jueves, 2 de junio de 2011

EL ASIENTO DE LA FE

Encomienda a Jehová tu camino, confía en él y él hará. (Salmos 37:5).

A travesaba un duro momento de prueba y la vida parecía aplastarme. Humanamente no encontraba salida, hasta que llegó a mis oídos la letra de esta canción: «He esperado en ti, difícil sé que es. / Mi mente dice no, no es posible. / Te doy mi corazón, confiado está en ti. / Tú siempre has sido fiel, me has sostenido. / Y esperaré pacientemente. / Aunque la duda me atormente, / yo no confío con la mente, / lo hago con el corazón. /Y esperaré en la tormenta. / Aunque tardare tu respuesta, / yo confiaré en tu providencia. / Tú siempre tienes el control».
Mis lágrimas se desbordaron cual torrente impetuoso de una cascada sin fin. Dios conocía mis temores y mi aflicción. Él sí estaba al tanto de mi vida, solo que mis lágrimas no dejaban que yo viera su mano divina obrando en mi favor. Mil interrogantes se agolpaban como una inmensa colina frente a mí: « ¿Hasta cuándo, Señor, esperaré? ¿Hay alguna señal que me muestre que estás obrando en mi favor?». Mi mente era incapaz de hallar soluciones, porque está sujeta a la condición humana. Así que, como decía la canción, tenía que «esperar con el corazón». Pero mi corazón también está sujeto a la debilidad humana, por lo que me centré en la frase: «Tú siempre has sido fiel, me has sostenido». Pensando en esto me encontré con la omnipotencia de Dios, y mi corazón, fatigado de tanto gemir, halló descanso.
Mi corazón me aseguraba que podía descansar confiadamente en un Dios que había guiado mi vida desde antes de nacer. «¡Soy un milagro viviente de un Dios de amor!», me repetía una y otra vez. «Si él se ha preocupado por mí hasta ahora, es porque tiene un propósito para mi vida, y ningún obstáculo ni desgracia podrá impedir que lo cumpla».
Cuando enfrentes la prueba, el dolor, la enfermedad o la pérdida de algún ser querido, recuerda que Dios te sostiene, porque eres muy especial para él, y porque él tiene un propósito muy especial para ti.
Las pruebas son como un asiento donde nos sentamos a recordar el pasado y a proyectar el futuro.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

APROVECHA LAS OPORTUNIDADES

Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Isaías 55:6.

El profeta Isaías nos transmite en esta declaración un mensaje de oportunidades. No siempre puede ser "hallado" Jehová, hay un momento cuando "está cercano", y ese es precisamente el tiempo para buscarlo.
A lo largo de la vida, también se presentan oportunidades que hay que saber aprovechar. Dejar pasar algunas de ellas, hará la diferencia entre el fracaso o el éxito profesional.
Conocí a Horacio cuando comenzaba mi servicio como capellán en un colegio. Me alegré al saber que era el primero de su hogar en aceptar a Jesús y más alegría me dio el saber que a pesar de las estrecheces económicas de su familia, Horacio había decidido trabajar para pagarse los estudios en el colegio adventista. Lo felicité de corazón, porque sabía que muy pocos jóvenes están dispuestos a esforzarse por una educación superior.
Al paso del tiempo, Horacio demostró que el estudio no era su fuerte. Tenía notas bajas en la mayoría de las materias. Además, su rendimiento en el trabajo dejaba mucho que desear: tardanzas, ausencias injustificadas y pereza en realizar sus labores. Al enterarme de esto hablé con él, para animarlo y mostrarle que estaba desperdiciando sus oportunidades, pero tanto mis palabras como las de otros profesores, cayeron en saco roto, y al finalizar el curso escolar, perdió el trabajo y debió cursar nuevamente el año de estudios.
Y tú, ¿estás aprovechando las oportunidades que tus padres y la vida te ofrecen? ¿Valoras el tiempo que tienes para estudiar, trabajar y ganar dinero? ¿Ahorras, o despilfarras en pocas horas todo el dinero que llega a tus manos?
En su gran amor, Dios le da a cada uno de sus hijos suficientes oportunidades de triunfar en la vida. Algunas se presentan de forma reiterada, mientras que otras pasan una sola vez; por eso es importante ser sabio y diligente para saber aprovechar cada ventaja que se nos presenta. No te dejes abatir por el desánimo o las pruebas que enfrentes en tu camino. Lucha, persevera, trabaja por tus objetivos, y Dios coronará tus esfuerzos con bendiciones preciosas.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

TU JUSTICIA

Entonces nacerá tu luz como el alba y tu santidad, se dejará ver en seguida; tu justicia irá delante de ti y la gloria de Jehová será tu retaguardia. Isaías 58:8.

La santidad es algo que no se puede ocultar. Pero, al mismo tiempo, es como el perfume: resulta empalagosa, cuando es usada sin medida.
Imagínate con el cuerpo sudado, después de haber corrido durante una hora. No encuentras agua y, para resolver el problema, te secas el sudor con la toalla y te colocas perfume, para disfrazar el olor del sudor. ¿Qué resultaría? No es necesario responder...
Ahora, imagínate debajo de la ducha, dejando que el agua limpia resbale por tu cuerpo. Después, al salir a la calle, te colocas dos gotitas de un perfume delicioso. Estoy seguro de que todas las personas te van a mirar, mientras caminas. No existe mejor fragancia que la de un perfume colocado con discreción, en un cuerpo limpio.
La santidad es el perfume espiritual del cristiano. No hay cómo pasar desapercibido cuando el perfume de Cristo está reflejado en tu vida: "Tu luz nacerá como el alba y tu santidad se dejará ver en seguida", dice el profeta.
Pero, ¿qué es santidad? La palabra "santo", en el original griego, encierra el significado de algo que fue separado para un propósito especial. Es la consciencia de que no eres un ser común; de que perteneces al Rey del universo; de que fuiste comprado con sangre; de que eres parte de la familia real.
Por eso, cuando encuentres en tu senda muchas voces, llamándote a transitar por los caminos que te llevan a la destrucción y a la muerte, acuérdate de que tú eres santo, separado para un propósito especial. No eches las perlas a los puercos; tú eres una joya preciosa, de un valor infinito. El Señor Jesucristo lo dejó todo en el cielo, y vino a esta tierra a buscarte, porque tiene un propósito especial para ti.
Sal hoy, por los caminos de la vida; pero sal con la consciencia de tu santidad. Pero, recuerda que no existe santidad sin justicia. Busca a Jesús y su justicia; y, sin importar que haya una montaña de dificultades y tentaciones al frente, serás lo más precioso que Jesús tiene en esta vida, y vivirás como tal.
"Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu santidad, se dejará ver en seguida; tu justicia irá delante de ti y la gloria de Jehová será tu retaguardia".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón