miércoles, 11 de enero de 2012

¡QUÍTENME ESE YUGO!

«Y Dios le dijo: "Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, de tres años cada uno, y también una tórtola y un pichón de paloma"» (Génesis 15:9).

Hoy visitaremos una granja. Busquemos una ternera, así como la que Dios le pidió a Abraham que le llevara. Una ternera es una vaca joven que aún no ha sido mamá. Dios le pidió a Abraham que le llevara una ternera, porque quería prometerle algo.
A veces los israelitas traían prisioneros de guerra o bienes que habían capturado en sus batallas. En ocasiones, un israelita era considerado impuro por algún motivo. Cuando esto ocurría, Dios le pedía a su pueblo que sacrificara una ternera rojiza. Tal como se lo pidió a Abraham, uno de los requerimientos era que este animal nunca hubiera llevado un yugo sobre su cuello. Un yugo es un aparato de madera que se pone sobre el cuello del ganado para halar un vagón o el arado.
Dios tampoco quiere que tú tengas el yugo de Satanás sobre tu cuello. Él no quiere que peques, que te veas en problemas ni sufras sus consecuencias. Dios quiere que tengas una vida libre de culpa y en paz. Confía en él y obedécelo, y verás qué bien te sentirás a estar libre del yugo de Satanás.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

A LOS PIES DEL MAESTRO

Jehová en los alturas es más poderoso que el estruendo de las muchas aguas, más que las recias olas de! mar (Salmo 93:4).

Recuerdo muy bien el día en que mi amigo Marco y yo decidimos ir a la casa de nuestro compañero Chris con el fin de despedirnos de él, ya que se iba del país. Caminamos una larga distancia bajo el sol abrasador. Estábamos cansados y teníamos mucha sed, por lo que nuestras energías iban mermando poco a poco. Cuando llegamos a la entrada principal de la casa de Chris le dije a Marco que había un perro que cuidaba la propiedad, un animal que se tomaba muy en serio su tarea de vigilar.
Al percatarnos de la presencia del perro comenzamos a movernos en silencio y con cautela. Yo empecé a retroceder lentamente sin perderlo de vista, dejando a Marco solo en el frente de la batalla. El perro dejó escapar unos cuantos ladridos y hecho a correr hacia nosotros. Es un hecho comprobado por mí que la adrenalina nos permite realizar proezas ya que, sin tiempo que perder, escalé la elevada valla metálica que rodeaba la propiedad. Para cuando Marco llegó a mi lado, yo contemplaba desde lo alto el final de la persecución.
Tras unos segundos nos dimos cuenta del problema en que nos encontrábamos: la valla se mecía a causa de nuestro peso y parecía que en cualquier momento se iba a desplomar. El nerviosismo hizo presa de nosotros, por lo que echamos a reír sin poder contenernos y sin un motivo aparente. Únicamente teníamos dos opciones: la primera era gritar pidiendo auxilio, mientras que la segunda consistía bajar y enfrentar a nuestro adversario, que seguía ladrando con una furia indescriptible. Decidimos aferrarnos con todas nuestras fuerzas al cercado metálico hasta que llegara ayuda.
Tal vez hoy, al iniciar el día, te veas amenazada por algo insignificante en tamaño, pero de un impactante poder sobre tu vida. Podrías correr y quizá debas hacerlo, pero no lo hagas desesperadamente. Permite que la adrenalina espiritual te haga escalar hasta un lugar elevado, hasta que llegues a los pies de Jesús.
Recuerda que solo tienes dos opciones: la primera implica bajar para enfrentar el problema confiando en tus propias fuerzas y lo más seguro es que salgas perdiendo. La segunda consiste en clamar pidiendo ayuda. Quizá te parezca que te vas a caer, pero sostente con fe, que la ayuda de lo alto está en camino. ¡Experimenta la seguridad que se siente al estar junto a Jesús!

Toma de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Yoela Murillo Panameña.

LOS CUATRO FANTÁSTICO – 4. LA IMAGINACIÓN

Háganlo todo para la gloria de Dios. 1 Corintios 10:31. NVI

Con la imaginación completamos hoy la lista de los «cuatro fantásticos»: El potencial, las oportunidades, las posibilidades y la imaginación (si unes sus letras iniciales obtienes POPI).
¿Y qué de especial hay en la imaginación como para integrar este exclusivo grupo? Si le preguntáramos a Cristhel, asistente de promoción y publicidad de APIA, muy probablemente nos señalaría el letrero que cuelga de la puerta de su oficina:

LA IMAGINACIÓN ES MÁS IMPORTANTE QUE EL CONOCIMIENTO
Albert Einstein

A continuación, seguramente nos diría que antes de diseñar los anuncios publicitarios en la computadora, esos anuncios primero «nacen» en su mente.
—Cuando tengo que diseñar un anuncio —dice Cristhel—, con frecuencia solo tengo la portada del libro. Primero procedo a dibujar el libro completo, para que parezca real. Entonces «lo veo» en mi mente, acompañado de imágenes y frases atractivas, que luego traslado al diseño por computadora.
Lo que dice Cristhel sobre el papel que juega la imaginación en su labor creativa tiene sentido. En última instancia, ¿dónde comenzaron los mayores logros de nuestra vida? ¿Y las realizaciones más destacadas de la historia de la humanidad? Comenzaron en la imaginación de hombres y mujeres.
Quizás no hay un ejemplo más ilustrativo que el de Walt Disney. Se cuenta que poco después de la construcción de uno de los centros de atracciones Disney, alguien hizo el siguiente comentario:
-¿No es una lástima que Walt Disney no esté aquí para ver su sueño hecho realidad?
Entre los presentes estaba Mike Vanee, director creativo de los estudios Disney. Al escuchar ese comentario, Mike respondió:
—En realidad, Walt Disney vio su sueño hecho realidad. Por eso es que existe Disneylandia. ¿En qué sentido «lo vio»? Lo vio en su mente. Dios también te dotó con el poder para imaginar, con la habilidad para crear. ¿Podrías pensar ahora mismo en algún proyecto o ministerio que honre el nombre de Dios? ¿Un proyecto para ayudar a los más necesitados? ¿Un sitio web para compartir el evangelio de Jesucristo? ¿Un coro de campanas en tu iglesia? ¿Un grupo de teatro negro? Lo que sea, usa el poder de tu imaginación para la gloria de tu Creador.
Señor, revélame tus sueños para mi vida y ayúdame a cumplirlos para la gloria de tu nombre.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

DE QUIÉN ES EL REINO DE LOS CIELOS

«Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos» (Mateo 5: 3).

Durante muchos años he colaborado con la Agencia Adventista para el Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA). Durante ese tiempo vi por mí mismo los terribles resultados de la pobreza. En algunas ciudades los pobres nacen, viven y mueren en la calle. Una vez visité un cobertizo cerca de una capital. En él vivían una madre y sus cuatro hijos. Como no tenía qué dar de comer a su prole, el bebé moría de inanición. Cuando sostuve en brazos al bebé, lloré. Me alegra decir que pudimos ayudarla.
La pobreza es causa de enfermedad, sufrimiento y tristeza. También está en el origen de conflictos y guerras. Por lo general, los pobres carecen de formación y eso añade dificultad a la búsqueda de trabajo. Y si tienen un empleo, no ganan lo suficiente para sostener a toda la familia. En muchos países los ricos siguen explotando a los pobres y empeorando su situación (Sant. 5: 1-4).
Algunos líderes religiosos enseñan que, al bendecir a los pobres de espíritu, Jesús exhorta a la pobreza voluntaria. Piensan que el versículo promete bendiciones para aquellos que, deliberadamente, han dado la espalda a la riqueza y han optado por la pobreza. Pero Jesús no hablaba de esto. Él no dijo: «Bienaventurados los pobres, harapientos y muertos de hambre», sino que dijo: «Bienaventurados los pobres de espíritu». En otras palabras, se refería a nuestra actitud hacia nosotros mismos.
Ser pobre de espíritu es lo contrario a ser orgulloso y egoísta. Es lo exactamente opuesto a una actitud independiente y desafiante que se niega a someterse a Dios y, al igual que el Faraón, le dice: «¿Quién es Jehová para que yo oiga su voz?» (Éxo. 5: 2). Ser «pobre de espíritu» es darse cuenta de que espiritualmente no se tiene nada, que no se es nada, no se puede hacer nada y que se tiene necesidad de todo.
Incluso quienes viven en la pobreza también tienen que ser pobres de espíritu. Aunque nos vistamos con harapos, como el profeta Isaías, tenemos que darnos cuenta de que nuestra justicia es como «trapos de inmundicia» (Isa. 64: 6). El mundo enseña que si creemos en nosotros mismos podremos hacer lo que nos propongamos. Jesús dijo: «Separados de mí nada podéis hacer» (Juan 15: 5). Los pobres de espíritu son los únicos que entrarán al reino de los cielos porque les pertenece. (Basado en Mateo 5: 1-12 )

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill