martes, 1 de diciembre de 2009

APRENDAMOS A AGRADECER

Así que nosotros, que estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos. Inspirados por esta gratitud, adoremos a Dios como a él le agrada, con temor reverente (Hebreos 12:28).

Una amiga que aprecio mucho me comentó sobre una historia que leyó en una revista. Se trataba del rescate de una ballena hembra que fue estrangulada por las cuerdas de una red para atrapar cangrejos. El inmenso animal casi no podía moverse, y a duras penas lograba mantenerse a flote ya que las cuerdas le tenían todo el cuerpo apasionado. Como si eso fuera poco, alrededor de su cola, el torso y la boca tenia cientos de hilos enredados que empeoraban su situación.
Un pescador que se encontraba en las inmediaciones del lugar alcanzó a verla y de inmediato se comunicó con un grupo de ambientalistas para pedirles que hicieran algo para ayudar al pobre animal. En pocas horas llegó al lugar de los acontecimientos un equipo de rescate para ayudar. Después de hacer un análisis cauteloso de la situación, llegaron a la conclusión de que era menester que una persona nadara hasta el lugar donde estaba la ballena y, con mucho cuidado, cortara las cuerdas que tenían entrada.
La tarea, aunque parecía sencilla, en realidad no lo era, pues había el peligro de que con tan solo un aletazo del animal el rescatador muriera. Sin pensarlo dos veces uno de los rescatistas se ofreció para realizar la tarea. Bajó hasta el lugar donde estaba la ballena estancada y, poco a poco, cortó cada una de las cuerdas. Otro de los rescatistas hizo lo mismo pero con las cuerdas que estaban en la región de la cabeza y la boca.
Cuando el cetáceo estuvo liberado comenzó a nadar de forma circular alrededor de los rescatistas, produjo unos movimientos que podían identificarse como una forma de agradecer. El hombre que tuvo a su cargo el corte de las cuerdas que estaban alrededor de la boca informó al periódico local que, mientras cortaba las cuerdas, la ballena lo miraba de una forma tal que nunca olvidará: «Era como si con los ojos me hubiera querido decir: “Muchas gracias”».
Al meditar en esta hermosa historia pensé lo bueno que sería si desarrolláramos la práctica de agradecerle a todas aquellas personas que alguna vez en la vida han hecho algo bueno por nosotros.

Evelyn Omaña
Tomado de la Matutina Manifestaciones de su Amor.

EL PODER DEL AMOR

Cuando al Señor le agrada la conducta de un hombre, hasta a sus enemigos los pone en paz con él. Proverbios 16:7

John Brooker poseía una granja de animales salvajes en Sudáfrica. Consideraba que Momo, su rinoceronte negro, era uno de los animales más temibles de su colección.
Con un peso de casi novecientos kilos, Momo, no solo era muy fuerte, sino que también era impredecible. John decía que los guardas del parque no se podían acercar a Momo sin antes dispararle un dardo tranquilizador.
Entonces Lauren entró en escena. Mientras visitaba la granja con su padre, Lauren Gordon se encaramó a la valla y entró en el establo del rinoceronte.
El aterrorizado padre de Lauren la llamó a gritos para que saliera inmediatamente del recinto, pero la rubia jovencita le aseguró a su padre que Momo no le haría daño. Y no lo hizo.
Desde ese día, Lauren, una niña de once años, ha visitado regularmente a su amigo el rinoceronte. Le gusta hablar con él, acariciar su cuerno y darle de comer con la mano.
Una vez, cuando un fotógrafo fue a tomar una fotografía de esa extraña amistad, Momo hizo que el hombre se tuviera que subir a un árbol. Pero cuando Lauren hubo hablado con Momo, el rinoceronte le permitió que tomara todas las fotografías que quisiese.
Esta historia no está pensada para animarte a desafiar al destino enfrentándote a animales peligrosos, sino para recordarte el poder del amor y la amabilidad.
Si el amor puede ganarse el corazón de un animal salvaje y peligroso como Momo, piensa en lo que podría hacer por el joven que intimida en la escuela o el vecino gruñón. Jamás los sabrás si no lo pruebas.

Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

IMPOSIBLE QUE DIOS TE OLVIDE

Pero Sion dijo: «Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mi. Isaías 49:14.

Puedes estar completamente convencido en lo más íntimo de que el Señor estará siempre a tu lado, tanto en la prosperidad como en la adversidad. En realidad, no existe momento ni circunstancia en que no disfrutemos de su dulce compañía. El Señor nos dice a cada uno: «Tus parientes pueden olvidarte, tus amigos abandonarte, pero yo no me olvidaré jamás de ti. Aun podrías negarme en un momento de debilidad, pero yo no te negaré».
Cuando Pedro negó conocer a Cristo, Jesús no le pagó con la misma moneda. El Señor no negó conocerlo. Es posible que fallemos o dudemos, pero no debemos centrarnos en esos fracasos. En vez de ello, nuestro Señor quiere que centremos nuestra atención en él.
Afortunadamente, nuestro amoroso Padre celestial no actúa igual que nosotros. Recuerdo a un amigo a quien todos admiraban por su vida consagrada a la obediencia, la oración y el estudio de la Palabra de Dios. Su vida de devoción era una inspiración para muchos. Durante más de cuarenta años de servicio fiel al Señor, inspiró a centenares de personas, que conocieron su poderoso testimonio. Al final de su carrera en la vida cristiana, se comentó que había fallado. ¿Saben cuál fue la actitud de los que le conocían? Olvidaron su hermoso pasado y lo evaluaron por ese único error cometido. Lo declararon hipócrita, infiel, mentiroso, alguien que solo fingía la santidad.
Qué bueno es saber que Dios no evalúa nuestra vida según nuestra capacidad de mantenernos fieles, sino según su fidelidad y por la obra que Cristo completó en la cruz del Calvario. El Salvador sabe que tendremos caídas, pero, a pesar de ello, siempre seguiremos siendo los beneficiarios de su gracia infinita y su amor eterno. Después de la resurrección, una de las primeras cosas que Jesús hizo fue ir a donde Pedro y tranquilizarlo con su amor eterno. El plan de Dios para la vida de Pedro no había cambiado. Jesús lo alentó para que no se rindiera. Una persona que vive por fe reconocerá el hecho de que Dios nunca se da por vencido con ella.
Confía completamente tu vida al Señor. Él entiende tus debilidades y tu deseo de amarlo. Hazlo incluso cuando sientas que le has fallado. Él está presto a recibirte y demostrarte su amor.

Tomado de la Matutina Siempre Gozosos.