sábado, 2 de julio de 2011

MUJERES POCO CONOCIDAS

Os recomiendo, además, a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia en Cencrea (Romanos 16:1).

La carta que el apóstol Pablo escribió a los cristianos de la ciudad de Roma contiene saludos dirigidos a varias mujeres. Febe, por ejemplo, es la única mujer mencionada en el Nuevo Testamento a la que se le llama diaconisa. Además, sabemos que esta mujer es elogiada por la generosa ayuda que prestó a la iglesia, no solo en el plano financiero, sino en cuanto a influencia social.
Otra de las mujeres mencionadas por el apóstol es Priscila. Su esposo Aquila y ella fueron considerados por Pablo como valientes cristianos que arriesgaron sus vidas por él. Además, este matrimonio fiel había organizado una iglesia en su propia casa.
Se envía otro saludo a María, de quien únicamente se sabe que era muy trabajadora. Pablo recuerda a Trifena y Trifosa, nombres tan desconocidos como sus historias; se piensa que eran hermanas, y con seguridad ocupaban un lugar destacado en la iglesia cristiana primitiva, ya que el apóstol no se olvidó de ellas. Igualmente sucede con Pérsida. a quien se la conoce como una cristiana activa, aunque no conocemos sus experiencias. Pablo menciona también a una madre piadosa con tanto amor como si fuera su propia madre. Julia y Olimpas, hermanas de Nereo, están consideradas entre los santos a los que Pablo tiene en alta estima.
Seguramente te habrá sorprendido leer nombres que desconocías, pero cada vez que leemos la Biblia encontramos nuevas lecciones que aprender. En este capítulo de Romanos hay una enseñanza que no debe pasar desapercibida para nosotras: aunque estas mujeres son poco conocidas, Dios las utilizó para realizar una obra de vital importancia. Sus nombres no evocan historias tan famosas como otras, pero sin duda están escritos en los registros celestiales. Es allí donde su actividad en favor del progreso de la iglesia será plenamente conocida. Es allí también donde tu nombre será mencionado por ángeles y seres de todas las edades. ¿Escribirás tu historia en las crónicas celestiales?
Escribe tu historia al lado de Jesús, y será conocida por las edades sin fin.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

APRENDER DE LOS ERRORES

Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. 1 Corintios 6:20.

Cuando cometes un error, ¿aprendes de él, o continúas equivocándote muchas veces en lo mismo? Por lo general, los seres humanos aprendemos de nuestras equivocaciones y procuramos hacer las cosas de manera diferente a fin de no continuar cometiendo los mismos errores. Pero algunos, aunque es triste decirlo, parece que no aprenden de los errores propios ni de los ajenos.
El caso de Leopoldo te puede ayudar. Lo conocí cuando yo trabajaba como enfermero voluntario en un hospital de una gran ciudad, y rápidamente le tomé cariño porque lo veía muy solo. Los sábados, el único día que acudía al hospital, noté que nadie lo visitaba ni le hacía compañía. Estaba internado por segunda vez, y en esta ocasión le habían amputado la segunda pierna, porque el tabaco había dañado las arterias y venas de sus extremidades. Cierta vez vi que una enfermera trataba a Leopoldo de manera despectiva y poco amistosa, y le pregunté por qué lo hacía, pues todos estábamos allí para servir a los enfermos. Ella me contestó: "¿Hablas de Leopoldo? No te fíes de las apariencias. Ese hombre al que visitas cada sábado es un estorbo para la sociedad. Cuando le cortaron la primera pierna, todos supusimos que iba a abandonar el tabaco, pero aún ahora, sin las dos piernas, sigue fumando. Yo no puedo sentir compasión por alguien así".
Tristemente, a pesar de las terribles consecuencias que este vicio malsano le había acarreado, Leopoldo no había aprendido de sus errores. Los seguía cometiendo, y esto despertaba indignación en esa enfermera, aunque su actitud no se justifica en un cristiano.
Aprender de los errores, propios y ajenos, es una virtud, y el Padre celestial desea que cada ser humano aprenda lo necesario para cuidar la salud que posee. Aunque en la actualidad está muy comprobado que el cigarrillo perjudica seriamente la salud de las vías respiratorias y del aparato circulatorio, cada día millones de adolescentes y jóvenes se inician en este terrible vicio que tarde o temprano afectará su salud.
Pablo, el gran consejero de la iglesia cristiana primitiva, dijo: "Glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu". Pero, ¿puede alguien que daña su cuerpo glorificar a Dios? Por supuesto que no.
Al comenzar este día no dejes de darle las gracias a Dios por la salud que te brinda, y glorifica con todo tu ser al Creador de la vida.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

ÁNGELES

¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación? Hebreos 1:14.

El brillo de esa mirada de ojos azules desapareció tras la puerta, dibujando una sonrisa. El joven médico salió del cuarto, dejando a la familia sin entender nada. El médico anterior les había anunciado que el niño ya estaba con muerte cerebral; incluso, les había sugerido que ese era el momento, si deseasen hacer la donación de los órganos. Por eso, todos quedaron atónitos con la llegada del otro médico. El joven rubio, de ojos azules y guardapolvo blanco entró sin dar explicaciones, acarició la frente del niño, le tomó el pulso y salió.
Pero, el brillo de la mirada de aquel hombre les trajo alivio, en medio del dolor. Nadie dijo nada. Se miraron uno al otro, percibiendo, inexplicablemente, que la esperanza había regresado a sus corazones.
Un minuto después, el niño se quejó. Como un relámpago todos volvieron los ojos hacia él. Gritos de alegría y de emoción invadieron los corredores del hospital. El pequeño paciente continuó quejándose, mientras médicos y enfermeras invadían el cuarto respondiendo a los gritos de la familia.
Jamás se pudo entender el milagro; mucho menos, la presencia de un médico joven, rubio, de ojos azules, en el plantel de médicos de aquel hospital. "Fue un ángel", afirma la familia. Y el texto de hoy declara que los ángeles existen, y son espíritus ministradores en favor de los hijos de Dios en esta tierra.
Muchas veces, esos ángeles cobran forma humana para presentarse a los seres humanos; como en las oportunidades en que los ángeles se presentaron a Abraham y a otros personajes bíblicos.
El peligro que corremos, con relación a los ángeles, es el de caer en el misticismo y creer que toda persona buena es un ángel, o en la incredulidad y creer que los ángeles no existen.
Sal hoy de tu casa o del hotel en el que te hospedas, con la seguridad de que en ningún momento estás solo. Dios tiene un equipo de ángeles, enviados a la tierra con el fin de trabajar en favor de quienes lo temen y lo buscan de todo corazón. No te olvides de la pregunta que el autor de la Epístola a los Hebreos hace, respecto de esos seres celestiales: "¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?"

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón