lunes, 25 de enero de 2016

UN VASO DE AGUA

Materiales: «Beba usted, y también les daré agua a sus camellos». Génesis 24: 14

¿Alguna vez has estado muy cansado y sediento? Así estaba Eliezer, el ayudante de Abraham, a quien le habían encargado una tarea especial. Sus camellos estaban cansados y cargados de regalos. Quizás te preguntarás: ¿Para quién eran tantos regalos?
Eran para la joven que iba a ser la esposa de Isaac. Pero Eliezer no sabía quién era, por eso, él le pidió a Dios que la joven que le diera agua a él y a sus camellos, fuera la elegida.
Esa joven fue Rebeca. ¿Sabes qué? Ella no solo les dio agua fresca, sino que también les dio comida y los llevó a su casa para que descansaran. Como resultado de esto, recibió muchos regalos y se convirtió en la esposa de Isaac.
¡Qué lindo mensaje! Cada vez que ayudas a alguien, dándole un vaso de agua, o un plato de comida, o un abrigo si tiene frío, o compartiendo con él tu asiento en la iglesia o el banco en el parque, tú también estás ganando regalos, pero no aquí en la tierra, sino en el cielo. El gran regalo de que Jesús te llevará algún día a vivir con él.

Oremos: Querido Jesús, ayúdame a ser generoso.

Pasito a pasito, Crezco y aprendo
¡Vive y crece sanamente!
Por: Kathy Hernández de Polanco
#ViveYCreceSanamente  #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaPreescolares #vigorespiritual #plenitudespiritual

SOBRE EL AGUA

Tu Oración:  Querido Dios, te doy gracias por el inmenso mar. Cada día quiero aprender sobre tu hermosa creación.

Versículo para hoy: “La revestiste con el mar, y las aguas se detuvieron sobre los montes”. Salmos 104:6.

 La sal del mar ayuda a que los barcos floten. Es más fácil que naveguen en agua salada que en agua dulce. Cuando nadas en un río o una piscina, cuesta más flotar porque el agua es dulce; pero, si vas al mar, no y te cansas tanto gracias a la sal del agua.

Un poquito de ciencia
Con un sencillo experimento, averiguarás cómo flota un huevo usando diferentes elementos. Necesitarás tres huevos, tres vasos grandes de vidrio, agua, sal y azúcar.
Con ayuda de tu mamá, llena de agua el primer vaso, mezcla una cucharada de sal y revuelve bien hasta que se disuelva; de algún modo, marca que ese vaso tiene “sal”. Pon agua en el segundo vaso, agrega una cucharada de azúcar y revuelve vigorosamente hasta que se haya disuelto; señala de algún modo que ese vaso tiene “azúcar”. Llena el tercer vaso con agua y marca que tiene solamente “agua”.
Coloca un huevo dentro de cada vaso y dibuja en tu libreta de observaciones qué sucede con cada uno.

Devoción matutina para niños pequeños 2016
Pequeños científicos de Dios
Por: Cesia Alvarado Zemleduch
#PequeñosCientíficosDeDios #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaInfantes #vigorespiritual #plenitudespiritual

¿COMO TE LLAMAS? - EL QUE RÍE

Respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él. Génesis 17:19.

Dios les prometió un hijo a Abraham y a Sara. Por muchos años, esta promesa fue la esperanza de sus vidas. iAlgún día tendrían un hijo varón que, de hecho, sería el antepasado de Jesús!
Pero el tiempo pasaba y todavía no había bebé. Entonces, Abraham tuvo una idea. Quizá, la promesa se cumpliría adoptando a Eliezer, su siervo de confianza, como su hijo. Pero ila respuesta de Dios a esa sugerencia fue un categórico “No”!
Más años pasaron. El hijo prometido todavía no había llegado. Cuando la mayoría de las personas de su edad ya eran abuelos, Abraham y Sara todavía estaban anhelando convertirse en padres. ¿Qué hacer? Entonces, un día Sara tuvo una idea. La mejor manera de salir del problema era que Abraham se casara con su criada egipcia, Agar. Las oportunidades de tener un hijo serían mucho mayores de esta manera. Parecía lógico, pero Dios nunca tuvo la intención de que un hombre tuviera dos esposas. El había prometido que Sara tendría su propio niño. Abraham se casó con Agar y tuvieron un hijo, llamado Ismael. Sin embargo, este no era el hijo prometido.
Cuando Abraham tenía 99 años, Dios le dijo otra vez que Sara tendría un hijo. Abraham se postró ante el Señor, y Sara se rio disimuladamente.
Ismael estaba creciendo hasta llegar a ser un hombre joven, y era de la misma carne y sangre que Abraham. ¿No podía el Señor aceptar a este niño como el prometido? “Y dijo Abraham a Dios: Ojalá Ismael viva delante de ti” (Génesis 17:18).
Y luego Dios respondió a Abraham con las palabras de nuestro versículo de hoy. El Señor hasta le puso nombre al bebé antes de que naciera.
Al año siguiente, cuando Abraham tenía cien años y Sara tenía noventa, la promesa finalmente se cumplió. Sara dio a luz a Isaac. Y, ¡oh, qué regocijo! ¡Qué momento absolutamente feliz fue ese! Para Sara, fue puro gozo. “Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo” (Génesis 21:6).
Qué apropiado fue Dios al llamar al pequeño Isaac “el que ríe”.

Tomado de devoción matutina para menores 2016
¡GENIAL! Dios tiene un plan para ti
Por: Jan S. Doward
#GenialDiosTieneUnPlanParaTi #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaMenores #vigorespiritual #plenitudespiritual

¿CÓMO ESTÁS TÚ HOY?

Luego que clamaron a Jehová en su angustia, él los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte (Salmo 107:13,14).

Como eres una persona joven, ante tantas cosas que suceden en tu vida -quizá conflictos en la escuela, amistades llenas de baches, problemas familiares-, todo esto puede hacerte sentir desanimado. Pero ¿cómo puedes saber si lo que estás experimentando es más que simple desánimo?
Responde las siguientes preguntas. Responde “Sí” solamente si ese hecho ha durado, al menos, dos semanas.
¿Estás casi siempre desanimado o de mal humor? SI – NO
Las actividades que te gustaba hacer ¿han dejado de interesarte? SI – NO
¿Aumentaste o bajaste mucho de peso? SI – NO
¿Duermes mucho o muy poco? SI – NO
Tu cuerpo ¿se siente inquieto o como si no tuviera energía? SI – NO
¿Sientes como que no hay esperanza y no puedes hacer nada para cambiarlo? SI – NO
¿Te sientes despreciable o culpable sin una razón valedera? SI – NO
¿Tienes problemas para concentrarte? SI – NO
¿Piensas mucho en la muerte o el suicidio? SI – NO
Si has respondido “SÍ” a cinco o más preguntas, podrías estar sufriendo de depresión. Es importante que hables con un adulto en quien confíes, para que te ayude, ya sea que estés deprimido o solamente triste:
El ejercicio físico produce elementos químicos en tu cerebro que te hacen sentir feliz. Una dieta bien balanceada puede ayudar a dar un impulso a un cerebro triste. Hablar con un consejero puede ayudar a averiguar por qué te sientes deprimido. La oración te conecta con Dios y te ayuda a relajar los estresores que causan la depresión.

SPLASH:
No te preocupes, múdate a Dinamarca. Un estudio de ochenta mil personas en todo el mundo, llevado a cabo por de la Universidad de Leicester, en Inglaterra, mostró que la nación con el más alto nivel de felicidad general es Dinamarca.

¿Y AHORA?
¿Qué haces para levantar el ánimo cuando te sientes mal? ¿Es algo que te hace sentir bien contigo mismo, o te sientes peor después?

Tomado de: Matinal para Adolescentes 2016
“Intensamente, Ejercita tu Cerebro”
Compilado por Penny Estes Wheeler
#IntensamenteEjercitaTuCerebro #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaAdolescentes #vigorespiritual #plenitudespiritual

TU ÚLTIMA CARTA

No dejes de recordar a Jesucristo. El apóstol Pablo

Imagina que estás a punto de morir y tienes la oportunidad de escribir una carta. ¿Qué escribirías? Seguramente hablarías de aquellas cosas que, fruto de tu experiencia, han sido la clave de tu crecimiento. ¡Tremendo reto para tan poco espacio! Cuando al apóstol Pablo le quedaba poco para morir (2 Tim. 4:6) escribió a Timoteo para darle las claves de su victoria espiritual. Básicamente el éxito de su experiencia cristiana podía resumirse en una sola frase: “No dejes de recordar a Jesucristo” (2 Tim. 2:8, NVI).
Pablo sabía que podemos perder de vista el verdadero sentido de la vida y la muerte de Cristo por cuestiones superficiales y que, si eso llega a sucedemos, habremos perdido la carrera. Por eso aconseja: “Debes seguir creyendo en lo que aprendiste, y que sabes que es la verdad. […] Todo lo que está escrito en la Biblia es el mensaje de Dios, y es útil para enseñar a la gente, para ayudarla y corregirla, y para mostrarle cómo debe vivir” (2 Tim. 3:14-16, TLA). Sencillo: “Continúa estudiando la Biblia, porque a través de ella conoces a Jesús, y después dalo a conocer a los demás para que encuentren también el verdadero sentido de la vida”.
Lejos de quedarse en la teoría, el apóstol nos ha dado pautas para que sepamos llevar esto a la práctica: “No tengas nada que ver con discusiones necias y sin sentido, pues ya sabes que terminan en pleitos. Y un siervo del Señor no debe andar peleando; más bien, debe ser amable con todos, capaz de enseñar y no propenso a irritarse. Así, humildemente, debe corregir a los adversarios, con la esperanza de que Dios les conceda el arrepentimiento para conocer la verdad, de modo que se despierten y escapen de la trampa en que el diablo los tiene cautivos” (2 Tim. 2:23-26, NVI).
“Teniendo en cuenta las circunstancias de Pablo, sus palabras parecen asombrosas. Estaba a punto de morir. Veía que había falsos maestros empeñados en destruir la iglesia. Lo habían traicionado y abandonado. Otro hubiera dicho: ‘Destruye a los herejes y no te preocupes por las bajas civiles’. Pero él no lo hizo. En lugar de eso dijo: ‘No seas contencioso. No te dejes desviar por cuestiones secundarias. Sé amable. Ten paciencia. Cuando otros actúen con maldad, sopórtalos y confía en Dios’ Para lograrlo, no dejes de recordar a Jesucristo. *
* Joshua Harris, Cava más hondo (Miami: Unilit, 2011), p. 218.

“No dejes de recordar a Jesucristo” (2 Tim. 2:8, NVI).

Tomado de Lecturas Devocionales para Damas 2016
ANTE TODO, CRISTIANA
Por: Mónica Díaz
#AnteTodoCristiana #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaMujeres #vigorespiritual #plenitudespiritual

QUE NADIE TE MENOSPRECIE

“Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir” (1 Timoteo 4:12, NVI).

“Necesitamos que nos esculpa una estatua de mármol, en la que María sostenga en sus brazos el cuerpo muerto de Jesús. Le pagaremos cuatrocientos ducados de oro, y debe entregar la obra en un año a partir de esta fecha”. Con estas palabras, el cardenal de San Dionisio le encomendó a un joven de tan solo veinticuatro años, la elaboración de una obra escultórica que formaría parte de la decoración de la imponente Basílica de San Pedro del Vaticano. El muchacho no era un artista de renombre; pero ahora tenía una maravillosa oportunidad, y por nada del mundo debía desperdiciarla. Aceptó el reto y en poco tiempo comenzó a trabajar en el inmenso bloque de mármol, que personalmente buscó en los Alpes Apuanos. Con una tenacidad indescriptible, trabajó arduamente día y noche, y concluyó la escultura varios días antes de que finalizara el plazo.
Cuando la gente contempló la suntuosa y cuasi perfecta obra de arte, de inmediato comenzaron a dudar de que un joven hubiera podido esculpirla. Cuenta una anécdota que, tras escuchar los comentarios de la gente, una noche el joven tomó su cincel y sobre la cinta que cruza el pecho de María, escribió: “Miguel Angel, florentino, lo hizo”.
Sin duda alguna, La Piedad -así se llama la escultura- es una de las máximas expresiones artística del humanismo renacentista. Su belleza y su acabado impecables le permitieron a Miguel Ángel descollar y abrirse camino hasta consagrarse como el artista más importante de su época. ¿Qué habría sido de él si hubiera rechazado el reto de llevar a cabo la obra a causa de su juventud?
Miguel Angel tuvo una oportunidad, y la aprovechó al máximo. El esmero con que llevó a cabo su trabajo nos sirve de ejemplo para que aprendamos cómo se pone en práctica el consejo de Pablo: “Evita que te desprecien por ser joven” (1 Timoteo 4:12). Cada día Dios va poniendo en tu camino oportunidades, grandes y pequeñas, que si las aprovechas sabiamente harán de ti un hombre o una mujer que nadie podrá menospreciar. Ponte en las manos de Dios, quizás hoy tengas la oportunidad de iniciar la construcción de tu propia “Piedad”.

Por: J. Vladimir Polanco Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2016
“VISITA MI MURO, 366 MENSAJES QUE INSPIRAN”
Por: J. Vladimir Polanco
#VisitaMiMuro #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaJovenes #vigorespiritual #plenitudespiritual

UN GRITO EN LA OSCURIDAD

“Desde el mediodía y hasta la media tarde quedó toda la tierra en oscuridad. A las tres de la tarde Jesús gritó a voz en cuello: ‘Eloi, Eloi, ¿lama sahactani?’ (que significa: ‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?’ ” Marcos 15:33, 34, NVI

He oído algunos gritos humanos. Como padre he oído a mis hijos expresar con gritos su dolor o su temor. Como pastor he recorrido pasillos de hospital y he escuchado los gritos de dolor tras puertas cerradas. Pero nunca he oído el ostensible terror total del grito del Gólgota: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” Ese grito “con voz potente” (el griego pone Jone megale, de donde deriva nuestra palabra “megáfono”) no fue ningún gimoteo. Sin duda, como grito final suyo, fue un “grito agudo y atroz” (Signs of the Times, 14 de abril de 1898).
¿Qué es este terror, procedente del centro de la cruz, relacionado con el abandono de Dios? ¿Podría ser que Jesús capta en la oscuridad la aproximación silenciosa y escurridiza de la segunda muerte, esa muerte que es eterna, esa muerte de la que hasta ahora nadie ha sido testigo en lugar alguno del universo? Llamada muerte “segunda” en Apocalipsis 20:6 y muerte “eterna” en Romanos 6:23 (como antítesis de “vida eterna”), ¿era el terror anónimo de este enemigo sin nombre lo que desencadenó el ostensible grito de Cristo?
La fúnebre oscuridad sobrenatural que rodeó su cruz era evidencia de que la separación contra la que Jesús había rogado en el huerto se estaba produciendo ahora. “Dios mío, Dios mío”. Ahora no hay ningún “¡Abba, Padre!”, se sentía solo, Aquel con el que había compartido la eternidad pasada se había ido. “¿Por qué me has abandonado?” Pero ese grito no recibe respuesta alguna, salvo el silencio de la tumba en la oscuridad de la cruz. Ha sido cortado para siempre. Los prelados burlones y la chusma tenían razón. “A otros salvó, pero a sí mismo no se puede salvar” (Mat. 27:42). Y esa es la verdad evangélica. Porque si se hubiese salvado a sí mismo aquella tarde de viernes, eso sería todo lo que se salvaba. Solo él. Es la incomprensible verdad del amor divino, el amor de Dios en Cristo, lo que le impidió salvarse a sí mismo, llevándolo en lugar de ello a sacrificarse por los siglos de los siglos, solo por salvar a pecadores como tú y yo. Ni siquiera su grito en la oscuridad pudo hacerlo cambiar de opinión ni dar marcha atrás a su elección. El Dios que nos eligió al principio nos escogió al final, cuando para él todo acabó aquella tarde.

Tomado de Lecturas devocionales para Adultos 2016
EL SUEÑO DE DIOS PARA TI
Por: Dwight K. Nelson
#ElSueñoDeDiosParaTi #MeditacionesMatutinas #DevocionMatutinaParaAdultos #vigorespiritual #plenitudespiritual