viernes, 4 de septiembre de 2009

EL ODIO Y LA VENGANZA

Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor (Romanos 8:38, 39).

En estos versos Pablo expresa su propia convicción personal de que ningún poder celestial o terrenal en el tiempo o en la eternidad, puede separarnos del amor divino. Con esto no quiere decir que es imposible que un creyente caiga, se aparte o se pierda. Lo que quiere decir es que nadie puede arrancarnos de los brazos de Cristo contra nuestra voluntad. El pensamiento de Pablo es que no se puede pensar en nada en todo el universo que sea capaz de apartar a un cristiano de su amante Salvador. Con esta expresión de ilimitada confianza en el amor de Dios que salva, el apóstol llega al climax de su explicación del plan de Dios para la restauración del hombre. Cada día la humanidad enfrenta serios problemas: drogadicción, alcoholismo, tabaquismo, desintegración familiar, homosexualismo, lesbianismo, divorcios, entre otros. Las personas que leemos la Biblia oramos, compartimos el mensaje de Jesús, desempeñamos un cargo al servicio de la iglesia y nos llamamos cristianos; no podemos pensar, creer, y menos decir que estamos exentas de vernos envueltas de alguna forma en dichos problemas y pecados. La infidelidad también hace estragos en el matrimonio, arma muy poderosa que el enemigo de Dios usa para hacer sufrir al Salvador, y a nosotras sus hijas. Satanás quiere destruir la institución del matrimonio, y de no estar alertas a las tentaciones y dependiendo de Jesús, nos hará caer. Pero lo cierto es que nada puede separarnos del amor de Dios, ni el desmembramiento de una familia. En este punto quiero decirte que hay un gran antídoto para no amargarse la vida después de una experiencia de este tipo: el perdón. Parece muy sencillo, pero el orgullo es tan grande que muchas veces nos impide ser felices por negarnos a perdonar. Te invito a recordar que nada te puede separar de Cristo, ni tus peores problemas; y que el perdón puede ser la gran solución que necesita tu vida.

Anónimo
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su amor

ALIVIO DE LA TENSIÓN

Él da fuerzas al cansado, y al débil le aumenta su vigor. isaías 40: 29

Ejercicio. todos lo necesitamos. Pero, por desgracia, el ejercicio se parece mucho a pasar el tiempo con Dios. Sabemos que deberíamos hacerlo; pero, como no es urgente, no hacemos que sea prioritario. Vivimos en un mundo lleno de tensiones. A menudo la gente usa drogas, legales e ilegales, para enfrentarse a la tensión. Pero el ejercicio es un excelente reductor de tensiones que no necesita ninguna prescripción y no tiene efectos secundarios dañinos. Además, es totalmente gratis. Cuando tenemos que soportar una tensión excesiva, a menudo nos deprimimos. El ejercicio es una de las mejores cosas que puedes hacer para combatir la depresión. Cuando hacemos ejercicio aumentamos los productos químicos del cerebro que nos ayudan a relajarnos y sentirnos más positivos. El investigador Cari Colman afirma que «el ejercido puede mejorar el estado de ánimo y el rendimiento mental de todo el mundo». Por tanto, no solo te sientes mejor, sino que también se aumenta tu capacidad de pensar. El ejercicio también tiene muchos otros beneficios. Aumenta la energía, ayuda a resistir las enfermedades, hace que de noche duermas mejor, refuerza los huesos, ayuda .a no engordar, nos hace más fuertes y reduce la posibilidad de sufrir de diabetes (una enfermedad que se ha convertido en un grave problema de sanidad, incluso entre los jóvenes). No es preciso que compres un equipo caro, ni que te inscribas en un club de salud. Andar es uno de los mejores ejercicios y algo que la mayoría puede hacer. Además, es una gran excusa para que la familia pase un tiempo unida. Haz que el ejercicio sea una de las prioridades de la vida. Con solo media hora al día te sentirás más feliz y saludable. Al mantenerte activo podrás reforzar la mente y el cuerpo que Dios te dio.

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

COMUNÍCATE CON LA TORRES DE CONTROL

Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Isaías 26:3

Qué maravilloso mensaje nos envía el Señor hoy a través del profeta Isaías! Es una medicina para todos los que, al levantarse por la mañana, se estresan al pensar en todas las tareas y responsabilidades que les esperan durante el día. 'El Señor les dice: «En la serenidad y la confianza está tu fuerza». Siempre que recuerdes la presencia de Dios y su disposición a ayudarte, te sorprenderás de la rapidez con que tus cargas se tornan livianas, tus pesares se disipan, tus tinieblas se despejan, tu ansiedad se convierte en tranquilidad, y desaparecen tu fatiga y tu tensión.
La ansiedad, la impaciencia y la frustración que producen las presiones de la vida diaria son el fruto del olvido de Dios. Cuando, en nuestras angustias, preguntamos: «¿Dónde estás, Dios mío?», la respuesta no es que nuestro Padre celestial nos haya abandonado, sino que lo hemos perdido de vista. Solamente el recuerdo constante de su promesa, «He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo», nos librará de todas esas cargas y de esos sentimientos negativos. Todo lo que necesitamos es cultivar la creencia firme de que Dios está siempre con nosotros. El doctor Frank Laubach aprendió a ser consciente de la presencia de Dios disciplinando sus pensamientos para pensar en él una vez por minuto. Llamó a esta disciplina el "juego de los minutos". Jakob Bohme, un religioso de finales del siglo XVI y comienzo del XVII, también se refirió a una práctica que involucraba una conciencia casi continua de la presencia de Dios: «Si te arrojas una vez cada hora a la misericordia de Dios, recibirás poder para gobernar sobre la muerte y el pecado». En un libro sobre la disciplina espiritual leí acerca de la importancia de practicar el concepto de la presencia de Dios. Uno de los consejos para lograrlo, decía: «Siempre que conduzca su coche y se encuentre con la luz roja del semáforo, en lugar de disgustarse, véalo como una oportunidad para elevar una oración». El piloto del avión se mantiene en comunicación constante con la torre de control. Así mantiene fielmente su ruta, sin desviarse en ningún sentido. A través de esta comunicación con el controlador del tráfico aéreo, recibe instrucciones e informa de su posición. Sabe que si la torre pierde contacto con él, se encenderá la alarma y que él y sus pasajeros estarían en peligro. ¿No te parece maravilloso comunicarte constantemente con la torre de control celestial? Es tan sencillo como elevar una oración o repetir un versículo de memoria.

Tomado de la matutina Siempre Gozosos