viernes, 25 de septiembre de 2009

CELEBREMOS EL DÍA DEL PERDÓN

Y el día diez del mes séptimo, es decir, el día del Perdón, harás resonar la trompeta por todo Israel (Levítico 25: 9).

¡Qué bonito sería tener un día especial para celebrar el día del perdon! ¡Cuántas de nosotras guardarnos algún resentimiento o problema con alguien y pasamos años sin poder resolverlo! Había una vez dos hermanas que desde muy pequeñas se peleaban y tenían muchos problemas, hasta que un día esa pelea fue tan fuerte que no se volvieron a dirigir la palabra. Cada una hizo su vida y dejaron de comunicarse por muchos años. Durante todo ese tiempo ninguna hizo nada por arreglar la situación.
Un día, una de ellas se enfermó, así que la familia le avisó a su hermana y ésta decidió ir a visitarla al hospital. Las dos conversaron un buen rato y trataron de arreglar lo que por tantos años habían ido guardando en sus corazones. Parecía que todo había salido bien y que estaba resuelto. Pero al despedirse, antes de que su hermana saliera del cuarto, la enferma le dijo: «Recuerda que si me muero estás perdonada, pero si no todo será como antes». ¿Cuántas de nosotras hemos vivido una situación similar? ¿Perdonamos realmente o nos sucede como a estas hermanas? En la vida hay situaciones muy difíciles y que hacen casi imposible perdonar de corazón. Es por eso que cada día tenemos que tomarnos de la mano del único que perdona todo y que dejó su ejemplo para nosotras exclamando desde la cruz: «Perdónalos porque no saben lo que hacen». Y nos ordena que nos perdonemos nuestras ofensas unos a otros. Celebremos diariamente el día del perdón y no alberguemos en nuestro corazón nada que pueda alejarnos de nuestro Dios.
Elmy González de Flores
Tomado de Manifestaciones de su amor

OLVÍDATE DE LOS ATAJOS

Todo lo bueno y perfecto que se nos da, viene de arriba. Santiago 1: 17
Cuando los alumnos de álgebra I empezaron a quejarse porque en casa tendrían que corregir los problemas en los que se habían equivocado, mi esposo les planteó un desafío. Si escribían todos los números de 1 a 1,000,000 les pondría un sobresaliente en Álgebra y no tendrían que hacer los deberes.
¡Vaya cosa! Escribir números es mucho más fácil que hacer cálculos de álgebra. Asi que algunos de los alumnos sacaron sus cuadernos y empezaron a escribir.
Pero al cabo de dos días todos estaban haciendo los deberes. Habían descubierto que escribir números llevaba mucho más tiempo de lo que habían esperado.
Si los alumnos se hubiesen pasado todo el tiempo de la clase escribiendo números, completar la tarea les habría costado seis años. Lo que pensaron que sería un atajo se reveló como mucho más difícil que hacer los deberes.
A veces, a la gente también le gusta tomar atajos en la vida espiritual. Todos quieren llegar al cielo, pero no quieren pagar el precio de seguir a Jesús.
Quieren vivir la vida según sus propias condiciones y tener libertad completa para hacer lo que deseen. Nada de restricciones ni abnegación. Pero, al fin, los cristianos que toman atajos descubren que las restricciones de Dios son, en realidad, un don que él da para conservar su felicidad.
Dios nos aconseja que evitemos ciertas cosas como la carne impura, las drogas, el alcohol y el tabaco porque quiere que gocemos de buena salud, mental y física. Espera que sus seguidores no se acerquen a la pornografía, las películas inmorales y a la música violenta y sensual; de ese modo sus mentes no se degradarán.
Él nos pide que, en sábado, renunciemos a nuestros propios placeres para que nos demos cuenta de lo mucho que necesitamos que él dirija nuestra vida. Dios quiere que solo tengamos lo mejor. Y lo tendremos si hacemos las cosas a su manera. 
Tomado de la Matutina El Viaje Increíble.

NO TE QUEDES EN AL ORILLA. ¡MÓJATE LAS SANDALIAS!

Y Josué dijo al pueblo: «Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros». Josué 3:5.

Cuando Moisés murió, Dios estableció a Josué como su sucesor. Es emocionante y significativa la ceremonia en que, por orden de Dios, le traspasó el mando: «Y Moisés hizo como Jehová le había mandado, pues tomó a Josué lo puso delante del sacerdote Eleazar, y de toda la congregación; y puso sobre él las manos, y le dio el cargo, como Jehová había mandado» (Núm. 27: 22,23). Debido a la transmisión del liderazgo, el pueblo de Israel necesitaba una señal de que Josué contaba con la aprobación y guía divina para obtener la victoria en la conquista de Canaán. Dios sabía que el pueblo necesitaba una señal y decidió manifestarse en la vida de Josué al cruzar el río Jordán. «Entonces Jehová dijo a Josué: Desde este día comenzaré a engrandecerte delante de los ojos de todo Israel, para que entiendan que, como estuve con Moisés, así estaré contigo» (Jos. 3: 7). Dios ordenó a Josué que los sacerdotes llevaran el arca a la orilla del río, el cual se había desbordado debido a los deshielos que ocurren cada primavera en el Líbano, donde están las fuentes del Jordán. El pueblo de Israel observó con gran emoción mientras los sacerdotes tomaban el arca y marchaban firmes hacia las turbulentas aguas. ¿Ocurriría lo que Dios había prometido? Sus palabras fueron: «Y cuando las planta» de los pies de los sacerdotes que llevan el arca de Jehová, Señor de toda la tierra, se asienten en las aguas del Jordán, las aguas del Jordán se dividirán; porque las aguas que vienen de arriba se detendrán en un montón» (Jos. 3:13). El río no detuvo su caudal mientras los sacerdotes iban marchando cerca de la orilla. Las aguas solo se detuvieron cuando los sacerdotes mojaron sus sandalias en el agua. Dios esperó hasta que ellos dieran el primer paso. Esperó hasta que mojaran sus sandalias en el agua para revelar su mano poderosa. Dios siempre nos enseña a confiar en él. Nos guía por un camino que parece imposible de transitar; nos lleva a través de circunstancias que no entendemos. Después de todo, si supiéramos exactamente el resultado del camino por el cual Dios nos está guiando, no necesitaríamos fe. Confiemos en su dirección. Dios espera que des el primer paso de fe. Quiere quite mojes las sandalias para poder mostrarte la grandeza de su poderosa intervención. Avanza por fe en las promesas de Dios y él hará grandes cosas por ti. ¡Mójate las sandalias!

Tomada de la Matutina Siempre Gozosos.