domingo, 10 de enero de 2016

EL VIENTO

Tu Oración: Gracias por el viento, querido Dios.

Versículo para hoy: “Haces de los vientos tus mensajeros, y de las llamas de fuego tus servidores”. Salmos 104:4.

El viento ayuda a dar vida a las plantas y los animales, o a regular la temperatura para que no haga mucho frío o calor. También ayuda a transportar el polen y las semillas de ciertas plantas para que puedan crecer nuevas. Otra cosa que el viento hace es permitir que las aves vuelen grandes distancias y no se cansen.
El viento nos beneficia mucho. Hay personas que trabajan con máquinas que usan la fuerza del viento para bombear agua y generar energía, y así tener agua que beber y luz eléctrica.
Cuando sientas el viento en tu rostro piensa en lo mucho que podemos obtener de él y lo maravilloso que es Dios al permitirnos descubrir los secretos que hay detrás del viento que no podemos ver.

Un poquito de ciencia
El viento ayuda a levantar objetos livianos. Si soplas un globo, una pluma de ave o una hoja de papel, los puedes arrojar lejos. Con el experimento de hoy, usarás el viento para acercar objetos. Vas a necesitar dos tubitos de cartón como los que traen los rollos de papel higiénico y una pajilla (popote).
Coloca los dos tubitos de cartón sobre una lugar bien liso y plano. Tienen que estar a la par, con unos tres centímetros de distancia entre ellos. Sopla entonces con la pajilla entre los dos tubitos, con un soplido firme y constante. ¡Los tubos se juntan!
Esto sucede porque como hay una corriente de aire entre los dos tubos, el aire que está alrededor es más fuerte y hace que los tubos se junten. Anota los resultados en tu libreta de observaciones.
Después aprenderemos más sobre este tema.

Devoción matutina para niños pequeños 2016
Pequeños científicos de Dios
Por: Cesia Alvarado Zemleduch

ES BUENO OBEDECER

Materiales: Lápices de colores.

«Feliz tú, que honras al Señor y le eres obediente». Salmo 128: 1

Es muy bueno ser obediente, y sé que tú también quieres serlo. Vamos a practicar la obediencia observando estos dibujos. ¿Quieres?
Observa muy bien estas imágenes y marca con un lápiz de color azul a los niños que son obedientes. Marca con un lápiz de color rojo a los niños que no son obedientes.
Mira lo que dice Isaías 1:19: «Si aceptan ser obedientes, comerán de lo mejor que produce la tierra».

Oremos: Jesús, hazme obediente para poder un día irme a vivir contigo.
Tomado de devoción matutina para niños pequeños 2016.

Tomado de devoción matutina para niños pequeños 2016.
Pasito a pasito, Crezco y aprendo
¡Vive y crece sanamente!
Por: Kathy Hernández de Polanco

ERROR MORTAL

Antes que cualquier otra cosa, adquiere sabiduría y buen juicio. (Proverbios 4:7, DHH).

En la primavera de 1945, Japón estaba en problemas. La Segunda Guerra Mundial estaba casi terminada, y las vías de ferrocarril japonesas, las autopistas y los puentes habían sido destruidos por los ataques aéreos de los aliados. Las casas fueron arrasadas, cientos de miles de personas habían muerto y millones habían quedado sin hogar. El primer ministro japonés sabía que la guerra tenía que terminar; ¡y rápidamente!
Los aliados propusieron la rendición, en términos generosos, en la Declaración de Potsdam. Esta prometía a Japón que continuaría siendo una nación con su propio gobierno, a sus fuerzas se les permitiría regresar a casa, y tendría acceso a los recursos necesarios para la reconstrucción de la industria. Incluso antes de que Japón recibiera el documento oficial, los medios comenzaron a decir al pueblo japonés que se preparara para rendirse.
Pero el gabinete japonés sabía que no podía responder a una afirmación no oficial, por lo que enfrentaron a los medios de comunicación y les dijeron que el gobierno japonés planeaba mantenerse en silencio acerca de los nuevos avances; una política a la que llamaron mokusatsu. Esto resultó ser un error fatal. Además de significar “abstenerse de todo comentario”, mokusatsu también puede ser traducido como “ignorar/hace caso omiso”. Y este fue el significado que llegó a los aliados.
Antes de que la traducción pudiese ser corregida, los aliados respondieron a lo que pensaron que era un rechazo a los términos de la rendición, y el 6 de agosto de 1945 lanzaron la bomba atómica en Hiroshima.
Este costoso error es un recuerdo de las terribles consecuencias que se pueden producir cuando las personas se malinterpretan unas a otras.

¿Y AHORA?
Antes de afirmar que entiendes lo que alguien dijo, prueba repetirle tus propias palabras lo que crees que significa, o pedirle que te lo aclare. ¡Quizás te sorprendas!

SPLASH:
El Diccionario de la Real Academia Española tiene casi cien mil palabras. Pero, la Academia estinma que, al comunicarnos diariamente, solemos utilizar unas mil (o sea, el 1%); y que los adolescentes usa solo 240 vocablos en su comunicación (es decir, el 0,24%).

Tomado de: Matinal para Adolescentes 2016
“Intensamente, Ejercita tu Cerebro”
Compilado por Penny Estes Wheeler

LAGRIMAS

Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió. Génesis 3:21.

En el Museo de Arte de Boston, cuelga un gran cuadro de Adán y de Eva abandonando su hogar jardín. La pintura está dividida en dos partes: una clara y la otra oscura. Del lado derecho, la luz del sol ilumina cada árbol, arbusto, flor y arroyo. Incluso, la luz del sol que se filtra a través de los grandes árboles que hacen sombra tiene un resplandor especial cuando toca el hermoso césped. En el centro del cuadro, sin embargo, una caverna como de salida conduce hacia la oscuridad que está más allá. Vestidos con ropa hecha de pieles de animal, Adán y Eva acaban de entrar en las sombras y están caminando, con sus cabezas gachas, fuera del feliz Edén. Un perro que gruñe merodea en las sombras. La senda pasa justo delante de una cascada, que se hace rocío por la fuerza de una tormenta que se avecina. Al mirar el cuadro, puedes sentir algo de cuán tristes debieron haberse sentido.
Pero Adán y Eva llevaban consigo una promesa futura que brillaba aun en las sombras profundas al este del Edén. Esa promesa era Jesús. Aunque ahora el diablo podía tentar y molestar en cualquier parte del mundo, el Salvador ciertamente vendría y viviría entre nosotros y por su muerte aplastaría, finalmente, todo el mal. Como si pisara la cabeza de una serpiente venenosa para matarla, Jesús destruirá, al final, a Satanás y a todo lo que él representa.
Dios le dijo a Adán que ahora tendría que trabajar en contra de espinas, malezas y otros rastros del pecado. Pronto el aire se volvió frío y algo extraño comenzó a suceder. Hoy nos gusta ver los resultados coloridos de este cambio. Particularmente los fotógrafos disfrutan sacando fotos de las hojas rojas, anaranjadas y amarillas durante el otoño. Pero Adán y Eva lloraron cuando vieron caer la primera hoja.
‘Cuando vieron, en la caída de las flores y las hqjas, los primeros signos de la decadencia, Adán y su compañera se apenaron más profundamente de lo que hoy se apenan ios hombres que lloran a sus muertos’ [Patriarcas y profetas, p. 46).
¡Imagina a Adán y a Eva parados debajo de un árbol y llorando sobre las hojas caídas como nosotros lo haríamos si estuviéramos en el funeral de una persona amada! Ellos sabían que su desobediencia había arruinado las cosas hermosas que Dios había hecho.
Muerte. Ahora estaba sobre ellos. Las mismas pieles de animal que Dios les había dado para que se vistiesen les recordarían, una y otra vez, que el pecado trae muerte.

Tomado de devoción matutina para menores 2016
¡GENIAL! Dios tiene un plan para ti
Por: Jan S. Doward

TODOS SOMOS HUMANOS

No existe una forma correcta de hacer algo incorrecto. Kenneth Blanchard

La IGLESIA atrae a todo tipo de personas por todo tipo de razones. Algunos buscan una disciplina que los aparte de sus tendencias destructivas; otros tienen un concepto moral muy elevado y se sienten a gusto en un entorno religioso; muchos tienen tan grandes carencias que necesitan llenarse en la iglesia; otros hemos sido atraídos hacia una luz que nos ha sacado de nuestras tinieblas. Y cuando vemos una gran desconexión entre los actos de nuestros hermanos y la fe que profesan tener, nos decepcionamos, como si no comprendiéramos cuán diferentes son sus bagajes y antecedentes, y cuán grandes son sus luchas. Lo primero que pensamos es que son unos hipócritas, pero esto no es necesariamente así. ¿Por qué gente hace tantas cosas malas? Se me escapa la respuesta, pero sí sé que por el hecho de hacerlas, no dejan necesariamente de ser cristianos.
No digo que no haya gente “mala de verdad” en todas partes (también dentro de la iglesia), pero la mayoría no llegamos a tal extremo; solo somos gente sencilla intentando de verdad ser cristiana y luchando enérgicamente contra tendencias y tentaciones que a veces nos sobrepasan. No somos ángeles; somos personas. Imperfectas. Pecaminosas. Falibles. Hacemos cosas incorrectas, y no hay forma correcta de hacer algo incorrecto. La parte positiva de nuestra humanidad es que nos mantiene con los pies en la tierra.
¿Por qué hemos de esperar nada de nadie? ¿Por qué hemos de poner a nadie tan alto que lo despojemos de su humanidad, o colocamos a nosotras mismas tan arriba que, olvidando nuestra humanidad, nos sintamos con derecho a juzgar? El acercamiento más equilibrado que podemos tener hacia nuestros hermanos que han pecado gravemente es orar por ellos y no cerrarles el camino a la segunda oportunidad. El resto está en manos de Dios; las faltas graves de los demás no deben socavar nuestra fe.
Pablo explicó por qué hacemos cosas tan malas a pesar de parecer tan buenos: “En mi interior me gusta la ley de Dios, pero veo en mí algo que se opone a mi capacidad de razonar: es la ley del pecado, que está en mí y que me tiene preso. ¡Desdichado de mí! ¿Quién me librará del poder de la muerte que está en mi cuerpo? Solamente Dios” (Rom. 7:22-25). Por eso, seamos siempre comprensivas con las luchas internas de los demás.
“Me doy cuenta de que, aun queriendo hacer el bien, solamente encuentro el mal a mi alcance” (Rom. 7:21).

Tomado de Lecturas Devocionales para Damas 2016
ANTE TODO, CRISTIANA
Por: Mónica Díaz

LAS VENTAJAS DE CREER

“Confíen en el Señor, su Dios, y se sentirán seguros” (2 Crónicas 20:20).

Decir que ya “leímos” un libro quizá sea una declaración bastante falsa. Uno de mis libros favoritos es El ministerio de curación, de Elena de White. Lo he leído de tapa a tapa en tres ocasiones. Sin embargo, cuando estaba escribiendo mi libro Lucas: el Evangelio de la gracia, lo volví a repasar y me encontré con decenas de afirmaciones que me parecía nunca haber leído con anterioridad. Compartiré contigo esta: “El evangelio simplifica maravillosamente los problemas de la vida” (cap. 30, p. 251). ¿Verdad que es una declaración hermosa? El evangelio es capaz no solo de ofrecerte salvación eterna, sino que además te ayuda a lidiar con los problemas comunes que forman parte de tu día a día. En otras palabras: creer en Jesús no solo te dará la oportunidad de vivir en el más allá, sino también de vivir mejor mientras estás en la tierra. Para muestra un botón.
La revista Psichology and Psychiatry Research publicó un artículo que pone en evidencia la fiabilidad de la declaración de El ministerio de curación. Según los investigadores que llevaron a cabo el estudio, orar y creer en Dios constituye una fuente de mejoría para quienes padecen algún tipo de trastorno psiquiátrico. De acuerdo con David H. Rosmarin, profesor de Psiquiatría de la Universidad de Harvard, creer en Dios mejora el bienestar psicológico del individuo, disminuye sus riesgos de caer en depresión y evita el suicidio. El estudio, que abarcó a ciento cincuenta y nueve pacientes, puso de manifiesto que los que no creían en Dios tardaban dos veces más en responder positivamente al tratamiento que los que admitían creer.
Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). Creer en él te abrirá las puertas de la verdadera felicidad. Ahora que estás viviendo la etapa más plena de tu vida -la juventud- puedes fomentar y profundizar tu fe en el Señor, y así disfrutar y usar en toda su plenitud las facultades mentales con las que Dios te ha dotado. Las palabras de Josafat siguen teniendo vigencia para los que vivimos en el siglo XXI: “Confíen en el Señor, su Dios, y se sentirán seguros” (2 Crónicas 20:20). Si lo haces, todo será más sencillo.

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2016
“VISITA MI MURO, 366 MENSAJES QUE INSPIRAN”
Por: J. Vladimir Polanco

JUGAR CON DIOS A LAS CANICAS -1

“Hijo mío -le dijo su padre-, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. Pero teníamos que hacer fiesta y alegramos, porque este hermano tuyo estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se habla perdido, pero ya lo hemos encontrado”. Lucas 15:31, 32, NVI

Jean Piaget, psicólogo evolutivo suizo, estudió en una ocasión a niños que jugaban a las canicas para comprender cómo aborda un niño el bien y el mal. Al realizar ese estudio, descubrió tres fases por las que pasan los niños en el juego de canicas.
La primera fase es la fase de las reglas, cuando los niños pequeños aceptan las reglas del juego tal como les han sido transmitidas por una autoridad mayor incuestionable: su padre. Las reglas están para ser obedecidas, no para desafiarlas. Si quieres ganar el juego, respeta las reglas.
No es de extrañar que la segunda fase sea la fase de rebeldía, cuando los niños de más edad empiezan a desafiar las reglas tradicionales y a experimentar la invención de nuevas reglas propias.
La tercera fase puede denominarse fase de la relación, cuando finalmente los niños crecidos se dan cuenta de lo tontas que eran realmente sus propias reglas inventadas, y ahora, por respeto mutuo, vuelven a las reglas, no por autoridad, sino por el bien de la relación.
En una ocasión Jesús contó una historia sobre las tres fases. Porque cuando el hijo menor del dueño de una hacienda, dando un portazo, casi sacó la puerta trasera de su quicio, el padre supo que podía considerar que su muchacho ya se había ido de casa. Así que, repartiendo la hacienda, dio a ambos hijos su porción de la herencia, con lo cual el muchacho más joven (fase dos) se alejó hacia el horizonte. Se precipitó en la vida urbana, disipó su fortuna con ganas y pasión, acabando arruinado en una pocilga. Sin embargo, recuperando la cordura, vestido de harapos, se puso camino a casa, donde el padre (fase tres) había aguardado noche y día. Reconociendo el familiar paso del muchacho en la distancia, salió corriendo con los brazos abiertos. ¡La fiesta que celebraron aquella noche no tenía precedentes! Y resultó intolerable para el hermano mayor (fase uno), que, con enfado celoso se negó a compartir el gozo de su padre. Fin.
Entonces, ¿en qué fase estás tú? ¿En la fase uno (el muchacho de las reglas que se queda en casa y se pierde), en la dos (el muchacho rebelde que se va de casa y se pierde) o en la tres (el padre relacional que amaba a ambos)? La buena nueva de Jesús para hoy es que el Padre, sobre todo, valora las relaciones -aún más que las reglas que quebrantamos y que las reglas que respetamos-, y por eso sale de casa apresuradamente por sus dos muchachos. ¿A quién podría no gustarle eso?

Tomado de Lecturas devocionales para Adultos 2016 
EL SUEÑO DE DIOS PARA TI
Por: Dwight K. Nelson