viernes, 8 de enero de 2016

UN CIELO AZUL

Tu Oración: Gracias, Dios, por el cielo azul, que puedo ver cada día.

Versículo para hoy: “Al firmamento Dios lo llamó ‘cielo’”. Génesis 1:8.


¿Te has preguntado alguna vez por qué el cielo se ve azul de día? Es una pregunta interesante y sencilla de responder.

Nuestro planeta está rodeado de una capa invisible llamada “atmósfera”, que está formada por varios gases, como el nitrógeno y el oxígeno. La luz del sol es blanca, o sea que está formada por los colores violeta, índigo, azul, verde, amarillo, anaranjado y rojo, precisamente los colores del arco iris. Cuando esa luz blanca atraviesa la atmósfera, todos los colores se dispersan, pero nuestros ojos, que responden principalmente al rojo, al verde y al azul, ven este color con mayor facilidad.

Un poquito de ciencia
Te propongo hacer un pequeño y fácil experimento. Solamente necesitas esperar a que oscurezca, o ve a una habitación en la que casi no haya luz. Ten a la mano un vaso de vidrio, una linterna, un cuentagotas, leche y una cuchara.
Vierte agua en el vaso, sin llenarlo. Enciende la linterna y dirige su luz para que pase a través del vaso. ¿Cuál es el color del agua y del vaso? Luego, agrega una gota de leche y revuelve con la cuchara. ¿De qué color se ven el agua y la luz? Dibuja las respuestas en tu libreta de observaciones.

Devoción matutina para niños pequeños 2016
Pequeños científicos de Dios
Por: Cesia Alvarado Zemleduch

CAMINA CON JESÚS

Materiales: Zapatitos cómodos para caminar.

Hoy quiero contarte algo sobre mí. Me gusta caminar porque me ayuda a estar más fuerte y saludable. ¿Te gustaría hacerlo conmigo? Pero antes, debemos estirar las piernas. Primero la derecha y luego la izquierda. Ahora caminemos un poco. ¡Qué divertido es caminar! Y es más divertido si caminas con un amiguito especial.
La Biblia relata que Jesús tenía un amigo superespecial. Se llamaba Enoc, y ellos caminaban juntos y conversaban todos los días. ¡Qué maravilloso! Un día caminaron tanto que Jesús le dijo: «Enoc, ¿porqué no vienes a mi casa?». Así, Jesús se llevó a Enoc al cielo.
Tú también puedes ser un amiguito especial de Jesús. Puedes hablar con él todos los días por medio de la oración y caminar con él. Aunque no lo veas, Jesús está a tu lado y te escucha. Y un día vendrá para llevarte a su casa en el cielo.
Mientras tanto, puedes caminar y conversar con tus amigos. Además, puedes cantarles esta hermosa historia que aprendiste hoy.

Tomado de devoción matutina para niños pequeños 2016.
Pasito a pasito, Crezco y aprendo
¡Vive y crece sanamente!
Por: Kathy Hernández de Polanco

¿QUÉ ACABAS DE DECIR?

Den a todos el debido respeto (1 Pedro 2:17, NVI).

-¡Chau, enano! -Angelo saludó al automóvil rojo que salía del estaciona- | miento de la iglesia. Luego se dio vuelta y vio a su padre detrás de él.
-¿Perdón? -le preguntó su papá con el ceño fruncido-, ¿Qué acabas de decir?
De repente allí, de pie, a la sombra de su padre, Angelo se sintió avergonzado.
-Dije: “Chau, enano” -masculló.
El verdadero nombre de “Enano” era Bill Stafford, y era un hombre enano. A pesar de ser un adulto, era más bajo que la mayoría de los chicos. Angelo no había sabido cómo reaccionar ante él cuando Bill y su familia empezaron a asistir a la misma iglesia. Pero, Enano era simpático y de buen carácter, y pronto Angelo se dio cuenta de que no era tan diferente. Enano conducía un auto (utilizando extensiones en los pedales), y tenía un empleo normal y muchos amigos; incluidos los chicos de la iglesia. Angelo se sentía cómodo con él. Ahora, parado junto a su padre, Angelo se preguntaba si quizás estaría demasiado cómodo.
-El hecho de que él sea de tu tamaño no significa que no sea un adulto. Quiero que lo trates con el mismo respeto que a los demás adultos.
-Pero a él no le molesta; ¡todos los chicos lo llaman así! – insistió Angelo.
-Todos los chicos… excepto tú -le dijo firmemente el padre- Tú lo llamarás señor Stafford.
Hizo una pausa y le preguntó:
-¿Él te cae bien, verdad?
-Sí, mucho; es genial.
-Entonces, ¿no deberías tener ganas de tratarlo con respeto, sin importar lo que hagan los demás? -le preguntó su padre con sencillez.
Angelo asintió:
-Creo que no lo había pensado de esa forma.

SPLASH:
En Kenia, las diferentes formas de dar la mano al saludar significan distintos niveles de respeto. Si respetas mucho a alguien, lo saludas con tu mano derecha, mientras tu mano izquierda descansa en el hueco interior de tu codo derecho.

¿Y AHORA?
Cuando tratas a las personas con respeto, disfrutan de estar contigo. Hoy, observa las formas en que puedes hacer que la gente que te rodea se sienta valorada.

Tomado de: Matinal para Adolescentes 2016
“Intensamente, Ejercita tu Cerebro”
Compilado por Penny Estes Wheeler

BASTA DE QUEDARSE MIRANDO LOS PIES

Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. Juan 3:17.

Se lo llamaba “el árbol del conocimiento del bien y del mal”. Al principio, después de comer, Adán y Eva pensaron que sentían algo bueno. Debieron de haber sentido que eran más listos. Con frecuencia, el pecado da una sensación de placer inmediato, pero es temporario. Sin embargo, al igual que mucho algodón de azúcar, no tiene sustancia y te deja con un terrible dolor de estómago. Eso es el conocimiento del mal y, todo el tiempo, el amoroso Creador había estado intentando protegerlos de eso.
Cada niño nacido en el mundo ha conocido la culpa luego del juramento de fidelidad de Adán y de Eva hacia Satanás. Desde entonces, ha mantenido a las personas corriendo, escondiéndose y culpándose. Ahora, echémosle un vistazo más de cerca a la culpa y veámosla en acción.
Supongamos que Josué está molesto con Marcos porque este consiguió una mejor nota en el examen de Ciencias. Así que, bajando los escalones de la escuela, le saca la lengua a Marcos y lo llama “Marcos, cerebro de sapo”. Corre hacia adelante y grita sobre su hombro: “¡Marcos es un cerebro de sapo, Marcos es un cerebro de sapo!” Como no conoce a Jesús, Marcos va por el señuelo y corre para alcanzarlo de manera que pueda golpear a Josué justo en su cara. Hay una breve riña, pero Josué pelea hasta liberarse y se va corriendo, burlándose y provocándolo. Con la cara roja, Marcos está tan histérico que no puede pensar rectamente, así que recoge la piedra más cercana y la arroja con toda su fuerza. Yerra en darle a Josué y choca contra la ventana delantera de la casa de la señora Pérez. La señora Pérez sale corriendo por la puerta, agitando en el aire un dedo acusador. Ahora, escucha la defensa de Marcos: “¡No fue mi culpa! ¡Josué me hizo hacerlo!”
Así es como siempre trabaja la culpa. Siempre es la culpa de otro. Adán le dijo a Dios que era la culpa de Eva, y Eva dijo que era culpa de la serpiente.
La señora Pérez agarró a Marcos por la oreja y lo condujo derecho a la oficina del director. Ahora, echémosle un buen vistazo a Marcos. Arrastra los pies y se los queda mirando. Todo lo que el director puede ver en su mirada furtiva hacia arriba es un poco del blanco de sus ojos. ¡Culpa!
Y esta es la razón por la que Dios envió a su Hijo al mundo: para que nuevamente miremos sin vergüenza hacia arriba.

Tomado de devoción matutina para menores 2016
¡GENIAL! Dios tiene un plan para ti
Por: Jan S. Doward

“PAPÁ” DICE QUE ESTOY

El progreso no es un accidente. Herbert Spencer

Penni entró en la cafetería, pidió un sándwich y se sentó en una mesa. A su lado, una familia celebraba la participación de su hijo en un partido de baloncesto. Con la intención de ser amable, Penni dijo al muchacho: “Tu equipo debe de haber ganado, ¿eh?” El pequeño sonrió y respondió: “No, perdimos 24-2”. “Entonces, ¿tú anotaste la única canasta de tu equipo?”, preguntó ella. “No. Yo lancé el balón ocho veces, pero solo tres lanzamientos tocaron el aro”, comentó el niño. Penni no salía de su asombro; aquella familia parecía estar celebrando algo que muchos hubieran preferido ocultar. Ante la cara extrañada de la desconocida preguntona, el niño añadió: “Estamos celebrando porque en el partido anterior lancé nueve veces y ni una toqué el aro. Papá dice que estoy progresando”.*
No te asombres si, a estas alturas de tu vida cristiana donde ya creías que tendrías superadas muchas más cosas, todavía te descubres con tristeza a ti misma cayendo en “errores” de principiante. No te sorprendas ni te ocultes, simplemente acepta las cosas como son y sigue adelante, “porque aunque siete veces caiga el justo, volverá a levantarse” (Prov. 24:6, RV95). En realidad, lo que importa es que ante los ojos del Padre celestial, estés progresando. A muchos podrá extrañarles que todavía no hayas superado cuestiones espirituales que para ellos son pan comido, pero no por eso tu experiencia deja de ser valiosa, porque cada camino conduce a la salvación de un alma.
“La senda de los justos se asemeja a los primeros albores de la aurora: su esplendor va en aumento hasta que el día alcanza su plenitud” (Prov. 4:18). Claro que una quisiera encestar el primer lanzamiento que hace, pero si así fuera, no sé cuánto valoraríamos nuestro propio progreso ni cuánto estaríamos dispuestas a continuar progresando. Dios, en su sabiduría, ha considerado que la mejor receta, es la cocinada a fuego lento. Por eso, no juzguemos a los demás en su aparente inmadurez espiritual ni nos subestimemos por no haber alcanzado las alturas esperadas; simplemente, continuemos nuestra tendencia de crecimiento. “El carácter se da a conocer, no por las obras buenas o malas que de vez en cuando se ejecuten, sino por la tendencia de las palabras y de los actos habituales en la vida diaria” (El camino a Cristo, cap. 7, p. 86).

“La senda de los justos se asemeja a los primeros albores de la aurora: su esplendor va en aumento hasta que el día alcanza su plenitud” (Prov. 4:18).

* Alice Grey y Barbara Baumgardner, Storíes /or the Heart [Historias para el corazón] (Oregón: Multnomah Publishers, 2000), p. 22.

Tomado de Lecturas Devocionales para Damas 2016
ANTE TODO, CRISTIANA
Por: Mónica Díaz

“EL EFECTO PINOCHO”

“El que dice la verdad permanece para siempre, pero el mentiroso, solo un instante” (Proverbios 12:19).

Sabías que después de la Biblia, Las aventuras de Pinocho es el libro traducido a un mayor número de idiomas? Así es, de acuerdo con la medición hecha por el Index Translatorium de la UNESCO. El relato del pequeño muñeco de madera que quería ser un niño de verdad, en poco más de cien años se ha convertido en una de las obras más populares del planeta. Sé que conoces muy bien los detalles del cuento escrito por el italiano Cario Collodi entre 1882 y 1883, y supongo que estás al tanto de cuál era el gran problema de Pinocho. ¿Lo recuerdas? A Pinocho le crecía la nariz cada vez que mentía, y él mismo llegó a admitir que no podía parar de mentir. Como lo era para Pinocho, mentir se ha tomado una práctica muy común en nuestro medio.
Según una encuesta, en los Estados Unidos dos de cada tres jóvenes reconocieron haberles mentido “a sus padres, maestros, o a alguien más en los últimos tres meses”. Un sesenta por ciento confesó haber mentido a un amigo en el mismo período de tiempo. Otros dijeron que habían copiado “en alguno de sus exámenes en los últimos tres meses” (Scot McKnight, Sermón on the Mount, p. 110). ¿Te imaginas qué hubiese sucedido si la nariz de estos muchachos les hubiera crecido cada vez que recurrían a la mentira o el engaño?
El Hada tenía razón cuando le dijo a la pequeña marioneta que hay dos tipos de mentiras: “Las que tienen piernas cortas y las que tienen nariz larga”. En otras palabras, la mentira no llega lejos, siempre acaba descubriéndose; como dice Salomón: dura “solo un instante”. De paso, la nariz puede delatarnos cuando mentimos, puesto que entra en una fase muy activa cada que vez que engañamos. En 2013 los investigadores de Psicología Experimental de la Universidad de Granada, España, publicaron un estudio en el que demostraban que la “temperatura de la nariz” se eleva cada vez que mentimos. Ellos han denominado esto como “El efecto Pinocho”.
Siendo que la mentira acaba siempre descubriéndose, ¿no crees que es más provechoso que nos comprometamos con decir la verdad? Si, como dice la Biblia “el mentiroso no saldrá bien librado” (Proverbios 19:5), ¿qué sentido tiene que nos expongamos al “efecto Pinocho”?

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2016
“VISITA MI MURO, 366 MENSAJES QUE INSPIRAN”
Por: J. Vladimir Polanco

EL MÉTODO DE RESCATE DEL INCENDIO DIVINO

“En tiempos antiguos Dios habló a nuestros antepasados muchas veces y de muchas maneras por medio de los profetas. Ahora, en estos tiempos últimos, nos ha hablado por su Hijo, mediante el cual creó los mundos y al cual ha hecho heredero de todas las cosas”. Hebreos 1:1,2, DHH

¿Qué pasaría si te despertases una noche y descubrieras la casa de tu vecino de al lado envuelta en llamas? Y, saliendo a toda prisa, reconoces a su niñita gritando por la ventana de su habitación en el segundo piso. Con sus padres brillando por su ausencia, entras corriendo por la puerta principal y subes las escaleras hasta su habitación. Paralizada por el pánico y aún chillando, la niña rehúsa abandonar la ilusoria seguridad de su alcoba. Intentas darle mimos, convencerla, pero todo es inútil. Tiene demasiado miedo.
Mientras tanto las llamas crepitan en la sala. Es ahora o nunca. ¿Qué harías? Lo que cualquier bombero haría en la misma circunstancia. Agarras a la niña, con tu brazo sobre sus extremidades agitadas, con tu mano sobre su boca, y echas a correr como si de ello dependiera tu vida, y en verdad es así. ¿Por qué? Porque cuando la casa está incendiada no hay tiempo para sutilezas corteses. La regla del bombero es simple: rescata primero, explica después.
¿Podría esta regla ser la explicación de los actos de Dios en el Antiguo Testamento? ¿Cuántas veces dio la impresión de que su casa de fe estaba envuelta en llamas? Sus hijos profundamente dormidos o distraídos o incluso presa del pánico, y todas las súplicas y todos los mimos divinos a través de los profetas y los patriarcas por igual parecían no despertarlos ni cambiarlos. ¿Qué ha de hacer un rescatista? Si su objetivo es salvar a los atrapados, tendrá que rescatar primero y explicar después. No porque no tenga una disposición al diálogo y a la conversación razonada, sino porque ¡el peligro es demasiado inminente como para explicar en el instante!
Precisamente eso fue lo que Dios hizo, casi sacando a sus hijos a rastras de una crisis tras otra. Las explicaciones plenas, sencillamente, tendrían que esperar, porque su supervivencia dependía de un rescate divino inmediato.
Nuestro texto declara: “En tiempos antiguos Dios habló a nuestros antepasados muchas veces y de muchas maneras por medio de los profetas. Ahora, en estos tiempos últimos, nos ha hablado por su Hijo”. Porque “en estos últimos tiempos” Jesús sigue siendo la explicación más clara de Dios y su amor. Cuando, en el Calvario, su propia casa se encontraba envuelta en llamas y no había nadie allí para rescatarlo, vimos al fin las profundidades del amor divino que se sacrificó a sí mismo para que pudiéramos ser salvos de las llamas por los siglos de los siglos. Amén.

Tomado de Lecturas devocionales para Adultos 2016 
EL SUEÑO DE DIOS PARA TI
Por: Dwight K. Nelson