viernes, 30 de septiembre de 2011

UN CANAL DE BENDICIÓN

La palabra de Dios es viva, eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos: penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4:12).

El texto de hoy nos presenta con gran claridad cuál es la función de las Sagradas Escrituras. Creo que lo más importante para nosotras es meditar en el efecto que causa sobre nuestras vidas este libro entre los libros. Mí que no demoremos más en preguntarnos cuanto antes qué frutos está produciendo la lectura de la Biblia en nosotras.
Al abrir la Biblia para estudiarla, inevitablemente asumimos una actitud frente a ella. Haciendo un paralelismo con la naturaleza, algunas de nosotras nos parecemos a las plantas angiospermas, cuyas semillas se encuentran encerradas dentro del fruto. Así, cuando leemos la verdad bíblica, encerramos su semilla en los frutos que hacemos por nosotras mismas, en las obras que creemos que tienen algún mérito. Pero también podemos parecemos a las gimnospermas, plantas cuyas semillas están desnudas. Así, una vez descubrimos el tesoro de la salvación, este produce frutos visibles y testificamos por ejemplo y por palabra.
Me llaman poderosamente la atención los cactus. Estas formidables plantas no solo permanecen vivas en medios completamente hostiles, sino que son capaces de almacenar agua para compartir con el cansado y sediento viajero. Sus flores no parecen verse afectadas por el clima y proporcionan un bellísimo espectáculo visual que destaca mucho en su habitat.
La Biblia nos muestra a Cristo, quien es el agua viva y eficaz. Aun cuando pasamos por el desierto y las circunstancias más desfavorables, podemos hallar refrescante agua junto a Jesús. Pero también podemos compartirla con otros que necesitan de esa agua viva.
La Biblia, al igual que las algas, que pueden elaborar su propia comida, tiene respuesta para toda necesidad, es el único alimento completo para nuestra hambre. Para obtener su sustento, las algas necesitan energía solar, agua, un gas llamado dióxido de carbono y sales minerales. La Biblia proporciona todos los elementos necesarios para que estés bien alimentada. Solo necesitas estudiarla, vivirla y compartirla. Comienza hoy mismo y enseguida notarás el cambio que se operará en ti.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

RUEGOS EN LA ORACIÓN

Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Romanos 8:26.

En esta última meditación sobre la oración deseo hablar contigo acerca de la intercesión del Espíritu Santo ante el Padre. Esto es lo que hace que tus ruegos sean escuchados y respondidos.
En estos seis mil años de pecado que la humanidad lleva sobres sus hombros, la brecha de separación entre Dios y el hombre ha sido cada vez más grande. El ser humano que se exhibe hoy como bueno, respetable y compasivo dista muchísimo de estar a la altura inmaculada y sublime del Creador. Tristemente, la huella profunda del pecado borró gran parte de la imagen divina que Dios había colocado en el hombre.
Todo lo que el ser humano realiza, incluso la oración, también ha sufrido la impronta pecaminosa. Entonces surge la pregunta: ¿Cómo debo orar para que la oración sea aceptada por Dios? ¿Qué se le debe pedir, y cómo hacerlo? Si el pecado ha producido hasta el presente una distancia terrible entre el hombre y su Creador, ¿cómo debemos expresarnos para llegar hasta su trono sublime? A estas preguntas, Pablo declara: "No lo sabemos", porque es imposible para el hombre expresarse con esa santidad que le falta por haber caído.
Pero lo que es imposible para el hombre es posible para Dios. El Espíritu de verdad, el Consolador de Juan 16, realiza esta tarea irrealizable para el hombre e "intercede por nosotros con gemidos indecibles". Imagínate a un hombre que ora para que su esposa recupere la salud, piensa en un amigo que ora por otro para que se entregue a Cristo, visualiza a un hijo que ora para que su padre tenga trabajo. No es necesario expresarse perfectamente, porque el Espíritu Santo "intercede por nosotros" ante el Padre para que las plegarias sean oídas y respondidas.
Es común orar por las necesidades inmediatas de la vida. Es normal pedirle a Dios por la familia, por el estudio, por algún amigo o quizá por la persona que nos quita el aliento. Generalmente oramos por cosas perecederas que nos ayudan a vivir mejor en esta tierra. Pero, ¿por qué no orar para que el Espíritu Santo nos eleve en santidad? ¿Por qué no comenzar hoy a fijar la vista en las cosas invisibles, duraderas y santas, y desearlas para que sean parte de nuestra vida? El Espíritu Santo quiere ayudarte si tú se lo permites.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

ESPÍRITU SUPERIOR

Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino. Daniel 6:3.

Daniel caminó lentamente hasta la ventana de la casa, corrió la cortina, miró el sol que teñía de rojo el horizonte, y decidió olvidar la traición de sus compañeros; a fin de cuentas, no se podía esperar algo mejor de gente que no tenía el temor de Dios en su corazón.
El texto menciona que Daniel "era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque en él había un espíritu superior". Ese espíritu superior era el Espíritu de Dios. El joven Daniel se dejaba guiar por el Espíritu.
Sin embargo, en aquellos tiempos, como hoy, la fidelidad a Dios tiene un precio. Tal vez, por eso resulte más cómodo acomodarse a la manera de pensar y de ser de la mayoría; la moda hoy es ser políticamente, y no bíblicamente, correctos.
¿Quién se preocupa en ser ético, en un mundo en que la viveza parece haberse vuelto un requisito para escalar en la vida profesional? Sin embargo, Daniel sabía a quién servía, y el Espíritu Superior que lo guiaba lo hizo superior. Esta superioridad no era solo cualitativa sino también espiritual: Daniel volaba donde las águilas vuelan. Las mezquindades propias de la carne no lo seducían: había probado del agua pura del manantial divino, y no se contaminaría bebiendo de las aguas envenenadas de este mundo de pecado.
Tú también fuiste llamado para un propósito elevado. No te conformes con los patrones morales y espirituales de una sociedad desesperada por desplazar a Dios del escenario de su existencia: atrévete a ser diferente. Déjate utilizar por el Espíritu Superior. Busca a Jesús todos los días. Jesús prometió que, si tú lo buscas, tu cuerpo será templo del Espíritu Santo. El resultado natural de esa experiencia será la superioridad, detrás de la cual corren multitudes; Dios se la da a quienes lo buscan de todo corazón.
En la historia de Daniel, el rey colocó al profeta por encima de todos los demás funcionarios. El puesto de primer ministro, codiciado por todos, no fue el resultado del arduo trabajo de Daniel, sino la recompensa por su fidelidad.
No enfrentes, hoy, los desafíos que tienes por delante sin tener la seguridad de que el Espíritu Superior, que guió a Daniel, te guiará a ti también. Y recuerda que "Daniel era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino".

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón