martes, 16 de octubre de 2012

SOLO DUERME


«Todos estaban llorando y lamentándose por ella, pero Jesús les dijo: "No lloren; la niña no está muerta, sino dormida"» (Lucas 8:52).

Hoy estamos en medio de una situación muy triste. Ha muerto una niña. Cuando alguien muere, su familia y seres queridos sufren mucho. La muerte es una consecuencia del pecado. Esta ocurre cuando la mente maravillosa y el asombroso corazón que Dios nos ha dado se detienen. El cuerpo de la persona deja de moverse, y ya no puede reír; jugar; ni trabajar. Sin duda, es muy triste cuando alguien muere.
Pero lee nuevamente el versículo de hoy y fíjate que la historia es diferente. Es diferente porque Jesús estaba allí. Jesús sorprendió a todos diciendo que la niña no estaba muerta sino dormida. Ella estaba muerta para aquellos que la amaban porque no podían despertarla. Pero para Jesús las cosas eran diferentes. Él puede reiniciar un corazón que se ha detenido y despertar un cerebro que ya no funciona. Eso fue lo que hizo por esta pequeña. Él simplemente la «despertó» e hizo que todos recuperaran la felicidad.
Así será cuando Jesús regrese para aquellos que lo amaron. Los corazones que dejaron de funcionar hace mucho tiempo comenzarán a latir de nuevo. Aquellos que han estado descansando bajo tierra se levantarán de nuevo. Las personas verán a sus padres y a sus madres, a sus abuelos y abuelas, y a sus hermanos y hermanas por primera vez en muchos años. Para mí será un milagro. Para Jesús, ellos solo habrán despertado.

Tomado de Devocionales para menores
Explorando con Jesús
Por Jim Feldbush

FIELES GUARDIANES


Jehová, no retengas de mí tus misericordias; tu misericordia y tu verdad me guarden siempre. (Salmos 40:11).

Hace un tiempo mi esposo y yo emprendimos un largo viaje, cada uno en un auto diferente. Iba a ser un viaje agotador, pero estábamos contentos, ya que veríamos a nuestras familias. El auto que yo manejaba de repente se detuvo en medio de un puente. 
Dios envió a un primer ángel en menos de cinco minutos. Un señor se estacionó delante de mi auto. Pensando que era un problema relacionado con la batería del auto se acercó lo más que pudo para conectar unos cables. Sin embargo, aquello no funcionó. Descubrimos que la bomba de gasolina no funcionaba y que necesitábamos reemplazarla.
Al rato el auto encendió y pudimos llegar hasta una parada para camiones. Para mi sorpresa, a mi lado se estacionó otro auto que también tenía un problema mecánico. Aquel fue el segundo ángel. Mi esposo saludó al conductor y durante la conversación este se ofreció a cambiar la bomba de gasolina, que gracias a Dios llevábamos de repuesto. Aquella fue una buena noticia para nosotros, ya que en medio del camino iba a ser muy difícil encontrar ayuda, y mucho menos a un mecánico. Nos sentimos muy contentos y agradecidos porque podríamos continuar a la mañana siguiente.
Sé que no siempre las cosas tienen un final tan feliz. En este mundo, son muchas las situaciones difíciles que enfrentamos, pero cada incidente nos ayuda a confiar en un Dios que siempre está a nuestro lado. Puedo testificar de su poder y creo que en todo momento hay ángeles que nos ayudan en el camino de la vida.
«Los ángeles son servidores de los creyentes, pues aunque son superiores a ellos en naturaleza (Sal. 8:4-5), son sin embargo inferiores en gracia (Efe. 3:10). En este plano sobrenatural de la gracia es en el que los ángeles prestan sus servicios a los creyentes, pues son enviados por causa de los salvos no solo para asistirles (Hech. 12:7), sino también para servirles, de la misma forma como sirven al Señor» (Mat. 4:11) (Comentario bíblico de Matthew Henry, p. 491).
Quizá en este momento no seas consciente de la presencia de tu ángel guardián, pero agradécele a nuestro Dios porque nos guardan.

Tomado de Meditaciones Matutinas para la mujer
Una cita especial
Textos compilados por Edilma de Balboa
Por  Yerusi Hernández 

CÓMO VENCER AL ENEMIGO


Porque no nos ha dado Dios espíritu de timidez, sino de fortaleza, de amor y de dominio propio. 2 Timoteo 1:7 NRV2000

«Quien vence sus propios impulsos es el único capacitado para vencer a sus enemigos». Con estas palabras del libro The Life of Christ (La vida de Cristo), Branch Rickey preguntó a Jackie Robinson si estaba listo para ser el primer jugador de raza negra en el béisbol de las Grandes Ligas. Robinson aceptó el desafío, pero nunca imaginó que su capacidad de aguante sería probada hasta lo sumo.
En octubre de 1945, Branch Rickey anunció la contratación de Robinson, quien fue asignado para jugar inicialmente con un equipo de las ligas menores, Royals de Montreal. La primera prueba se produjo en Sanford, Florida, donde un grupo de líderes se puso de acuerdo para pedir a Robinson que abandonara el pueblo. Dos semanas más tarde, en Jacksonville, cuando los Royals llegaron al estadio, encontraron que el juego se había suspendido porque Robinson iba a jugar ese día. Días más tarde, también en Florida, un policía sacó a Robinson del estadio en pleno juego mientras los Royals enfrentaban al equipo de Indianápolis (William Benneti, The Moral Compass [La brújula moral], p. 349).
Poco tiempo después, Robinson fue transferido al equipo Dodgers, en las Grandes Ligas, pero las cosas no mejoraron. Cuando participó en su primer juego, el 15 de abril de 1947, recibió una andanada de burlas. Peor aún, cuando su equipo viajaba, a menudo se le prohibía la entrada a los hoteles. Los mesoneros se negaban a servirle. Recibió cartas con amenazas de muerte. Con frecuencia los lanzadores contrarios lo tiraban la pelota a la cabeza. Algunos jugadores incluso llegaron a escupirlo (H. Paul Jeffers, The 100 Greatest Héroes [Los cien héroes más grandes], p. 234).
¿Cómo pudo soportar tanto desprecio? Porque aprendió que no debía responder a un insulto con otro insulto, a un golpe con otro golpe. Y porque lo que estaba en juego era más que un simple partido de béisbol. Alguien tenía que enseñar a toda una nación que el valor de un ser humano no depende del color de su piel.
Sin embargo, Robinson no solo demostró su insólita capacidad de dominio propio, sino que también demostró su clase como jugador. En diez temporadas contribuyó para que los Dodgers llegaran seis veces a la Serie Mundial, y participó seis veces en el Juego de las Estrellas. De esta manera Jackie Robinson logró conquistar el respeto de sus enemigos. Pero primero tuvo que dominar sus propios impulsos.

Señor Jesús, dame hoy dominio propio para actuar por principio, no por impulso.

Tomado de Meditaciones Matutinas para jóvenes
Dímelo de frente
Por Fernando Zabala

POR POCOS O POR MUCHOS



«Pero no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos» (Juan 17:20).

En uno de mis viajes en avión, junto a mí viajaba un piloto que estaba fuera de servicio. Como era de esperar, acabamos hablando de aviones. En el transcurso de la conversación me explicó que un avión de pasajeros está compuesto de aproximadamente dos millones de piezas que se mantienen en vuelo en formación cerrada. ¡Vaya una imagen tan elocuente!
Cuanto más pensaba en ello, más cuenta me daba de que, por así decirlo, la iglesia está compuesta por piezas y que, al volar hacia nuestro destino celestial, nosotros también tenemos que mantenernos en formación cerrada. Entender la importancia y el verdadero significado de la oración hará que esto sea posible.
¿Cuanta más gente, más fuerza? La respuesta es sí... y no. No, en el sentido de que en Dios se encuentran nuestra fuerza y nuestra madurez. Y sí, porque Dios manifiesta su fuerza a través de la iglesia, su cuerpo en la tierra. A pesar de nuestras diferencias, por medio de la oración nos unimos a él y unos con otros. Cuanto más nos acerquemos usted y yo a Dios en oración, tanto más nos acercaremos uno a otro.
El Señor escucha y contesta las oraciones de uno o dos: «Quizá haga algo Jehová por nosotros, pues no es difícil para Jehová dar la victoria, sea con muchos o con pocos» (1 Sam. 14:6). «En el corazón de Jonatán, un hombre justo, y en el de su escudero, puso el impulso de lanzarse sobre la guarnición de los filisteos. Jonatán creía que Dios podía ayudarlos y salvarlos, ya fueran muchos o fueran pocos. La presunción no lo empujó a correr. Pidió consejo a Dios y luego, con corazón valeroso y confiando solo en él, avanzó. Por medio de aquellos dos hombres el Señor cumplió su obra de sometimiento de los filisteos. Envió a sus ángeles para que protegieran a Jonatán y a su escudero de los instrumentos de muerte que sostenían las manos de sus enemigos» (Spirit of Prophecy, tomo 1, p. 358).
Asimismo, el señor escucha y responde las oraciones de muchos. «Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel, pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios porél» (Hech. 12:5).
Dios responde a las oraciones de muchos como a las de pocos, incluso a las de uno. Basado en Lucas 18:1-8

Tomado de Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas, El evangelio según Jesucristo
Por Richard O´Ffill

EL AMOR PERDONA


Lo que yo he perdonado, si algo he perdonado, lo hice por vosotros en presencia de Cristo (2 Corintios 2:10).

Este desafío es difícil... quizá el más difícil del libro. Pese a esto, si quieres que tu matrimonio tenga éxito, es necesario tomarlo como una herramienta para protegerte del divorcio. No se puede solo considerar el perdón, sino que hay que ponerlo en práctica en forma deliberada. Si no hay perdón, no habrá un matrimonio exitoso.
Jesús pintó una imagen viva del perdón en su parábola del siervo desagradecido. Un hombre que debía una suma considerable de dinero se sorprendió cuando su amo escuchó su pedido de misericordia y canceló su deuda por completo. Sin embargo, una vez que lo liberaron de esta gran carga, el siervo hizo algo de lo más inesperado: fue a ver a otro hombre que le debía una suma mucho menor y exigió que se la pagara de inmediato. Cuando el amo se enteró, el acuerdo con el esclavo cambió en forma radical. "Y enfurecido su señor, lo entregó a los verdugos hasta que pagara todo lo que le debía" (Mateo 18:34). Un día que había comenzado con alegría y alivio terminó con pena y desesperanza.
Cuando piensas en la falta de perdón, esto debería venirte a la mente, porque Jesús dijo: "Así también mi Padre celestial hará con vosotros, si no perdonáis de corazón cada uno a su hermano" (Mateo 18:35). Imagina que te encuentras en una cárcel. Al mirar a tu alrededor, puedes visualizar varias celdas desde donde estás. Allí, ves personas de tu pasado, que están encarceladas: personas que te hirieron cuando eras pequeño. Ves a los que una vez fueron tus amigos pero que en algún momento de la vida fueron injustos contigo. Quizá, veas a tus padres allí, tal vez a algún hermano o hermana o algún otro miembro de la familia. Aun tu cónyuge está encerrado allí cerca, atrapado con los demás en esta cárcel de tu imaginación.
Reflexión: ME PROPONDRÉ A PARTIR DE HOY PERDONAR CUALQUIER OFENSA QUE RECIBA.
ANTES DE ORAR A DIOS REVISA QUÉ COSAS SE TE DIFICULTA PERDONAR, HAZ UNA LISTA Y PRESÉNTALAS A DIOS.

Tomado del 50 días de Oración
Por Pr. Juan Caicedo Solís
Secretario Ministerial, Dir. Hogar y Familia
Unión Colombiana del Sur