sábado, 2 de febrero de 2013

GRAN INGRATITUD


Lugar: Alemania
Palabra de Dios: Lucas 17:13,15-19

Un tribunal alemán declaró culpable a un hombre y le ordenó que devolviera 21 mil dólares, que su esposa le había dado.
-El dinero es legalmente mío -reclamó el hombre-. Ella me lo regaló.
Si su esposa le había regalado el dinero, ¿por qué tenía que devolverlo? ¿Cuál era su crimen? La corte declaró que era su "flagrante ingratitud": no debería haber insultado a su esposa; al hacerlo, había perdido el derecho a quedarse con el dinero. El hombre debería haber sido más agradecido.
La Biblia cuenta la historia de cuando Jesús sanó a los 10 leprosos. Mientras él entraba en una aldea, los leprosos lo vieron y comenzaron a gritar: "-[Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!" No podían acercarse, porque su enfermedad era muy contagiosa.
Jesús les otorgó lo que pedían. Les indicó que fueran a presentarse delante de los sacerdotes, porque ellos eran quienes debían revisarlos, para saber si habían sido sanados. Mientras corrían por el camino, los leprosos comenzaron a darse cuenta de que su piel se veía mejor. Imagínense la emoción que habrán tenido.
La Biblia dice que "uno de ellos, al verse ya sano, regresó alabando a Dios a grandes voces. Cayó rostro en tierra a los pies de Jesús y le dio las gracias, no obstante que era samaritano.
"-¿Acaso no quedaron limpios los diez? –preguntó Jesús-. ¿Dónde están los otros nueve? ¿No hubo ninguno que regresara a dar gloria a Dios, excepto este extranjero? Levántate y vete - le dijo al hombre-; tu fe te ha sanado".
El leproso samaritano dio un buen ejemplo: volvió para dar gracias. Que no seas encontrado culpable de gran ingratitud. Tómate el tiempo para dar las gracias a Dios por las muchas cosas que él ha hecho por ti.

Tomado de Devocionales para menores
En algún lugar del mundo
Por Helen Lee Robinson

TU REALIDAD DEBE ENRAIZARSE EN DIOS


Gracias a Dios que en Cristo siempre nos lleva triunfantes y, por medio de nosotros, esparce por todas partes la fragancia de su conocimiento. Porque para Dios nosotros somos el aroma de Cristo entre los que se salvan y entre los que se pierden. 2 Corintios 2:14-15

Hace algún tiempo visité un parque de atracciones en el que había una casa muy singular. Al entrar en ella daba la impresión de que estabas caminando de lado. El efecto visual era tan extraordinario que, aunque estábamos caminando sobre un piso llano, nos costaba mucho trabajo, como si en realidad estuviéramos subiendo una cuesta.
¿Cómo era posible que un asunto de percepción nos hiciera creer que nuestra realidad era otra? Muchos comenzamos a dudar de lo que era cierto, y por ende aceptamos una ilusión como algo real. Es más, al salir de aquella atracción, todavía el suelo parecía inclinarse, y varios de los que habían entrado sintieron mareo y desubicación, como si ciertamente hubieran caminado inclinados durante todo el trayecto.
¿No nos pasa lo mismo a veces en las experiencias de la vida? Creemos que lo que percibimos, que generalmente está basado en emociones y sentimientos, es la realidad. Puede ser que las circunstancias de un momento nos hagan experimentar emociones como temor, desconfianza, inseguridad e ira, y estas distorsionen nuestra realidad, haciéndonos pensar mal de nosotras mismas y de los demás. Es posible que bajo el influjo de hechos mal interpretados, podamos llegar a sentir lástima, enojo, e incluso a desconfiar del amor y del cuidado de Dios.
Puede ser también que bajo la influencia de una percepción incorrecta, alguien evalúe como demasiado positiva su actuación, convirtiéndose en una persona soberbia o, por el contrario, que subestime sus actos hasta llegar a despreciarse a sí misma.
Encuentra tu realidad en Cristo. Si se lo pides hará que te veas a ti misma en la dimensión correcta. Te dará el equilibro que te situará en el lugar preciso en el que debes estar, y producirá en ti la convicción exacta de lo que eres de acuerdo a los propósitos de Dios.
Busca hoy tu realidad en Cristo. Descubre que eres una hija amada de Dios, rienda para triunfar, aunque lo que percibas en tu entorno te diga lo contrario. Así verás que lo que se extenderá ante ti será un camino recto, con una meta bien definida.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Aliento para cada día
Por Erna Alvarado

EL VALOR DE LA SABIDURÍA


¡Para qué mencionar el coral y el jaspe! ¡La sabiduría vale más que los rubíes! [...] ¿De dónde, pues, viene la sabiduría? ¿Dónde habita la inteligencia? (Job 28:18,20).

La sabiduría es muy valiosa, la buscamos ansiosamente, pero raras veces la encontramos. Toda la información y el conocimiento adquiridos por la mente humana carecen de valor si no se convierten en sabiduría mediante reflexión cuidadosa y acciones útiles.
La humanidad ha buscado el conocimiento con verdadera pasión. La medición de la distancia que hay de la Tierra al Sol, conocida como unidad astronómica, fue una de las empresas heroicas de la astronomía del siglo XVII. El establecimiento de esa unidad se consideraba muy importante porque con ella se podía calcular la distancia a las estrellas y otras distancias en el universo.
Había dos métodos mediante los cuales se podía calcular: la micrometría y la triangulación. La triangulación, llamada también paralaje, era un método más eficaz.  Si un planeta era observado en su tránsito por el Sol simultáneamente por dos observadores situados a miles de kilómetros de distancia, podría hacerse la triangulación.
Los esfuerzos que se hicieron para llevarla a cabo constituyen historias interesantísimas que honran a los grandes hombres de ciencia que las emprendieron. El menos afortunado y más heroico de los astrónomos se llamaba Guillaume Le Gentil, quien zarpo de Francia el 26 de marzo de 1760, con el propósito de observar el tránsito de Venus por el Sol al año siguiente en la India. Pero los monzones apartaron el barco de su rumbo y el día del tránsito lo encontró en medio del Océano índico. Le Gentil decidió observar el segundo tránsito y compró un pasaje para la India y construyó un observatorio en Pondichery. El cielo estuvo maravillosamente despejado el mes de mayo, pero el día del tránsito, el 4 de junio, el cielo estuvo nublado.
Aquí no acabaron sus desgracias, le esperaban mayores desventuras. Embarcó en un barco de guerra español que fue desmantelado por un huracán en el Cabo de Buena Esperanza, y apenas logró llegar al puerto de Cádiz. Le Gentil cruzó los Pirineos y logró poner los pies en Francia después de once años, seis meses y trece días de ausencia. Al llegar encontró que había sido dado por muerto, sus bienes saqueados y el sobrante repartido entre sus herederos y acreedores.
Puede ser que adquirir el conocimiento y la sabiduría sea una empresa agotadora difícil también para ti. Decídete a encontrarla, no importa el precio que tengas que pagar. Pero recuerda que la verdadera sabiduría está en Dios. Sin él, es una verdad estéril que no produce cambios perdurables en la vida.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
¿Sabías que..? Relatos y anécdotas para jóvenes
Por Félix H. Cortez

¿QUÉ HEMOS SACRIFICADO POR EL CIELO?


Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas... Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Marcos 12:30, 31.

Vemos belleza, hermosura y gloria en Jesús. Contemplamos en él encantos incomparables. Él era la majestad del cielo... Los ángeles se postraban en adoración ante él y obedecían en seguida sus mandatos. Nuestro Salvador lo dejó todo. Depuso su gloria, su majestad y esplendor, y descendió a esta tierra y murió por una raza de rebeldes que transgredían los mandamientos de su Padre. Cristo condescendió a humillarse a sí mismo para salvar la raza caída. Tomó de la copa del sufrimiento y nos ofrece en su lugar la copa de la bendición. Sí, esa copa fue apurada por nosotros; y aunque muchos saben todo esto, deciden persistir en el pecado y la locura; y aun así Jesús los invita... Las verdades de la Palabra de Dios han de ser colocadas sobre nosotros, y hemos de aferramos a ellas. Si hacemos esto, tendrán una influencia santificadora en nuestra vida; nos harán idóneos para que podamos prepararnos para el reino de gloria, para que cuando se cierre nuestro tiempo de gracia, veamos al Rey en su gloria y moremos en su presencia para siempre.
La pregunta clave es: ¿Estamos dispuestos a hacer el sacrificio?... "Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso" (2 Cor. 6:17,18). ¡Qué promesa!
¿Cree usted que al abrazar la verdad de Dios usted se está degradando?... La verdad siempre eleva al receptor... Trae pureza de carácter y pureza de vida y provee una aptitud para que podamos unirnos a la compañía celestial en el reino de gloria. Sin esta aptitud nunca podremos ver la morada celestial...
¿Requiere la verdad que uno tenga que sostenerse solo en su posición para servir a Dios, porque otros a su alrededor no están dispuestos a responder a las demandas que Cristo les hace? ¿Requiere separarse sentimentalmente de tales personas? Sí; y esta es la cruz que le toca llevar, lo que hace que muchos digan: No puedo ceder a las exigencias de la verdad. Pero Cristo dice: El que ama a padre, o madre, o hermana más que a mí, no es digno de mí... ¿Será este un sacrificio demasiado grande por Aquel que lo sacrificó todo por usted?.— Review andHemld, 19 de abril de 1870.

Tomado de Meditaciones Matutinas para adultos
Desde el Corazón
Por Elena G. de White