miércoles, 1 de febrero de 2012

DIOS LOS CRÍA Y ELLOS SE JUNTAN

«Si no tiene lo suficiente para comprar un cordero, deberá llevar al Señor dos tórtolas o dos pichones de paloma por el pecado cometido: uno de ellos como sacrificio por el pecado, y el otro como holocausto» (Levítico 5: 7).

Hemos llegado a febrero. ¡Ya llevamos un mes explorando juntos! ¿Puedes creerlo? Espero que no estés muy cansado, porque todavía tenemos muchas cosas que aprender Hoy vamos a observar aves, así que vas a necesitar tus binoculares. ¿Estás listo? ¡Vamos!
En los tiempos bíblicos, cuando alguien pecaba debía llevar al sacerdote un animal vivo como ofrenda. Uno de los animales que la persona podía llevar era una tórtola blanca. Hablemos un poco de estas aves.
Seguramente has visto tórtolas cerca de tu casa. Las tórtolas son parecidas a las palomas, aunque más pequeñas. Ambas especies, sin embargo, disfrutan volando juntas. Es posible que hayas visto cientos de ellas juntas en algún parque.
Dios también quiere que su pueblo permanezca unido. Por eso los discípulos formaron iglesias después de que Jesús ascendiera al cielo. Él quiere que nos preocupemos por los demás. Cuando vayas a la iglesia esta semana, busca a alguien que necesite tu ayuda o tu apoyo. ¡Eso marcará la diferencia en su vida y en la tuya también!

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

COMENZAR EL DÍA CON ENERGÍA

La recogían cada mañana, cada uno según lo que había de comer, y luego que el sol calentaba, se derretía. (Éxodo 16:21).

Si has tenido la oportunidad de desayunar, te felicito. De esa forma estarás manteniendo en equilibrio los procesos vitales de tu organismo, permitiendo que funcione con eficacia. Si no lo has hecho, quizá tu cerebro tenga que realizar un sobre esfuerzo para comprender estas líneas.
La primera ingesta de alimento del día representa la mejor oportunidad que tiene nuestro cuerpo para reponer sus energías tras el descanso nocturno. Por esa razón el desayuno es la comida más importante del día. Tomar un desayuno liviano se ha convertido en una costumbre de la sociedad moderna, pero en las horas tempranas es cuando «el estómago se encuentra en mejor condición para recibir una mayor cantidad de alimento, que en la segunda o tercera comida del día. Hágase del desayuno la comida más sustancial del día» (Consejos sobre el régimen alimentario, pp. 145-146, § 248).
Permíteme mencionar algunos beneficios de tomar un desayuno sano, nutritivo, y equilibrado:
  • Favorece la memoria, la creatividad y la concentración.
  • Promueve una actitud positiva y el buen humor.
  • Ayuda a controlar el peso, ya que nos hace más fácil evitar comer entre comidas.
  • Proporciona un mayor rendimiento físico y una mayor productividad.
  • Evita el envejecimiento prematuro de las células.
Ante estos beneficios, ¿por qué tenemos la mala costumbre de no desayunar? Creo que por dos razones: una de ellas radica en la falta de tiempo o de voluntad para preparar un desayuno nutricionalmente adecuado. Quizás debamos replantearnos nuestras prioridades. La otra posible razón tiene que ver con que comemos en exceso durante la cena, y demasiado tarde en la noche. Esto hace que el estómago no descanse debidamente, además de que perturba el sueño; asimismo el cerebro y los nervios se fatigan, por lo que disminuye el apetito a la hora del desayuno.
Desayunar temprano en la mañana, además de aportar ventajas físicas, te hará recordar el tierno cuidado de Dios cuando enviaba maná a los israelitas. Aquel pan del cielo contenía todos los nutrientes que necesitaban.
Te invito a adquirir el hábito de comer un buen desayuno. Y lo que es más importante: pídele a Dios que te permita obtener sus bendiciones a través de un abundante desayuno espiritual diario.

Toma de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Perla Edith Sánchez

COMO BUENOS AMIGOS

En total, Enoc vivió trescientos sesenta y cinco años, y como anduvo fielmente con Dios, un día desapareció porque Dios se lo llevó. Génesis 5:24, NVI

Una maestra les preguntó a sus alumnos si entendían el pasaje de la Biblia donde se dice que Enoc caminó con Dios, y que un día Dios se lo llevó. Un niño de unos siete años levantó su mano.
—Cierto día, Dios y Enoc estaban dando un paseo —dijo el niño—. Caminaron y caminaron hasta que se hizo tarde. Entonces Dios le dijo: «Oye, amigo, estamos más cerca de mi casa que de la tuya. ¿Por qué no vienes y te quedas de una vez por todas en mi casa?».
Un teólogo no podría haberlo explicado mejor. Porque cuando las Escrituras afirman que Enoc caminó con Dios, lo que nos están diciendo es que entre ambos existía una estrecha amistad. ¿Qué hacen los buenos amigos? Pasan tiempo juntos. Conversan. Cada uno disfruta de la compañía del otro.
Algunos piensan que caminar con Dios hizo de Enoc un ermitaño. El libro Patriarcas y profetas, sin embargo, aclara que el andar del patriarca con Dios consistía «en el cumplimiento de los deberes de su vida diaria» (p. 64), y luego añade que en el trato con su familia, como esposo y padre, en las relaciones con sus amigos y como ciudadano, Enoc fue un «firme y constante siervo de Dios».
Tú también puedes caminar con el Señor si, al igual que Enoc, permites que Dios sea tu mejor amigo, tu consejero y tu compañero en las buenas y en las malas. Puedes andar con Dios si le pides que te ayude a cumplir con fidelidad tus deberes diarios como cristiano, como hijo, como estudiante y como ciudadano.
¿Qué te parece si hoy mismo comienzas a apartar algunos momentos cada día para conocer más a tu mejor Amigo, a Jesucristo? Resuelve aprender más de él en las Escrituras; estudia de qué manera estuvo dispuesto a dar su vida para salvarte. Toma la decisión de comunicarte con él por medio de la oración. Y cuéntales a otros de ese gran Amigo que has encontrado en Jesús.
Entonces, un día no muy lejano, Jesús te dirá: «Oye amigo, estamos más cerca de mi casa que de tu casa. ¿Qué tal si vienes y te quedas de una vez por todas conmigo?».
Querido Jesús, gracias por brindarme tu amistad. Ayúdame a caminar contigo hoy y siempre.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

SOY ASÍ...

«Los limpiaré de toda su maldad con que pecaron contra mí, y perdonaré todas sus iniquidades con que contra mí pecaron y contra mí se rebelaron» (Jeremías 33: 8).

Hace algún tiempo, el cardiólogo solicitó que me hicieran una prueba especial: una ecocardiografía. Gracias a este procedimiento pudo observar el interior de mi corazón mientras latía y descubrió que tengo un prolapso en la válvula mitral. Para la mayoría de los pacientes, esto no representa un grave riesgo para su vida, por lo que no suele ser preciso que pasen por un tratamiento específico o cambien radicalmente su estilo de vida. Por suerte, ese es mi caso. Doy gracias a Dios porque jamás he padecido ninguna molestia.
Los problemas del corazón físico ponen en peligro nuestra vida en la tierra, pero las enfermedades de la vida interior pueden significar la pérdida de la salvación eterna. ¿Cuál es la solución? Dios y su Palabra hacen en nuestro corazón espiritual lo mismo que hace una ecocardiografía en nuestro corazón físico. Vea qué dice este texto: «La palabra de Dios es viva, eficaz [...] y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón» (Heb. 4:12). ¿Cómo es eso? La Biblia diagnostica nuestro problema y nos muestra la manera en que Dios quiere sanamos.
Una fábula cuenta que, cierto día, un escorpión quería cruzar un río. Entonces una tortuga se acercó a la orilla, arrastrándose lenta y cansinamente. El escorpión dijo:
—Oye, ¿Te importaría llevarme a la otra orilla del río?
—¡Ni lo sueñes! —respondió la tortuga— Cuando lleguemos a la mitad del río me clavarás tu aguijón y moriré.
—¿Por qué tendría que hacerlo? —dijo el escorpión— Si te clavo el aguijón y mueres, yo moriré ahogado.
—Está bien —dijo la tortuga—, te llevaré.
Cuando ya habían recorrido la mitad de camino, el escorpión clavó su aguijón en el cuello de la desventurada tortuga, quien, con su último aliento, preguntó:
—¿Por qué lo hiciste?
La respuesta no se hizo esperar:
—No lo sé. Soy así...
Algunos tratan de curar su corazón espiritual con sus propios recursos, pero es imposible, porque el pecado impregna nuestra forma de ser. La buena noticia es que Dios ha prometido darnos un corazón nuevo. «Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne» (Eze. 36:26). Tenemos una esperanza: Jesús. Quizá la válvula mitral de nuestro corazón tenga un prolapso, pero nuestro corazón espiritual puede ser completamente nuevo y sano. (Basado en Mateo 5:8)

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill