sábado, 30 de junio de 2012

MALDICIONES VOLADORAS


«Como gorrión perdido o golondrina sin nido, la maldición sin motivo jamás llegará a su destino» (Proverbios 26: 2).

Hoy visitaremos una cueva. ¿Oyes ese sonido de alas batiéndose? Parece que viene de arriba. Creo que son murciélagos. Están volando por todas partes. Espera un momento. No son murciélagos. ¡Son aves! Desde lejos parecían murciélagos, pero ahora veo que son golondrinas. Si te fijas podrás ver sus nidos en las paredes de la cueva, fijados con un pegamento hecho por ellas mismas.
Tal vez habrás visto algunas golondrinas volando por tu vecindario. Cuando cazan insectos su vuelo es veloz y acrobático, y pareciera que no frenaran. De hecho pareciera que nunca se posan en ningún lugar ¿Alguna vez alguien ha dicho algo de ti que no te resultó muy agradable? Si eso no te ha pasado nunca, en algún momento te pasará. Pero el versículo de hoy dice que «la maldición sin motivo jamás llegará a su destino». Al igual que las golondrinas, las malas palabras, insultos o chismes que alguien pueda decir no caerán sobre ti. Cuando eres una persona buena con los demás, no tienes de qué preocuparte. La gente se dará cuenta de que no te mereces lo que se ha dicho de ti y te respetarán por lo que eres. Así que no te preocupes por las «maldiciones voladoras», que nunca caerán sobre ti.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

PROMESAS


Encomienda a Jehová tu camino, confía en él y él hará. (Salmos 37:5).

Soy una persona práctica y para mí «ver es creer».  Sin embargo, en mi relación con Dios, he tenido que aprender una importante lección respecto a ejercer una total confianza. En mi vida han surgido situaciones en las que Dios ha mostrado su presencia y dirección. Siempre que llegan las pruebas pienso en lo conveniente que es recordar aquella hermosa promesa: «Encomienda a Jehová tu camino, confía en él y él hará». Los versículos 6 y 7 del mismo salmo nos proporcionan una clave respecto a nuestro caminar con Dios: «¡Encomienda tus pasos, confía, escucha y espera!».
Dios no nos dice únicamente lo que debemos hacer, sino que también nos enseña la forma de hacerlo. La Biblia encierra hermosas promesas como la encontrada en el versículo 4 del mismo pasaje: «Deléitate en el Señor, y él te dará los deseos de tu corazón». ¿Qué significa deleitarse en el Señor?
He descubierto que cuando hago su voluntad siento un apacible gozo y una sensación de felicidad. Como consecuencia él me da aquello que yo misma escogería de conocer el fin desde el principio. Posiblemente la respuesta recibida no sea lo que mi corazón desea; no obstante, a su debido tiempo descubriré que la alternativa que el Señor me presenta es la que más me conviene.
Cuando el ángel se le apareció a María, ella creyó en cada una de sus palabras, aun cuando nada parecía favorecerla: una futura madre soltera en una cultura donde la mujer no era valorada. Quizá también corría el riesgo de ser apedreada. ¿Tendremos el valor necesario para actuar por fe como María, o para decir como Elizabeth: «¡Bienaventurada la que creyó»? Así como Dios tenía un plan para ellas, de la misma manera tiene uno para cada mu de nosotras.
Debemos permitir que en su silencio Dios transforme nuestras vidas y guíe nuestros pasos. No es fácil decirle a Dios «hágase tu voluntad, Señor», y esperar tranquilamente su respuesta. Tampoco será fácil «deleitarse en Jehová» cuando las cosas no vayan de acuerdo a nuestras preferencias, o no coincidan con nuestra agenda. Aun así, debemos encomendar, confiar, guardar silencio y esperar en el Dios de lo imposible.
Mi querida hermana, permitamos que el Señor, el alfarero divino, nos modele en su gracia.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Sherie Lynn Vela

EL GUARDIÁN DE LOS ARROYOS


Pues a ti [...] yo te he puesto como centinela. Ezequiel 33:7

Cuenta Peter Marshall, ex capellán del senado de los Estados Unidos, que hace muchos años vivía en las montañas de los Alpes «el guardián de los arroyos». Nadie lo veía trabajar, pero los habitantes del pueblo sabían que bebían agua limpia gracias a él. Todos los días limpiaba las cabeceras de las fuentes de agua de las hojas y de las ramas que caían de los árboles.
Cierto día se reunió la Junta Municipal para estudiar el presupuesto del siguiente año. Al revisar los gastos para mantenimiento vieron una partida asignada al «guardián de los arroyos».
—¿Quién ha visto a este «guardián de los arroyos»? —preguntó alguien. 
—Parece que estamos regalando ese dinero —dijo otro. 
Al final decidieron sacarlo del presupuesto. Y nadie lo echó de menos... hasta que las hojas y las pequeñas ramas de los árboles comenzaron a caer. Poco a poco la basura se acumuló en tal cantidad en las cabeceras de los arroyuelos, que en cuestión de unas pocas semanas el agua comenzó a mostrar un color amarillento. Días más tarde se tornó oscura. Entonces la gente comenzó a enfermarse.
Alarmados, los miembros de la Junta Municipal volvieron a reunirse. ¿Qué estaba causando esta calamidad? Era el agua. Después de examinar la situación, decidieron reincorporar al fiel trabajador. En cuestión de semanas, los habitantes del pueblo disfrutaron una vez más de las cristalinas aguas de sus arroyos (The Best of Peter Marshall [Lo mejor de Peter Marshall], pp. 66, 67).
«Y esto, ¿qué tiene que ver conmigo?», podrías preguntar. Mucho, porque estás en este mundo para cumplir una misión aún más importante que la de cuidar de las fuentes de agua. Hoy Dios cuenta contigo para que seas un guarda, un centinela, de los principios de su Santa Palabra. Cuenta contigo para que seas su representante dondequiera que estés.
Cuando día tras día, silenciosamente, cuidas de tu mente y de tu cuerpo, cuando respetas a tus padres, cuando resistes con firmeza la presión de tus amigos a hacer lo malo, cuando vives una vida íntegra, entonces, al igual que el «guardián de los arroyos», te conviertes en una bendición para los demás. Y lo que es todavía más importante, honras el nombre de Aquel que vino a este mundo no para ser servido, sino para servir.
Santo Espíritu dame hoy tu poder para ser un fiel guardián de tus verdades eternas.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

DÍGALO TAL CUAL ES


«¿Cuántas son mis iniquidades y pecados? Hazme entender mi transgresión y mi pecado» (Job 13: 23).
Suponga que lo invito a visitamos a mí y a mi esposa en Florida y que le menciono que estoy seguro de que disfrutará de la estancia si le gustan los animalitos peludos que rondan por los alrededores de la casa. Usted podría pensar: «Ah, el pastor tiene gatitos. Fantástico, porque me gustan los gatitos». Pero yo le digo: «No, no. Gatitos no... ¡Ratas!». Sabiendo eso, ¿cómo se sentiría si tuviera que venir a visitarnos?
Es un hecho demostrado que las personas tienden a evitar todo aquello que tiene una imagen negativa. Y cuanto mayor es la negatividad de la imagen, más se quiere evitar. Según Science Daily (16 de diciembre de 2009), la capacidad de una persona para resistir, por ejemplo, a una tentadora galleta depende de la gravedad de la amenaza que se perciba tras ella.
Varios científicos estudiaron las técnicas que permiten que la gente se resista a los alimentos y otras tentaciones. Descubrieron que cuando las personas se enfrentan a tentaciones que amenazan sus objetivos a largo plazo (ya sea la dieta, el control del humor, el gasto de dinero, etc.), un método para ayudar a resistir la tentación es hacer hincapié en la negatividad del resultado de caer en ella.
Por ejemplo, en cierto estudio, a los participantes se les pidió que estimaran las calorías de una galleta en particular que se les ofrecía. Los participantes que tenían un claro objetivo de adelgazamiento pensaron que la galleta tenía más calorías y era más perjudicial para alcanzar su objetivo a largo plazo de perder peso. Por tanto, resistirse a tomar la galleta les resultaba más fácil.
Cuando nos enfrentamos a una tentación, no solo debemos pensar, sino también destacar las consecuencias negativas de ceder a ella. Es preciso que veamos el pecado con toda su repugnancia, todo su horror y toda su desfachatez. No hay «mentirillas inocentes». «Los labios mentirosos son abominables para Jehová, pero le complacen quienes actúan con verdad» (Prov. 12:22). Fornicar no es solo mantener una «relación íntima». «¿Cómo, pues, haría yo este gran mal y pecaría contra Dios?» (Gen. 39:9). El adulterio no es tan solo «una aventura» «Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí». (Sal. 51:3). Comer y beber lo que el Señor ha prohibido no es una simple «convención social». «Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey ni con el vino que él bebía» (Dan 1:8).
Así como las ratas no son simplemente «animamos peludos», el pecado no es tan solo «otra manera de hacer las cosas».  Basado en Mateo 26:41

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

viernes, 29 de junio de 2012

CUIDADO, ¡YA A EXPLOTAN!



«Como el que se quita la ropa en día de frío, o como el vinagre sobre la soda, es el que canta canciones a un corazón afligido» (Proverbios 25:20, BLA).

Aunque anteriormente ya hablamos del vinagre, lo que voy a explicar ahora es un poco diferente. Te voy a hablar de lo que ocurre al verter vinagre en soda.
Cuando era niño hice algo muy divertido. Tomé un poco de bicarbonato sódico y lo eché en una botella de plástico. Ahora viene la parte del vinagre, tomé mi botella y salí al patio porque no quería ocasionar un desastre en casa. Lentamente, eché el vinagre dentro de la botella con bicarbonato sódico. Inmediatamente escuché un sonido burbujeante y comenzaron a salir montañas de espuma de la botella. ¡Acababa de hacer erupcionar un volcán!
El versículo de hoy nos dice que muchas veces la gente que se siente mal no tolera estar con gente que está alegre. Cantar y reír cuando alguien está triste es como echar vinagre sobre bicarbonato sódico. Es decir; puede hacerlos estallar Si alguien necesita que llores con él o con ella, entonces sé un buen amigo y hazlo. Fíjate en cuál es su necesidad y haz lo que puedas por él o por ella. ¡Eso fue lo que hizo Jesús!

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

CONFIANZA PLENA


No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán (Isaías 43: 1-2).

Anticipaba aquella experiencia. Por primera vez iba a visitar una aldea indígena en la región del Darién, en Panamá. Todo estaba listo para iniciar el viaje de nueve horas por carretera. Luego viajaríamos seis en una embarcación pequeña con un motor fuera de borda.
Mi esposo, como pastor de esa zona, ya era conocedor de aquellos medios de transporte, pero para mí todo era una experiencia nueva. Cuando vi la barca exclamé: «¿Es en eso que nos vamos? ¿Y los cocodrilos?». Durante todo el viaje tuvimos que estar achicando el agua que se filtraba por las grietas de la embarcación. Tampoco podíamos movernos mucho, y eso sí que era difícil.
Nosotros íbamos en compañía de nuestro pequeño hijo, a quien el viaje le pareció fascinante. Creo que se sentía un poco marinero por lo feliz que estaba. Pero yo, con cada movimiento de la embarcación, creía que se volteaba. En varias ocasiones creí verme en el agua, y lo que más me preocupaba era mi hijo.
Aquello me hizo recordar a los discípulos de Jesús la noche en que una tempestad los alcanzó en medio de un lago.  Ellos no estaban preparados para enfrentar dicha crisis, quizá por el chasco que habían sufrido ya que Jesús un había sido proclamado rey. Los discípulos trataban de que el barco no se hundiera. Cansados de luchar, anhelaban la presencia de su Maestro pero, al igual que yo, olvidaron que Jesús no los había abandonado. Sin embargo, Elena G. de White dice que Jesús «ni por un momento perdió de vista a sus discípulos» (El Deseado de todas las gentes, cap. 40, p. 349).
Cada vez que subo a una embarcación recuerdo a Jesús, e imagino que él nos contempla. A veces debemos atravesar una violenta tempestad para que aprendamos a confiar más en su promesa: «Cuando pases por las aguas yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán» (Isa. 43:2).
¡Oh Padre!, llénanos de tu confianza, y no apartes jamás tu mirada de nosotros.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Mayrobys de Cubilla

ARQUITECTOS DEL DESTINO


El jefe le dijo: «Muy bien, eres un empleado bueno y fiel; ya que fuiste fiel en lo poco, te pondré a cargo de mucho más. Entra y alégrate conmigo». Mateo 25:21.

Se dice con mucha razón que la vida es lo que cada uno hace de ella. Esta realidad está muy bien ilustrada por cierta pintura que se encontró en un templo antiguo. En ella se observa a un rey que convierte su corona en una cadena. A su lado está la figura de un esclavo que convierte sus cadenas en una corona.
La enseñanza básica de esa pintura es la que de manera contundente también expresa Elena G. de White: «¡Ojalá comprenda cada uno que es el árbitro de su propio destino! En ustedes yace su felicidad para esta vida y para la vida futura e inmortal» (Mensajes para los jóvenes, p. 23).
Dicho de otra manera, no son las circunstancias las que determinan la calidad de la vida, sino la manera como nosotros decidamos manejar esas circunstancias. Sin embargo, algunos jóvenes se pasan la vida lamentando lo que no tienen. Razonan que serían felices si pudieran pertenecer a una familia con mayores recursos económicos. O si tuvieran por lo menos algunos de los atributos de sus amigos o amigas: un mejor cuerpo, mayor inteligencia, más habilidad para los deportes, una voz más agradable, el talento de la música o el don de la simpatía.
Si ahora mismo estás cometiendo ese error, conviene recordar la parábola de los talentos (ver Mat. 25:14-30). El jefe de un negocio entregó a tres trabajadores una determinada cantidad de dinero para que lo invirtieran. Dos de ellos así lo hicieron y produjeron ganancias, pero uno escondió el dinero por temor a perderlo. Cuando el jefe regresó, premió a los que habían invertido sus recursos dándoles aún más. Pero al que escondió el dinero, lo llamó «empleado malo y perezoso» y, además, le quitó lo que tenía.
Por esta razón se nos aconseja: «Los talentos, aunque sean pocos, han de ser usados» (Palabras de vida del gran Maestro, p. 264).
¿Qué estás haciendo con los talentos que Dios te ha dado? Recuerda que lo importante no es cuánto tienes, sino qué estás haciendo con lo que tienes.
Señor, hoy me prepongo hacer lo mejor con los dones que me has dado.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

NO SE PUEDE HACER DE DOS MANERAS


«Antes bien, como está escrito: "Cosas que ojo no vio ni oído oyó ni han subido al corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que lo aman» (1 Corintios 2: 9).

No es nada extraño que en la vida cristiana nos pasemos más tiempo llamando a la grúa que aprendiendo a conducir el automóvil de la vida. Es como si en todos nosotros hubiera algo que se empeña en echarnos fuera de la carretera. Incluso cuando una persona nace de nuevo, esta atracción fatal sigue siendo un problema.
Un texto lo explica: «Cada uno es tentado, cuando de su propia pasión es atraído y seducido. Entonces la pasión, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte» (Sant. 1:14,15). Cuando nos ponemos en peligro sufrimos innecesariamente y eso nos hace aún más vulnerables a los ataques de Satanás.
Mi trabajo como evangelista me hace viajar mucho. Los viajes se me difuminan unos con otros y llega un momento en que me cuesta recordar dónde estoy en un momento determinado. Sin embargo, recuerdo una ocasión en que, después de haber predicado el sermón, por la noche, mis colegas me llevaron de vuelta al hotel. Para mí, viajar es algo agradable hasta que llega la noche; entonces quisiera estar en casa.
En aquella ocasión tomé una cena ligera y, como todavía era pronto para ir a dormir, decidí pasar las siguientes horas viendo la televisión. Cuando llegó la hora de ir a la cama, tomé una ducha y, siguiendo mi costumbre, me arrodillé para orar.
Escuchar nuestras oraciones puede ser muy revelador. Aquella noche oré como de costumbre antes de acostarme. Pero a media oración pensé en lo que decía y me detuve en aquel justo momento. Me di cuenta de que me estaba contradiciendo y no pude continuar. Me oí a mí mismo pidiendo al Señor que me hiciera como Jesús y perdonara mi orgullo, mi egoísmo, mi amargura, mis ansias desmesuradas y mi falta de dominio propio. Pero los programas de televisión que acababa de ver estaban imbuidos de esas características negativas. De buen grado me había entretenido viendo a los actores que simulaban los mismos pecados por los que Cristo murió. ¿Hay algo más incoherente? Aquella noche aprendí que tenía que vivir de la misma manera que oraba. No podía hacer las dos cosas a la vez. Era claro que en la oración decía una cosa y con la vida hacía otra.
¿Soy el único que tiene ese problema?. Basado en Mateo 26:41

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

jueves, 28 de junio de 2012

ALERTA DE SANGRE


«¿Para quién serán los oyes? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas? ¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas sin razón? ¿Para quién los ojos enrojecidos? Para los que no dejan el vino, para los que van probando mixturas» (Proverbios 23:29, 30, RV95).

¿Alguna vez te has caído al caminar? Yo sí me he raspado las rodillas y me he cortado en los brazos. Me ha salido sangre. ¿Sabes por qué hasta las heridas más pequeñas a veces dejan fluir mucha sangre? El cerebro ordena a los vasos sanguíneos que se abran y que la sangre fluya rápidamente. Cuanta más sangre fluye, más células blancas se apresuran hacia el lugar del problema. ¿Alguna vez has visto a alguien con los ojos enrojecidos? Eso ocurre porque los vasos sanguíneos se abren y dejan fluir sangre hacia el globo ocular.  Los ojos pueden enrojecerse cuando entran en contacto con cosas como el humo o el polvo, pero también pasa cuando la gente toma alcohol, como dice el versículo de hoy.
Esto nos habla de la importancia de mantener nuestro cuerpo libre de venenos como el alcohol. El alcohol es sumamente dañino. Lee el versículo de hoy nuevamente y entenderás lo que estoy diciendo. Nuestros cuerpos y la Palabra de Dios nos pueden enseñar muchas lecciones. La lección de hoy es que debemos permanecer alejados del alcohol.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

ORANDO POR LOS DEMÁS


Confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos por oíros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho (Santiago 5:16).

«¿Y tú, oras por los homosexuales?», era el titulo de un artículo que apareció en la revista Adventista hace algunos años.  En nuestra época existe una tendencia a considerar la homosexualidad como una aceptable alternativa de vida, como algo «natural». Incluso hay iglesias que tienen clérigos que son abiertamente homosexuales. Todo esto representa un cambio radical de las actitudes del pasado relacionadas con esta cuestión.
Como cristianos debemos orar por nuestros amigos y conocidos que son homosexuales, así como por sus familias. También debemos orar por las nuevas generaciones, ya que con tristeza vemos que algunas de las esas tendencias modernas se han ido infiltrado en la iglesia cristiana.
Los padres debemos cuidar más a nuestros hijos, sobre todo a los adolescentes. Es importante que conozcamos a sus amigos, que evitemos que se reúnan con quienes podrían incitarlos a prácticas y costumbres condenadas en las Escrituras.
El artículo mencionado afirmaba que algunos jóvenes se desaniman, ya que los hermanos los juzgan por su apariencia en vez de orar por ellos. Otra queja es que la iglesia no trata de comprenderlos y que los discriminan, encasillándolos en una categoría de «pecadores».  Hemos de intentar entenderlos. Oremos por las personas con problemas, sean de la índole que sean.
Conocí en cierta ocasión a un joven que al conocer a Cristo Jesús intentó cambiar su vida y para ello dejó de relacionarse con personas que compartían sus preferencias sexuales. A veces no nos damos cuenta de que tanto varones como chicas de nuestra iglesia están siendo tentados, por el enemigo para que se olviden de que Dios «los varón y hembra».
Mis hermanas, ¡oremos por ellos!

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Fabiola Fernanda Quinto

“DIME CON QUIÉN ANDAS…”


El necio cree que todo lo que hace está bien, pero el sabio atiende los consejos. Proverbios 12:15.

No hay una lista de «Los diez refranes más populares de todos los tiempos», pero si la hubiera, hay uno que con toda seguridad estaría en el tope: «Dime con quién andas, y te diré quién eres». ¿Tenían razón nuestros abuelos y nuestros padres cuando nos repetían estas palabras?
Una investigación realizada por la Universidad de Columbia, Estados Unidos, confirma que hay sabiduría en el viejo refrán. Entre los hallazgos más relevantes, el estudio encontró los siguientes:
Es mucho más probable que un joven consuma marihuana si más de la mitad de sus amigos ya la está consumiendo.
Las posibilidades de que un joven vea pornografía en Internet aumentan hasta tres veces si la mayoría de sus amigos ya lo hace.
Si al menos la mitad de sus amigos son sexualmente activos, el riesgo de que el joven consuma alcohol aumenta treinta veces; el de consumir marihuana, veintidós veces; y el de fumar, cinco veces (Courtney C. Radsch, New York Times, edición electrónica, 20 de agosto de 2004).
Los investigadores aclaran que el estudio no trata de establecer una relación de causa-efecto, sino más bien mostrar que hay una estrecha relación entre los amigos del joven y los hábitos que este adopta. Dicho de otra manera: las posibilidades de que un joven se involucre en conductas indeseables aumentan considerablemente si sus amigos participan de manera habitual de esas conductas.
Estos resultados, por supuesto, no sorprenden a nadie. Todos queremos ser aceptados, no rechazados, por nuestros amigos. El problema se produce cuando, para lograr esa aceptación, nos vemos obligados a pagar un precio demasiado elevado. Y este es, en mi opinión, el punto central del estudio de la Universidad de Columbia. Ya sabíamos que los amigos influyen en nosotros. ¡Pero tanto!
Alguien podrá alegar que se trata de solo un estudio. Sin embargo, ¿será necesario esperar que otros estudios confirmen lo que durante tantos años nos han dicho los abuelos? Ellos ya nos lo advirtieron: «Dime con quién andas, y te diré quién eres». Y hasta ahora nadie ha podido demostrar que estaban equivocados.
¿Escucharemos a los abuelos? ¿O pasaremos a formar parte de las estadísticas?
Padre celestial, ayúdame a escuchar el consejo de las personas adultas que desean mi bienestar.  Y dame sabiduría para escoger bien a mis amigos.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

UN BUEN EJEMPLO


«Pues somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparo de antemano para que anduviéramos en ellas» (Efesios 2:10).

El orgullo es uno de los pecados que más cuestan de erradicar. Justo cuando pensamos que está muerto y nos dirigimos hacia la multitud para aceptar sus felicitaciones, se levanta y nos apuñala por la espalda. Se dice que Dios, sabiamente, diseñó el cuerpo humano para que nosotros mismos no pudiéramos darnos palmaditas en la espalda ni tampoco patadas con demasiada facilidad.
El orgullo se había apoderado del corazón de Simón el leproso. Era rico, influyente y, gracias al milagro de la curación, gozaba de salud. Pero su corazón estaba enfermo de la lepra del pecado. Había juzgado mal a María, su sobrina, ante los invitados que asistían a su fiesta en honor de Cristo. Jesús le había contado una breve parábola que lo ayudó a verse a sí mismo tal como era.
Los dos deudores de la parábola representaban a Simón y a María. Se demostró que el pecado de Simón era diez veces más grave que el de María.  Vio que Jesús había leído tanto en su corazón como en el de María se avergonzó. Sabía que estaba en presencia de un Ser superior.
«Entre en tu casa», continuo Cristo, «y no me diste agua para mis pies; pero ella ha regado mis pies con lágrimas y los ha secado con sus cabellos. No me diste beso; pero ella, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies» (Luc. 7:44,45).
Y entonces Cristo hizo una promesa que ha traído consuelo y aliento a todos los que en su nombre sirven callada y abnegadamente a los demás. Dijo: «De cierto os digo que dóndequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que esta ha hecho, para memoria de ella» (Mat. 26:13).
Los actos de María se recordarían no con la dedicación de una iglesia o calibrando una fiesta anual en su honor, o conservando un pedazo de su sagrado frasco como una reliquia, sino mencionando su fe y su piedad como ejemplo para los demás en la predicación del evangelio. Todos hemos sido María la pecadora, María la frívola o María la impulsiva. Pero, por la gracia de Dios, ahora podemos ser María la generosa, María la reflexiva o María la agradecida. Basado en Mateo 26:6-13

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

miércoles, 27 de junio de 2012

FELIZ COMO UNA TORMENTA


«El rostro radiante del rey es signo de vida; su favor es como lluvia en primavera» (Proverbios 16:15, NVI).

Espero que te hayas puesto hoy tu impermeable, pues definitivamente va a llover ¿Alguna vez te has preguntado cómo caen gotas de las nubes y cómo hacen para entrar en ellas? Te lo explicaré.
El viejo señor sol calienta mucho allá arriba en el cielo. Calienta tanto, que puede hacer que ríos, estanques, lagos y océanos se evaporen, causando que pequeñas gotas de agua suban hasta el cielo. A medida que estas gotas se unen se convierten en jotas más grandes y forman nubes. Las gotas se van haciendo cada vez más grandes, hasta que son demasiado pesadas para permanecer en el aire, entonces caen en forma de lluvia.
El versículo de hoy dice que «el rostro radiante del rey es signo de vida». Sus buenas acciones son como la lluvia que cae del cielo. Parece que es bueno entonces mantener al rey feliz, ¿no es así?
Hoy en día pasa lo mismo. Cuando la gente es feliz, ocurren cosas buenas. Intenta lo siguiente: trata de hacer feliz hoy a la mayor cantidad de personas que puedas. Observa si comienzan a ocurrir cosas buenas. Te darás cuenta de que cuando haces felices a otros, ¡tú también eres feliz!

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

CUANDO LA CRISIS GOLPEA


Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y, sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta, ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? (Mateo 6:26).

Toda mujer en algún momento de su vida enfrentará situaciones de estrés que podrían desembocar en una crisis. Algunas de ellas podrían ser manejadas exitosamente tomando en cuenta su naturaleza pasajera.
En cambio, en una crisis grave no se podrá enfrentar el acontecimiento precipitante sin experimentar algún tipo de desequilibrio, ya que el sujeto por lo general se derrumba emocionalmente.
Podemos reaccionar de tres formas ante una situación de crisis:

  • Enfrentándola para salir adelante, en caso de que la misma sea leve.
  • Bloqueando mentalmente los efectos dolorosos, para continuar con las actividades normales; en una crisis moderada. 
  • Colapsando emocionalmente. Si la crisis es severa, lo recomendable es buscar ayuda profesional.

Hay momentos y circunstancias en los que la vida nos golpea muy fuerte. Ese es el caso de una muerte trágica o una enfermedad terminal o un divorcio. En esos momentos Dios te dice: «Yo estoy contigo, no te dejaré, no ir desampararé» (Jos 1:9).
Necesitamos aprender de las situaciones pasadas con el fin de vivir en el presente sin sombras, visualizando un futuro de esperanza. Algunas técnicas o alternativas que podrían ser de ayuda incluyen:

  • Descansar bien, relajarse y hacer ejercicio físico.
  • Establecer prioridades.
  • Realizar un análisis introspectivo.
  • Adoptar toda una serie de pensamientos positivos.
  • Compartir con personas de confianza nuestra situación.
  • Buscar ayuda profesional.

Señor, ayúdame a reconocer que hay cosas que no puedo cambiar.  Dame el valor para modificar aquello que puede cambiarse y la sabiduría para distinguir entre unas y otras.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Juana F. Santiago 

ACCESO TOTAL


No hay nada escondido que no llegue a descubrirse, ni nada secreto que no llegue a conocerse y ponerse en claro. Lucas 8:17.

Nuestro versículo de hoy me recuerda una historia que leí en el libro de ilustraciones Treasury of the Christian World (Antología del mundo cristiano, p. 358), de A. Gordón Nasby. El relato tiene como protagonista a Edwin Booth (1833-1893), un famoso actor estadounidense del siglo XIX. Durante sus mejores años, Edwin se presentó en los escenarios más distinguidos de los Estados Unidos y de Europa. Incluso llegó a fundar su propio teatro. (Por cierto, su retiro prematuro de la actuación se produjo cuando su hermano menor, John, asesinó al presidente Abraham Lincoln, el 14 de abril de 1865).
Se cuenta que un ministro religioso quería asistir a una obra protagonizada por Edwin, pero temía que alguien de su congregación pudiera verlo. «¿Qué dirían mis feligreses —se preguntaba— si supieran que estuve en el teatro?» El caso es que el pastor se las arregló para obtener una entrevista con el famoso actor.
—¿Podría hacer arreglos para que se me permita entrar por una puerta que no sea la principal? —preguntó el pastor.
—Lo siento mucho —replicó Edwin—. No hay puertas en mi teatro a través de las cuales Dios no pueda entrar.
¡Tremendo regaño! ¿Podría yo decir lo mismo? ¿Podría yo también afirmar que las puertas de mi hogar, de mi cuarto, de mi biblioteca; los archivos de mi computadora, mi colección musical, mis revistas; en una palabra, toda mi vida está abierta para que Dios pueda entrar? Si es verdad que entre los buenos amigos no hay secretos, entonces las puertas siempre deberían estar abiertas para el Señor Jesús, nuestro mejor amigo.
¿Tú qué piensas? ¿Estás permitiendo que Jesús sea Señor de toda tu vida?. ¿O hay alguna puerta que ahora mismo estás cerrando para que él no entre?
Abramos todas las puertas. Que en nuestra vida no haya reservas para Dios. Que no haya lugares secretos. Que no quede un solo rincón al cual nuestro Padre celestial no pueda entrar.
Padre celestial a partir de hoy te abro todas las puertas de mi vida. Que la dulce influencia de tu Espíritu santifique todo mi ser.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

¿CUÁNTO DEBE?


«Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama. » (Lucas 7:47).

Ahora los focos se centran en Simón, el leproso. Simón que vive una doble vida, Simón el fariseo, Simón el inconverso. Simón abrigaba la esperanza de que aquella fiesta para honrar a Jesús mejoraría la opinión que los demás tenían de él y fuera más fácil coronarlo rey. Puesto que la familia de Simón había sido bendecida con varios milagros, era natural que esperara disfrutar de una posición destacada en el nuevo reino terrenal de Cristo.
Pero el festejo tomó un giro inesperado y catastrófico cuando María se puso en evidencia. Insensata e impulsiva María... De carácter ingenuo y complaciente, María había cedido a las sugerencias inmorales de su tío Simón hasta el punto de casi arruinar su vida. Si Jesús no la hubiera encontrado y perdonado, ¿quién sabe dónde habría llegado? Si había otra cosa que desagradara tanto a Simón era que Jesús no la hubiera echado fuera ni la hubiera reprendido. Simón estaba tentado a pensar que tal vez Jesús no era un profeta. No dijo nada, pero pensó para sus adentros: «Si este Jesús fuera un profeta habría sabido qué clase de mujer es la que lo toca, porque es una pecadora».
Simón no se dio cuenta de que en tales ocasiones el Hijo de Dios actúa a la manera de Dios: con compasión, ternura y misericordia. «Leyendo sus pensamientos, Cristo le respondió antes de que Simón hablara, demostrándole que era el Profeta de los profetas: "Simón, una cosa tengo que decirte [...]. Un acreedor tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro, cincuenta. No teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos lo amará más?" Respondiendo Simón, dijo: "Pienso que aquel a quien perdonó más". Él le dijo: "Rectamente has juzgado"» (Hijos de Dios, Apéndice A, p. 235).
Estimado lector, ¿le ha sido perdonado mucho? ¿El Señor lo ha bendecido con el deseo de tener un corazón nuevo? ¿Se ha librado de un accidente mortal? ¿Se ha recuperado de una enfermedad? ¿Disfruta de paz interior? ¿El Señor ha enviado su Espíritu para ayudarlo a desarrollar todos sus frutos? Entonces, ¿cuánto le debe al Señor? Basado en Mateo 26: 6-13

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

martes, 26 de junio de 2012

ME ENCANTAN TUS VEGETALES


«Más vale comer verduras con amor, que carne de res con odio» (Proverbios 15:17).

Hoy hemos llegado a la granja a contemplar una hilera perfecta de vegetales listos para ser cosechados. ¿Cuál es tu vegetal favorito? ¿La espinaca? ¿Las zanahorias? ¿Las coles de Bruselas? Quizá son los guisantes o la lechuga.
Parece que en los tiempos bíblicos la gente pobre comía más vegetales que los ricos. La razón era que los pobres podían cultivar sus propios vegetales y no contaban con suficiente dinero como para comprar un animal para comer Si un pobre tenía una vaca o una cabra, la usaba para trabajar o para ordeñarla. Solo la gente de dinero podía darse el lujo de matar un animal para comérselo.
Ahora entiendes por qué Salomón dijo lo que aparece en el versículo. El mensaje es, que es preferible ser pobre y tener amor en la familia que ser rico y vivir con odio. El amor familiar es algo muy precioso e importante. Es en la familia donde se aprende a amar y a ser bondadosos con los demás. La próxima vez que te sientes a comen mira las zanahorias, el maíz o cualquier vegetal que tengas en tu plato, y recuerda lo importante que es amar a tu familia.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

¿QUÉ ES LA VERDAD?


Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. (Juan 8:32).

Pedrito había dado muerte a un pato que su mamá tenía en el patio. Su hermana, que conocía el caso, lo amenazaba diciéndole que lo iba a contar. Sin embargo, su mamá había visto lo sucedido desde una ventana, pero no había hecho comentario alguno. Pedrito, cansado del acoso de su hermana, confesó a su madre lo que había pasado, quedando libre del temor, de la culpa y de las presiones de su hermana.
Experimentamos algo parecido a la situación de Pedrito cuando vivimos presionadas por los problemas de la vida, temerosas del futuro. Sin embargo, Dios desea que mediante la confianza en él podamos vivir en plena libertad.  Jesús, durante su conversación con Pilato, dijo: «Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz» (Juan 18:37).
«Cristo nunca aduló a nadie. Nunca engañó ni defraudó, nunca cambió su rectilínea justicia para obtener el favor o el aplauso. Siempre expresó la verdad. La ley de la bondad estuvo en sus labios y no hubo engaño en su boca. [...] Imite el ejemplo de aquel que vivió la ley de Jehová, que dijo: "He guardado los mandamientos de mi Padre" (Juan 15:10). Los que sigan a Cristo continuamente mirarán la perfecta ley de libertad» (A fin de conocerle, p. 64)
Mi mayor anhelo es que la verdad divina pueda ser la única norma de justicia en nuestras vidas. Ojalá que podamos compartir el amor de Dios, alcanzando a nuestros prójimos y a nuestras familias.
¿Quieres ser verdaderamente libre? Acepta a Jesús en tu vida y vive de acuerdo a aquel que es «la verdad y la vida».
Señor, ayúdame a conocerte y a aceptarte como mi única verdad. Permite que pueda vivir en plena libertad contigo.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Coraduma Escobar de Villareal

PARA CUBRIR LA DISTANCIA COMPLETA


¿Pueden dos caminar juntos sin antes ponerse de acuerdo?  Amos 3:3, NVI

Alguien ha dicho, y con razón, que los tres eventos más importantes en la vida de una persona son el nacimiento, el matrimonio y la muerte. Sobre el primero y el tercero tenemos poco o ningún control. En cambio sobre el segundo (el matrimonio), la decisión está completamente en nuestras manos. Y aunque la gente dice por ahí que el amor es ciego, mi consejo es que abras bien los ojos al elegir a la persona con la que te propones pasar el resto de tu vida.
¿Quién puede ser tan torpe como para emprender un largo viaje, uno que durará toda la vida, sin hacer ningún tipo de preparativos? El matrimonio es como un largo viaje, que termina solo con la muerte. Es absolutamente indispensable, por lo tanto, que hagas algunas preguntas sobre esa persona que te acompañará en la travesía.  De manera particular, me gusta la lista de preguntas del Dr. Harold Shryock (Happirum for Husbartds and Wives [La felicidad para los esposos y las esposas], pp. 28, 29; adaptado).

  1. La persona con la que me pienso casar, ¿es alegre? (Si no lo es ahora, difícilmente lo será después del matrimonio).
  2. ¿Puede manejar los desacuerdos sin enardecerse? (La incapacidad para manejar las diferencias de opinión es señal de inmadurez).
  3. ¿Son estables sus emociones? (La persona inestable es impredecible).
  4. ¿Qué piensa en temas de moral? (Sus conceptos de lo bueno y lo malo reflejan la clase de persona que es).
  5. ¿Es capaz de trabajar en equipo? (El matrimonio es un equipo en el que cuenta la opinión de cada uno).
  6. ¿Le gusta aceptar responsabilidades? (Son muchas las cargas del matrimonio como para que solo uno las lleve).
  7. ¿Ha tenido éxito al enfrentar desafíos? (El matrimonio es el mayor de los desafíos).
  8. ¿Le gusta ayudar a la gente necesitada? (La persona que ayuda demuestra que no piensa solo en sí misma).
  9. ¿Puedo decir que admiro a esta persona? (Por lo general, se suele admirar lo que nos resulta valioso).
  10. ¿Es una persona respetuosa de los temas espirituales? (Lee una vez más el versículo para hoy). 

El matrimonio no es un simple «paseo». Es un viaje para toda la vida. Asegúrate, entonces, de escoger bien al compañero o a la compañera de viaje. A fin de cuentas, «¿pueden dos caminar juntos sin antes ponerse de acuerdo?»

Ayúdame, Señor, a escoger la persona que me acompañará durante mi paso por esta vida.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

EN EL NOMBRE DE JESÚS


«Defended al débil y al huérfano; haced justicia al afligido y al menesteroso» (Salmo 82: 3).

«¿Por qué tuvo que despilfarrar todo ese dinero?», murmuraban todos. Sin embargo, el murmullo era lo suficientemente alto como para que María pudiera escuchar lo que se decía. Su corazón se vino abajo y se sonrojó avergonzada. Aquel viejo temor, el miedo a no responder a las expectativas, había vuelto a apoderarse de ella. La había perseguido toda su vida. Nunca fue lo suficientemente buena para Marta, quien había llegado a quejarse de ella a Jesús, diciéndole que no ayudaba como es debido en casa. Ahora tenía miedo de que Marta la criticara por gastarse una pequeña fortuna en aquel ungüento. Y también Jesús, podría pensar que era una extravagancia.
Carente de toda disculpa o excusa, estaba a punto de encogerse, cuando se escuchó la voz del Señor: «¡Déjenla! ¿Por qué la molestan?». Vio que estaba avergonzada e inquieta. Sabía que las acciones de María procedían de su gratitud por haber sido perdonada y puso de relieve sus intenciones.
Levantando la voz por encima del murmullo de críticas, dijo: «María hizo conmigo una buena obra. Ustedes hablan de los pobres. Pero ustedes siempre tendrán pobres con ustedes y siempre que lo deseen podrán hacer buenas obras con ellos. En cambio, a mí no me tendrán siempre. Ella hizo lo mejor que pudo hacer. De hecho, ha sido la primera en ungir mi cuerpo para el sepulcro».
Los que tienen un corazón inclinado a hacer el bien, no tienen necesidad de quejarse porque les falta la oportunidad. Jesús nos dice: «Quizá no puedas honrarme en persona, pero lo que hagas por los demás, a mí me lo haces». Cristo no iba a estar constantemente en cuerpo en este mundo. Dijo que era convenirme que él se fuera. Decir que en el Servicio de Comunión su presencia es real se  contradice lo que él mismo dijo: «A mí no siempre me tendréis».
De aquí tenemos que aprender la lección de que todo lo que hagamos o planeemos hacer algún día en nombre de Jesús no tiene que ser pospuesto. Si tiene que escribir una nota de agradecimiento, hágalo hoy mismo. Si tiene que hacer una llamada telefónica amable, no la deje para mañana. Si quiere visitar algún enfermo, no espere a mañana. Si quiere decirle a su cónyuge cuánto lo ama, dígaselo hoy mismo. Si quiere jugar con sus hijos, no lo demore hasta mañana.  Hágalo todo hoy en nombre de Jesús. Basado en Mateo 26:6-13

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

lunes, 25 de junio de 2012

¿ESTÁS VERDE HOY?


«El que confía en sus riquezas, caerá como hoja seca, pero los justos reverdecerán como las ramas» (Proverbios 11:28).

Caminemos hasta ese árbol. Mira ahora para arriba. ¡Qué alto! Fíjate en todas esas hojas verdes. Alguna vez te has preguntado cómo hacen las hojas para volverse verdes y permanecer hermosas? ¿Sabes de dónde viene su alimento? Pues todo lo que necesitan viene del suelo: la clorofila que les da su color, el agua que las mantiene saludables y el alimento que las mantiene fuertes. Otra pregunta: ¿Cómo hacen todas esas cosas para llegar del suelo a las hojas? A través de las raíces, obviamente. El alimento y el agua viajan a través de las raíces, suben por el tronco, llegan a las ramas y finalmente a las hojas. ¿No es asombroso?
¿Sabes cómo podemos hacer nosotros para crecer y ser cristianos saludables? A través de las raíces, obviamente. No son raíces como las del árbol, pero se les parecen mucho. Cada día necesitamos hablar con Dios en oración y leer sus mensajes en la Biblia. Cuando hagamos eso, Dios nos dará todo el alimento espiritual que necesitamos para convertirnos en unos seguidores de Jesús fuertes y saludables.
Abre hoy la Palabra de Dios y «echa raíces» profundas en él. Absorbe el «agua» de su salvación, y entonces crecerás en Jesús como crece un árbol.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

EL MILAGRO


No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. (Isaías 41:10).

Durante años he tenido que enfrentar muchos problemas económicos, ya que he criado a mis hijos sin ayuda. En cierta ocasión cobré el salario de una quincena, pero el dinero no me alcanzaba para cumplir con todos mis compromisos. Aquel día me mantuve sacando cuentas en mis momentos libres, tratando de estirar el más mínimo centavo.
A media mañana recibí una llamada telefónica. Era una de mis tías, quien me informó de que un primo había tenido un accidente. Le indiqué que durante mi hora de almuerzo iría a verlo al hospital donde lo habían ingresado. Salí a hacer la visita prometida, pero por el camino iba pensando en el dinero que me faltaba. De pronto recordé que Dos había obrado en otras ocasiones de forma maravillosa, demostrándome que él se preocupaba por mí. Así que le dije en voz alta: «Señor, tantas veces me has dicho que te lleve mis preocupaciones a ti... Pues desde este momento pongo en tus manos el problema que tengo. No sé cómo lo vas hacer, pero confío en ti y no me voy a preocupar más». Estuve unos minutos con mi primo y luego regresé al trabajo. Cuando llegué, había un matrimonio esperándome. Les indiqué que iría a anotar mi entrada en el reloj designado. Para sorpresa mía ellos me siguieron. El caballero me dijo: «Hemos venido a traerte algo». Y sin mediar palabra, me entregó un fajo de billetes. Les pregunté asombrada qué era aquello y me contestaron que Dios los había bendecido y que se habían sentido impresionados a ayudarme-, pensando que yo necesitaba algo de dinero. Acto seguido se marcharon.
Muy nerviosa entré al salón de empleados y conté el dinero. ¡Era precisamente la suma que me faltaba! Comencé a llorar de emoción y agradecimiento. Le di las gracias al Señor y entendí cuan real es su presencia.
Amada hermana, si acaso abrigas dudas respecto a que el Señor te escuche, quiero decirte que lo hace, y que te ayudará sin importar el problema que tengas. Llévale todas tus preocupaciones y verás las grandes cosas que está dispuesto a hacer por ti.
Te agradezco, Señor, porque eres un ser real y porque has atendido cada una de mis necesidades, supliendo siempre todo que me hace falta.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Adelaida Rivera de Jesús.

LINAJE REAL


¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites? Lo has hecho poco menor que los ángeles y lo coronaste de gloria y de honra. Salmo 8:4-5, RV95

Uno de los espectáculos que más disfruto de la naturaleza es observar el cielo estrellado, de noche, sentado a la orilla de la playa. Es probable que el Salmista se haya estado refiriendo a uno de estos espectáculos de la naturaleza cuando escribió: «El cielo proclama la gloria de Dios; de su creación nos habla la bóveda celeste» (Sal. 19:1). Es muy difícil no ver la mano de Dios en la majestuosidad de su creación.
¿Y qué decir de la maravilla que somos los seres humanos? Tampoco en este sentido el Salmista pudo ocultar su asombro: «Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: "¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites?" Lo has hecho poco menor que los ángeles y lo coronaste de gloria y de honra» (Sal. 8:3-5).
Doy gracias a Dios por estas palabras. Me dicen que tú y yo somos seres dignos; que somos hijos del Rey del universo y que hemos sido coronados «de gloria y de honra». ¡Qué inmenso valor nos da Dios! No somos un accidente en el proceso evolutivo. No somos solo carne y huesos. ¡Somos hijos del Creador de los cielos y de la tierra, con una jerarquía apenas un poco menor que la de los ángeles!
Ahora bien, si nuestro linaje es real, ¿no crees que deberíamos estar a la altura de nuestra posición, como titulares de una herencia incorruptible e indestructible (ver 1 Ped. 1:4)? ¿No deberíamos vivir como miembros de la nobleza?
No consientas cuando seas tentado a dañar tu cuerpo o tu mente con sustancias que lo debiliten o lo enfermen. No consientas cuando seas tentado a hacer «lo que hace todo el mundo». No consientas cuando se te quiera hacer creer que la vida es una sola y que, por esa razón, es mejor que «comamos y bebamos porque mañana moriremos».
Somos hijos de un Rey. Nuestro origen es noble. Hemos sido coronados de gloria y honra. ¡Vivamos de acuerdo a nuestra dignidad real!
Gracias, Rey del universo, por coronarme de gloria y honra. ¡Ayúdame a vivir hoy de acuerdo a mi linaje real!

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

NADA SE DESPERDICIA


Dad y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo, porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir» (Lucas 6:38).

Cuando escogió a los doce discípulos, Jesús entregó a Judas el poco dinero que recaudaban. De vez en cuando los seguidores agradecidos entregaban dinero a los discípulos y todo lo que se recogía se guardaba en una bolsa que llevaba Judas.  En ocasiones, con esos fondos compraban comida para sí mismos y en otras los usaban para aliviar el sufrimiento de los pobres y los hambrientos. Aunque nunca fue mucho, a veces Judas echaba mano de algún dinero para su uso personal. Como Simón, era otro que vivía una doble vida. Los otros discípulos admiraban a Judas por su buen aspecto y su educación. Pero, desde el principio, Jesús sabía qué clase de persona era y, a pesar de todo, trabajó con él durante tres años, dedicándole un tiempo especial, con la esperanza de que en su corazón se produjera un cambio que nunca llegó.
A Judas le gustaban los placeres de la vida y, sin iluda alguna, mientras andaba con los discípulos, los echaba de menos. De inmediato reconoció que no se trataba de un perfume común, sino de uno muy  caro, el mejor.  Judas fue el primero que susurro con la fuerza necesaria para que todos lo oyeran: «¿Qué propósito tiene este derroche? Ese ungüento se podría haber vendido a buen precio y dar el producto de la venta a los pobres». Si se hubiera vendido el perfume y el dinero hubiera sido dado a los discípulos con toda seguridad, una buena cantidad habría ido a parar directamente al bolsillo de Judas.
La pregunta fue pasando de mesa en mesa: «¿Por qué se habrá gastado tanto dinero?». Aquí se revela el hecho de que los asistentes de la fiesta no conocían el corazón de María. Quizá conocían las ideas, pero no el corazón. Juzgaban las acciones sin comprender los motivos. Ellos interpretaron la extravagancia de María como despilfarro, mientras que Jesús la aceptó como prueba de amor abundante. No digamos que los demás hacen demasiado porque hagan más que nosotros mismos. En su lugar, tendríamos que esforzarnos para intentar igualarlos.
Con la queja por el regalo de María mostraban falta de respeto por Jesús.  Eran bastante audaces como para decir públicamente que un regalo tan precioso como aquel se malgastaba con Jesús. ¿Se lo imagina? Nada de lo que se da a Jesús se despilfarra: ni el dinero, ni el tiempo, ni los talentos, nada. Basado en Mateo 26: 6-13

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

domingo, 24 de junio de 2012

UN AMIGO CANELA


«Mirra, áloe y canela» (Proverbios 7: 17).

Mmmm, ¡qué bien huele! ¿Dónde estamos hoy? Hemos llegado a la panadería, y el panadero está preparando unos apetitosos rollos de canela. ¡Qué aroma! Y el sabor es aún mejor. Si los desenrollas verás la dulce y oscura canela por dentro.
La canela siempre ha sido un condimento utilizado en muchas partes del mundo desde la antigüedad. De hecho, hubo una época en que era más valiosa que el oro. Imagínate cuánto la apreciaba la gente. Los pueblos antiguos la usaban para hornear, pero también la usaban para otras cosas. En Egipto se usaba para conservar el cuerpo de los muertos. En otros lugares se usaba para hacer perfumes y también con fines medicinales.
¿Sabes de dónde se obtiene la canela? De la corteza de un árbol. Se pone a secar la parte interna de la corteza y después se muele para hacer la canela.
¿Sabías que tú puedes ser un amigo «tipo canela»? Un amigo canela es aquel que es más valioso que el oro. Si eres bondadoso y sincero con los que te rodean, la gente querrá tener a alguien tan dulce como tú a su lado. ¡Así que sal y esparce hoy un poco de tu canela!

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

UN GRAN PRIVILEGIO


Entonces dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza» (Génesis 1:26).

¡Qué hermoso don otorgado por el mismo Creador y únicamente al hombre y a la mujer! Fuimos creados en forma especial y con un propósito también muy único. ¡Qué hermoso privilegio que tú y yo podamos cumplir en nuestras vidas sus santos designios! Jesús vivió abrumado por desafíos, dificultades y desalientos, pero siempre abrigó un propósito bien definido. Esa es la diferencia entre quienes vivimos felices atesorando un ideal eterno en nuestras mentes y corazones y quienes viven resentidos, criticando y amargados. Esas personas fracasan porque deliberadamente no escogen la vida.
Al igual que en los días de Jesús, los valores morales, los principios eternos y la vida misma han llegado a considerarse como algo sin valor. «¿Para qué vivir?», dicen algunas personas escogiendo la muerte y desacatando los mandatos divinos. «Haz esto y vivirás» dice el Señor. Es nuestro privilegio disfrutar de sus bendiciones al obedecer los mandatos divinos mientras que nos apropiamos del don gratuito de la vida eterna.
Escoger la vida conlleva ser conscientes de nuestro origen; asimismo implica aceptar que tenemos una función, un propósito y una misión que desempeñar. Jesús cumplió con cada una de las expectativas divinas hasta completar su obra muriendo en la cruz. Él es el «Cordero que quita el pecado del mundo». Jesús borró todos nuestros pecados que nos condenaban a muerte. Gracias a Dios por ese sacrificio mediante el cual tú y yo tenemos la opción y el maravilloso privilegio de disfrutar de la vida eterna.
Ni las plantas ni los animales tienen la capacidad de elegir su destino; sin embargo, el ser humano puede hacerlo, Disfrutamos del libre albedrío, de la opción de elegir ese es el gran privilegio del ser humano. Mis amadas hermanas, ¡vivamos con gozo y gratitud cumpliendo con el propósito y la misión de nuestra vida!
Gracias, querido Padre, por darme una misión que cumplir y porque como mujer puedo desempeñar una parte en tus propósitos eternos. Ayúdame a crecer en ti y a cumplir en todo tu santa voluntad.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Coraduma Escobar de Villareal.

EL SIGUE SIENDO FIEL… PLENAMENTE FIEL


Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. Apocalipsis 2:10, NVI

Juli cursaba el séptimo semestre de la carrera de Psicología en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, Colombia. En poco tiempo tendría que iniciar sus prácticas profesionales. Pero antes debía cumplir con el requisito de presentar un examen de conocimiento general. El examen fue programado para un sábado. En ocasiones similares, le habían permitido presentar el examen en otro día. ¿Ocurriría el milagro de nuevo?
—Soy adventista del séptimo día —explicó Juli a la profesora de Psicología— y para mí es un principio inamovible guardar el sábado. ¿Podría, por favor, presentar el examen otro día?
—Juli —respondió la profesora—, como futura psicóloga necesitas tener apertura mental. ¿Por qué no pides permiso al pastor de tu iglesia para que te permita asistir al examen?
—No es asunto de pedir permiso a mi pastor. La observancia del sábado como día de reposo es un principio personal.
—Bueno, piénsalo. Eres una joven inteligente y sé que cambiarás de opinión. Ese día Juli salió muy triste de la clase. ¿Se vería afectada su carrera universitaria por ese incidente? Al llegar a su casa, con lágrimas en sus ojos, les contó a sus padres lo que había sucedido. Juntos oraron pidiendo a Dios su intervención.
La respuesta de Dios no se hizo esperar. Unos días después, la profesora de Psicología le comentó a una colega el caso de Juli. Sucedió que esta otra profesora conocía a Juli. Al escuchar lo que estaba pasando, intervino de manera contundente. —¿Cómo se te ocurre hacer eso? —le dijo—. ¿No sabes que un adventista prefiere dejar la universidad antes que faltar a sus principios? Además, Juli es una buena estudiante y una joven ejemplar. Merece que le des el permiso para presentar el examen otro día. Si es necesario, yo puedo supervisarla.
El siguiente lunes la profesora de Psicología llamó a Juli para pedirle disculpas. El examen se realizó el viernes, durante el día. Cuando entregaron los resultados de la prueba, la sorpresa de Juli fue mayúscula: ¡había obtenido la mayor calificación en la materia!
Cada vez que Juli Barrero León reflexiona sobre lo ocurrido, no puede sino llegar a la misma conclusión: el Dios de la Biblia sigue haciendo milagros. Sigue cumpliendo sus promesas. Sigue siendo fiel... plenamente fiel.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala