombre, yo te he puesto como febrero centinela del pueblo” (Ezequiel 33:7).

Aunque tengo pavor a los volcanes, no pude resistirme a visitar el Parque Nacional Volcán Poás, en Costa Rica. Por supuesto, esperaba que no me pasara como a los pompeyanos del 79 d.C., cuando el Vesubio, el legendario volcán italiano, entró en erupción e hizo de Pompeya un mar de cenizas. Aunque la lava ardiente tardó una semana en llegar a la ciudad, miles de personas murieron durante la erupción. Entre los fallecidos se encontraba Plinio el Viejo, el famoso naturalista romano. Según cuenta su sobrino, Plinio el Joven, su tío, que era un prominente funcionario de Roma, tras divisar la nube de humo que salía del volcán, ordenó alistar una embarcación para observar el fenómeno más de cerca y tratar de encontrar una explicación satisfactoria de la erupción. Pero nunca regresó de su travesía. Como al gato, lo mató la curiosidad.
Otro de los muertos célebres de aquel desastre natural ha llegado a ser conocido como el Centinela de Pompeya. Gracias a las excavaciones realizadas en esa antigua ciudad, se encontraron los restos de un soldado romano que permaneció firme en su puesto del deber mientras la lava endemoniada destruía todo a su paso. En el Museo de Nápoles, Italia, se exhiben el yelmo, la lanza y la coraza de este valiente soldado, que prefirió morir antes que abandonar su posición y mancillar el honor de un centinela romano.
Como ese centinela, tú también eres un soldado; en tu caso eres un centinela del Señor: “Pues a ti, hombre, yo te he puesto como centinela del pueblo” (Ezequiel 33:7). “A ti”. Sí, con tus luchas, con tus debilidades, con tus problemas; “a ti”, así como eres, Cristo te ha escogido para que seas un centinela de la verdad y alertes al mundo de la destrucción que se avecina. Él espera que permanezcas en tu puesto del deber, como lo hizo el centinela de Pompeya, aunque se desplomen los cielos y la tierra.
¿Cuál es el principal deber de un centinela? El Señor lo dice en este mismo pasaje: “Recibir mis mensajes y comunicarles mis advertencias” (Ezequiel 33:7). ¿Estás cumpliendo con tu deber?

Lecturas devocionales para Jóvenes 2016
“VISITA MI MURO, 366 MENSAJES QUE INSPIRAN”
Por: J. Vladimir Polanco
#VisitaMiMuro #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaJovenes #vigorespiritual #plenitudespiritual

EL DILEMA DE LOS NACIDOS EN LA POSGUERRA SENESCENTES

“Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. Ustedes antes ni siquiera eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios; antes no habían recibido misericordia, pero ahora ya la han recibido” 1 Pedro 2:9, 10, NVI

¿Sabe esta generación en nuestra comunidad de fe que ha sido elegida? ¿Saben tan siquiera sus integrantes que forman parte de un movimiento que ha sido suscitado por Dios tan seguramente como suscitó a los hijos de Israel hace mucho? Me fijo en los tres mil quinientos alumnos de la universidad en la que sirvo y me pregunto si son conscientes de que su generación tiene el impresionante potencial de ser el movimiento que “entre” en la tierra prometida… sin ver la muerte.
Tengo amigos que nacieron en la posguerra que vacilan siempre que se menciona el tema de la elección. Y me identifico con ellos. Después de todo, algunos crecimos en iglesias en las que se proclamaba esta noción de “los elegidos” como una especie de consigna de “Somos mejores que todos los demás”. Y, tristemente, el hincapié en el pedigrí de la verdad “exclusiva” apartó a esas congregaciones de sus comunidades y, desde luego, no ganó a mucha gente para Jesús.
Sin embargo, la reacción contraria es igual de equivocada. No querer ofender a nadie y ser aceptado por la sociedad y el mundo puede ser bien intencionado, pero cuando echa por la borda el reconocimiento bíblico de un “linaje escogido”, como recalca Pedro con tanta claridad en nuestro texto, y cuando rechaza la suscitación divina y apocalíptica de un movimiento, entonces esa reacción de los bebés de la posguerra ¡acaba descartando el grano junto con la paja!
Quizá temamos lo que observa con perspicacia Richard John Neuhaus: “Los elegidos por Dios viven el drama y el destino del propio Dios. Es temible ser elegido. Es como si Dios entrara en la historia a través de sus elegidos” (Death on a Friday Afternoon, p. 138).
Negar la elección divina es negar la fundamentación bíblica que se extiende desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Sí, “es temible ser elegido”. Porque ningún movimiento de la tierra ha estado nunca a la altura de ese elevado llamamiento ni ha sido digno del mismo. No obstante, es un llamamiento divino. Y a quien Dios llama, sin duda, lo capacita.
Así que, en vez de disculparnos por el llamamiento divino, la respuesta apropiada puede ser inclinarnos humildemente ante Aquel que nos eligió antes de que naciéramos y comprometernos a seguir por la senda que nos señala.

Tomado de Lecturas devocionales para Adultos 2016
EL SUEÑO DE DIOS PARA TI
Por: Dwight K. Nelson
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