miércoles, 3 de marzo de 2010

NO TENGAS MIEDO

Le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos (2 Reyes 6:16).
Cuando mi esposo desembarcó con las fuerzas armadas en una zona de guerra, yo sentía que siempre tenía miedo. Tenía temor de que él perdiera la vida. Tenía temor de lo que no conocía. Sabía que Dios lo cuidaba, pero todos modos tenía el sentimiento preocupante de que algo malo ocurriría. Escuchar las noticias de la guerra me daba más miedo todavía. Para empeorar las cosas, recibía llamados de personas que querían "alentarme" preparándome para lo peor. No importaba cuánto se esforzara mi esposo para asegurarme que estaba bien, yo siempre pensaba lo peor. En mis momentos necesidad, Dios utilizó la música para darme ánimo. Los himnos que escuchaba me tranquilizaban, y me inspiraban a creer que no hay nada en este mundo que Dios y yo no podamos manejar juntos.
La vida del profeta Elíseo estaba en peligro. El rey de Siria había enviado un gran ejército de carros y caballos para matarlo. El criado de Elíseo vio el ejercito que se acercaba y corrió lleno de temor. Allí estaban, dos hombres en contra de un ejército. ¿Te das cuenta? Los ojos humanos, llenos de temor, no pueden ver el poder de Dios. Pero, con la oración y la fe del profeta el criado contempló el ejército más fuerte y poderoso de Dios, que acampaba a su alrededor. "Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Elíseo" (2 Rey. 6:17).
En nuestras vidas, constantemente nos sentimos abrumadas por el temor. Tenemos miedo de toparnos con la fe. Tenemos miedo de lo porvenir, y cuanto más pensamos en esto, tanto más miedo tenemos. Nos olvidamos que Dios es el Dueño y el Gobernante del universo; y no hay absolutamente nada que él no pueda hacer por nosotras. Nos volvemos quejosas cuando enfrentarnos batallas porque olvidamos que con Dios todo es posible. Dios tiene un ejército alrededor de ti y de mí el día de hoy. Él envía sus ángeles guardianes a fin de que nos vigilen cuando estamos en valle. y en lugares privados. Él coloca sus tiernos brazos alrededor de nosotras para protegernos del los males y los-peligros. Mientras te ocupas de tu rutina diaria escucha detenidamente .que Dios te está diciendo: "No rengas miedo, estoy a tu lado".
Diantha Hall-Smith.
Tomado de Meditaciones Matinales para la mujer
Mi Refugio
Autora: Ardis Dick Stenbkken

DISCIPLINA ESPIRITUAL

Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra. 2 Crónicas 7:14.

El desarrollo espiritual no se consigue con esfuerzos aislados, sino mediante la entrega diaria y la disciplina. Estas son algunas de las principales disciplinas espirituales que te facilitarán la comunión con Cristo.
  • Meditación. No la falsa meditación que busca tener la mente en blanco, sino la que se genera a partir de las promesas de Dios, de atesorarlas en la mente y de aplicarlas a todas tus actividades cotidianas.
  • Oración. Es «el aliento del alma», un canal abierto hacia Dios mediante el cual le muestras el corazón a tu Padre celestial, como a un amigo.
  • Estudio de la Biblia. Escudriñarla, no con el fin de acumular conocimiento e información, sino, con el propósito primordial de descubrir la orientación divina para los problemas y desafíos de la vida diaria.
  • Ayuno. Es importante cuidar de no recargar el sistema digestivo a fin de tener una mente alerta para comprender la voluntad de Dios. Cuanto más frugal y sencilla es tu alimentación, más salud física, mayor claridad mental y mejor percepción espiritual consigues.
  • Simplicidad. No te compliques más la vida de lo que ya es ella por sí misma. La publicidad, la directa, y sobre todo la «subliminal», provoca una serie de insatisfacciones que supuestamente se satisfacen a través del materialismo. Mantener una vida simple demanda una verdadera disciplina.
  • Sumisión. No resulta nada fácil, para nuestra naturaleza egoísta y orgullosa, someterse a la voluntad de Dios. Sin embargo es vital aceptar y obedecer a Dios a medida que la luz de su verdad ilumina tu vida.
  • Servicio. Es el filtro maestro que prueba nuestra relación vertical con Dios. Se manifiesta en mantenerse sensible a las necesidades de los demás y desarrollar el espíritu de generosidad, que es el espíritu del cielo.
«En medio de los peligros de estos últimos días, la única seguridad para la juventud está en la vigilancia y la oración siempre crecientes». MJ 245

Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna

CRÉDITO INMERECIDO

Hemos dicho que a Abraham se le tomó en cuenta la fe como justicia (Romanos 4: 9).

La cuarta característica de la justificación es que es imputada. El verbo imputar se usa tradicionalmente para hablar de la concesión de la justicia. Significa atribuir, conceder, acreditar. Tiene que ver con la manera en que recibimos la justificación. Porque podemos hacernos la pregunta: si la justificación es un regalo divino, ¿cómo se nos da? ¿Cómo la recibimos? La respuesta es que la recibimos por imputación; es decir, se nos atribuye, se nos cuenta, se nos acredita. Como decíamos antes, somos declarados justos. Dios nos dice que somos justos, porque nos ha atribuido la justicia. Notemos estas declaraciones interesantes: «Pues, ¿qué dice la Escritura? "Le creyó Abraham a Dios, y esto se le tomó en cuenta como justicia"» (Rom. 4: 3). «Ahora bien, cuando alguien trabaja, no se le toma en cuenta el salario como un favor sino como una deuda. Sin embargo, al que no trabaja, sino que cree en el que justifica al malvado, se le toma en cuenta la fe como justicia» (vers. 4 y 5).
Aquí se expresa la razón por la que se recibe la justicia. Al que tiene fe, esta se le cuenta por justicia. Para que alguien pueda ser declarado justo, necesita tener fe; la fe debe ser dirigida a aquel que se levantó de los muertos: Jesús. Por razón de nuestra fe en Jesucristo, Dios nos declara justos. Esta declaración de justicia se hace sobre la base de que a la persona que tiene fe se le atribuye justicia. A la persona de fe se la considera justa porque se le ha acreditado justicia. No es una ficción legal, como algunos dicen. Es decir, no es que Dios nos considere justos, aunque no seamos justos realmente. Eso no es lo que dice el apóstol. Él dice que Dios nos cuenta, nos atribuye, nos concede la justicia. Claro, se usa una metáfora del mundo financiero: se nos acredita. Es como si alguien deposita en nuestra cuenta bancaria un dinero que no es nuestro, pero que se nos da.

Tomado de Meditaciones Matinales para Adultos
“El Manto de su Justicia”
Autor: L Eloy Wade C