martes, 28 de mayo de 2013

CONTACTO RADIAL - PRIMERA PARTE

Lugar: Sudeste asiático 
Palabra de Dios: Daniel 6:10

Se oyeron golpes en la puerta. Un silencio cayó repentinamente sobre el grupo, mientras Thanh caminaba hasta la ventana del frente para espiar entre los postigos. Reconociendo a su vecino de al lado, abrió la puerta.
-Entra, Trung. Llegas justo a tiempo.
El joven entró y saludó por lo bajo a quienes estaban en la habitación. Encontró un lugar para sentarse, mientras Thanh caminaba hasta la radio y giraba el dial. Las ventanas estaban bien cerradas, y el volumen de la radio estaba bajo, para que los que pasaran por afuera no la escucharan e informaran a la policía. Si alguien los descubría, estarían en problemas.
Todo había comenzado varios meses antes, cuando Thanh había sintonizado un programa radial que hablaba de Dios. Thanh invitó a algunos de sus amigos y vecinos a unirse a él, y ahora un pequeño grupo de personas se reunía cada sábado para adorar a Dios; aunque era ilegal.
Cuando el culto terminó, Thanh dijo a sus compañeros creyentes:
-Creo que deberíamos tratar de contactarnos con la gente que produce este programa de radio. Quizá puedan enviar a alguien que nos diga cómo podemos aprender más acerca de Dios.
Esa semana, tan pronto como pudo, Thanh fue al correo del pueblo y envió la carta.
En algunas partes del mundo, la gente no puede adorar a Dios libremente. Daniel también enfrentó un problema similar en tiempos bíblicos. El decreto del rey establecía que nadie podía adorar a otro dios, excepto a él, durante treinta días. ¿Qué hizo Daniel? "Se fue a su casa y subió a su dormitorio, cuyas ventanas se abrían en dirección a Jerusalén. Allí se arrodilló y se puso a orar y alabar a Dios, pues tenía por costumbre orar tres veces al día". Anímate a ser un Daniel; anímate a ser como Thanh y su grupo. No dejes que nadie se interponga entre tú y Dios.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

ATRAPADAS EN LOS PROBLEMAS

Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del Señor en esta tierra de los vivientes. Pon tu esperanza en el Señor; ten valor, cobra ánimo; ¡pon tu esperanza en el Señor! Salmo 27:13-14

Salió de casa por la mañana para dejar a su hija en la escuela y de ahi continuar hasta su trabajo. De pronto sintió que el automóvil se agitaba como una aparato electrónico a punto de estropearse, de un lado al otro y descontroladamente. Habla perdido un neumático. En medio del tránsito, sin saber qué hacer, rozó la mejilla de su hija con el dorso de su mano y se dio cuenta de que una fiebre inesperada la tenia ardiendo. Rápidamente hizo un recuento de los hechos: no dejarla a su niña en la escuela, tendría que faltar al trabajo, llamar a la grúa para que moviera el auto y llevar a la niña al médico. ¡Uf! Era un día fatal. Entonces inclinó su cabeza sobre el volante, y en medio del llanto de la niña y el ruido ensordecedor de los vehículos, le dijo a Cristo en una exclamación desesperada: “¡Jesús, por favor, ayúdame, me siento atrapada!”

¿Te has sentido así alguna vez? Casi puedo escuchar tu respuesta: “¡Sí, más de una!” Las amas de casa, madres y esposas, con frecuencia vivimos situaciones similares. Es parte del precio que pagamos por vivir en este planeta y también por el hecho de haber asumido voluntariamente estas responsabilidades.

¡Pero no nos quejemos! Qué consolador es saber que, en medio de los trajines cotidianos, Dios se ofrece para ser nuestro acompañante. No nos ha dejado solas.

Además, él conoce nuestra naturaleza y está listo para fortalecer la parte débil de la personalidad de cada quien. ¿No es maravilloso? Su promesa es: “Les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo” (Mat. 28:20).

No importa quién eres ni a qué te dedicas, la promesa es para ti. Si eres adolescente, madre joven, mujer en la madurez de la vida, o abuela; si en algún momento llegas a pensar que la vida te ha puesto entre la espada y la pared y te sientes atrapada, no te desesperes. ¡Confía en Dios, tómate de su mano, respira profundamente y avanza!.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

VISIÓN CIEGA

Porque me has visto has creído”, le dijo Jesús; ‘dichosos los que no han visto y sin embargo creen’ (Juan 20:29).

La mayoría de las personas no piensa en lo extraordinario que es el don de la vista, visión es tan simple y automática que no nos damos cuenta de que es un proceso increíblemente complejo y en gran medida todavía misterioso para la ciencia.

Hace algún tiempo, Diana Fletcher buscó la ayuda del doctor David Milner, de la Universidad Saint Andrews, en Escocia. Como resultado de una grave intoxicación con monóxido de carbono, Diane había quedado prácticamente ciega. Podía reconocer colores y textura pero no las formas de los objetos o los rostros. No podía distinguir el rostro de su esposo o la letra más grande en una prueba para la vista, ni siquiera si el doctor le mostraba dos o tres dedos mientras la reconocía.

Mientras el doctor Milner la examinaba, levantó un lápiz y le preguntó: “Diana, ¿qué es esto?” Al principio Diana quedó confundida, pero después hizo algo extraordinario: extendió la mano y tomó con perfecta naturalidad y precisión el lápiz de la mano del doctor ¿Cómo lo hizo si no podía ver? Milner decidió hacer otros experimentos. Le dio a Diana una carta y le pidió que la introdujera en la abertura de un buzón. Diana le dijo que no podía  porque no podía ver el buzón. Milner no se dio por vencido.

-Vamos, inténtalo-le dijo-. Solo haz como si enviaras una carta por correo.

Diana tomó la carta, la dirigió hacia el buzón y giró la mano para que entrara perfectamente por la ranura. No fue una casualidad. Diana y otras personas con su mismo trastorno pueden alinear objetos espacialmente. Esto es lo que Larry Weiskrantz y sus colegas de la Universidad de Oxford han llamado “visión ciega”. Los científicos creen que esto sucede porque diferentes elementos de la visión (color, profundidad, textura, movimiento, orientación espacial, etcétera), son procesados en diferentes partes del cerebro. Como resultado, en cierto tipo de accidentes las personas pierden algunos aspectos de la visión pero no otros. Aparentemente, Diana no había perdido el aspecto de la orientación espacial.

Podríamos decir que la fe es parecida a la visión ciega. Muchas veces Dios nos pide que hagamos algo, pero no obedecemos porque no podemos “ver” la forma en que Dios cumplirá lo que nos ha prometido. Sin embargo, si obedecemos aunque no veamos. Dios cumplirá su palabra. Recuerda: “Dichosos lo que no han visto y sin embargo creen”. Decide hoy actuar por fe en las promesas de Dios, no por vista.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

ORDENADOS PARA PRODUCIR FRUTOS

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. Juan 15:5.

En el plan de restaurar la imagen divina en el hombre, se hizo provisión para que el Espíritu Santo actuara sobre las mentes humanas y que, como presencia de Cristo, fuera el instrumento modelador del carácter del hombre.

Al recibir la verdad, los hombres reciben también la gracia de Cristo y dedican sus capacidades humanas santificadas a la obra a la que él se entregó; así, los seres humanos se convierten en colaboradores de Dios. La divina verdad se pone al alcance de la comprensión de los hombres, a fin de que lleguen a ser instrumentos de Dios…

A través de la mediación de la verdad, el carácter es transformado y moldeado según la similitud divina. Pedro representa a los cristianos como los que han purificado sus almas por la obediencia a la verdad, a través de la operación del Espíritu Santo…

El propósito del cristiano es brillar. Los seguidores profesos de Cristo no están cumpliendo los requisitos del evangelio a menos que ministren a otros.

Nunca han de olvidar que deben dejar brillar su luz ante otros de manera que, al ver sus buenas obras, glorifiquen a su Padre que está en el cielo. Sus palabras siempre han de contener gracia y estar en armonía con su profesión de fe. Su obra es la de revelar a Cristo al mundo. Jesucristo y este crucificado es su tema inextinguible, del cual han de hablar libremente, extrayendo las cosas preciosas del evangelio del buen tesoro de sus corazones. El corazón que está lleno de la bienaventurada esperanza, que está henchido de inmortalidad y lleno de gloria, no puede ser tonto. Quienes advierten la presencia sagrada de Cristo no pueden hablar palabras livianas y vanas, porque han de hablar palabras sobrias, un sabor de vida para vida. No hemos de ser niños llevados de aquí para allá, sino que hemos de estar anclados en Jesucristo y tener algo de valor sólido de lo cual hablar… Los cristianos han de publicar las buenas nuevas de salvación, y nunca han de cansarse de proclamar la bondad de Dios…

Debe hablárseles a los pecadores, porque no se sabe si Dios se está moviendo en sus corazones. Nunca olvide que cada palabra que usted pronuncia en su presencia está dotada de gran responsabilidad. Hágase esta pregunta: ¿A cuántos les he hablado con mi corazón lleno del amor de Cristo acerca de la misericordia de Dios y la justicia de Cristo ? -Review and Herald, 12 de febrero de 1895; parcialmente en Cada día con Dios, p. 51.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White