lunes, 5 de marzo de 2012

EL HARD ROCK CAFÉ

«Pero él sacó agua de una dura roca» (Deuteronomio 8:15).

¿Alguna vez has oído hablar del «Hard Rock Cafe»? Es el nombre de un restaurante que, si lo traduces del inglés al español, significa el café de la «roca dura». Bueno, hoy conoceremos el primer Hard Rock Cafe de la historia. El versículo de hoy nos dice que Dios sacó agua para los israelitas de una dura roca, ¿Te imaginas? Los israelitas tuvieron una refrescante bebida en medio del desierto.
Ahora, ¿no te suena raro eso de una «roca dura»? ¿No es obvio que todas las rocas son duras? Bueno, la mayoría lo son, pero hay rocas más duras que otras. Por ejemplo: la arenisca es menos dura que la obsidiana. La arenisca está compuesta de arena y cuarzo mezclados. Es lo suficientemente blanda como para ser esculpida. La obsidiana es un cristal volcánico. Debajo de la superficie de la tierra hay un líquido muy caliente que brota por los volcanes. Cuando ese líquido se enfría, forma cristales volcánicos. Si los químicos son los correctos, se puede formar obsidiana. La obsidiana es muy dura.
¿Cómo eres tú? ¿Estás dejando que Dios te esculpa y forme la persona que él quiere que seas, o eres duro como la obsidiana? Muéstrate «blando» ante Dios y deja que él te modele a su imagen.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

NO INTENTES CAMBIAR A LOS DEMÁS.

Y quédate con él algunos días, hasta que el enojo de tu hermano se mitigue, hasta que se aplaque la ira de tu hermano contra ti y olvide lo que le has hecho (Génesis 27: 44-45).

Isaac y Rebeca enfrentaron serios problemas con sus hijos. Rebeca hizo alianza con su hijo Jacob, quien mintió y engañó a su padre y a su hermano mayor. Es lamentable que aún hoy en día algunos padres se parcialicen a favor de uno de sus hijos.
Un alejamiento, ya sea emocional o físico, quizá convenga en determinadas ocasiones, cuando las fricciones son demasiado difíciles de superar en el momento. Sin duda es una solución rápida y efectiva para reducir el enojo o la frustración. Por consejo de su madre, Jacob se fue de casa temporalmente.
Los distanciamientos pueden representar un alivio a corto plazo, pues se disminuye la ansiedad y la tensión emocional al librarnos de incómodos roces y enfrentamientos. Sin embargo, cualquier problema emocional no resuelto podría reflejarse en el cónyuge o en los hijos. El distanciamiento emocional asimismo podría afectar y causar mucho daño a las relaciones familiares. Si los padres enseñan por precepto y ejemplo a sus hijos a respetar a sus hermanos y a decir la verdad, las relaciones familiares serán más satisfactorias y fluidas.
Después de veinte años Jacob regresó a la región donde había nacido y crecido. Mientras estaba en camino envió delante de él varios obsequios a su hermano con el fin de calmar el enojo de aquel. Luego, al saber que Esaú venía a su encuentro acompañado de cuatrocientos hombres, sintió un gran temor. Jacob colocó al frente de la comitiva a sus concubinas, esposas y niños, y luego se abrió paso entre ellos. A continuación se inclinó siete veces hasta que llegó a donde estaba su hermano. Esaú se apresuró a venir a su encuentro, abrazó y besó a Jacob y luego ambos se echaron a llorar. Aquella fue una hermosa escena de perdón. Jacob y Esaú no tenían necesidad de bienes materiales, lo que necesitaban era el perdón y la aceptación mutua.
Dios ha concedido los dones y talentos necesarios para sostener buenas relaciones con los demás. Su gracia infinita nos ayudará a aceptar, respetar, perdonar y abrazar a nuestros familiares y a nuestros semejantes.

Toma de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por Blanca Dalila de Góngora.

¿QUÉ PASARÍA SI...?

Pero Daniel se propuso no contaminarse con la comida y el vino del rey. Daniel 1:8.

Demos alas a la imaginación por un momento. ¿Qué pasaría, por ejemplo, si los jóvenes decidieran no ingerir más alcohol? ¿Te imaginas cómo se afectarían las finanzas de las industrias de cerveza y de licor? ¿Y qué sería de las discotecas y los centros de diversión nocturnos, que dependen para su sustento mayormente de la venta de alcohol?
¿Qué pasaría si los jóvenes de todo el mundo decidieran no consumir la basura que, en forma de películas, videos, revistas, etc., produce la industria pornográfica anualmente?
¿Qué pasaría si los jóvenes de todo el mundo decidieran mantenerse sexualmente puros hasta el día de su boda? ¿Podemos imaginar el golpe que recibirían, por ejemplo, las clínicas que practican abortos? ¿Y los fabricantes de preservativos?
¿Y qué pasaría si decidieran abandonar por completo el hábito de fumar? La lista podría continuar, pero ¿cuál es el punto? El punto es, sencillamente, que estas industrias no podrían subsistir sin el apoyo de jóvenes como tú. Y no estoy exagerando. Los jóvenes representan el sector más numeroso y más poderoso del mercado de consumo. Los dueños de estas industrias lo saben, y no están dispuestos a perder con facilidad a sus mejores clientes, aunque con ello estén arruinando las vidas de millones de jóvenes en todo el mundo.
¿Cómo responder al poder esclavizante de los vicios y de una industria del entretenimiento cuyos dueños solamente están interesados en tu dinero, pero no en tu resistencia pacífica. Algo así como lo que hicieron Daniel y sus tres amigos hebreos cuando resolvieron «no contaminar» sus cuerpos con la comida del rey Nabucodonosor (ver Dan. 1:8).
Resistir pacíficamente significa ejercer tu derecho a disentir, a «ir en contra de la corriente». Significa atrévete a ser diferente de la mayoría cuando la conducta que se te está proponiendo es contraria a los principios de la Palabra de Dios. Significa ejercer tus derechos a la mayor de tus libertades: la libertad de cómo decidir vas a vivir tu vida.
¿Te atreverás? El saboteo a la industria del vicio puede comenzar ¡hoy mismo, contigo!.

Señor, que al decir cómo voy a vivir hoy, resuelva apartarme de cualquier práctica que contamine mi cuerpo o mi mente.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES

«Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas y como la voz de grandes truenos, que decía “¡Aleluya!, porque el señor, nuestro Dios Todopoderoso, reina”». (Apocalipsis 19:6).

Nunca he vivido en un país con régimen monárquico. No obstante, viajé por Irán mientras en aquel país todavía gobernaba el Sah, como así se llamaban sus soberanos. En casi todas las paredes había un retrato de Su Majestad Imperial y todas las plazas estaban presididas por una escultura suya.
Salvo escasas excepciones, en la actualidad los soberanos apenas tienen poder político sobre sus súbditos. No obstante, el reino de Dios es una monarquía. Para los ciudadanos de países con régimen republicano, la forma monárquica de gobierno puede resultar difícil de entender, además de incómoda. Sin embargo, debemos comprender que el gobierno de Dios no es una democracia. En la mayoría de las monarquías constitucionales existe la posibilidad de que los ciudadanos las revoquen por referendo. En el reino de es imposible que esto ocurra. Mientras que muchos reyes y reinas reciben el poder del pueblo, en el reino del cielo sucede exactamente lo contrario. El Rey del cielo da el ser y la existencia al pueblo de Dios.
Al decir: «Venga a nosotros tu reino», reconocemos que Dios es nuestro rey. Este concepto tiene más alcance que el de Padre celestial. También es nuestro Soberano. Para nosotros, su palabra es ley.
Para muchos, este punto es causa de conflicto en su relación con Dios. No tienen dificultad en ver a Dios como su Padre celestial, sobre todo si su padre terrenal los consentía y les daba todo lo que le pedían. Sin embargo, estas mismas personas se resisten al hecho de que Dios les diga cómo tienen que vivir.
Si realmente queremos comprender el objetivo de la oración, es preciso que tengamos clara la idea de que Dios, además de ser nuestro Padre celestial, es nuestro Rey y Soberano. No es el presidente, ni un representante, ni tampoco un coordinador u orientador. Es nuestro Dios, por lo que, al decir: «Venga a nosotros tu reino», afirmamos que estamos dispuestos a reconocer lo como Rey de nuestra vida. Me encanta cómo se describe a Jesús en Apocalipsis 19:16: «En su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores». Basado en Mateo 6: 9-13

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill