martes, 5 de enero de 2016

TODAS LAS COSAS SON POSIBLES

Al que cree todo es posible. (Mar. 9:23).

Es la fe la que nos une con el cielo, y nos da fuerza para contender con las potencias de las tinieblas. En Cristo, Dios ha provisto medios para contrarrestar todo acto malo, y resistir toda tentación por fuerte que sea. (MC:58)
Los justos siempre han recibido ayuda de lo Alto. ¡Cuántas veces los enemigos de Dios unieron su fuerza y sabiduría para destruir el carácter y la influencia de algunas personas sencillas que confiaban en el Señor! Pero como Dios era con ellos, nadie pudo prevalecer en su contra....
Si se apartan de sus ídolos y del mundo, éste no los separará de Dios. Cristo es nuestro Salvador actual y suficiente. En él mora la plenitud. Los cristianos tienen el privilegio de saber realmente que Cristo es una verdad en ellos. “Esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe.” Para aquel que cree todo es posible; y cualquier cosa que pidamos en oración, si creemos que la recibiremos, la tendremos. Una fe tal traspasará la nube más densa y llevará rayos de luz y esperanza al alma decaída y desanimada. La falta de fe y confianza es lo que crea perplejidad, temores angustiosos y presentimientos de mal. Dios liará grandes cosas por su pueblo cuando éste deposite toda su confianza en él.
(2T:139-140)
Por medio de la fe los hijos de Dios “subyugaron reinos, obraron justicia, obtuvieron promesas, cerraron la boca de los leones, aplacaron el furor de las llamas, se salvaron del filo de la espada, de la debilidad sacaron fortaleza, cobraron valor en la batalla, y pusieron en fuga los ejércitos extraños.” Y mediante la fe, hoy debemos alcanzar la cima del propósito que Dios nos ha destinado. (PR:157) (10)

Devocional Vespertino
“Mi Vida Hoy”
Enero – Una vida consagrada
Por: Elena G. de White

MEZCLA COLORIDA


Tu Oración: Gracias, Dios, por los hermosos colores que creaste para alegrar la naturaleza.


Versículo para hoy: “Cada vez que aparezca el arco iris entre las nubes, yo lo veré y me acordaré del pacto que establecí para siempre con todos los seres vivientes que hay sobre la tierra”. Génesis 9:16.

¿Qué pasaría si no existieran los colores en este maravilloso mundo que Dios creó? Creo que no daría mucho gusto vivir. Sería aburrido ver siempre las cosas de un mismo color.
Ver la naturaleza de los diversos colores que Dios creó es maravilloso. Hoy harás un experimento para crear colores nuevos. Es muy divertido.

Un poquito de ciencia
Vas a necesitar pinturas de color blanco, negro, verde, rojo y azul. También platos desechables o recipientes vacíos para mezclar las pinturas.
Ahora empieza a combinar colores. Te daré algunas ideas, pero tú puedes crear mucho más.
Después no olvides dibujar en tu libreta de observaciones los colores que hayas obtenido.
Para hacer anaranjado, mezcla rojo y amarillo.
El gris es una mezcla de blanco y un poco de negro.
Para obtener el color piel, mezcla blanco con un poco de rojo, de amarillo y de azul.
Para lograr el verde, mezcla azul y amarillo.
Si quieres fabricar el morado, mezcla un poco de azul, de rojo y de blanco.
Para obtener el color café o marrón, mezcla anaranjado y negro.

Devoción matutina para niños pequeños 2016
Pequeños científicos de Dios
Por: Cesia Alvarado Zemleduch

CONTEMOS HASTA 7

«Tan grande es Dios que no podemos conocerlo, ni saber cuántos años tiene». Job 36: 26, TLA

La Biblia es la Palabra de Dios, y es un conjunto de muchos libros. En ella podemos encontrar todo acerca del Creador: dónde vive, con quiénes está y qué hace.
Ya vimos en el libro número 1 de la Biblia, Génesis, que Dios hizo el mundo en 6 días.
Como dice el versículo de hoy, no podemos contar ni saber cuántos años tiene Dios, pero sí te puedo decir cuál es su número favorito, ¡es el número 7 Como el sábado, que también es el número 7 de los días de la semana. Ese día es muy especial para el Señor, en el sábado descansó de todo lo que hizo, lo bendijo y lo santificó (Génesis 2: 1-3).
A mí me encanta el sábado, porque en él puedo descansar. Espero que a ti también te guste.
Ahora contemos los números que ya hemos aprendido con la creación, hazlo con la ayuda de papi y mami: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 ¡Muy bien!
Oremos: Señor, estoy muy feliz porque nos enseñas tantas cosas en tu Palabra, entre ellas que el día número es muy especial. ¡Gracias por el sábado!

Tomado de devoción matutina para niños pequeños 2016.
Pasito a pasito, Crezco y aprendo
¡Vive y crece sanamente!
Por: Kathy Hernández de Polanco

MÍRATE EN EL ESPEJO

Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios (Jeremías 32:38).

Si alguien deseara ser como tú y tuvieses que describirte en solo diez oraciones, para que te conozca bien, ¿cuáles serían esas diez oraciones? Sería difícil, ¿no?
Los Diez Mandamientos son un resumen del carácter de Dios. Lo describen como un ser digno de nuestra total atención, misericordioso con las personas que lo aman y tan poderoso que incluso su NOMBRE debe ser respetado. También, encontramos que valora el descanso, la vida, la lealtad, el respeto por las personas y la propiedad, la honestidad, y el contentamiento. Por supuesto, ¡esta descripción apenas comienza a representar a nuestro, a veces, incomprensible Dios!
Cuando Jesús vino a la Tierra, sorprendió a un montón de gente resumiendo el carácter de Dios aún más. Dijo que la Ley podría reducirse a solo dos mandamientos: amar a Dios y amar a las otras personas. Juan, el discípulo, dio un resumen aún más corto: DIOS ES AMOR.
En el Cielo, Dios no necesita decir a los ángeles que cumplan los Diez Mandamientos, porque ellos conocen al Señor y su carácter personalmente. Esto es lo que Dios quiere para nosotros, también. Incluso, dice que escribirá su Ley (su carácter) en nuestros corazones y mentes.
Mientras tanto, los Diez Mandamientos son como un espejo: nos ayudan a ver cuán parecido es nuestro carácter al de Dios. Sé paciente cuando veas tus defectos. Dios todavía no ha terminado contigo.

¿Y AHORA?
¿Piensas que alguien que no ame a Dios podrá disfrutar del cielo? ¿Porque SÍ o porqué NO?

SPLASH
¡Solo por diversión, haz la cuenta! 111.111.111 x 111.111.111= 12345.678.987.654.321

Tomado de: Matinal para Adolescentes 2016
“Intensamente, Ejercita tu Cerebro”
Compilado por Penny Estes Wheeler

UNA BAJA NOTA

Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte. Proverbios 14:12.

Eva se alejó del camino y, antes de que lo supiera, estaba frente al árbol prohibido. El fruto parecía tan bueno como cualquier otro en el Edén.
Me pregunto por qué Dios nos dijo que no comiéramos este fruto, o ni siquiera lo tocáramos, pensó, arrugando sus cejas.
La serpiente, mirando hacia abajo desde donde estaba posada, sabía que la hora había llegado. iAhora! “¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín?” (Génesis 3:1, NVI).
La voz la sorprendió y despertó su curiosidad. Después de todo, ¿cómo podía hablar una serpiente? Por supuesto, que la criatura no estaba hablando realmente; era algo así como el viejo truco del ventrílocuo.
Pero, la criatura no solo podía hablar, sino también parecía tener algún poder para leer los pensamientos más íntimos. Eva se acercó un poco más.
¡Corre, Eva, corre! iRegresa rápido con Adán! No seas necia, Eva. No es cualquier serpiente hablando. Es el mismo viejo diablo. iSal de allí antes de que te metas en problemas! Pero, Eva se detuvo a hablar, para responder la primera pregunta.
“Podemos comer del fruto de todos los árboles… Pero, en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: ‘No coman de ese árbol, ni lo toquen; de lo contrario, morirán’ ” (vers. 2, 3).
“En realidad, no morirán”, mintió la serpiente. “Experimentarán un conocimiento nuevo y superior, como el de Dios. Mira, yo misma comí la fruta, y esta es la razón por la que puedo hablar”. La serpiente masticó y ladeó su cabeza. “Maravilloso, ¿no es cierto? iNo te preocupes! Dios no va a cumplir su palabra”. La serpiente se movió hacia el fruto. “¡Sírvete!”
Los ojos se abrieron con expectación, y Eva tomó el fruto con una mano temblorosa. “Bueno, no estuvo tan mal, ¿no es cierto? Dios dijo que ni siquiera lo agarraras, y no estás muerta, ¿no? Ahora, vamos. ¡Pruébalo!”
Eva dio un mordisco. Sabía maravillosamente deliciosa. Se imaginó que ya se estaba sintiendo superior. Pero, con ese simple mordisco, ¡el pecado y la tristeza habían clavado sus dientes en la familia humana!
Eva había girado su enfoque de un Dios amante a una serpiente mentirosa. Todo parecía tan correcto, tan bueno, tan lógico. Pero eso es lo que hace el pecado: nos ciega y nos separa de la verdad.
Eva había reprobado la única prueba que Dios dio en el Edén.

Tomado de devoción matutina para menores 2016
¡GENIAL! Dios tiene un plan para ti
Por: Jan S. Doward

VIVE LA VIDA IN CRESCENDO

Prefiero el bastón de la experiencia al carro rápido de la fortuna. Pitágoras

Mucha gente enfoca su vida hacia un futuro momento de grandeza, como hacer un descubrimiento científico, batir un récord, ganar la lotería o una competición deportiva… en definitiva, hacer algo que deje huella. Y aunque no hay nada de malo en soñar en grande o tener metas elevadas, este tipo de grandeza que dura un momento y luego se pasa difícilmente puede llenar las necesidades del alma. El aplauso o la consecución de un deseo son momentos puntuales en la vida que no constituyen la verdadera grandeza; en todo caso, grandezas pasajeras.
La verdadera grandeza tiene que ver con los pequeños logros del día a día: el desarrollo consciente de un carácter equilibrado, la ardua lucha por superar nuestras imperfecciones, la decisión continua de mantener la fe, la constancia en mostrar amor en cada detalle, la fidelidad en las cosas pequeñas, la superación de dificultades en las relaciones personales, la constancia y la dedicación a la familia, a la iglesia y al trabajo… La mayoría de nosotras somos personas sencillas que nunca llegaremos a ser el próximo Premio Nobel, pero sí podemos tomar día a día decisiones que nos conviertan en heroínas de la fe. No se trata de ser una supermamá, sino una mamá dedicada; no se trata de tener la casa más bonita, sino una en la que tus hijos se sientan felices de pasar su tiempo; no se trata de ser la mejor en la empresa, sino la que se esfuerza en ayudar a los demás y mejorar constantemente. Se trata de labrar nuestro destino segundo a segundo.
Somos personas en transición, cuya meta en la vida ha de ser desarrollar un carácter idóneo para el cielo. Teniendo siempre presente este propósito último, se presenta ante nosotras el reto de buscar formas de seguir creciendo y mejorando, personalmente y en influencia positiva sobre los demás. Para ello contamos con el ancla más segura: los sólidos principios de la Palabra de Dios.
La receta de la verdadera grandeza se encuentra en Gálatas 5:22: “Amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio” día a día. Esta grandeza no es cosa de un momento, sino fruto del Espíritu, es decir, de la dependencia de Dios acompañada de una rutina bien enfocada.
“El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley” (Gál. 5:22, 23, RV95).

Tomado de Lecturas Devocionales para Damas 2016
ANTE TODO, CRISTIANA
Por: Mónica Díaz

EL TEMA DEL MOMENTO

“¡Qué hermoso es ver llegar por las colinas al que trae buenas noticias, al que trae noticias de paz, al que anuncia la liberación y dice a Sion: ‘Tu Dios es rey’!” (Isaías 52:7).

Estoy seguro de que has notado algo distinto en este libro de reflexiones, algo que quizás es común para ti, pero en tu celular o computadora, no en un libro. Obviamente me refiero a las etiquetas o, como comúnmente se les conoce en informática, los hashtags. Una etiqueta o hashtag es sencillamente una cadena de caracteres formada por una o varias palabras enlazadas, y precedidas por el símbolo numeral (#). ¿Cuál es el objetivo de las etiquetas? Que los usuarios puedan identificar rápidamente el tema alrededor del cual gira una conversación o publicación en la Red. Por esa razón, al final de cada meditación he decidido resumir el tema del día en una o varias etiquetas, para que identifiques el mensaje central y puedas compartirlo con los demás.
Ahora bien, cuando una etiqueta se vuelve muy popular en Internet se convierte en un tema del momento, o tendencia. A principios de 2015, Twitter preparó una lista con las etiquetas más usadas de 2014. El secuestro de más de doscientas niñas en Nigeria ocupó el primer lugar con la etiqueta #BringBackOurGirls; y el segundo lugar se lo llevó la copa mundial de la FIFA, con la etiqueta #WorldCup. Como puedes ver, una etiqueta puede marcar la diferencia.
Si Dios usara Twitter o Instagram, ¿cuál crees que sería su etiqueta favorita? Quizás #YoteAmo o, tal vez, #DimiVidaporti. ¿Crees que el mensaje de la Biblia debiera ser un “tema del momento” en las redes sociales o una “tendencia” en nuestras conversaciones? Yo creo que sí. Por una sencilla razón: el evangelio, el mensaje de la Biblia, es una buena noticia. Y si hay algo que nuestro mundo necesita es escuchar buenas noticias; la gente necesita esperanza y en Cristo hay esperanza y salvación.
Hoy, tú y yo podemos, a través de todos los medios posibles, divulgar mensajes como la #SegundaVenidadeCristo, el #PerdóndelosPecados y #EnCristohaySalvación. ¿Te animas a dar la buena noticia? Como bien dijo el profeta: “¡Qué hermoso es ver llegar por las colinas al que trae buenas noticias!” Y ese que trae las buenas nuevas puedes ser tú.

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2016
“VISITA MI MURO, 366 MENSAJES QUE INSPIRAN”
Por: J. Vladimir Polanco

LA GRAN MENTIRA

“[Adán] respondió: ‘Oí tu voz en el huerto y tuve miedo, porque estaba desnudo; por eso me escondí’ Génesis 3:10

Entonces, ¿quién es este Dios que nos ha elegido? No esperes las palabras del diablo, como aquellas que tenía listo para el ataque y al acecho aquel día primigenio en que los dorados rayos de sol entraban a raudales por la bóveda del mosaico esmeralda de aquel extenso huerto de frutales y el rocío titilaba como gotas diamantinas en las ramas cargadas de fruto. Eva, la primera mujer, andaba con gracia, bañada por la luz, adentrándose inocentemente en la trampa.
“¡Eh, eh! Aquí. Arriba”. Por vez primera (y no la última), se cruzaron la mirada la primera mujer y la primera serpiente. Y con un ardid tan viejo como el Edén, esta atrapó el alma de aquella entablando una conversación. Verás, cuando razonas con el diablo, terminas perdiendo, esa es la regla. La mujer lo hizo, y perdió. Mordió el anzuelo, saltó en defensa de su Creador y el engaño la tomó por sorpresa, desobedeció a Dios, comió del fruto, convenció a su marido y juntos hundieron a toda la especie.
¿Qué haría el Creador ante tal situación? Lo mismo que hace instintivamente todo progenitor con un hijo que ha huido de casa: salir de casa a buscarlo. “Pero [al refrescar la tarde] Jehová Dios llamó al hombre, y le preguntó: ¿Dónde estás?’ ” (Gén. 3:9). Y en la temblorosa respuesta de Adán (y Eva), escondidos tras un arbusto -“Tuve miedo”-, encontramos la mentira primordial de la serpiente: Dios es alguien a quien temer.
Templos budistas, santuarios sintoístas, patios hinduistas, mezquitas musulmanes, sinagogas judías, iglesias cristianas -no importa el lugar sagrado-: la mentira es siempre la misma: Dios es alguien a quien temer. Así, por millones, los fieles de la tierra llevan a cabo sus rituales, leen sus libros sagrados, elevan sus plegarias, todo con la esperanza de aplacar a un Dios enfadado y temible.
¿Por qué? Porque “el enemigo del bien cegó el entendimiento de los seres humanos, para que miraran a Dios con temor y lo considerasen severo e implacable […] como un ser cuyo principal atributo es una justicia implacable […] que vela con ojo inquisidor para descubrir los errores y las faltas de los seres humanos y hacer caer sus juicios sobre ellos” (El camino a Cristo, cap. 1, p. 16). Entonces, ¿tampoco hay esperanza para nosotros?
“A fin de disipar esta negra sospecha vino el Señor Jesús a vivir entre nosotros, y manifestó al mundo el amor infinito de Dios” (ibíd.). ¡Gran noticia para la mayor mentira! Ya no hace falta que nos la sigamos creyendo. Ha venido alguien a decirnos la verdad.

Tomado de Lecturas devocionales para Adultos 2016 
EL SUEÑO DE DIOS PARA TI
Por: Dwight K. Nelson