miércoles, 27 de febrero de 2013

HUELLAS DE LEOPARDO


Lugar: India
Palabra de Dios: Isaías 11:6,7.

Un día, alguien vio grandes huellas en el suelo, cerca de la aldea. Inmediatamente reconocieron las huellas como de leopardo. Alarmados, los aldeanos se preguntaron: "¿Qué podemos hacer? El leopardo matará a nuestras vacas".
Pero, resultó ser que no tenían nada de qué preocuparse.
-¡No van a creer lo que vi anoche! -exclamó un hombre-. El leopardo apareció en un campo cercano. Yo estaba por salir a buscar ayuda, cuando vi que el leopardo no estaba atacando a la vaca que estaba allí; en lugar de ello, los dos animales se acurrucaron juntos.
El relato de esta persona era difícil de creer; pero pronto otros confirmaron que era cierto: ellos también fueron testigos de lo mismo. Noche tras noche, el leopardo venía a visitar a su nueva amiga. Los perros de la aldea ladraban y ladraban cada vez que sentían la presencia del salvaje intruso, pero los aldeanos, en realidad, se alegraban por la presencia del leopardo. Desde que el leopardo había comenzado a visitar su aldea, los demás animales dañinos se habían alejado. Funcionarios de Vida Salvaje decidieron dejar que el leopardo siguiera visitando a la vaca.
Un leopardo y una vaca... ¿juntos? Es difícil de creer, ¿verdad? No ocurren cosas como estas generalmente. Pero, son un pequeño anticipo de lo que será el cielo y de la paz que experimentaremos allí. Así es como lo describe el libro de Isaías: "El lobo vivirá con el cordero, y el leopardo se echará con el cabrito, y juntos andarán el ternero y el cachorro de león, y un niño pequeño los guiará. La vaca pastará con la osa, sus crías se echarán juntas, y el león comerá paja como el buey".
¿No será grandioso esto? Hasta los animales se llevarán bien. Sí, el cielo será un lugar maravilloso, y Dios nos invita, a ti y a mí, a que seamos parte de esto.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

NO ABANDONES LA CARRERA


Sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hada la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. Filipenses 3:12-14.

El secreto para correr el maratón de la vida es prepararnos todos los días para ser vencedores. Las mujeres que llegan a ser vencedoras están íntimamente relacionadas con Dios. Una mujer tenaz y de convicciones firmes, que se muestra resuelta y segura al enfrentar la adversidad y al tomar decisiones, seguramente lo logrará. La mejor estrategia para llegar la encontramos descrita en una de las Epístolas del apóstol Pablo: «Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante» (Heb. 12:1).
Todo peso, es decir, todo aquello que nos resta fortaleza y buen ánimo, como la culpa, los malos hábitos, la tendencia al pecado, una vida poco consagrada a Dios, son lastres que estorbarán nuestro progreso en la carrera cristiana. Los participantes de un maratón deben estar en óptima condición física, para que así puedan rendir al máximo. Asimismo, la carrera de la vida nos requiere en óptimas condiciones emocionales y espirituales:
Los corredores con alma de ganadores saben que deben usar los accesorios adecuados, como la ropa y el calzado, para hacer más fácil el trayecto hasta la meta. En la carrera de la vida, es necesario que vistamos la armadura del cristiano. Por supuesto, una alimentación correcta es otro elemento de mucha importancia para los corredores, pues les provee resistencia para no desistir. La mujer cristiana que corre la carrera de la vida debe tener una rica alimentación espiritual, que incluya el estudio de la Palabra de Dios y una dosis abundante de oración.
Lo más extraordinario de la carrera cristiana es que todos los que la comienzan pueden llegar a ser ganadores, no es solamente uno el que se lleva el trofeo. Todos los que corren en nombre del Señor recibirán su recompensa. Dios nos pide hoy que «corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe» (Heb. 12:1-2).

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

DE HECHIZOS Y CURACIONES


Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía (Isaías 26:3).

Cierta vez, un hombre víctima de síntomas no relacionados con ninguna enfermedad o síndrome conocidos, convencido de que lo habían hechizado, fue a ver a su médico. Este puso frente al paciente dos tubos de vidrio, uno lleno de agua oxigenada y el otro de agua pura. Ambos tubos parecían idénticos. El médico sacó sangre del paciente, y la mezcló con el agua oxigenada. La mezcla inmediatamente comenzó a burbujear y a chisporrotear, por lo cual el paciente creyó que era la obra del hechizo.
El médico le dio luego al paciente una sencilla inyección salina y le dijo que esa medicina rompería el hechizo. Después de un rato, le sacó otra vez sangre al paciente y la mezcló con el agua pura del otro tubo. No hubo burbujeo ni chisporroteo, «prueba» de que el hechizo se había roto. El paciente salió del consultorio de su médico sintiéndose curado y llevó a todos sus amigos para que también los curara su excelente y sabio doctor.
La mente ejerce influencia sobre el cuerpo. El cristiano ha de cuidar su salud física y mental como parte de su vida espiritual. En una época de tanta violencia e inseguridad como la nuestra, una de las emociones más comunes que afrontamos es el temor. Es natural y tiene su lado positivo. El temor nos torna precavidos y nos libra de peligros que de otra manera podrían herirnos. Pero hay más temores imaginarios que reales. El filósofo Thomas Hobbes decía que el temor era el factor principal y motivador de la vida humana y que los seres humanos creamos los gobiernos para que nos libren de los temores que podrían hacernos daño. No importa quiénes seamos, dónde vivamos, cuan seguros nos sintamos, todos afrontamos situaciones que nos hacen sentir temor. El temor es una emoción que produce mucho estrés y puede perjudicar gravemente el cuerpo. Es decir, no se limita solamente a lo que se refiere a la mente, también puede tener efectos muy dañinos sobre la salud física.
La buena noticia es que Dios ha prometido guardar en completa paz, libre del temor, a quien confía en él. Cuan necesaria es esta promesa en un mundo tan inseguro como el nuestro. No temas instintivamente peligros que no existen. Teme prudentemente y evita los peligros conocidos. Pero Dios promete librar a sus hijos de todos los temores, reales e imaginarios. ¿Confiarás en él en esta mañana?

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

EL PODER DEL CANTO


Cambiará su desierto en paraíso, y su soledad en huerto de Jehová; se hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto. Isaías 51:3.

La melodía de alabanza es la atmósfera del cielo; y cuando el cielo se pone en contacto con la tierra, hay música y canto, "alabanza y voces de canto".
Por encima de la tierra recién creada, hermosa e inmaculada, bajo la sonrisa de Dios, "alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios". Los corazones humanos, al simpatizar con el cielo, han respondido a la bondad de Dios con notas de alabanza. Muchos de los sucesos de la historia humana han estado ligados al canto.
La historia de los cantos de la Biblia está llena de sugerencias en cuanto a los usos y beneficios de la música y el canto. A menudo se pervierte la música haciéndola servir propósitos malignos, y de ese modo llega a ser uno de los agentes más seductores de la tentación. Pero, debidamente empleada, es un precioso don de Dios, destinado a elevar los pensamientos a temas más nobles, a inspirar y elevar el alma.
Así como los israelitas, cuando andaban por el desierto, alegraron su camino con la música del canto sagrado, Dios invita a sus hijos hoy a alegrar su vida de peregrinaje. Pocos medios hay más eficaces para grabar sus palabras en la memoria, que el de repetirlas en el canto. Y un canto tal tiene poder maravilloso. Tiene poder para subyugar naturalezas rudas e incultas; para avivar el pensamiento y despertar simpatía; para promover la armonía de acción y desvanecer la melancolía y los presentimientos que destruyen el valor y debilitan el esfuerzo.
Es uno de los medios más eficaces para grabar en el corazón la verdad espiritual. Cuan a menudo la memoria trae al alma apremiada y pronto a desesperar alguna palabra de Dios, el tema olvidado de algún canto de la infancia, y las tentaciones pierden su poder, la vida adquiere nuevo significado y nuevo propósito, y se imparte valor y alegría a otras almas...
Cántense en el hogar cantos dulces y puros, y habrá menos palabras de censura y más de alegría, esperanza y gozo. Cántese en la escuela, y los alumnos serán atraídos más a Dios, a sus maestros, y los unos a los otros.
Como parte del servicio religioso, el canto es tanto un acto de culto como la oración.— Youth's Instructor, 29 de marzo de 1904; parcialmente en Mensajes para los jóvenes, pp. 289, 290.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White