lunes, 4 de marzo de 2013

LÍNEA DE LLEGADA


Lugar: Kansas, EE.UU. 
Palabra de Dios: Isaías 40:31

¡Urrr! ¡Qué frío que hace! -murmuró Glenn mientras se dirigía, junto con su hermano mayor, a la escuela. Todavía estaba oscuro afuera, pero los dos chicos debían llegar temprano a la escuela para encender un fuego antes de que llegaran los demás alumnos. Glenn llenó rápidamente la estufa con leña. Entonces, su hermano puso lo que pensaba que era kerosene en la estufa, y encendió un fósforo. Repentinamente la estufa explotó.
Los padres de Glenn miraron ansiosamente al médico mientras cerraba la puerta detrás de él.
-¿Cómo está? -preguntaron.
-Va a sobrevivir -respondió el doctor-, pero sus piernas están muy quemadas. Temo que no podremos salvarlas. No va a caminar nunca más.
Pero Glenn y su familia decidieron probar que el médico estaba equivocado. "Voy a caminar nuevamente", se dijo a sí mismo una y otra vez, mientras sus padres masajeaban pacientemente sus piernas, que estaban marcadas por enormes cicatrices. Fue un día memorable aquel en el que Glenn pudo salir afuera, apoyado en muletas. Luego, pudo abandonar las muletas. Cuatro años más tarde, Glenn no solamente estaba caminando sino también corriendo. A los 13 años de edad, estaba corriendo carreras con otros chicos de su edad, y ganándoles.
Aunque su pierna derecha siempre siguió torcida y su pie izquierdo deformado, Glenn siguió corriendo en la escuela secundaria y en la universidad. Participó en competencias nacionales, y estableció nuevos récords nacionales y mundiales. Finalmente, logró llegar a las Olimpiadas. A pesar de las probabilidades en su contra, Glenn Cunningham llegó a ser uno de los más grandes atletas de todos los tiempos.
Recuérdalo cuando reclames la promesa de Dios que figura en Isaías 40:31: "Los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán".

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

NO SEAS CORTA DE MIRAS


Hacia ti dirijo la mirada, hacia ti, cuyo trono está en el cielo. Salmo 123:1

Hace unos días tuve que someterme a una revisión oftalmológica, pues los lentes que el médico me había recetado hacía años ya no me permitían ver con nitidez. El tamaño, el color y la posición de las cosas que mis ojos me mostraban no eran reales, y eso me causaba mucha confusión e incomodidad. El médico me explicó que con el paso de los años, los ojos pierden su agudeza y es necesario ayudarlos. Fue increíble cómo con los anteojos correctos mi visión se recuperó casi al cien por ciento.
En la vida espiritual y emocional sucede algo parecido. Algunas personas se acostumbran a tener una visión borrosa de la vida, concentrándose en sus desventuras, problemas, achaques y contratiempos. Si alguien se atreve a sugerirles que miren lo bueno de la vida, que es la vida misma, se niegan, y en un mar de lamentos aseguran que nadie les comprende y que Dios les ha dado la espalda.
Veamos la vida con el lente que Dios nos ofrece. Es diferente para cada persona y está diseñado para ver lo que cada quien necesita ver. Nos permite mirar con claridad nuestro presente y vislumbrar con una nitidez poco común el futuro esplendoroso que el Señor nos tiene reservado.
Es tan corta la visión de algunos que solamente pueden ver su paso por esta tierra como una acumulación de problemas y conflictos. Los tales debieran decir como el salmista: «Ábreme los ojos, para que contemple las maravillas de tu ley» (Sal. 119:18). Otros, sin embargo, miran más allá de sus problemas terrenales y, por fe, pueden exclamar en los momentos de aflicción: «A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi ayuda? Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra» (Sal. 121:1-2).
Millones de mujeres viven absortas mirando únicamente lo pasajero, terrenal y baladí, lo que hace que su existencia no tenga sentido. Otras, abrumadas por los pesares, que a lo mejor ellas mismas se provocan, caen en estados depresivos y de ansiedad. Amiga, no seas corta de miras. Utiliza el lente que Dios te ofrece. No te conformes con disfrutar a medias las bendiciones y las promesas del Señor; no veas solamente tus pesares y congojas, pues son pasajeros. Mira más allá de tu presente y vislúmbrate gozando de las bendiciones eternas en el reino de los cielos. ¡Agudiza tu vista!

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

VELAR POR LOS INTERESES DE LOS DEMÁS


No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos. Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses sino también por los intereses de los demás (Filipenses 2: 3, 4).

La historia de Chris Langan que te conté ayer me deja intranquilo. Con un coeficiente intelectual de 195, Chris debería trabajar como investigador en una universidad, una agencia del gobierno o una empresa privada para encontrar soluciones a los problemas más apremiantes de la humanidad. En lugar de eso, se dedica a criar caballos. ¿Cómo es posible que esto haya sucedido?
Chris ha tenido una vida difícil. Su madre era hija de un magnate pero también la oveja negra de la familia. Tuvo cuatro hijos, todos de diferente padre. Además, eran extremadamente pobres. El padre de Chris murió, o desapareció, antes de que él naciera. El padrastro de Chris era un borracho maltratador. Chris relata cómo frecuentemente iba a la escuela con un labio hinchado y moretones en el cuerpo debido a los golpes de su padrastro (puedes incluso ver su narración en YouTube). Los compañeros de su clase lo rechazaban porque era mucho más inteligente que ellos. A los doce años, Chris decidió levantar pesas para desarrollarse físicamente y defenderse. A los catorce años ya había desarrollado suficiente fuerza y echó a su padrastro de la casa una mañana que este lo despertó a golpes.
Cuando terminó la preparatoria, Chris recibió una beca para asistir al prestigioso Roed College. Por desgracia, su madre olvidó firmar algunos papeles y, como resultado, Chris perdió la beca y recibió una calificación reprobatoria en todas sus materias porque no pudo pagar. La Universidad del Estado de Montana le dio otra beca. Todo marchó bien hasta que su automóvil se descompuso en el invierno. Chris tenía una clase a las 7:30 de la mañana pero le era imposible llegar sin vehículo. Pidió a la universidad la oportunidad de cursar la materia por la tarde, pero no le dieron permiso. Sin poder asistir a la clase, Chris no aprobó la materia, perdió su beca y tuvo que abandonar la universidad. Desde entonces, no intentó ingresar a ninguna otra institución de educación superior.
Tengo la sensación de que la sociedad le ha fallado a Chris. El apóstol Pablo es muy sabio cuando nos anima a buscar siempre el bien de los demás. Si esas universidades hubieran tenido esa preocupación, hoy Chris podría usar sus talentos en favor de otros. No permitas que la falta de visión, los celos o cualquier otra cosa te impidan ayudar a otros para que desarrollen el potencial de sus vidas.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

DELE A DIOS LO QUE ES SUYO


Porque mío es el mundo y su plenitud. Salmo 50:12.

El fin de todas las cosas está cercano; lo que se hace para la salvación de las almas debe hacerse rápido. Por esta razón estamos estableciendo instituciones para la diseminación de la verdad por medio de las prensas, para la educación de los jóvenes y la restauración de los enfermos. Pero el egoísta y el que ama el dinero pregunta: ¿Para qué hacer todo esto cuando hay tan poco tiempo? ¿Acaso no es una contradicción de nuestra fe gastar tanto en las casas publicadores, las escuelas y las instituciones de salud? Preguntamos en respuesta: Si el tiempo ha de continuar apenas por pocos años, ¿por qué invertir tanto en casas y tierras, o en exhibiciones innecesarias y extravagantes, mientras se dedican sumas tan reducidas a la obra de preparación para el gran evento ante nosotros?...
Con la bendición de Dios, el poder de la prensa difícilmente puede sobrestimarse... Que las casas publicadoras sean sostenidas, y el mensaje de la verdad enviado a todas las naciones de la tierra.
Se han establecido escuelas para que nuestros jóvenes y niños puedan recibir la educación y la disciplina necesarias para prepararlos para el escudriñamiento que pronto vendrá a toda alma. En estas escuelas se debiera hacer de la Biblia uno de los temas principales de estudio. Se debe dar atención al desarrollo tanto de la facultad moral como la intelectual. Anhelamos que en estas escuelas puedan prepararse muchos obreros fervientes para llevar la luz de la verdad a quienes permanecen en tinieblas.
En una institución de salud proveemos un lugar donde el enfermo puede disfrutar el beneficio de los agentes curativos de la naturaleza, en vez de depender de drogas mortíferas. Y muchos de los que encuentran alivio de esta manera, estarán dispuestos a ceder ante la influencia de la verdad...
Las riquezas son una gran bendición si se las utiliza de acuerdo con la voluntad de Dios. Pero el corazón egoísta puede trocar en una pesada maldición la posesión de riquezas... Los que obtienen el gozo más real en esta vida son los que aprovechan la abundancia de Dios y no la abusan...
Dios es el dueño legítimo del universo. Todas las cosas le pertenecen. Cada bendición que los hombres y las mujeres disfrutan es el resultado de la beneficencia divina... Con justicia nos pide que le consagremos lo primero y lo mejor del capital que nos ha confiado. Si reconocemos así su soberanía legítima y su providencia gentil, él ha comprometido su palabra de que bendecirá el restante.— Review and Herald 16 de mayo de 1882.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White