domingo, 15 de mayo de 2011

LA LUZ

Dijo: Dios: Sea la luz. Y fue la luz. (Génesis 1:1).

Lo primero que Dios pone al llegar a nuestras vidas es luz. La luz no solo representa vida, sino que nos trasmite seguridad en nuestro caminar. Mi abuelo materno permaneció quince años completamente ciego. Aunque para mí eso era terrible, siempre lo recuerdo alegre, jovial y servicial. El médico le recomendó que se operara, pero no le dio ninguna esperanza de recuperar la visión. Sin embargo, los milagros de Dios vienen cuando el hombre dice «no», ¿Has estado en una situación en la que un no enorme bloqueaba tu paso impidiéndole salir adelante?
Hay momentos en la vida en que la desesperación nos bloquea. No vemos la salida. No encontramos solución. No hay marcha atrás. No existe remedio para la enfermedad. No quedan recursos financieros. Y el gigante no se convierte en una muralla inexpugnable. Pero hoy quiero presentarte un sí. Ese si es Cristo Jesús. Él sabe que eres débil y que necesitas la luz para no tropezar en el camino de esta vida, por eso presenta un sí que, como poderoso guerrero, viene con el arma del Espíritu Santo y te hace encontrar esa victoria que antes no obtenías. Entonces, cuando el Mar Rojo, tormentoso, furioso y burlón, se presenta ante ti, si hay salida, si hay solución, si hay marcha adelante, si hay remedio para la enfermedad, si hay vida, si hay victoria.
¿Aceptaras la luz que Dios ve que es buena para tu vida? Si así lo decides, encontraras que no importa cuántos impedimentos coloque el enemigo en tu camino para obligarte a claudicar y volverte atrás, el sí de Dios marcha a tu lado y su luz ilumina tú sendero para que tu pie no tropiece.
Aceptar la luz de Cristo en tu vida no significa que no caerás. Más bien tus rodillas se lastimaran, tus lagrimas correrán, pero tu corazón cantara. Cantara porque la mano de Dios está junto a ti para volver a levantarte y señalarte el camino de la luz, el camino que te conducirá a la Canaán celestial. Clama hoy por esa luz y experimenta sus maravillas.
El camino de la victoria está iluminado por la luz que emana del Calvario.

Tomado de meditaciones matutinas para mujeres
De la Mano del Señor
Por Ruth Herrera

EL ALCOHOL EN LA DISCOTECA

Se ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. 1 Timoteo 4:12.

Mientras paseaba de noche en el centro de una ciudad turística, se acercó una señorita muy simpática y me dio una tarjeta de invitación para asistir a un salón de bailes. "Con esta tarjeta —me explico— puedes ir tú y una acompañante, y tienen un cincuenta por ciento de descuento en la entrada". La tarjeta tenía el nombre del lugar, la dirección, imágenes de damas vestidas sensualmente y una inscripción que decía: "Después de las cuatro, jarra gratis de cerveza".
¿Qué era eso de "canilla gratis de cerveza"? En ese salón, después de la hora indicada, se instalaban unos tremendos barriles y los camareros le daban a quienes lo pidieran, sin cobrar un centavo, toda la cerveza que desearan.
Más allá del daño a la salud que traen las bebidas alcohólicas, una de las consecuencias del consume de estas bebidas es que quitan la inhibición al que las toma. En otras palabras, eliminan la vergüenza, el temor, y la persona puede mostrarse iracunda, violenta, insolente, provocadora y sensual.
Por esta razón, las personas ebrias pueden pelear fácilmente, incluso por causas irrisorias. La mente esta embotada, aturdida, no tiene el pleno control sobre lo que dice y hace. En ese estado muchos han cometido crímenes horrorosos que luego lamentaron por el resto de sus vidas.
Esta falta de inhibiciones también se aplica a la conducta sexual. Algunos jóvenes y señoritas no se atreverían a seducir abiertamente a una persona del sexo opuesto. Pero cuando toman bebidas alcohólicas, pierden todo tipo de escrúpulos, y se lanzan a la conquista de cualquier extraño o extraña. Es verdad que el salón de bailes no es el único lugar que provee bebidas, pero es el lugar ideal para reunir a jóvenes de ambos sexos bajo el efecto del alcohol.
Dios, en su amor y compromiso con la raza humana, quiere darles lo mejor a sus hijos y les aconseja que jamás se contaminen en estos ambientes mundanos. Pablo, conociendo a lo que se exponía Timoteo en su juventud, le aconsejo: "Se ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza". Como cristianos, todos tenemos el deber de ser ejemplo de nuestros semejantes, y el no asistir a los lugares que el Señor reprueba, puede predicar mucho más que las palabras.

Tomado de meditaciones matinales para jóvenes
Encuentros con Jesús
Por David Brizuel

NO TEMAS DEL HOMBRE

Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es como heno? Isaías 51:12.

Mientras vivas en este mundo, los enemigos aparecerán todos los días, intentando traer dolor a tu corazón. Los encontraras en el vecindario, en el lugar de trabajo y hasta en medio de la familia. Pero, también pueden ser una circunstancia difícil, una enfermedad, un momento de adversidad, en fin...
El consejo divino de hoy es una palabra de advertencia: no temas al enemigo, míralo de frente, a los ojos; no huyas, no corras, no te escondas. Hay dos motivos para proceder de este modo. El primero es que Dios es tu consolador. La palabra consolador, aquí, no se refiere únicamente al que ofrece palabras de ánimo sino, más bien, al que da fuerza para enfrentar a las personas y las circunstancias, a pesar de cuan poderosas puedan ser o parecer.
La otra razón para no temer al enemigo es que "el hombre es mortal y el hijo del hombre como el heno". El heno es paja seca que lleva el viento: no tiene sustancia, ni contenido; solo apariencia. Si te pones a pensar, la mayoría de las personas, las cosas o las situaciones que a veces te amedrentan solo parecen temibles. Tu imaginación es la que hace, de ellas, amenazas terribles. Son como los espantapájaros, con apariencia de feos y malos pero, si te aproximas a ellos, veras que son incapaces de hacerte algún mal. El Dios maravilloso que te hizo esta promesa no conoce de derrota, y jamás ha falla-do con aquellos que han depositado su confianza en él.
Decirte que no hay nada amenazador delante de ti, que no existen dificultades o desafíos, seria negar la realidad. ¡Claro que los hay! Siempre los hubo, y los seguirá habiendo. Pero, si tienes presente que a tu lado está el Señor, enfrentaras la lucha con la certidumbre de que tu enemigo ya es un enemigo vencido. Haga lo que haga en contra de ti, no es más que paja seca, que el viento lleva.
Sal hoy, rumbo a la batalla del día, seguro de la victoria. Coloca tus temores en las manos de Dios. No huyas. Ningún peligro tiene el derecho de asustar al hijo de Dios. Y recuerda la promesa del Señor: "Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es como heno?"

Tomado de meditaciones matinales para adultos
Plenitud en Cristo
Por Alejandro Bullón