martes, 5 de marzo de 2013

TIEMPO DE FLORECER


Lugar: Suecia
Palabra de Dios: Gálatas 4:4; 1 Timoteo 6:15.

Si quieres saber qué hora es, sal afuera y observa algunas flores. Eso es lo que Carlos Linneo, un naturalista del siglo XVIII, descubrió mientras recorría Suecia coleccionando y observando diferentes tipos de plantas.
Una mañana de verano, se despertó temprano para salir y observar un par de especies de flores silvestres. Notó que a las 6:30 de la mañana las flores de la "Barba de halcón" se habían abierto complemente, mientras que las flores de una planta parecida al "Diente de león" no se habían abierto todavía, y no lo harían durante media hora más.
Linneo creía que podía decir la hora tan solamente con mirar una cantidad de flores, así que comenzó a registrar el momento en que las flores se abrían durante el día. La más madrugadora de su jardín era la "Barba de cabra", una flor que se abría a las 3 de la mañana. La "Achicoria silvestre" se abría una hora más tarde. Otras plantas florecían a lo largo de la mañana hasta las 11 era cuando la última planta, la "Escarchada", abría sus pétalos.
Linneo también observó que las flores se cerraban a horas específicas. Por ejemplo, la "Oreja de ratón" cerraba sus pétalos a las 10 de la mañana, pero la "Flor de un día" florecía hasta las 8 de la noche. Los científicos, hoy en día, denominan a este fenómeno foto periodicidad: flores que se abren y se cierran respondiendo a la cantidad de luz diurna. Quizá quieras registrar los horarios de las flores de tu jardín algún día.
Las flores y la foto periodicidad nos dan una señal de que Dios, el Creador, tiene un maravilloso sentido de la coordinación del tiempo. Él hace las cosas de acuerdo con su perfecta línea de tiempo. Por ejemplo, la Biblia dice que "cuando se cumplió A plazo, Dios envió a su Hijo", y que "Dios a su debido tiempo hará que su segunda venida se cumpla".
Así que, cada vez que veas una flor, recuerda que puedes confiar en los tiempos de Dios. Él tiene todo bajo control y llevará a cabo las cosas cuando sea el momento correcto.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

SIN MAQUILLAJE


¡Ay de ustedes [...], hipócritas!, que son como sepulcros blanqueados. Por fuera lucen hermosos pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de podredumbre. Mateo 23:27

Todas las mujeres sabemos que la parte de nuestro cuerpo que debe ser más cuidada es el rostro. Muchos aseguran que el rostro es como la fachada de un edificio; es lo primero que vemos de una persona y, de lo que se muestre en él, dependerá lo que pensemos que hay en su interior. Por esa razón hay que limpiar muy bien la piel del rostro todos los días, para que irradie luminosidad y salud; y cuando esto no se logre al ciento por ciento, una manita ligera de maquillaje será una buena ayuda. Debajo quedarán las imperfecciones que causan manchas y granitos, y podremos de ese modo tener una apariencia agradable y saludable. Por supuesto, llevar una alimentación rica en vegetales y beber abundante agua son los mejores aliados de la belleza externa de la mujer.
Intentar tener un rostro hermoso es un privilegio de nosotras las mujeres, que somos conscientes de que la condición de nuestra vida interior trasluce por la mirada. No intentemos ocultar nuestras manchas y pecados con una capa de hipocresía; este tipo de maquillaje arruinará nuestra salud y la belleza natural que Dios nos ha dado. El mejor maquillaje para alguien que está en esta condición es cubrirse con la gracia divina del perdón de Dios. El Sagrado Libro nos dice: «Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; la mujer que teme al Señor es digna de alabanza» (Prov. 31:30).
Sí, amiga, si somos mujeres prudentes y temerosas de Dios, humildes para reconocer nuestras faltas y sinceras al implorar el perdón del Señor, nos apropiaremos de la mejor y única receta que hará de la belleza un atributo permanente y duradero, independiente de la edad que tengamos, y a la que cualquier mujer puede aspirar. Tú y yo somos inmensamente afortunadas. Nunca intentemos ocultar nuestro mal proceder asumiendo posturas falsas, actitudes artificiales, y presuntuosos conceptos de nosotras mismas. Esto no solamente afeará nuestro rostro, sino que también nos hará sentirnos bastante frustradas; la cosecha será amargura y una baja autoestima.
¡Date esta mañana un buen baño de pureza con el agua que mana del trono de Dios, y te sentirás inmensamente bella! Así se dirá de ti: «¡Sean reconocidos sus logros, y públicamente alabadas sus obras!» (Prov. 31:31).

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

EL ABRAZO MORTAL


Puse en el Señor toda mi esperanza; él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Me sacó de la fosa de la muerte, del lodo y del pantano; puso mis pies sobre una roca, y me plantó en terreno firme (Salmo 40:1,2).

El 13 de noviembre de 1985 el volcán Nevado del Ruiz, en Colombia, entró en erupción. El flujo piroclástico que salió del cráter fundió el glaciar de la montaña y desencadenó cuatro avalanchas de lodo por los seis ríos que nacen cerca del volcán. Después de 69 años de inactividad, la erupción tomó por sorpresa a los poblados cercanos. Una muralla de barro bajó por el río Lagunilla a sesenta kilómetros por hora. El barro cubrió totalmente el pueblo de Armero, transformándolo al instante en la tumba común de veinte mil personas.
El barro complicó los trabajos de rescate, pues hacía casi imposible moverse sin quedar atrapado. Para cuando los rescatadores alcanzaron Armero, doce horas después de la erupción, muchas de las víctimas ya habían muerto. Los rescatadores se horrorizaron ante el panorama de desolación que quedó tras la erupción. Los equipos de rescate encontraron a Omayra Sánchez, de trece años, hundida hasta el cuello en el barro. Durante setenta horas trataron de liberarla, sin éxito. Por todo el mundo se publicaron tomas de video y fotografías suyas hasta que, finalmente, falleció.
Esa fue la segunda erupción volcánica más mortífera del siglo XX, que superó únicamente la del monte Pelee, Martinica, en 1902, y el cuarto evento volcánico más mortífero desde el año 1500. El suceso fue una catástrofe previsible pues, durante las semanas y los días previos a la tragedia, los geólogos y otros expertos habían advertido a las autoridades y a los medios de comunicación sobre el peligro.
Como dice el salmista, el mal ha abrazado a todas las almas. Vivimos en la fosa de la muerte, atrapados por el barro del pantano. No hay esperanza para nadie, fuera de Cristo. El mundo vio cómo murió Omayra Sánchez, presa del abrazo mortal del barro volcánico. Si Dios no hubiera librado milagrosamente al rey David, este habría muerto atrapado. Lo mismo puede sucederle a cualquiera que no lo busca para que lo libre del barro cenagoso del pecado y ponga sus pies sobre la Roca eterna de la salvación. Todos necesitamos que nuestros pies descansen sobre el firme fundamento de la verdad. Pon en el Señor toda tu esperanza para que te libre del abrazo mortal del pecado.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

LA GENEROSIDAD Y EL AMOR POR LA OBRA DE DIOS


Ningún hombre ni mujer haga más para la ofrenda del santuario. Así se le impidió al pueblo ofrecer más. Éxodo 36:6.

Bajo el sistema judío, se requería del pueblo que cultivara un espíritu de generosidad, tanto para sostener la causa de Dios como para suplir las necesidades de los pobres. En la cosecha y la vendimia, las primicias del campo —el maíz, el vino y el aceite— debían ser consagrados como ofrendas al Señor. El espigueo y los extremos de los sembrados estaban reservados para los pobres. Las primicias de la lana cuando se trasquilaban las ovejas, del grano cuando se apartaba el grano de la paja del trigo, habían de ser ofrecidas al Señor; y en la fiesta se ordenaba que se invitara a los pobres, las viudas, los huérfanos y los extranjeros. Al final de cada año se requería de todos que hicieran un solemne juramento respecto de si habían obedecido o no el mandato de Dios.
Dios había hecho este arreglo para inculcar en el pueblo que él debía ser el primero en todo asunto. Por este sistema de benevolencia, se les recordaba que su gentil Señor era el verdadero propietario de sus terrenos, sus rebaños y sus manadas, que el Dios del cielo les enviaba el sol y la lluvia para su siembra y su cosecha, y que todo lo que poseían era creado por él. Todo era del Señor, y él los había hecho mayordomos de sus bienes.
La generosidad de los judíos en la construcción del tabernáculo mostró un espíritu de benevolencia que no ha sido igualado por el pueblo de Dios en ninguna fecha posterior. Los hebreos habían sido liberados recientemente de su largo cautiverio en Egipto, eran vagabundos en el desierto; pero apenas habían sido librados de los ejércitos de los egipcios que los persiguieron en su apresurado trayecto, cuando la palabra de Dios vino a Moisés: "Di a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda; de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda" (Éxo. 25:2)...
Todos dieron gustosamente, no una cierta porción de su ganancia, sino una gran porción de sus posesiones actuales. La dedicaron alegremente y de corazón al Señor. Al hacer esto lo honraron. ¿Acaso todo no era de él? ¿No les había dado él todo lo que poseían? Si él lo pedía, ¿no era su deber darle al prestamista lo que era suyo? No era necesaria la insistencia. El pueblo trajo más de lo requerido; y se les dijo que desistieran, porque ya había más de lo que podía utilizarse.— Review and Herald, 17 de octubre de 1882.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White