martes, 30 de abril de 2013

ALERTA DE ALCES

Lugar: Suecia
Palabra de Dios: Proverbios 20:1

Jeannette y su mamá estaban mirando televisión una tarde, cuando Jun visitante inesperado irrumpió en la casa. Un alce se coló a través de la puerta y entró corriendo a la sala de estar. El animal, de gran tamaño, corrió por ella, chocando cosas y destrozando muebles.
Jeannette, de diez años, dio un grito y se quedó congelada en su asiento, con los ojos llenos de terror. Su mamá la llevó rápidamente a otra habitación, y luego se dirigió al teléfono para pedir ayuda. Cuando los expertos en vida salvaje llegaron, se hicieron cargo del alce, que aparentemente se había lastimado mientras tomaba por asalto la sala.
-El animal está ebrio -explicaron.
¿Un alce ebrio? Esto puede sonar raro, pero sucede todos los años. Durante los meses del otoño, una cantidad de alces se aleja de los bosques y se dirige hacia las ciudades y sus alrededores. Encuentran manzanas fermentadas que se han caído de los árboles. Comer la fruta fermentada los embriaga. Los alces, normalmente, no son animales agresivos, pero cuando están alcoholizados se descontrolan. Estos animales grandes pesan hasta casi quinientos kilogramos, ¡y tener un alce borracho suelto puede ser una experiencia aterrorizadora!
¿Alguna vez alguien te dijo que nunca debieras emborracharte; que te mantuvieras lejos de las bebidas fermentadas? Si es así, te han dado un buen consejo, porque el alcohol hace que no puedas pensar bien. La Biblia dice: "El vino lleva a la insolencia, y la bebida embriagante al escándalo; ¡nadie bajo sus efectos se comporta sabiamente!"
Si alguna vez te sentiste tentado a tomar un sorbo, recuerda el alce borracho y di simplemente, que no. Nunca lamentarás tener la mente clara. Después de todo, así nos creó Dios.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

¿ERES COMO EL DURÍAN?

Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí. Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada. Juan 15:4-5

Uno de los récords más asombrosos en lo que se refiere al peso y tamaño de hortalizas y frutas lo batió Edward Harol Mckinney, de los Estados Unidos. En el año 2002 logró cultivar un membrillo de dos kilos y treinta y cuatro gramos de peso. Este extraordinario suceso de la naturaleza se encuentra registrado en el libro Guinness de los récords. Me imagino cuan impresionante debe de ser tener a la vista este hermoso y enorme fruto.
Quiero hablarte sobre el durián. Es un árbol exótico que se da en el sudeste asiático; el tamaño de su fruto es muy impresionante, pues puede llegar a pesar cinco kilos. Pero lo que lo hace especial es su olor. Cuando alcanza la madurez despide un olor tan desagradable y nauseabundo que en algunos restaurantes y hoteles está prohibido, aunque posee cualidades alimentarias de alto valor nutricional.
La Biblia también habla de frutos especiales, los llamados frutos del Espíritu, que se mencionan uno por uno en Gálatas 5:22 y 23: amor, paz, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. Dios espera que estos frutos, que son parte de la naturaleza de Dios, también sean reproducidos en la vida de sus hijas. Cuando estos frutos son visibles en nuestras actitudes, palabras y actos, trascendemos y nos transformamos en una fuente de bendición para los demás.
Por otro lado, muchas de nosotras tenemos una situación similar a la del durián. Todo el mundo nos evita porque generamos con nuestra presencia un ambiente desagradable.
En la Palabra de Dios se encuentra una receta sencilla que nos permitirá producir los ricos y aromáticos frutos del Espíritu: «Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada» (Juan 15: 5).
Amiga, aprópiate de esta maravillosa promesa, y deleita a Dios y a los demás con tu presencia.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

CÓMO AMPUTAR UN BRAZO FANTASMA

Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve (Hebreos 11:1).

Ayer te comentaba que el dolor en las extremidades fantasmas es un problema extremadamente complejo. Aunque una persona sea plenamente consciente de que la extremidad amputada ya no existe, puede continuar sintiéndola vívidamente porque el cerebro, contra toda evidencia, se aferra a la convicción de que la extremidad sigue allí. De hecho, muchos pueden mover la extremidad fantasma y sujetar objetos (aunque sea solo en la mente) y sentir dolor si alguien arranca el objeto de la mano fantasma sin previo aviso. Entonces, ¿cómo se puede convencer al cerebro de que esa extremidad fantasma realmente no existe?
El caso de Philip Martínez sugiere posibilidades interesantes. En 1985, a Philip tuvieron que amputarle un brazo debido a un accidente de motocicleta. El problema era que diez años después Philip sentía fuertes dolores en el brazo fantasma porque sentía que se encontraba paralizado en una posición muy incómoda pero no podía hacer nada para moverlo o liberarse del dolor. El famoso neurólogo científico V S. Ramachandran decidió ayudarlo con algo completamente novedoso: una caja de realidad virtual. Esta caja tiene dos compartimentos donde se ponen las dos manos y mediante un mecanismo de espejos se crea la ilusión, o realidad virtual, de que la mano izquierda es realmente la derecha. Ramachandran le pidió a Philip que pusiera la extremidad fantasma en el compartimiento izquierdo y la mano derecha en el otro compartimiento de tal forma que tomara perfectamente la posición del brazo fantasma en la realidad virtual. Después le pidió que empezara a moverlo. Lo que sucedió es realmente increíble. Philip sintió que movía el brazo fantasma y se emocionó tanto que empezó a saltar como un niño. Lo más interesante es que después que Philip utilizó la caja virtual durante tres semanas, el brazo fantasma desapareció. ¡Ramachandran había amputado con éxito el brazo fantasma!
Esta historia ilustra lo que la fe hace por nosotros. Muchas veces Dios nos promete que haremos cosas que nos parecen imposibles. Por ejemplo, nos dice que podremos amar a nuestros enemigos, superar un vicio o hacer cosas a su servicio que parecen superar nuestras capacidades. La fe es como esa caja virtual que le dice a nuestro cerebro que lo que Dios promete ocurrirá. Cuando tú y yo obedecemos por fe, Dios nos capacita para realizarlo.
¿Te gustaría utilizar hoy la caja virtual de la fe en Dios? Inténtalo y la fe actuará poderosamente.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

EL FARISEO Y EL PUBLICANO

Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres... ni aun como este publicano. Lucas 18:11 (lea Lucas 18:9-14).

Se representa a ambos hombres en su llegada al mismo lugar para orar. Ambos vinieron a encontrarse con Dios. Pero, ¡qué contraste hay entre ellos! Uno estaba lleno de alabanza propia. Lo mostraba en su apariencia, su caminar, sus oraciones; el otro advertía plenamente su total falta de importancia. El fariseo era considerado como justo ante Dios, por lo tanto él lo creía. El publicano, en su humildad, se veía a sí mismo como desprovisto de derecho alguno a la misericordia o aprobación de Dios. . .
El publicano ni siquiera levantaba sus ojos al cielo, sino que golpeaba su cuerpo y decía: "Dios, sé propicio a mí, pecador" (vers. 13). El Conocedor de corazones observaba a ambos hombres desde arriba, y discernía el valor de cada oración. Él no solo mira la apariencia externa; él no juzga como juzgan los humanos. Él no nos valora según nuestro rango, talento, educación o posición... Él vio que el fariseo estaba lleno de orgullo y justicia propia, y se registró bajo su nombre: "Pesado fuiste en balanza, y fuiste hallado falto"...
La Majestad del cielo se humilló a sí mismo al descender de la elevada autoridad, de la posición de uno igual a Dios, al lugar más humilde, al de un siervo… Su profesión fue la de un carpintero, y trabajó con sus manos para hacer su parte en el sostén de la familia... Su humildad no consistió en una apreciación pobre de su propio carácter y calificaciones, sino en humillarse a sí mismo hasta el nivel de la humanidad caída, para poder elevarla con él a una vida más sublime...
La persona más cercana a Dios, y la más honrada por él, es la que está menos pendiente de exaltar su yo y su justicia propia, la que menos depende y confía en sí misma, la que espera en el Señor con una fe humilde y confiada...
Comparados con la humildad y la sencillez, el orgullo y la exaltación personal son, básicamente, debilidad. Lo que hizo de nuestro Salvador un conquistador de corazones fue su gentileza, sus modales simples y sencillos...
Dios observa desde el cielo con placer a los que confían y creen, que dependen plenamente de él. A estos, él se deleita en darles cuando le piden, "Porque sacia al alma menesterosa, y llena de bien al alma hambrienta” (Sal. 107:9). — .Sings of the Times, 21 de octubre de 1897.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White