lunes, 8 de julio de 2013

UN DIARIO DE MÁS

Lugar: Estados Unidos
Palabra de Dios: 2 Reyes 12:15

Era verano. La escuela había terminado, y Henry iba a trabajar con su papá. Después de desayunar, los dos salieron de la casa y se detuvieron en un comercio cercano, a comprar el diario. Luego, siguieron hasta el trabajo, donde leerían el diario a la hora del almuerzo.
Pero, esa mañana, el papá de Henry tomó dos diarios, por equivocación.
-Tengo que volver inmediatamente y pagar el diario de más que me traje -le dijo a su hijo.
-Pero, papá, es solamente un diario. Nadie se dará cuenta.
El papá le respondió que sería deshonesto no pagar el diario y que, como cristiano, debía hacer lo correcto. Volvió rápidamente al negocio, y le explicó al dueño lo que había ocurrido.
Cerca de una semana más tarde, alguien robó algunos artículos muy caros de ese negocio. La policía acudió a investigar, y vieron que los únicos dos clientes que habían estado en el comercio en el momento del robo eran el papá de Henry y otro hombre.
El dueño del local habló bien del papá de Henry.
-Yo lo conozco -le dijo a la policía-. La semana pasada, él devolvió algo que se había llevado por error. ¡Él nunca haría algo como esto!
La policía le hizo caso, y fueron a buscar al otro hombre, quien resultó ser el culpable. Al hacer lo correcto, el papá de Henry se ganó la reputación de ser un hombre bueno y honesto.
La Biblia también menciona a algunas personas con buena reputación.
En la historia de la construcción del Templo, hay un ejemplo.
La Biblia dice: “A los que estaban encargados de pagar a los trabajadores no se les pedían cuentas, pues procedían con toda honradez” ¿No sería grandioso tener una reputación como esa? ¿Ser alguien que todos saben que es confiable? Es posible, y todo comienza con una acción por vez.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

EL PERDÓN PROVIENE DE DIOS

Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados. Dichoso aquel a quien el Señor no toma en cuenta su maldad y en cuyo espíritu no hay engaño. Salmo 32:1-2

Cuando nuestro corazón ha sido lastimado y nuestro ego pisoteado, lo más natural es experimentar sentimientos negativos hacia quien nos hizo daño.
El rencor y el resentimiento pueden hacer presa de nuestro espíritu, y si permanecemos en dicha condición durante mucho tiempo, la cosecha será una enorme carga de amargura.
Es entonces, al estar en dicho estado, cuando aparece ante nosotros la solución de Dios: perdonar. Muchas veces nos resistimos, o no sabemos cómo hacerlo. Sin lugar a dudas el perdón es un atributo de la personalidad de Dios y algo incompatible con la naturaleza humana que de por sí es egoísta y soberbia.
Ofrecer perdón es una bendición múltiple. Cuando lo brindamos, aportamos a la vez salud física, emocional y espiritual a nuestra vida. Entregamos nuestra voluntad a Dios para que él defienda nuestra causa y nos vindique, algo que trae paz a nuestro espíritu. Por supuesto, cuando perdonamos, estamos en mejores condiciones de alcanzar el perdón de Dios para nuestros pecados.
Para que podamos perdonar a quienes nos ofenden, es necesario que confesemos, pidamos y aceptemos el perdón divino para nuestra vida. En la Palabra de Dios leemos: “Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias” (Sal. 103:3). Reconocer nuestra indignidad y pedir a Dios que nos perdone nos lleva a desarrollar una actitud de compasión y perdón hacia los que han intentado hacernos daño. Es entonces cuando “la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús” (Fil. 4:7).
Querida hermana y amiga, hoy es un buen día para poner fin a tus rencores y resentimientos, en caso de que los tengas. Inclínate reverentemente delante de Dios, acepta su perdón para tu vida y deposita tus causas en sus manos; él peleará por ti y serás una mujer enteramente libre. Que tu oración para este día sea: “Señor, oye mi justo ruego; escucha mi clamor; presta oído a mi oración, pues no sale de labios engañosos. Sé tú mi defensor, pues tus ojos ven lo que es justo” (Sal. 17:1-2).

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

“SABEDORES” RELIGIOSOS

¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Dan la décima parte de sus especias: la menta, el anís y el comino. Pero han descuidado los asuntos más importantes de la ley, tales como la justicia, la misericordia y la fidelidad. Debían haber practicado esto sin descuidar aquello (Mateo 23:23).

Los “sabedores” o “savants” suelen ser personas que padecen desórdenes mentales graves. Sin embargo, tienen algunos talentos extraordinarios. Existen, por ejemplo, sabedores que tienen un coeficiente intelectual menor a cincuenta; es decir, apenas son capaces de funcionar en una sociedad normal, pero, con mucha facilidad, pueden producir un número primo de ocho dígitos, hazaña que muchos maestros de matemáticas no pueden realizar, o encontrar la raíz cúbica de un número de seis dígitos en pocos segundos.
Tom, por ejemplo, tenía trece años, era ciego e incapaz de atarse los zapatos; nunca recibió clases de piano o música, pero aprendió a tocarlo escuchando a otros. Aprendió arias y otras melodías únicamente de oído y podía tocar cualquier pieza a la primera tan bien como el pianista más experto. En cierta ocasión interpretó tres piezas diferentes a la vez: una con la mano izquierda, otra con la derecha, mientras cantaba la tercera.
Nadia es una jovencita con un coeficiente entre sesenta y setenta, pero a los seis años podía pintar cuadros complejos y de excepcional realismo. Otro niño te puede decir la hora exacta del día en cualquier momento incluyendo los segundos. Tiene la misma precisión que un Rolex. Lo increíble es que a veces susurra la hora del día mientras está dormido.
Otro niño puede decir con exactitud las dimensiones de un objeto a pesar de estar a más de seis metros de distancia. Puede decir, por ejemplo: “Esa roca tiene 87 centímetros de ancho”.
¿Te has detenido a pensar que es posible que también existan savants cristianos? Se especializan en aspectos muy específicos de la Biblia o de la experiencia religiosa, pero son realmente ignorantes en el resto del conocimiento y de los asuntos bíblicos. Generalmente son personas obsesionadas con un solo tema y producen cantidades enormes de escritos con muchas citas promoviendo posiciones extremas. El problema está en que estos sabedores cristianos ignoran las otras citas que podrían proporcionar equilibro a sus enseñanzas.
Dios no está interesado en salvar “religiosos”. Él desea que nuestro carácter sea íntegro, de tal manera que la verdad del evangelio se reproduzca equilibradamente en nosotros. No diezmes la menta y el comino mientras descuidas la justicia, la misericordia y la fidelidad. Y tú, ¿qué eres? ¿Destaca más tu religiosidad que tu cristianismo?.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

ENOCS MODERNOS

Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios. Génesis 5:24.

Después de la caída de Adán desde un estado de felicidad perfecta a una condición de pecado y de miseria, hubo peligro de que los hombres y las mujeres se desanimaran… Pero las instrucciones que Dios dio a Adán, repetidas por Set y practicadas por Enoc, despejaron las tinieblas y la tristeza, e infundieron al hombre la esperanza de que así como por Adán vino la muerte, por el Redentor prometido vendría la vida y la inmortalidad.
En el caso de Enoc, se les enseñó a los fieles afligidos que mientras vivieran entre gente corrupta y pecaminosa que estaba en rebelión abierta y atrevida contra su Creador, si obedecían y tenían fe en el Redentor prometido, obrarían justicia como el fiel Enoc, serían aceptados por Dios y finalmente elevados a [la presencia] de su Trono celestial.
Por su separación del mundo y la dedicación de gran parte de su tiempo a la oración y la comunión con Dios, Enoc representa al pueblo leal de Dios en los últimos días, que vivirá separado del mundo. La maldad prevalecerá en una terrible proporción sobre la tierra. Las personas se entregarán a toda maquinación de sus corazones corruptos, y vivirán según sus filosofías engañosas, rebelándose contra la autoridad del altísimo Cielo.
Los hijos de Dios se separarán de las prácticas pecaminosas de los que los rodean, y buscarán la pureza del pensamiento y la conformidad santa a la voluntad divina hasta que su imagen se vea reflejada en ellos. Como Enoc, se estarán preparando para ser trasladados al cielo. Entretanto se esfuerzan por instruir y advenir al mundo, no se conformarán al espíritu y las costumbres de los incrédulos, sino que los condenarán por su conversación santa y su ejemplo de piedad.
La traslación de Enoc al cielo justo antes de la destrucción del mundo por un diluvio, representa la traslación de todos los justos vivos de la tierra, previa a su destrucción mediante el fuego. Los santos serán glorificados en la presencia de quienes los han odiado por su obediencia leal a los Mandamientos justos de Dios.
Enoc instruyó a su familia acerca del diluvio. Matusalén, el hijo de Enoc, escuchó la predicación de su nieto Noé, quien advirtió fielmente a los habitantes del mundo antiguo que una gran inundación vendría sobre la tierra. Matusalén y sus hijos y nietos vivían cuando se construía el arca. Ellos y otros recibieron instrucción de Noé y lo ayudaron en su trabajo —Signs of the Times, 20 de febrero de 1879; parcialmente en Patriarcas y profetas, p. 76.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White