sábado, 28 de mayo de 2011

CUMPLIENDO EL PROPÓSITO

A esta mujer se le apareció el ángel deje Jehová y le dijo: ¿Tu eres estéril y nunca has tenido hijos, pero concebirás y darás a luz un hijo.(Jueces 13:3).
El comentario bíblico adventista hace esta interesante declaración: «Algunos de los hebreos más eminentes nacieron de madres que hasta entonces habían sido estériles. En un sentido muy especial, estos niños fueron dadivas de Dios, concedidos a sus padres, porque estos estaban enteramente consagrados al Señor, y los criarían de tal forma que pudieran llegar a ser instrumentos especiales del Señor para bien de su pueblo» (t. 2, p. 382).
Las páginas sagradas recogen muchos casos de hombres y mujeres que fueron dadivas de Dios. Sus padres fueron escogidos porque estaban preparados para asumir tal responsabilidad. Sin embargo, aunque todos cumplieron los planes divinos, no todos escogieron la voluntad divina para cumplir ese plan.
Dios siempre cumple lo que promete. ¿Por qué, entonces, se ve forzado a dar tantas vueltas para lograr su propósito en nuestras vidas? La respuesta está en la libertad de elección que dio al ser humano desde el mismo príncipe. Dios podría haberse ahorrado muchos sinsabores y sufrimientos si nos hubiera hecho como maquinas programadas para obedecerlo. Cuando pienso en lo que arriesgo sabiéndolo de antemano, me lleno de un agradecimiento enorme, porque sé que yo fui tan especial para el que asumió mi libertad.
Como madres tenemos el deber de educar a nuestros hijos en el camino de la salvación, pero debemos respetar la libertad que Dios les dio, aunque esto a veces lastime nuestro corazón. Lo cierto es que Dios nunca abandono a los buenos ni a los males. Isaac es un modelo para cualquier joven, sin embargo, su hijo Jacob mancho la historia inmaculada de su padre con mentiras, engaños y separación. José fue corona de rey en manos humildes y su fidelidad trajo felicidad. Y Sansón... Sansón es un ejemplo de cuan necio puede ser el ser humano a pesar de considerarse fuerte. Todos cumplieron su función en la vida, pero no todos tuvieron cl mismo final.
Recuerda que Dios abre un camino para que tu camines en él. Oremos para que no haya desvíos a derecha ni a izquierda. Dios siempre cumple sus propósitos. ¿Cumplo yo el propósito divino para mí?

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

VACACIONES

Si, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen. Apocalipsis 14:13.

¿Te gustan las vacaciones? ¿Esperas tener algunos días o semanas con actividades distintas a las que realizas durante el año? En la vida estudiantil, las vacaciones de verano son las más esperadas, porque además de extenderse varios meses, vienen después de un gran agotamiento físico e intelectual.
Todavía recuerdo cuanto esperaba las vacaciones en mis años de universidad. En las últimas semanas de clases, parecía que todos los profesores se ponían de acuerdo y teníamos que rendir exámenes diariamente, algunos días incluso nos tocaban más de uno. Además, cada profesor exigía como si su materia fuera la única de la carrera. Eso hacía que le quitáramos tiempo a los deportes, la vida social y el descanso nocturno para responder a todas las exigencias. ¡Cuántas preocupaciones y estrés!
Pero, como todas las cosas, en algún momento el año escolar terminaba y recibíamos nuestras notas. ¡Que alegría daba llegar al periodo de vacaciones! Por un periodo largo de tiempo nos olvidábamos de exámenes, trabajos prácticas y requisitos de lectura, y disfrutábamos de otras actividades predilectas. Personalmente, todos los veranos de mis años en la universidad tuve que colportar, y aunque no me agradaba demasiado la tarea, debo admitir que fueron momentos que disfrute junto a Jesús.
La vida cristiana en esta tierra también se asemeja a la vida estudiantil. Hay pruebas que nos preocupan, hay exigencias. Hay metas que alcanzar y objetivos que lograr. Hay momentos de mucha tensión, y para colmo, también hay sufrimientos, amarguras, tristezas y desconsuelo. Job, cuando vivía uno de los momentos más terribles de su vida, exclamo: "esta mi alma hastiada de mi vida" (Job 10:1), y muchos cristianos enfrentan experiencias similares.
La segunda venida de Cristo también merece ser anhelada. Todos los momentos difíciles que podamos vivir no significan nada comparados con el gran premio que Jesús nos está preparando. Y no creas que todo lo que haces es en vano y pasa desapercibido a los ojos divinos, porque el Señor conoce tus trabajos y tus luchas. Sabe cuánto esfuerzo le demanda a sus hijos sostenerse del lado de la verdad. Por eso promete en su Palabra: "Descansaran de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen".
Al salir a las actividades del día de hoy, no te desalientes si debes enfrentar problemas y luchas. Recuerda que Jesús te está esperando con unas preciosas vacaciones.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

CONTADOS

Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Mateo 10:30.

El dolor es como el viento en medio del desierto: sopla inclemente, castiga, duele; hace sufrir. Y, en esas horas, te sientes solo y abandonado. Es humano. Hasta el Señor Jesús, en la hora de dolor, pensó que su Padre lo había abandonado.
El otro día, converse con un jovencito de trece años de edad. Estaba desconectado de la vida. Tenía todo el futuro por delante, pero decía: "¿Qué futuro? A nadie le importa siquiera que existo". Lo decía, porque nunca había conocido a sus padres, y había sido criado por una amiga de la mamá.
Bueno, yo sé que hay momentos en que todo parece complicado y nos sentimos como hojas secas, arrastradas por el viento. Pero entonces, viene la afirmación de Jesús, registrada en el versículo de hoy. Aunque pienses que a nadie le importa tu existencia, a Jesús si le interesa, "pues aun tus cabellos están contados".
¿No es animadora la promesa divina? ¿A quién le importa un cabello? A nadie. Y ¿cuantos cabellos hay en las cabezas de todo el mundo? ¡Incontables! Nadie se daría el trabajo de contarlos. ¿Para qué? ¿Qué importancia tiene un cabello? Para Dios, mucha. Tanto es así que toma interés. ¿Y tú no vales más que un cabello?
Yo sé que este mundo es cruel. Más crueles somos los seres humanos que, cuando queremos hacer sentir insignificante a una persona, sabemos que decir y como decirlo. Pero, si tú eres una de esas personas heridas por la vida; si te sientes solo y abandonado; si crees que nadie te ama; si hay horas en que, al mirarte en el espejo de la vida, tú tampoco te aceptas. Si esto es así, piensa en la maravillosa figura que Jesús usa en el versículo de hoy para decirte que tú eres muy importante para él.
Tu valor no se mide por lo que tienes o por lo que eres, sino por lo que Dios piensa de ti. En casa de mis padres, hay un sombrero viejo y gastado por el tiempo. No vale nada. Cualquier persona que no conoce la historia podría echarlo a la basura; pero, para mis hermanos y para mí, aquel sombrero no tiene precio. Fue el sombrero de nuestro padre.
El valor de aquel sombrero no radica en el objeto en sí, sino en lo que ese viejo sombrero significa para nosotros.
Puede ser que ni tu ni yo valgamos nada en sí, pero tu valor reside en lo que significas para Jesús; y, para él, no tienes precio, como no lo tenía su sangre derramada en la cruz. Entonces, sal hoy, para enfrentar los desafíos del día, sabiendo que vales mucho, y que "aún tus cabellos están todos contados".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón