viernes, 28 de junio de 2013

VISIÓN BORROSA

Lugar: Pennsylvania, EE.UU
Palabra de Dios: Mateo 7:4, 5

Las cataratas nublan la visión, enturbiando el cristalino de los ojos, y a veces pueden provocar ceguera. En el pasado, la gente que tenía cataratas no podía hacer nada acerca de su visión borrosa. Tenían que aprender a vivir con ello.
Eso cambió el 18 de marzo de 1952, cuando los cirujanos colocaron a un paciente con cataratas una lente óptica de plástico. El paciente debió haber estado bastante nervioso, pero al final valió la pena. La visión borrosa desapareció. Hoy, gracias a la tecnología médica moderna, miles de personas se hacen cirugías de cataratas cada año. No necesitan vivir en una nube.
¿Alguna vez se te metió algo en el ojo? ¿Polvo, una pestaña, quizás un bichito? Entonces sabes lo que es visión borrosa. No es muy agradable, ¿verdad? Además, si tienes la visión borrosa, no puedes ayudar a otra persona.
De eso hablaba Jesús en Mateo 7: “¿Cómo puedes decirle a tu hermano: ‘Déjame sacarte la astilla del ojo’, cuando ahí tienes una viga en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano”.
Jesús estaba diciendo que no debemos juzgar a otros, y que tenemos que aseguramos de ver claramente antes de tratar de guiar a los otros en la dirección correcta. En otras palabras, no seas un hipócrita con la visión nublada.
¿Tienes cataratas en los ojos espirituales? ¿Tienes una manchita?
¿Una viga? La única manera de deshacemos de la visión espiritualmente borrosa es que Jesús quite aquello que la está provocando.
Recuerda, no tienes que vivir con una visión borrosa. Dios quiere que veas con claridad.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

CUANDO LA LENTITUD ES MÁS BIEN UNA VIRTUD'

No te jactes del día de mañana, porque no sabes lo que el día traerá. No te jactes de ti mismo; que sean otros los que te alaben. Pesada es la piedra, pesada es la arena, pero más pesada es la ira del necio. Proverbios 27:1-3

La vida contemporánea nos exige ir de prisa. Todo el mundo quiere llegar a donde va de la forma más rápida posible. Nos estresamos en medio de calles atestadas de vehículos; nos pone de mal humor tener que hacer largas filas en los bancos, en los supermercados y en los almacenes. En las salas de espera de las consultas médicas es frecuente ver a personas que repiquetean los dedos sobre una mesa, como señal inequívoca de que la espera las pone nerviosas.
Por otro lado, las actividades humanas que antes se realizaban manual o mecánicamente, hoy, gracias a la tecnología, se han optimizado; constantemente ahorramos tiempo y esfuerzo en relación a las generaciones anteriores. Hacer las cosas bien y con rapidez parece ser la consigna del mundo actual.
Sin embargo, en las Sagradas Escrituras encontramos un consejo que es una invitación a ser lentos: «Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse; pues la ira humana no produce la vida justa que Dios quiere» (Sant. 1: 19-20).
«Lentos para hablar y para enojarse». Qué difícil resulta a veces comportarnos así, ¿verdad? Con cuánta rapidez respondemos cuando alguien lastima nuestro ego, o cuando alguien tiene la osadía de criticar nuestras opiniones y puntos de vista.
El enojo simple, definido como un malestar en nuestro ánimo, puede causarnos graves problemas cuando se transforma en ira incontenible. La ira es una respuesta emocional acompañada de furia y violencia, que puede incluso generar daños al organismo. El salmista David nos exhorta al respecto con estas palabras: «Refrena tu enojo, abandona la ira; no te irrites, pues esto conduce al mal» (Sal. 37: 8).
Las madres en el hogar están expuestas a muchas tensiones. Los múltiples quehaceres pueden llevarlas a la irritabilidad y al enojo y, finalmente, a arranques de ira, lo que puede hacer víctimas de ella a sus seres amados, fracturando y rompiendo las relaciones familiares.
Amiga, antes de exaltar tu ánimo, recuerda que «más vale habitar en el desierto que con mujer pendenciera y de mal genio» (Prov. 21: 19).

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

LA MÚSICA Y SU VALOR MORAL

Anímense unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales. Canten y alaben al Señor con el corazón (Efesios 5:19).

Lilianne Doukhan, musicóloga de la Universidad Andrews, explica en qué sentido la música nos afecta para bien o para mal: “El poder moral de la música no reside en la música misma, sino donde la música se encuentra con la experiencia; es decir, en un acontecimiento”.
La música tiene ciertas características que la hacen un instrumento poderoso para el bien o para el mal.
Intensificación. La música intensifica aquellos actos en los que participamos, añade impacto emocional a las experiencias y ayuda a grabarlas profundamente en la memoria. Esto quiere decir que la música es como un amplificador que aumenta el valor moral positivo o negativo de aquello en lo que participamos.
Embellecimiento. La música embellece los acontecimientos, las palabras, las experiencias y las acciones. Este es un asunto al que le prestamos poca atención pero es sumamente importante. Por medio de una música sublime pueden embellecerse elementos realmente malos. Ponte a pensar, las películas y las canciones populares a menudo embellecen el adulterio, la desesperanza, la lujuria y otros crímenes. Debido a que nuestra concepción del universo relaciona lo bueno y lo bello, la música es uno de los instrumentos más poderosos que Satanás utiliza para “legitimar” el pecado; es decir, para llamar a lo malo bueno. Por otro lado, la música también puede embellecer lo bueno dándole poder.
Estimulación. La música, especialmente el aspecto del ritmo, estimula a los oyentes a la acción y los llena de energía.
Poder de asociación. La música establece un vínculo entre el acontecimiento y el ambiente en el que ocurre. De esta manera llegamos a asociar ciertas melodías con ciertas experiencias, lugares y actos. Lo importante es que la música puede traer a la memoria sucesos de cercanía con Dios o de experiencias pecaminosas; de hecho, nos ayuda a volverlos a vivir.
Factor social. La música facilita la interacción social. Es un poderoso catalizador para la realización del bien, o el mal, en la comunidad.
En resumen, aunque se pudiera argumentar que la música no tiene valor moral en sí misma, debemos reconocer que es un poderoso portador de significado moral. Entender esto es de vital importancia para nuestra vida espiritual. La conclusión lógica es que debemos seleccionar cuidadosamente lo que escuchamos. Recuerda que nuestra meta es tener una mente santificada que glorifique a Dios.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

UN AMIGO PARA EL PURO DE CORAZÓN

Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. Mateo 5:8.

Los de limpio corazón verán a Dios. Aunque todos consideren a Cristo como juez, los puros de corazón lo verán como un amigo, porque Cristo dijo: "Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer" (Juan 15:15). Los limpios de corazón verán a Cristo como un amigo y hermano mayor. Quienes buscan constantemente a Cristo para obtener su consejo, que oran sinceramente por su Espíritu Santo, se apenarán si una nube los oculta de su vista...
El mundo cristiano en este tiempo se inclina a aceptar las sofisterías de Satanás en lugar de la Palabra de Dios. Muchos se han separado de Dios por causa de palabras malsanas, y no les interesa contemplar a Dios ni incluirlo en sus pensamientos. Su deseo de ver a Dios no es mayor que el de Adán' cuando se escondió de su Padre celestial que se acercaba...
Hemos de mirar a Jesús como nuestra única esperanza para ser librados de nuestros pecados, porque en él no hay pecado. Él se hizo pecado por nosotros para poder llevar nuestra culpa, presentándose ante el Padre como culpable en lugar nuestro, en tanto que nosotros que creemos en él como un Salvador personal, podamos ser contados por limpios de la influencia contaminante del pecado. Por medio de la justicia imputada de Cristo se nos considera sin culpa. Cristo le ha dado a cada ser humano la evidencia de que él es el único que puede llevar el sufrimiento, la pena y el pecado humanos. Los que declaran que Cristo es su sustituto y garante, si aferran sus almas impotentes a Cristo, podrán sostenerse como viendo al Invisible. La bendición, "bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios", les pertenece.
Cuando usted sea engañado y caiga en pecado, no se desanime. No se tarde ni sufra en la incredulidad desesperada, sino que presente su caso inmediatamente a Jesús...
Cristo recorrió la senda donde Adán fracasó, y redimió su penosa derrota. Fue perfeccionado por el sufrimiento y es capaz de socorrer a todos los que sean tentados, y de abrir una vía de escape para que sean capaces de soportar la tentación... Sabe cómo simpatizar con cada ser humano, porque ha unido su interés con los intereses de aquellos a quienes vino a salvar. ¡Qué sumo sacerdote maravilloso es Jesús! Podemos colocar la carga de nuestra alma sobre él.— Signs ofthe 'limes, 3 de octubre de 1 S95.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White