lunes, 15 de julio de 2013

HUÉRFANOS HAMBRIENTOS

Lugar: Inglaterra
Palabra de Dios: Juan 6:35

Los niños estaban sentados a la mesa, listos para desayunar. Los encargados del orfanato pusieron los platos y las tazas, pero no había comida.
George Mueller, director y fundador del orfanato, les dio las malas noticias.
-Me temo que no tenemos comida para el desayuno esta mañana -les dijo-, pero no se preocupen. Yo sé que Dios puede proveer. Pidamos a Dios el pan nuestro de cada día.
Apenas terminaron de orar, alguien golpeó a la puerta. Era el panadero.
-Disculpe que lo moleste tan temprano -dijo-, pero anoche no pude dormir. Pensé que usted y los niños necesitarían pan esta mañana, así que me levanté a las dos de la mañana y amasé pan fresco para ustedes.
¡Qué respuesta a la oración! Pero, no había terminado todavía.
Oyeron otro golpe a la puerta. Esta vez, era el lechero.
-Mi carro se rompió justo frente a su edificio -les dijo-. Voy a tener que hacerlo arreglar. Pero, toda la leche se va a echar a perder. ¿Podrán ustedes usarla?
Y así, esa mañana, los niños del orfanato de Bristol, Inglaterra, no pasaron hambre. Tuvieron abundante alimento para comer y para beber. Y supieron que Dios había provisto a sus necesidades, tal como había prometido.
Todos nosotros necesitamos alimento y agua para sobrevivir. Y Dios ha provisto para nosotros, así como lo hizo con los huérfanos hambrientos. Pero, también necesitamos aseguramos que nuestro
“cuerpo” espiritual esté bien alimentado. ‘-Yo soy el pan de vida –declaró Jesús-, El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed”. Ve a él diariamente. Así, nunca más tendrás hambre o sed.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

UNA MUJER CON COMPROMISOS

“Todo está permitido”, pero no todo es provechoso. “Todo está permitido”, pero no todo es constructivo. 
Que nadie busque sus propios intereses sino los del prójimo. 1 Corintios 10:23-24

A las mujeres de hoy nos ha tocado vivir en un mundo que a diario nos empuja a tomar parte activa en el desenlace de la historia. Por tanto, se supone que hemos de ser mujeres comprometidas. Si nos mantenemos apartadas, indiferentes al ir y venir de la vida, sin enfrentar los desafíos y los riesgos que conlleva, desaprovecharemos oportunidades de crecimiento al mismo tiempo que nos privaremos del privilegio de aportar al desarrollo de quienes nos rodean.
Por supuesto, el primer compromiso que debemos asumir es con Dios y con nosotras mismas. Una mujer comprometida con Dios reconoce que ha sido dotada con habilidades que debe desarrollar y poner al servicio de su Creador; además de que ese acto le causa una enorme alegría.
Un compromiso con nosotras mismas nos llevará a una constante preparación intelectual, a una rica vida espiritual y a cuidar de nuestro cuerpo. Asimismo, a tener una actitud mental positiva centrada en Dios, para que seamos mujeres con salud integral.
La vida familiar también nos exige un compromiso decidido. Es necesario que seamos una fuente de apoyo para quienes forman parte de nuestro núcleo familiar.
Jamás hemos de ser mujeres solitarias, concentradas únicamente en nosotras mismas.
Sabemos que Dios se agrada cuando, con espíritu solidario, nos ocupamos de los demás. Busquemos y aprovechemos oportunidades de servicio, así como aquellas que nos ayuden a pulir nuestros dones y talentos.
Otro aspecto que necesita un compromiso de nuestra parte es el social. No estamos solas en el universo. Si alguien necesita lo que tú tienes, con generosidad debes compartirlo. Hay hermanas nuestras que necesitan orientación, guía y dirección.
Si todo lo anterior es algo que les podemos ofrecer, las más beneficiadas seremos nosotras. Al compartir nuestros talentos y bendiciones, pondremos a un lado el egoísmo y olvidaremos muchas de nuestras cargas personales.
Amiga, ¡hoy es un buen día para crecer y para contribuir a que los demás también lo hagan! El Señor será tu ayudante. No te quedes como espectadora de la vida. Recuerda, el día de rendir cuentas delante de Dios llegará pronto.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

RAMANUJAN

A uno le dio cinco mil monedas de oro, a otro dos mil y a otro solo mil, a cada uno según su capacidad. Luego se fue de viaje (Mateo 25:15).

Corrían los primeros años del siglo XX. Srinivasa Ramanujan trabajaba en la oficina del puerto marítimo de Madrás, en la India. Sus deseos de superarse lo impulsaron a matricularse en una institución de educación media superior, pero le fue mal en todas las materias. Sin embargo, tenía un talento matemático extraordinario a pesar de no haber recibido educación formal en esa materia. De hecho, Ramanujan no solo tenía un talento extraordinario para las matemáticas, sino también estaba obsesionado con ellas.
Aprovechaba el tiempo para escribir ecuaciones matemáticas pero, debido a que era muy pobre, lo hacía en sobres que recogía de la basura.
Antes de cumplir veintidós años descubrió nuevos teoremas. Ramanujan envió sus sobres con teoremas escritos a mano a varios teóricos en otras partes del mundo, incluyendo a H. Hardy de Cambridge, Inglaterra. Cuando Hardy los recibió les echó un vistazo y, pensando que Ramanujan estaba loco, se fue a jugar al tenis. Las fórmulas que había visto, sin embargo, no lo dejaron en paz y decidió volver a echarles un vistazo. En esta ocasión no solamente las revisó, sino también evaluó su validez, y se dio cuenta de que Ramanujan era probablemente un genio matemático de gran calibre. Con el tiempo, Ramanujan fue invitado a trabajar en Cambridge, donde sus contribuciones sobrepasaron en originalidad e importancia a las de sus mentores.
Esta historia es interesante porque, fuera de las matemáticas, Ramanujan no era una persona brillante. Si te hubieras sentado a comer con él, es posible que no hubieras detectado el fulgor de su genio.
Es posible que tú también te hayas sentido como Ramanujan. Si te analizas con detenimiento, te darás cuenta de que tú también tienes por lo menos un talento que Dios te ha dado. Él te dotó con, por lo menos, una habilidad. Recuerda, la parábola de los talentos dice que todos los siervos, que nos representan a nosotros como siervos de Dios, recibieron por lo menos uno. Si utilizas ese talento con fidelidad. Dios no solo te dará éxito sino también su aprobación. Procura descubrir tus talentos y utilizarlos para la causa de Dios.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

JOSÉ, UN TIPO DE CRISTO

Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo. Génesis 50:20.

Para la mayoría de sus hijos, Jacob predijo un futuro próspero. En el caso de José, expresó palabras de elocuencia y buena fortuna. “Rama fructífera es José, rama fructífera junto a una fuente, cuyos vástagos se extienden sobre el muro. Le causaron amargura, le asaetearon, y le aborrecieron los arqueros; mas su arco se mantuvo poderoso, y los brazos de sus manos se fortalecieron por las manos del Fuerte de Jacob” (Gén. 49:22-24)…
La vida de José ilustra la vida de Cristo. Los hermanos de José se propusieron matarlo, pero finalmente se contentaron con venderlo como esclavo, para impedir que llegase a ser superior a ellos. Pensaron que lo habían colocado donde ya no los molestaría más con sus sueños, y que habían eliminado toda posibilidad de que estos se cumplieran. Pero su proceder fue contrarrestado por Dios, y él lo hizo servir para cumplir el mismo acontecimiento que trataban de impedir: que él ejerciera dominio sobre ellos.
José caminó con Dios. Y cuando fue a prisión y sufrió por causa de su inocencia, lo soportó mansamente y sin murmuración. Su control propio, su paciencia en la adversidad y su fidelidad invariable han sido registrados para el beneficio de todos los que habían de vivir de ahí en adelante sobre la tierra…
La vida de Jesús, el Salvador del mundo, es un patrón de benevolencia, bondad y santidad. Sin embargo, él fue odiado e insultado, burlado y menospreciado, por ninguna razón aparte de que su vida justa era un reproche constante contra el pecado. Sus enemigos no iban a sentirse satisfechos hasta que fuera entregado en sus manos, para someterlo a una muerte vergonzosa.
El murió por la raza culpable, y entretanto sufría la tortura más cruel, perdonó mansamente a sus asesinos. Resucitó de los muertos, ascendió a su Padre y recibió todo poder y autoridad, y regresó a la tierra nuevamente para impartirlas a sus discípulos. Les dio “dones a los hombres” (Efe. 4:8). Y él ha recibido en su favor y perdonado ampliamente a todos los que han venido a él arrepentidos, confesando sus pecados. Y si permanecen fieles a él, él los exaltará ante su Trono y los hará sus herederos de la herencia que él ha comprado con su propia sangre  -Signs of the Times, 5 de febrero de 1880.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White