jueves, 22 de diciembre de 2011

ERES UNA AURORA

Brillen los que te aman, como el sol cuando sale en su esplendor. (Jueces 5:31).

Cuando las partículas del Sol llegan a la atmósfera terrestre y son atraídas hacia los polos, forman la aurora boreal en el hemisferio norte y la aurora austral en el hemisferio sur. Este es uno de los fenómenos más hermosos que se pueden contemplar. Esta maravilla indescriptible solo es posible cuando en la superficie solar se desencadenan tormentas magnéticas y explosiones, que a su vez producen erupciones de gases y lanzan ráfagas de partículas al espacio.
Si a alguna de nosotras se nos comparara con una aurora boreal nos sentiríamos halagadas por ser consideradas como algo hermoso, pero no causaría el mismo efecto que nos dijeran que somos como una explosión solar. Y es que luchamos porque nuestra apariencia sea atractiva, aunque en nuestro interior se produzcan explosiones de gases y tormentas magnéticas. Dios quiere hacer de tu vida una obra de arte, por lo que. le enseña algo realmente importante: / Somos auroras boreales y australes. Dios nos matiza con su pintura celestial.
• Somos una explosión solar. Para lograr la belleza de nuestro carácter, Dios tiene que producir ciertos cambios internos.
• Si somos auroras boreales o australes tenemos que expandir nuestra belleza no solo a los que más se relacionan con nosotras, sino también a aquellos que solo nos ven caminar o trabajar en silencio.
Para lograr esa belleza de carácter, el Espíritu Santo tiene que obrar una explosión interna y convertir nuestro mundo de defectos en auroras de paz y amor. Solo así lograremos un matiz esplendoroso en el trato con nuestros semejantes.
Si en el interior del Sol no ocurriera ese fenómeno no existirían las hermosísimas auroras. Si el Espíritu Santo no obra el fenómeno de la transformación en tu vida, nunca te verás envuelta en los bellos matices que componen la aurora de los frutos divinos.
No te lamentes por los cambios que el Espíritu hace en ti. Si te son dolorosos recuerda que Dios quiere hacer de ti una aurora. El tiene que producir una explosión en tu interior para que, desechando las impurezas, llegues a ser algo realmente hermoso. Así que deja que se produzca esa metamorfosis espiritual y tu vida será realmente bella.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

¿PREMIO O CASTIGO?

Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus á¡ y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. Mateo 16:27.

En nuestro imperfecto mundo campea la injusticia. Aunque muchos reciben en vida el resultado de sus propias acciones, millones de personas realizan actos pecaminosos que, además de no ser descubiertos, tampoco son sancionados por la ley.
A su vez, otras personas viven de manera honrada, tranquila, en paz, sin hacer mal a nadie, y sin embargo enfrentan la misma suerte que aquel que vivió en pecado: la muerte. Todo esto hace suponer a escépticos e incrédulos, que no importa cómo se viva, lo importante es ser feliz mientras se tenga vida.
Las Escrituras señalan que Jesús volverá para pagar "a cada uno conforme a sus obras" y esto demuestra que, a la vista de Dios, no es lo mismo un hombre honrado que un narcotraficante.
En tiempos de la dictadura militar en Argentina, cientos de hombres y mujeres fueron secuestrados y asesinados por soldados del ejército nacional. Si bien los actos subversivos debían detenerse de algún modo, debido a que la justicia humana es imperfecta, muchos jóvenes fueron apresados y perdieron la vida por ser simples "conocidos" de algún guerrillero. Los documentales, películas y libros exhiben la terrible equivocación cometida contra esos inocentes, y señalan las falencias de la justicia humana.
No se podría amar a un Dios que diera la misma recompensa a un violador empedernido que a un hombre de bien y como esto es incompatible con su carácter justo, el "pago" para cada ser humano será en base a sus acciones. La justicia humana puede equivocarse, y condenar al inocente o absolver al culpable, pero Dios, el Juez de toda la tierra, enviará a su Hijo a castigar a los transgresores y conceder la vida eterna a sus hijos fieles, sin margen de equivocación.
Y tú, ¿qué recibirás cuando Cristo aparezca en las nubes de los cielos? ¿El premio por una vida consagrada o el castigo por vivir en el pecado? Jesús te dice: "Sí, vengo pronto, y traigo el premio que voy a dar a cada uno conforme a lo que haya hecho" (Apoc. 22:12; Dios habla hoy). Querido joven, hoy vuelvo a invitarte a que le permitas al Hijo de Dios reinar en tu corazón. Tus decisiones y tus acciones determinarán lo que recibirás cuando él regrese.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

NADIE COMO DIOS

Los montes tiemblan delante de él, y los collados se derriten; la tierra se conmueve a su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan. Nahúm 1:5.

Es temprano. Te despiertas dispuesto a iniciar las actividades de un nuevo día, pero sientes el sabor amargo de la impotencia ante una montaña de dificultades. Crees que no tienes fuerzas; estás cansado de luchar, y el miedo empieza a apoderarse de tu corazón. ¿Qué hacer? Lee de nuevo el versículo de hoy. Te habla de un Dios Todopoderoso, en cuya presencia los montes tiemblan y los collados se derriten.
El profeta Nahúm exalta el poder de Dios. A veces, para entender por experiencia propia lo que significa el poder de Dios, es necesario llegar al extremo de la incapacidad humana. Conozco personas que decían ser ateas hasta que un día, en el momento de la desesperación, sin saber qué hacer, cuando todos los recursos humanos habían fallado, no les quedó otra alternativa que reconocer a Dios.
Y lo maravilloso es que Dios no echa en cara la incredulidad pasada. No dice: "Ah, te acordaste de mí porque todo te falló"; él, simplemente, abre los brazos y te recibe, dispuesto a darte una nueva página de inicio.
La Reina Victoria estaba conmemorando sesenta años del trono monárquico en Inglaterra, cuando Rudyard Kipling publicó su poema denominado "Himno de clausura". Muchos ingleses se sintieron ofendidos, porque el poema agredía el orgullo nacional, en una época en que el Imperio estaba en todo su auge. "Himno de clausura" es un poema que hace referencia al peligro de confiar demasiado en sí mismo; y menciona que otros imperios del pasado cayeron por causa del orgullo nacional.
Kipling no estaba equivocado: muchas naciones, en el pasado, pensaron que Dios no podría hacer nada en contra de ellas. ¿Dónde están hoy? Solo quedan sus ruinas. Sí, los montes y los collados desaparecen ante la presencia de Dios. ¿Qué será, entonces, del ser humano mortal?
La única garantía de victoria y de permanencia es Jesús. Y la mejor decisión que la persona puede tomar es seguirlo. Aquel que está en Cristo, aunque esté muerto, vivirá. Deposita toda tu confianza en él.
No importa cuántos soldados formen parte del ejército enemigo que tienes que enfrentar hoy; no importa las armas sofisticadas que ellos traigan: tu seguridad es el Dios de los ejércitos de Israel. Sal sin miedo, porque "los montes tiemblan delante de él, y los collados se derriten; la tierra se conmueve a su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón