sábado, 9 de julio de 2011

UNA HISTORIA ESCRITA CON SANGRE

A filo de espada mataron a Hamor y a su hijo Siquem, y tomando a Dina de casa de Siquem, fe fueron (Génesis 34:26)

Las funestas consecuencias del libertinaje de Dina trajeron oprobio, a la familia del patriarca. Los hijos de Jacob, impulsados por un deseo de venganza, tomaron la justicia en sus manos, olvidando que solo Dios sabe hacer justicia. ¡Cuánto se podía haber evitado si Dina no se hubiera interesado por la vida de sus vecinas paganas!
La Biblia es categórica al afirmar que la amistad con el mundo se convierte en enemistad contra Dios (ver Sant. 4: 4). ¿No nos ha mandado Dios ir a los perdidos y predicarles el mensaje de salvación? Dina podía haber llevado a sus vecinas el conocimiento del verdadero Dios.
Hay mujeres que piensan que no corren peligro al implicarse emocionalmente con hombres que no pertenecen al pueblo de Dios. Justifican sus acciones diciendo que van a evangelizarlos, pero sucumben ante las telas de araña que el enemigo va entretejiendo. Podemos llevar el mensaje sin ningún tipo de prejuicio a todas las personas, pero esto dista mucho de mezclarnos con ellos y dar ventaja al enemigo.
Vilma era una joven muy activa en la iglesia hasta que un joven cautivó su atención. El muchacho quiso recibir estudios bíblicos y comenzaron a tener una relación más allá de la obra misionera. Pronto se hizo público su compromiso y a Vilma no dejaron de lloverle consejos y amonestaciones. Pero para ella todos parecían estar equivocados, incluso la Biblia. Estaba convencida de que tendría un hogar feliz, porque su futuro esposo estaría de acuerdo con su estilo de vida cristiano y no le prohibiría nada. Tampoco descartaba la posibilidad de que un día él fuera miembro de su iglesia, como había sucedido en otros casos. Así que Vilma continuó con sus planes de matrimonio. Pero Dios la amaba mucho, y tenía grandes propósitos para ella. Aquel joven tuvo relaciones sexuales con otra joven de la iglesia y Vilma, aunque destrozada emocionalmente, quedó libre.

Dios tiene grandes planes para tu vida. Escribe tu historia solo con la sangre de Cristo. Las decisiones que tomas hoy son el fruto que recogerás mañana.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

ACEPTA SU VOLUNTAD

Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Lucas 11:2.

Cuando tenía 24 años, tuve la oportunidad de participar en un grupo pequeño de estudio en la iglesia local a la que asistía. Ese grupo estaba formado mayormente por jóvenes que iban desde los 19 hasta los 30 años, y juntos aprendimos a querernos y a desarrollar una amistad genuina con nuestro Salvador.
Hacia el final de ese año, un accidente automovilístico dejó en estado de coma a una de las integrantes de nuestro pequeño grupo; y como era de esperar, todos juntos nos unimos en oración por la salud de esta joven. Con humildad le rogamos a Dios que la sanara. Pero esto no ocurrió. Al cabo de unas semanas, con la debida autorización de los padres, los médicos le retiraron los medios artificiales que la mantenían viva, y falleció.
¿Qué había ocurrido? ¿Por qué Dios no había respondido nuestras plegarias? ¿Es que ya no se ven milagros como los que cuenta la Biblia, o sencillamente nos faltaba fe?
El tema es complejo; solo quiero decirte que si bien el poder de Dios permanece inalterable, como en los tiempos bíblicos, su voluntad no siempre concuerda con la nuestra.
Para expresarte la idea con más claridad, presta atención a esta cita inspirada: "Me fue mostrado que en caso de enfermedad, cuando está expedito el camino para ofrecer oración por el enfermo, el caso debe ser confiado al Señor con fe serena, y no con tempestuosa excitación. Solo él conoce la vida pasada de la persona, y sabe cuál será su futuro. El que conoce todos los corazones, sabe si la persona, en caso de sanarse, glorificaría su nombre o lo deshonraría por su apostasía. Todo lo que se nos pide que hagamos es que roguemos a Dios que sane al enfermo si esto está de acuerdo con su voluntad, creyendo que él oye las razones que presentamos y las oraciones fervientes que elevamos. Si el Señor ve que ello habrá de honrarlo, contestará nuestras oraciones. Pero no es correcto insistir en el restablecimiento sin someternos a su voluntad" (Joyas de los testimonios, t. 1, pp. 211, 212; la cursiva ha sido añadida).
Dios puede hacer milagros en este tiempo; pero en lo que respecta a los seres humanos, debemos limitarnos a orar, sabiendo que el designio de Dios puede ser diferente al nuestro. Nuestro Creador desea darnos vida y salud en abundancia, y aunque el paso por esta tierra traiga enfermedad y dolor, todo esto culminará cuando Cristo transforme este mundo de pecado.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

MORIR PARA SERVIR

Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos. Marcos 10:45.

Nació para morir. Vivió a la sombra de la cruz. En todo momento sabía que se dirigía al Calvario. Era consciente de su misión. Había venido al mundo con el fin de dar su vida en rescate por muchos. Jamás la mente humana podrá entenderlo; la eternidad no será suficiente para contemplar la dimensión de su amor. El Rey del universo, adorado y servido por millones y millones de ángeles, renunció a su trono y vino a este mundo. Nació en un pesebre, porque la raza a la cual había ido a servir ni siquiera se molestó en brindarle un rincón cualquiera para que naciera.
Desde el inicio de su ministerio, su vida fue de servicio. Curó leprosos, cuando nadie se atrevía siquiera a aproximarse a ellos; encontró ciegos y, con el toque maravilloso de sus manos, les devolvió la visión; buscó a los desesperados, rechazados e indignos, y les devolvió la dignidad. Jamás le importó si sus enemigos lo acusaban de juntarse con los pecadores. A fin de cuentas, era por ellos que lo había dejado todo allá, en el cielo, y había descendido a esta tierra de humillación y de pecado.
Anduvo por las calles polvorientas de Galilea en busca de la oveja perdida. Cuanto más ella corría, tanto más él la buscaba. En ningún momento tomó el hecho de ser Dios como cosa a la cual aferrarse, sino que se despojó de sí mismo y aceptó la muerte de cruz, afirma Pablo.
Finalmente, llegó el día para el cual había venido a la tierra. El momento supremo; la hora crucial en que el amor y el dolor se abrazarían; el instante del sacrifico mayor, de la entrega infinita. El Rey de reyes y Señor de los señores, Creador del universo y dueño absoluto de cielos y tierra, descendería a los niveles más profundos de la humillación. Sería clavado como un paria, en una cruz reservada para los peores delincuentes. Pagaría de este modo el precio de la redención humana; lo pagaría con su sangre. Rescataría al hombre del poder de la muerte. Lo traería hacia la dimensión de la vida.
Que el sacrificio de Jesús en tu favor inspire tus acciones hoy. Sirve, entrégate, dónate. Es la única forma de vencer al imperio de la muerte. Porque: "el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón