sábado, 1 de octubre de 2011

UN AMIGO ETERNO

¿A quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna (Juan 6:68)

Estas palabras pronunciadas por el apóstol Pedro ponen de manifiesto que existe una única fuente de vida eterna: Jesús, quien, a través de su vida y de su muerte, nos ha dado el mensaje del amor y la salvación.
La muchedumbre llevaba tiempo siguiendo al Mesías y habían visto ya grandes milagros, sin embargo, replicaron con temor: «Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?» (Juan 6: 60). El evangelio de la salvación y la redención nos puede parecer algo duro, porque no pronostica un camino fácil, sin dificultades ni penurias. Si Cristo lo dejó manchado con su sangre, ¿no habremos nosotros de dejar también nuestra huella de sufrimiento y entrega? Satanás constantemente nos azota porque su objetivo es que nuestros pies flaqueen y nuestro espíritu se desanime. Por eso Jesús te pregunta hoy y cada mañana: «Ante las dificultades y adversidades que tengas que enfrentar en esta vida, ¿te alejarás de mí o decidirás seguirme?». Lee con atención este poema de Emilio Martínez titulado «Solo tú». «Cuando las negras olas agitadas / combatieron con furia mi barquilla, / lejos aún de salvadora orilla, / las fuerzas agotadas, / ¿quién sino tú, Señor, trabó mi mano? / ¿Quién me sostuvo en medio del océano? / Cuando en la sombra la maldad me hiere /y en mis entrañas se estremece el alma, / ¿quién sino tú me infunde dulce calma /y me aconseja que paciente espere?/ Solo tu amor a contrición me llama. / Solo tu amor que poderoso clama. / Tu amor que es sin doblez, inagotable, / me consuela en mis horas de amargura. / Tu bondad infinita, inmensurable, / ¡tu paciencia, Señor, y tu ternura!/ Porque sé que si lloro, tú conmigo / lloras también, ¡mi generoso Amigo'»
¡Cuán consoladoras son las palabras de vida que Jesús tiene para nosotros! Si estás pasando por momentos difíciles, si la vejez llega opacando tu horizonte, si la enfermedad te roba las fuerzas, si el llanto nubla tus ojos cansados, puedes descansar en los brazos de Jesús. Por eso, confiadamente podrás decirle: «Amigo, no tengo adonde ir, pero sé que tú siempre me recibirás. Gracias».

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

PARA SIEMPRE

Secase la hierba, marchitase la flor; más la palabra del Dios nuestro permanece para siempre. Isaías 40:8.

“El auto fantástico" fue una serie de televisión que impactó a los adolescentes a principios de la década de 1980. Con la fachada de un auto deportivo, este vehículo estaba dotado con una cantidad de elementos pocos comunes en los automóviles, ya que poseía armas, información computarizada y un blindaje especial antibalas. Como si se tratara de un ser humano, este automóvil podía conversar, advertir y hasta tomar decisiones, si no recibía una orden contraria. Realmente era un "auto fantástico".
El mismo año que comenzó esta serie salió en la Argentina un automóvil con una apariencia similar al de la serie: el Ford Sierra XR4. La publicidad hablaba de su potencia, su forma aerodinámica y que daba la sensación de ser un vehículo de carrera. Además mostraban cada uno de sus atributos: confort, seguridad, velocidad y elegancia. Miles de familias se deleitaron al pasearse en este automóvil parecido al de la serie, y un grupo aún mayor soñó con poseerlo.
Hoy día, veinte años más tarde del lanzamiento del Ford Sierra, ya nadie desea poseer este vehículo. Si bien la empresa ha dejado de producir este modelo, los que quedan en la calle y en el mercado distan mucho de contener las prestaciones que un auto nuevo puede brindar. El Ford Sierra ya no llama la atención; no es el sueño de nadie y se lo ve como un automóvil anticuado.
El profeta Isaías comparó la Biblia con las hierbas y las flores. Una flor puede ser magnífica, esbelta, delicada y con un exquisito perfume, pero desde el momento que nació en este mundo está destinada a morir. Su belleza puede atraer, llamar la atención y hasta ser fotografiada, pero cada uno de esos atributos desaparece con el tiempo.
A diferencia de las flores, la hierba y el Ford Sierra, la Biblia "permanece para siempre". La Palabra escrita de Dios ha soportado el paso del tiempo, las guerras ideológicas, los ataques de filósofos, eruditos, ateos y, lo que es peor, la indiferencia humana. Pero aunque el mundo entero haya luchado para que sus páginas dejen de iluminar a los mortales, la Biblia permanece inalterable para irradiar paz, luz, gozo y esperanza a la raza caída.
Acompáñame a lo largo de este mes para que analicemos juntos algunos aspectos del libro más importante del mundo.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

MI ELECCIÓN DIARIA

En aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel. Isaías 17:7.

Tulia esbozó una linda sonrisa, al recibir su regalo. Era el día de su cumpleaños, y había soñado con ese presente durante mucho tiempo; hablaba sobre él de día y de noche, a toda hora, en todo lugar.
Su papá se aproximó, y le dijo:
-Hijita, déjame armar eso. Yo puedo ayudarte.
-¡No, papito! Yo puedo sola.
Pasados veinte minutos, vino el llanto: el juguete soñado, ansiado, hablado y cantado por mucho tiempo, estaba roto y sin condiciones de ser usado. Con los ojos llenos de lágrimas, la niña miró a su padre y le dijo:
-Papá, ¿puedes ayudarme? ¿Arreglas mi juguete?
El ser humano no es más que un niño. Va por la vida queriendo hacer todo solo; y solo se hiere, sufre y llora. Así es hoy, lo fue en el pasado y lo será hasta que Jesús vuelva.
El pueblo de Israel tenía un pacto establecido con Dios: ustedes me obedecen y yo los cuido. Simple. Bastaba seguir ese acuerdo, y la vida sería buena, sin dolor ni lágrimas. Pero, por más sencillo que pareciera, Israel insistía en ir por otro camino.
Se comprometió en la idolatría de los pueblos que lo rodeaban; puso de lado el pacto y al propio Dios. En varias ocasiones, el Señor lo llamó de regreso, lo invitó a sus brazos, lo buscó como a una manada perdida. Pero, el pueblo simplemente dijo: ¡No! La consecuencia era inevitable.
Un día, el poderoso ejército de Asiría llegó con toda su fuerza, derrotó a Israel, lo esclavizó y lo humilló. Sobraron dolor, vergüenza, sufrimiento; y el pueblo, dice el texto de hoy, se acordó de Dios. ¿En esa circunstancia? No era que Dios no lo oyese más -incluso, porque Dios siempre oye a su hijo-, pero, ¿tenía que esperar hasta ese momento? Tantas invitaciones, mensajes, llamados, ¡y nada! Pero, cuando el dolor, la tristeza y la vergüenza llegaron, Israel se acordó de Dios.
En la vida, existen opciones. Una de ellas es aceptar la protección divina cuando todo va bien, y la otra es buscar a Dios cuando todo va mal. En ambas, Dios te oye, te salva del dolor y te brinda la protección que necesitas; pero, ¿en qué situación piensas que es mejor buscarlo?
Antes de comenzar un nuevo día, repite: "Hoy oiré tu voz, mi Creador. Mis ojos estarán en ti, Santo de Israel".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón