sábado, 4 de febrero de 2017

CARTA DE DIOS PARA TI

La palabra de nuestro Dios permanece firme para siempre, Isaías 40:8.

Necesitarás un sobre con la inscripción «CARTA DE DIOS PARA TI» y una hoja con el dibujo de una Biblia para colorear dentro del sobre.
Antes de que existieran las computadoras e Internet, la gente se comunicaba a distancia por medio de cartas.
Antes incluso de las cartas, hace muchísimos años, la gente se enviaba mensajes por medio de palomas, a las que se les amarraba el mensaje o la carta a una patita, y así llevaban los mensajes.
Después se inventó el correo postal, que es el uso de las cartas; los carteros son los encargados de llevarlas hasta las casas. Actualmente los carteros ya no llevan tantas cartas, porque con la tecnología nos comunicamos de otros modos.
Dios también desea estar en comunicación con nosotros y nos ha enviado una carta (muestre el sobre). ¿Quieres leerla? Abramos el sobre (muestre la foto de la Biblia).
La Biblia es la carta de amor de Dios para nosotros. En sus páginas podemos encontrar muchas buenas noticias, historias inspiradoras y consejos, y también podemos conocer más de Dios. Léela todos los días y conocerás mejor a tu mejor amigo, Jesús.

HABLA CON JESÚS
Gracias, Jesús, por la maravillosa carta de amor que me has enviado. Quiero leer la Biblia todos los días para conocerte mejor, amén.

Tomado de lecturas devocionales para preescolares 2017
¡PEQUEÑAS SONRISAS!
Por: Míriam Rodríguez Carrillo 
#PequeñaSonrisas  #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaPreescolares #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian

LA VIDA ES UNA EXPEDICIÓN

“Ustedes saben que en una carrera todos corren, pero solamente uno recibe el premio. Pues bien, corran ustedes de tal modo que reciban el premio” (1 Cor. 9:24).

El famoso explorador Ernest Shackleton se paseaba por la cubierta del “Endurance” vigilando cada detalle. “¡Vamos, muchachos!”, gritaba. “¡Zarpamos en una hora!” La expedición iniciaría desde puerto Plymouth y atravesaría la Antártida. Shackleton había preparado minuciosamente cada detalle de aquel viaje. Navegaron varios meses hasta llegar a las frías aguas de la Antártida, y ahora debían avanzar rodeados de icebergs. La nave pasó lentamente entre los canales de hielo. De pronto, bajaron las temperaturas y el barco quedó atrapado. Shackleton y sus amigos tuvieron que pasar el largo y duro invierno en la Antártida, esperando la llegada de la primavera. Con el deshielo, pensaban ellos, podrían seguir viaje.
Pero el deshielo hizo una enorme presión sobre el barco y lo dañó. El “Endurance” terminó hundiéndose. “¡Recojan todas sus cosas!”, ordenó Shackleton a sus hombres antes de que el barco se hundiera en el agua. Y partieron en busca de tierra firme, a muchos kilómetros de allí. Era difícil avanzar con equipaje y víveres, por eso decidieron dejarse arrastrar por la corriente sobre un enorme bloque de hielo. Así sobrevivieron durante meses, hasta que el hielo empezó a resquebrajarse y tuvieron que abandonarlo. Casi congelados, Shackleton y sus hombres vigilaban con preocupación a las voraces ballenas que los rodeaban. Luego de una semana, vieron una isla y desembarcaron, eufóricos. “¡Por fin tierra!”, decían, mientras besaban el piso. Pero Shackleton sabía que aún no había terminado su camino. Era necesario alcanzar otra isla, porque aquella estaba deshabitada. Días más tarde, reemprendieron viaje. Tras ser zarandeados por un mar furioso y resistir temperaturas extremas y noches sin descanso, alcanzaron su objetivo.
La vida es como esta expedición. La meta está bien clara: la tierra nueva. Pero mientras llegamos, pasamos por experiencias difíciles. A veces nos desanimamos y queremos abandonar la iglesia, porque los programas no nos parecen importantes. Pero sí lo son: nos ayudan en esta “expedición”, para que nos preparemos bien para la venida de Jesús. Por eso, no abandonemos la iglesia-, sigamos adelante con ella; corramos de tal manera que recibamos el premio de la vida eterna.

Tomado de lecturas devocionales para Menores 2017
¡SALTA!
Por: Patricia Navarro 
#Salta #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaMenores #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian

EL CENTRO DE TU CAMPAMENTO

“Los levitas marcharán en seguida, entre los cuatro campamentos, llevando con ellos la tienda del encuentro. Los cuatro campamentos marcharán uno tras otro, en el orden en que hayan acampado y bajo su propia bandera” (Números 2:17).

Muchas veces, he pensado que las partes más aburridas de la Biblia son sus detalles tediosos. ¿Quién quiere leer página tras página sobre genealogías? Que si Enoc engendró a Matusalén; que si Matusa no sé qué engendró a Lamec… Sin embargo, lo más interesante de estos detalles es que, a veces, esconden cosas fascinantes. Por ejemplo: a primera vista, cuando empiezas a leer el segundo capítulo de Números, puedes atascarte rápidamente en la descripción de cómo tenían que colocarse las tiendas de los hijos de Israel cuando acampaban en el desierto. Judá al norte, Dan al oeste…, básicamente, formaban un cuadrado perfecto con el Tabernáculo en el centro. Pero cuando comparamos estos aparentemente insignificantes detalles con algunos jeroglíficos hallados en la tumba del faraón egipcio Ramsés II, nos damos cuenta de que prueban que podemos confiar en la Biblia.
Se encontró un antiguo esquema de la disposición del ejército de este faraón en las paredes de su tumba, mostrando cómo se organizaba el campamento cuando sus tropas iban a ir a la guerra. Los arqueros se situaban en varios emplazamientos, con la caballería y los carros de guerra protegiendo la periferia. Y todo ello formaba un cuadrado perfecto donde la tienda del rey se situaba en el centro. ¿Te resulta familiar? No debería sorprendernos, porque Moisés fue educado y formado en la casa del faraón, lo que significa que conocía los métodos y las estrategias de guerra de los egipcios. Así que cuando lleva a ese gran grupo de gente a través del desierto, usa los conocimientos aprendidos en Egipto para organizados. Incluso en pequeños detalles como este, la Biblia se muestra merecedora de confianza. Observa de nuevo lo que coloca en el centro del campamento: la tienda de Dios, el Tabernáculo. Dios es el centro. Dios, y no Moisés ni ningún otro hombre, era su rey y líder.
¿Quién ocupa el centro de vida? ¿A qué le dedicas más tiempo y atención? Si no es a Dios, puede que sea el momento de reconsiderar tus prioridades. El centro de la religión judía de aquellos días no era simplemente una lista de normas y leyes, sino una persona: Dios. Él quiere ser lo que más valoras en tu vida, porque tú eres lo que él más valora en la suya. GH

Tomado de lecturas devocionales para Adolescentes 2017
FUSIÓN
Por: Melissa y Greg Howell
#Fusión # UnPuntoDeEncuentroEntreTúyDios #MeditacionesMatutina #DevociónMatutinaParaAdolescentes #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian

MI GRUPO DE ÁNGELES RESPLANDECIENTES

‘Tendré compasión de ti’, dice Jehová, tu Redentor” (Isa. 54:8).

La pesadilla de un matrimonio que se desintegra me había llevado al punto más bajo de mi vida, con mi dolor y mi desesperación compitiendo con el frío desolador del invierno, que arañaba las ventanas y se colaba bajo las puertas de la vieja casa de campo. Me pasaba aturdida todo el día, y me aterrorizaban las noches. Fue en una de esas noches cuando el timbre del teléfono me devolvió a la nada grata conciencia. La casi temblorosa voz de mi hermana, surcando muchos kilómetros, me informaba de que había visto mi casa en sueños, rodeada de campos cubiertos de nieve que se extendía en todas direcciones. Y súbitamente, ahí, ¡ahí!, había visto un grupo de ángeles resplandecientes, unidos hombro con hombro, con los brazos enlazados en un círculo inquebrantable que rodeaba mi casa por entero. “He pensado que te gustaría saberlo”, susurró antes de colgar.
Me volví para mirar por la ventana. “¿Están ahí, Señor? ¿De verdad están ahí?”, pregunté. Mi habitación se encontraba tan silenciosa, tan fría… Congelada, como mi corazón. Una pálida luz de luna llena caía débil y oblicuamente sobre el suelo, cual fragmento de rayo de luna que podía desmenuzarse en mil esquirlas cristalinas en cuanto un dedo de mi pie lo tocase. Yo quería -necesitaba- que mis ángeles estuvieran allí. Allí, conmigo y con mis tres hijos, durmiendo al otro lado de la puerta de mi casa. Nos sentíamos tan solos, tan desamparados, tan rechazados… Me arrastré hacia la ventana, sabiendo que moriría si no fuera así; sabiendo que no podría vivir si aquello no se confirmaba.
Santas palabras se me arremolinaron entonces en la mente: “Porque tu marido es tu Hacedor […]. Porque como a una mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, como a la esposa [cortejada y conquistada] de la juventud, que es [más tarde] repudiada. […] Porque los montes se moverán […] pero no se apartará de ti mi misericordia” (Isa. 54:5-10). Apoyé la frente contra el cristal. ¿Promesas, Señor? ¿Promesas?
Elevé los ojos, y miré primero más allá de lo que podía ver siquiera, hacia donde terminaban bruscamente los campos nevados y se fundían con el cielo negro de la noche. Entonces, centímetro a centímetro, descendió mi mirada por el vidrio hacia la nieve que se acumulaba sobre los árboles de hoja perenne que, abajo, bordeaban nuestro patio empapado de luna. No vi nada, pero en un instante de abrumadora conciencia supe que estaban ahí. “Nunca te fallaré. Jamás te abandonaré” (Heb. 13:5, NTV). Y en estos 36 años, nunca lo ha hecho.  Jeannette Busby Johnson

Tomado de lecturas devocionales para Damas 2017
VIVIR EN SU AMOR    
Por: Carolyn Rathbun Sutton – Ardis Dick Stenbakken
#VivirEnSuAmor #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaMujeres #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian

UN TESORO ENTRE RUINAS

“Tu eterna palabra, oh Señor, se mantiene firme en el cielo” (Salmo 7 79:89, NTV).

Sabía lo que buscaba, y estaba seguro de que había más de lo que le habían mostrado hacía quince años. En su primer viaje, en 1844, al monasterio de Santa Catalina, al pie del monte Sinaí, en Egipto, Konstantin von Tischendorf había encontrado 43 hojas de pergamino que contenían partes de Jeremías, Nehemías, Crónicas y Ester. Las había hallado en un canasto, con otras secciones de manuscritos a punto de ser quemadas como basura en los hornos del monasterio.
Regresó en 1853, pero no logró recuperar más que dos fragmentos del libro de Génesis. Auspiciado por el Zar de Rusia, Alejandro II, Konstantin volvió en 1859. Llegó allí el 14 de enero, pero no pudo encontrar nada. El 4 de febrero, el día antes de partir a El Cairo en camello, mostró al encargado del monasterio una copia de la edición de la Septuaginta que él mismo había publicado recientemente en Leipzig. En respuesta, el encargado afirmó que él también tenía una copia de la Septuaginta, y extrajo del armario de su claustro un manuscrito envuelto en género rojo. Era el Códice Sinaítico.
El Códice Sinaítico, o Codex Sinaiticus, es un manuscrito uncial del siglo IV de la versión en griego de la Biblia. Originalmente, contenía todo el Antiguo Testamento en griego (la Septuaginta), pero la versión que hoy tenemos solo contiene parte de la Septuaginta, todo el Nuevo Testamento en griego, la Epístola de Bernabé y fragmentos de El Pastor de Hermas. Junto con el Codex Alexandrinus y el Codex Vaticanus, el Codex Sinaiticus es uno de los manuscritos de mayor valor para la crítica textual del Nuevo Testamento en su versión griega, al igual que la Septuaginta.
En una época en que el lluminismo, el Humanismo y la modernidad atacaban la Biblia desde lo secular y la Alta Crítica desde el cristianismo mismo, este descubrimiento verificó la confiabilidad del texto bíblico. Realmente, no existe otro documento escrito que haya sido reproducido tantas veces y con una fidelidad incomparable. Dios preservó milagrosamente su Palabra a través de los siglos, para poder seguir hablando al corazón y a la conciencia de la humanidad. El mismo Espíritu Santo que se reveló a los profetas y los inspiró al escribir la Biblia sigue tocando las conciencias y dirigiéndolos a esa misma Palabra. Ilumina la mente del lector para que consiga comprender claramente cuál es la voluntad de Dios para su vida.
Pero, todo ese esfuerzo es en vano si no decides leerla personalmente y aplicarla en tu propia vida. No olvides que no es suficiente con leer lo que otros dicen acerca de la Biblia (como es el caso de esta meditación): tú mismo debes leerla. No salgas hoy al fragor de la lucha sin haber llenado tu corazón de las promesas divinas. MB

Tomado de lecturas devocionales para Jóvenes 2017
UN DÍA HISTÓRICO
Por: Pablo Ale – Marcos Blanco
#UnDíaHistórico #MeditacionesMatutinas #DevociónMatutinaParaJovenes #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian

DIOS NOS LLAMA

«Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros». Juan 1: 14

Como representantes suyos entre la raza humana, Cristo no elige ángeles que nunca cayeron, sino a seres humanos, hombres y mujeres de pasiones semejantes a las de aquellos a quienes tratan de salvar. Cristo mismo se revistió de la humanidad, para poder alcanzar a la raza humana. La divinidad necesitaba de la humanidad; porque se requería tanto lo divino como lo humano para traer la salvación al mundo. La divinidad necesitaba de la humanidad para proporcionar un medio de comunicación entre Dios y el ser humano. Así sucede con los siervos y mensajeros de Cristo. El ser humano necesita un poder exterior a sí mismo para restaurarlo a la semejanza de Dios y capacitarlo para hacer la obra de Dios; pero esto disminuye la importancia del agente humano. La humanidad se apropia del poder divino, Cristo mora en el corazón por la fe; y mediante la cooperación con lo divino el poder humano se hace eficiente para el bien.
El que llamó a los pescadores de Galilea continúa llamando hombres y mujeres a su servicio. Y está tan dispuesto a manifestar su poder por medio de nosotros como por los primeros discípulos. No importa cuán imperfectos y pecaminosos seamos, el Señor nos ofrece asociarnos consigo, para que seamos aprendices de Cristo. Nos invita a ponernos bajo la instrucción divina para que unidos con Cristo podamos realizar las obras de Dios.
«Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros» (2 Cor. 4: 7). Esta es la razón por la cual la predicación del Evangelio fue confiada a personas sujetas a error más bien que a los ángeles. De esta forma se pone de manifiesto que el poder que actúa por la debilidad de la humanidad es el poder de Dios; y así se nos anima a creer que el poder que puede ayudar a otros tan débiles como nosotros puede ayudarnos a nosotros también. Y los que están sujetos a flaquezas deben poder compadecerse «de los ignorantes y extraviados» (Heb. 5: 2). Habiendo estado en peligro ellos mismos, conocen los riesgos y dificultades del camino, y por esta razón reciben el llamado a buscar a otros que están en igual peligro. Hay almas angustiadas por la duda, llenas de flaquezas, débiles en la fe e incapacitadas para comprender al Invisible; pero un amigo en quien pueden confiar, que les habla en nombre de Cristo, puede ser el medio para fortalecer su débil fe en Cristo.
Hemos de colaborar con los ángeles para presentar a Jesús al mundo.— El Deseado de todas las gentes, cap. 30, pp. 267-268.

Tomado de lecturas devocionales para Adultos 2017
DE VUELTA AL HOGAR
Por: Elena G. de White
#DeVueltaAlHogar #MeditacionesMatutinas #DevocionMatutinaParaAdultos #vigorespiritual #plenitudespiritual #FliaHernándezQuitian