miércoles, 13 de enero de 2010

COSAS SIMPLES

¿ No se venden cinco pajarillas por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios (S. Lucas 12:6).

Algunas veces creemos que a Dios sólo le importan nuestros problemas grandes, y dudamos en pedirle ayuda cuando las cosas son más simples. Nuestro texto de hoy dice que Dios se preocupa por los pajarillos, y una experiencia reciente me mostró que Dios se preocupa por los incidentes más pequeños de mi vida.
Hace poco, unos vecinos nuevos se mudaron de una ciudad cercana a la propiedad contigua a nuestro gran terreno en el campo. Son una pareja de cristianos devotos, y disfrutamos conociéndolos mientras construían su casa y se ubicaban en ella. Trajeron con ellos a su perro. Samson es un perro grande de ladrido fuerte, dientes filosos y mirada amenazadora. A pesar de que nos aseguraron que Samson es inofensivo, algunas veces nos ha seguido ladrando, casi un kilómetro, mientras andamos en nuestro carro de golf. Cuando trabajamos en el límite de nuestra propiedad, Samson piensa que ese lugar no nos pertenece y trata de corrernos. Cuando los dueños están en la casa, uno de ellos lo busca y resuelve el problema por el momento.
Un día necesitábamos trabajar cerca del límite de nuestra propiedad, y sabíamos que los vecinos no estarían en su casa. Como no queríamos que Samson nos molestara, oré para que se quedara en su casa. Sin embargo, como era su costumbre, cuando nos vio venir, Samson comenzó a correr hacia nosotros. De repente se detuvo, justo antes de llegar al límite de nuestra propiedad. Continuó ladrando, pero no se acercó más. Primero no podía creer lo que estaba viendo; luego me di cuenta que Dios había respondido mi oración, y se lo agradecí. Samson ladró durante todo el tiempo que traba¬jamos, pero era como si un ángel lo hubiera sostenido para que no pasara el límite de nuestra propiedad.
Varias veces después de este incidente, hemos trabajado en las cercanías, y todas las veces escuchamos que Samson ladra, sin embargo ninguna de las veces se nos acerca. Dios no solamente respondió mi oración para aquella vez, sino que envía a su ángel cada vez que trabajamos en la zona.
Gracias, Padre, por preocuparte no sólo por los pajarillos, sino también por las cosas simples de la vida de tus hijos.

BettyJ. Adams
Tomado de Meditaciones Matinales para la mujer
Mi Refugio
Autora: Ardis Dick Stenbkken

SIN TEMOR AL COMPROMISO MATRIMONIAL

Labán y Betuel respondieron: «Sin duda todo esto proviene del Señor, y nosotros no podemos decir ni que sí ni que no». Génesis 24:50.

Es esencial que los matrimonios puedan utilizar hoy también las palabras de Labán y Betuel, y enfrentar los retos de la vida familiar con la seguridad de la conducción de Dios. ¿No te parece? Nadie más para unir dos vidas que aquel que inventó el matrimonio. Frente a Eva, y contemplándola con asombro, Adán no tuvo ninguna duda que de Dios había hecho algo perfecto.
En el marco del gran conflicto en el que vivimos, padres, educadores y gobernantes sabemos que el núcleo familiar constituye el fundamento de nuestra sociedad. También la institución del hogar es golpeada por el enemigo con la intención de aniquilarla.
Ahí estaba Rebeca, la hija de Labán, frente a un futuro incierto; frente a la posibilidad de marchar a otro lugar, lejos de la casa de su padre. Ahí estaba para iniciar una nueva vida como esposa y madre. Y con una seguridad que solamente puede brindar la dirección de Dios, respondió a la oferta matrimonial: «Sí» (Génesis 24: 58).
El matrimonio es una de las tres decisiones más importantes que toman los jóvenes: /" ¿En quién voy a creer? / ¿Qué voy a estudiar? ¿Con quién me voy a casar?
Como es para toda la vida, es necesario que pongas hoy tu matrimonio en las manos de Dios para que él lo conduzca. Y si no te has casado, para que pongas tus planes en sus manos. El matrimonio es una invención divina, y él se goza en hacerlo prosperar. No tendrás temor si sigues sus instrucciones.

«Si hay un asunto que debe ser considerado cuidadosamente, y en el cual se debe buscar el consejo de personas experimentadas y de edad, es el matrimonio; si alguna vez se necesita la Biblia como consejera, si alguna vez se debe buscar en oración la dirección divina, es antes de dar un paso que ha de vincular a dos personas para toda la vida». MJ 462.

Tomado de Meditaciones Matinales para Jóvenes
¡Libérate! Dale una oportunidad al Espíritu Santo
Autor: Ismael Castillo Osuna

SE ENTREGÓ POR AMOR A MÍ

He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí (Calatas 2:20).

Es innegable que el amor de Dios es una de las razones por la que Jesucristo se entregó a la muerte. Como Dios es amor, él buscó la manera de redimir al ser humano de las consecuencias del pecado. El evangelio expresa el amor de Dios en la redención del hombre.
Sin embargo, cuando circunscribimos y reducimos las causas del plan de salvación al amor de Dios, no hacemos justicia con el evangelio. Hay algunas personas que piensan que la única razón por la que Jesús vino a morir por nuestros pecados fue para demostrar su amor en la cruz. Esta opinión sobre la expiación se conoce como la teoría de la influencia moral. Según ella, Cristo vino a demostrar el amor de Dios a los seres humanos a fin de que, motivados por ese amor, pudiéramos arrepentirnos y volver a él.
Pero, de acuerdo al evangelio, Cristo también vino a morir por otras razones. En el Nuevo Testamento tenemos una serie de metáforas que presentan un cuadro más extenso de las razones por las que Cristo vino a morir. De ellas nos ocuparemos de aquí en adelante.
Mientras lo hacemos, no debemos olvidar que el amor es el fundamento del plan de salvación. El pasaje bíblico más conocido por los cristianos nos lo recuerda: «Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna» (Juan 3: 16).
Es evidente que un Dios infinitamente sabio y todopoderoso debió haber tenido muchas opciones para solucionar el problema del pecado. La de morir por el pecador se inspiró en el gran amor que tiene por sus criaturas. Reflexionemos hoy en la vastedad de ese amor.

Tomado de Meditaciones Matinales para Adultos
“El Manto de su Justicia”
Autor: L Eloy Wade C.